viernes, 31 de agosto de 2018

ADEMÁS DE CORTEZ, VALIENTE



            Era adolescente en aquel primer viaje familiar a la ciudad de las abuelas. Algún primo invitó a disfrutar la Laguna Los Batos, casi en las afueras, a la cual se podía llegar caminando desde el casco histórico. Aún tengo la sensación del goce por el sol, el agua y la atención a los chiquilines. Se quedó grabada esa imagen del resplandor.
            Durante casi medio siglo retorné al lugar y fui testigo de sus diferentes transformaciones. Compartí con los compañeros del colegio en memorable recorrido de bachilleres que optaron por conocer Bolivia. En los ochenta con el esposo, muchas veces con mis hijos y decenas de ocasiones por motivos de trabajo.
            La poza se convirtió en una hermosa piscina, pulcra y llena de sombrillas y perezosas; el quincho fue un comedor y más tarde un restaurante con aire acondicionado, cada vez más amplio. El desayuno sencillo es ahora un sofisticado buffet para competir con muestras internacionales, con la ventaja de los alimentos frescos. La gastronomía es uno de los objetivos centrales de la administración para contentar al cliente.
            Hace años que atienden los mismos amables y eficientes mozos y mozas que entre miles de turistas logran reconocer los gustos de cada uno. Me siento mimada cuando me ayudan con mis zumos preferidos y mis mates nocturnos. Siempre la sonrisa.
            El Hotel Cortez ubicado a pocos metros del Cristo Redentor es una de las empresas representativas de la época de oro del desarrollo cruceño. Un migrante colla, Martín Cortez se atrevió a la primera inversión en un lugar aún apartado, con las 12 primeras habitaciones. Apoyado por la esposa y la familia avanzó rápidamente con otras ofertas.
            Se nota el deseo de ser los mejores aplicando la metodología alemana de la Formación Dual y por ello cada empleado está entrenado para atender al huésped desde que llega a píe o en vehículo. Una limonada, un cafecito camba, son el primer saludo antes de las formalidades en el mostrador. Ahora hay nuevas habitaciones, muy modernas, aunque me quedo con el antiguo pabellón, la sala dedicada a don Martín y el centro ejecutivo. Por lo que se nota, los herederos -10 hijos- están siempre preocupados por cumplir su acreditación.
            Hay varios salones para realizar talleres alquilados por ONGs, empresas privadas, el Estado con el suficiente soporte técnico y logístico.
            Actualmente abren nuevos hoteles cruceños, varios de cadenas internacionales, con más inversión y lujos. El gran reto no está en esas competencias o en el Airbnb, sino en los recursos humanos. La comunidad de viajeros constantes, por turismo o por trabajo, demanda cada vez más un sistema personalizado en los alojamientos.
            La cadena IBIS es un ejemplo; o la propuesta del gobierno mexicano para que las empresas hoteleras compitan con Europa, Asia y Estados Unidos, más que con grandes edificios, con naturaleza y con el personal latino, que se da tiempo de conversar, de reír.
            Sin embargo, preocupa que estas empresas bolivianas tan esforzadas tengan al frente una política errante en materia de seguridad jurídica, populista con dobles aguinaldos, más impuestos, que pueden obstaculizar el empuje que tienen.


lunes, 27 de agosto de 2018

DEGRADAR A LA MUJER


            Aunque la travesía del militar encargado de la medalla presidencial parece silenciarse con “estamos investigando”, los ciudadanos no debemos olvidar. Este episodio es el retrato de la descomposición del gobierno, de las Fuerzas Armadas, del Movimiento al Socialismo y también de la sociedad.
            Las noticias y comentarios se limitaron a citar el escenario como “la zona más roja de El Alto”, “la zona de prostíbulos”, “la famosa 12 de octubre”, sin recordar que ahí también se sintetiza la explotación sexual de niñas, adolescentes y mujeres, la mayoría de piel cobriza y pobres.
            Hace algunos años, el municipio alteño intentó ingresar con la ley a esa larga calle de faroles rojos por motivos humanos, de salubridad y de seguridad ciudadana. Sin embargo, al igual que el Polígono 7, es otro territorio donde dominan los poderes fácticos. Entonces se informó, sin llegar a resultados conclusivos, que más de un concejal y supuestos líderes sociales- inclusive renombrados en las jornadas de octubre de 2003- eran protectores del negocio carnal.
            Estos días, la prensa local publicó notas especiales sobre la explotación sexual en El Alto, donde los infantes son parte de la degradación. Voluntarios que intentan ayudar a las víctimas contaron cómo se abren lugares de prostitución infantil y los vecinos se acostumbran a convivir con ellos. Salvo extremos como asesinatos, nadie denuncia ni se compadece.
            Hace algunos años, conocimos en comunidades potosinas, desde Uncía hasta Villazón, el rumor del robo de chiquitas que son llevadas a lenocinios de la frontera o de las grandes ciudades bolivianas.
            La Revolución Cubana, entre sus logros sociales, frenó por varias décadas el enorme sistema de burdeles que heredó del régimen. Acá, el Proceso de Cambio nunca se ocupó del asunto.
            Cito a mi amado anarquista Rafael Barret que resume qué significa esto:
            “No es lo espantoso que el hambre de la mujer sea peor que la del hombre, lo espantoso es que al hambre femenina se agrega una plaga especial, la prostitución. Era lógico que los más débiles entre los débiles fueran los más cobardemente torturados. Al macho que combate se le puede arrancar la salud, la razón, la existencia, no el sexo. A la mujer se le arranca todo, y además el sexo. Se le arranca el sexo mediante la ignominia. A tal grado de horror hemos llegado, a envenenar el amor en sus fuentes, a convertir la santa ánfora de la felicidad y de la vida, la mujer, es decir la madre, es una cosa obscena, donde todos escupen riendo. La triste y ronca prostituta que pasa, es el espectro mismo de la humanidad. Prostituta, hermana nuestra, en tus ojos no hay ya lágrimas, en tus cabellos no hay brisas, ni juventud en tu boca, ni esperanza en tu corazón. Han destruido a puñaladas la fecundidad de tu vientre. Todo lo has perdido, hasta el recuerdo, hasta el dolor y el deseo de morir. Te crees tal vez un cadáver que anda. Pero nosotros, hermana, tendremos esperanza por ti y te devolveremos cuanto te quitaron y te resucitaremos”.


viernes, 17 de agosto de 2018

SEXO, PODER, MENTIRAS Y FFAA


            El martes 7, en el Paraninfo universitario, la premiada socióloga y valiente luchadora Silvia Rivera denunciaba cómo militares aprovechan trampas sexuales para debilitar a los líderes de organizaciones sociales, sobre todo en espacios estratégicos como el Chaco o la Amazonia.
            Rivera detalló diversos asuntos que muestran la descomposición de las Fuerzas Armadas bolivianas en múltiples casos de corrupción nunca sancionados. Uno de los últimos el involucramiento del excomandante general Tito Gandarillas en el permiso a la oscura aerolínea LaMía (a lo que se pueden sumar el colapso del TAM que no paga impuestos, el fracaso en carreteras como La Paz a Chulumani y sigue un largo etcétera).
            Llamó la atención sobre las poco transparentes actividades de ADEMAF, entidad creada al perfil del capitán Juan Ramón Quintana. Como otros académicos, Rivera desnudó el cogobierno cocalero/chapareño con los generales, un patético escenario que nada tiene que ver con las utopías por las que luchó el pueblo boliviano durante décadas. ¿Qué nos pasa que soportamos tanto?, desafió al auditorio.
            A esa misma hora, 20:12, unos delincuentes (honrados) sacaban de un vehículo parqueado en un burdel de la zona más roja de El Alto una mochilita. Digna de una historia de Alejandro Dumas, cuando pensaban encontrar un celular o como mucho una laptop se hallaron con la medalla de oro y diamantes que el pueblo potosino obsequió al Libertador Simón Bolívar. ¡La corona de la reina!
            Podría ser un argumento cinematográfico si no fuese que la joya es la más importante de la historia boliviana, que su custodio era un militar que estaba ebrio y tan primitivo que no podía posponer sus urgencias sexuales a una misión oficial. ¡Patria o muerte, beberemos! Él es sólo la punta del iceberg del desmoronamiento institucional: un presidente del Banco Central que deja un tesoro bailoteando varios días; tres ministros que se esconden en el silencio; inteligencia que tiene asesores caribeños insólitamente desaparecidos; cadenas de mando sin protocolos mínimos.
            Si aquello parecía miserable, representativo de las caricaturas de lo que se llamó “repúblicas bananeras”, al día siguiente se realizó la farra-da militar que terminó en tal borrachera (y seguramente algo más) que un diputado dejó al desnudo su miembro en pleno aeropuerto internacional de Cochabamba. Un personaje que no pide perdón a su familia y a la población que pagó su pasaje, sus viáticos y su whisky, sino que dice que otros estaban como él y nadie los filmó, que fue pildoreado, que es víctima de las redes sociales.
            Y la cereza, el primer mandatario Evo Morales que al final de la misma fiesta se ríe y vuelve como tantas veces a temas sexuales que parecen obsesionarlo y nombra los atributos eróticos de Iván Canelas que sonríe cómplice como en anteriores ocasiones y anuncia su chaqui y que irá ¡zas cholita! Y Gisela López no dice nada, ni ninguna de las mujeres que tanto reclamaron por una caricatura en un periódico de Alacitas.
            Dicen que los pueblos se merecen a sus gobernantes y así es. Muchos festejan las actitudes presidenciales y él vuelve a insistir en que de borrachito era más cariñosito con las mujeres cocaleras. Y ahora las patotas del MAS no sólo cercan o chicotean, ahora humillan manoseando a las muchachas, más si son periodistas, más si son rubias.
            ¡Salud! Y ese es el proceso de cambio y ese es el líder mundial de los indígenas.
            Así como hay esos acólitos, hay muchos otros bolivianos, entre ellos los militares de honor, que están hastiados de esta descomunal descomposición y sienten asco. Como escribió José Martí, en esos restos de decoro personal siembro mi esperanza.

sábado, 11 de agosto de 2018

COLOMBIA, POTENCIA DEPORTIVA



            Pese a los esfuerzos personales, familiares y de algunas federaciones, Bolivia fracasó en los Juegos Deportivos ODESUR por la improvisación, la ignorancia y el derroche. Ni Evo Morales ni Gisela López pudieron culpar al imperialismo, a los chilenos o a la oposición por el desastre.
            Pablo Groux confesó a un medio como le tocó la rifa de organizar la inauguración porque una amiga le dijo que un amigo sabía y que él podía…, etc., etc. Un ejemplo triste de cómo se manejan los asuntos públicos y cómo se desperdician los dineros desde 2006.
            En el otro extremo está Colombia que encabeza los medalleros en torneos continentales, obtiene medallas de oro, plata y bronce en justas internacionales y se encarga de auspiciar decenas de citas deportivas. Coldeportes se fijó la meta de obtener 3.387 medallas de oro y ya suma 3.359 y faltan todavía los Juegos Centroamericanos.
            En tan solo ocho años, un país aún sumido en la violencia se convirtió en potencia deportiva. ¿Mesianismo? No: una política de estado que cuadruplicó el presupuesto de 2010 a 2018 destinado a infraestructura deportiva y a los recursos humanos: entrenadores, nutricionistas, psicólogos, fisioterapeutas, médicos, y el centro del esfuerzo, el atleta.
            Para Juan Manuel Santos, apunta Semana, el deporte era vital para el proceso de cambio en un tránsito hacia la paz y la búsqueda de una sociedad más incluyente y con más oportunidades. Una población sin acceso a la salud, a la educación y al deporte- sea criolla o indígena- no puede ser una población que goce calidad de vida.
            Colombia ocupó el puesto 23 de 206 países en los juegos Olímpicos de 2016, 15 escaños más que en 2012, al punto que algunos de sus atletas se convirtieron en emblemáticos. Encabezó en 2017 los Juegos Bolivarianos y este año los Juegos Sudamericanos.
            El éxito está acompañado por varios programas, ¡científicos! y sin intromisión de la política, menos del partido oficial. Atleta Excelencia busca que el deportista sólo se dedique a esa vocación dándole beneficios técnicos, médicos, sociales y económicos; incluye a personas con discapacidades físicas.
            También se respalda el desarrollo de un proyecto de vida integral que involucra la seguridad social, educación, vivienda, inserción laboral. Coldeportes consulta con las demás entidades. Desde 2014 junto a las autoridades de Barranquilla prepara los Juegos Centroamericanos con detalles que debería aprender el gobernador Iván Canelas.
            “Supérate Intercolegiados” es otro programa dirigido a chicos entre 7 y 17 años, con presencia en 340 municipios para alentar la práctica deportiva diaria y su formación como personas, con respaldo profesional, incentivos en sus estudios, incentivos para entrenadores y profesores, alcanzando a beneficiar a casi cuatro millones de personas.
            La mejora de toda la infraestructura deportiva a lo largo del territorio se realizó con planificación y en coordinación con municipios y mesas técnicas. Así también se alentaron Campamentos Juveniles para la población de adolescentes hasta los 28 años. Los infantes están cobijados con el programa recreativo Mandalavida.
            Por algo Colombia se llevó 239 medallas en Cochabamba. ¿Y Bolivia?

lunes, 6 de agosto de 2018

NIÑOS AMPUTADOS


            ¿Es posible quedar indiferente ante el llanto de un niño? La mayoría de las mujeres sentirá el instinto inmediato de acercarse a quien se lamenta, sea bebé, niño, niña, de cualquier etnia, de cualquier religión, de cualquier nacionalidad. Es posible que muchos hombres conmovidos intenten ayudar de una u otra forma a quien desde su corta estatura brota lágrimas.
            ¿Qué decirle a alguien que apenas camina, pero dice entre sollozos: “no te vayas papá”? O la pequeñita que ruega para que por lo menos le digan a su tía que venga a buscarla. Otras vocecillas repiten hasta ahogar la voz: “mamá, mamita, mamita, papá, quiero a mi papá, papaíto” y tantos rompen sus pequeñas gargantas intentando comprender qué les pasó.
            Es posible que otros adultos, madres en cualquier lugar del mundo, se pongan a llorar al escucharlos, al sentir su impotencia, sus preguntas, sus insistencias. Es posible que otros muchos adultos no se conformen con llorar, con compartir la pena, sino que además respondan con indignación. Aún en la humanidad hay restos de sentimientos que parecen haber sido arrancados a los miembros de la administración Trump.
            Es sólo por la solidaridad de esas personas, muchos de oficio periodistas, que la opinión pública mundial conoció el bajo nivel al que ha caído el gobierno de Estados Unidos. Únicamente los espacios de libertad que aún quedan y del Poder Judicial independiente han abierto una ventana.
            La nación que se enorgullece de su sistema constitucional muestra una vez más las garras del águila y cuánto puede rasgar a los demás. Estos últimos meses sus enemigos no tienen más de 5 ó 6, 8 años. Los encierran en jaulas para gorilas peligrosos, sobre suelo pelado, con régimen de comida grotesca, como carga de pollos. A uno que apenas balbucea le ponen frente al juez para que se defienda.
            Cientos de infantes han sido separados de sus familiares por orden de la Casa Blanca, pero la responsabilidad histórica cae en muchos otros. Los propios médicos, psicólogos y trabajadores sociales que vieron a los chiquitos encerrados, aun cuando algunos han sido devueltos a sus familias, opinan que esos seres humanos están afectados para toda la vida.
            En su tierno corazón asocian el dolor a la idea del abandono, creen que sus padres no los supieron defender. Las secuelas podrán aparecer ahora o cuando ellos mismos sean adultos. Ninguno quedará sin la marca de la maldad de Donald y Melania.
            No es la primera vez que ocurre algo así en la historia universal y hay casos patéticos como la separación de las familias de esclavos o de los nativos de Australia para “civilizarlos”, pero se creía que eran vergüenzas superadas.
            Además, hay que recordar que la violencia social en Centroamérica, la existencia de maras, de grupos armados irregulares, de mafias narcotraficantes están estrechamente ligadas a la política estadounidense en la región. Nada indica que exista alguna luz para lograr soluciones integrales que impidan a desesperadas familias intentar una y otra vez salir del miedo a enfrentar otro pantano y que se cierre al fin el ciclo de la violencia.

MEMORIA OBRERA



            El semestre que termina nos trajo también buenas noticias, entre ellas la entrega de dos obras escritas por sendos protagonistas de la historia boliviana del último medio siglo. Se trata de los trabajos del líder minero Simón Reyes Rivera y del emblemático dirigente fabril Felipe Tapia, ambos militantes del Partido Comunista de Bolivia.
            Reyes escribió distintas obras en sus escasos momentos de tranquilidad, después de décadas de persecución por su actividad política y sindical. Perteneció a la generación de oro de la dirigencia de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), emblemática portaestandarte del movimiento obrero latinoamericano hasta ahora, cuando fue coptada por el poder central.
            Simón Reyes tuvo la formación de un cuadro partidario de los años cincuenta, con lecturas teóricas, historia mundial y nacional, biografías de los autores de la revolución de 1917 y además literatura, arte, cultura general. Por ello era un placer escucharlo en la charla de café o en el discurso durante el congreso sindical. El, como sus compañeros, protagonizaba debates ideológicos, siempre respetuosos.
            El 24 de junio de este año, su familia tuvo la buena iniciativa de publicar la versión de Reyes sobre los sucesos de la Masacre de San Juan en el distrito minero de Siglo XX, al norte del departamento de Potosí, relacionada con las guerrillas que se desarrollaban al otro extremo, en el sureste del país.
            Es fundamental que los protagonistas no sólo sean entrevistados por los historiadores, sino que aporten sus propios recuerdos y su enfoque personal. Reyes muestra que falta mucho para entender la dimensión de esos hechos que aparecen en apenas un párrafo en el Diario de Ernesto Guevara y que en general se tienen como secundarios a las batallas militares.
            El aporte, difundido por la prensa local, se une a una nueva filmación de Adys Cupull y Froilán González, investigadores cubanos, que están empeñados desde hace tres décadas en desentrañar la historia del Ché y el rol de sus compañeros bolivianos. También conocí estos días informes secretos de las Fuerzas Armadas sobre el alcance de la relación entre la protesta minera y el levantamiento armado.
            Queda claro que los mineros bolivianos, como hicieron desde 1944, tenían claros objetivos políticos, ideológicos, y la opción por la acción directa. Su otro pilar fundamental era la independencia de clase, asunto perdido este 2018.
            Felipe Tapia me entregó parte de sus manuscritos para prologarlos. La obra es monumental, con una visión de la historia de las primeras factorías bolivianas, sobre todo en La Paz, las villas obreras, la organización del proletariado urbano, las luchas de sexenio, el emblemático año 50, la ilusión de la revolución de 1952, las rupturas con los gobernantes. Tapia cumplió, junto con otros dirigentes que lucharon por la democracia, las tareas históricas que hicieron grande al proletariado nacional.
            Estas obras se suman a los escritos de Filemón Escobar y de Felipe Quispe y muestran que los mejores historiadores son los que vivieron los hechos.

ZAPATERO A TUS ZAPATOS


Es inédito en la historia de la nación el uso de la agencia de viajes oficial, ya no sólo para financiar los innecesarios desplazamientos del primer mandatario, sino para costear las giras turísticas de muchos dirigentes sindicales que no aportan nada a los objetivos de desarrollo o de relaciones internacionales. Un observador desprevenido podría pensar que esa partida en el Ministerio de Relaciones Exteriores corresponde más al reino del rey Midas que a un país que intenta salir de la extrema pobreza.
Desde los inicios, aprovechando que heredó una economía ordenada y con deuda externa perdonada, el actual régimen pagó además las visitas de muchos políticos y personas funcionales a su política de propaganda, desde cantantes hasta la Premio Nobel Rigoberta Menchú.
Ahora toca preguntar, cómo financió su-s llegada-s (pasajes, alojamiento, viáticos, etc.) José Luis Rodríguez Zapatero, más conocido como Zapatero o como ZP, Zapatero Presidente, por las siglas de la campaña que lo llevó a ser dos veces presidente del gobierno español. Como Evo Morales, el líder socialista tuvo la fortuna de llegar a gobernar en 2004 en un país que ya había transitado de una economía atrasada, en relación al resto europeo, a un progreso que dio gran calidad de vida a sus habitantes.
Cuando le tocó administrar la crisis de 2008 mostró sus debilidades y dejó a España con altas tasas de desempleo, el sistema financiero colapsado y la peor crisis del sector inmobiliario. Su fracaso lo obligó a adelantar las elecciones y para los españoles su figura es la de alguien que no supo estar a la altura de un estadista.
Desde hace un lustro, Rodríguez Zapatero encontró una gran fuente de sobrevivencia política y de ganancias. Incursionó en entidades de la sociedad civil de nivel internacional.
Posteriormente se consiguió un puesto en un sainete disfrazado de diálogo entre la oposición venezolana y el régimen chavista madurista, que obviamente fracasó porque el supuesto intermediario se limitó a ganar tiempo para el dictador. En su historial quedará esta acción como una gran burla al pueblo venezolano que intentó salir del torbellino, ahora ya imparable, con más muertos de hambre y más exiliados económicos y políticos que nunca en su historia.
Zapatero se quiere presentar como alguien que ayudará a gestionar recursos o turismo ante España. Ignora que desde el inicio de la democracia, Madrid tuvo una política de estado de apoyo a América Latina, particularmente a Bolivia y en especial a Potosí, traducida en decenas de obras que sería largo enumerar. Si alguien ayudó a difundir la quinua a nivel mundial y las Misiones jesuíticas fue la Reina Sofía.
Es absurdo cómo Evo baja la cabeza ante determinados personajes y cómo se usa el Cóndor de los Andes, peor que en las épocas dictatoriales. A Rodríguez se suman los mimos y condecoraciones a Pablo Iglesias, otro inútil para Bolivia, sólo vistoso para el clap clap que tanto gusta a los socialistas del Siglo XXI. Otro revolucionario gustoso de los lujos más burgueses, como un departamento costoso.
Socialistas más colonizados que sus abuelos, como lo reconoció ZP, porque hablan contra el imperio en discursos pero en la mesa del banquete les susurran que son sólo palabras que gustan a las masas.


¡OTRA DÉCADA PERDIDA?


            Hace poco,  un conocedor del fútbol latinoamericano decía que los escasos resultados de las selecciones del continente, en la última Copa Mundial Rusia 2018,  son un reflejo del retroceso del balompié en la región, a causa de la corrupción y del despotismo con los que se manejaron las confederaciones de fútbol en los últimos lustros.
            “Hemos retrocedido 20 años”, se lamentaba esa voz, que llegaba desde Uruguay, el más digno plantel de la América sureña, donde su director técnico, el maestro Tavare Vázquez, insiste que entrenar jugadores no es sinónimo de preparar estrellas, sino, la construcción de personas integrales.
             ¿Qué se podría decir de las demás selecciones? 
            En Bolivia, el presidente Evo Morales cree que el pasto sintético -que compró el Estado a algún feliz comerciante- es suficiente para fomentar el deporte. Es probable que no conozca las historias del migrante Enrique Happ, o del cruceño Aguilera, que crearon sendas escuelas, en Cochabamba y en Santa Cruz de la Sierra, para fomentar no solo la competición deportiva, sino los valores éticos.
            ¿Cuánto retrocedió el deporte boliviano en la última década? No sólo el fútbol, sino el conjunto de disciplinas, por la falta de políticas públicas para crear verdaderos espacios de práctica corporal, como parte de la formación integral de niños y jóvenes. 
            Los escasos resultados para los equipos bolivianos, en Odesur, nos muestran la improvisación en todo lo que le toca enfrentar al gobierno del MAS. Tuvieron cuatro años y mucho dinero; pero no tuvieron conocimiento, preparación, decisión y mucho menos transparencia, evidenciando a través del deporte nuestra realidad actual. 
            Bolivia no ha sabido aprovechar las oportunidades que el contexto histórico le ha brindado en la última década. Y difícilmente podrá recuperar lo que seguramente se llamará “la segunda década perdida”, como pasó en los años ochenta.
            Los grandes esfuerzos por crear un Estado moderno y los avances para tener una administración pública sólida, basada en la meritocracia, capacitada de manera permanente, a través de la escuela de gestión estatal, titulada, competente, conocedora de idiomas modernos, fueron enterrados por la influencia del modelo chavista, que anuló el ritmo del proceso histórico boliviano. 
            En cambio, tenemos una burocracia tan inflada que necesita un nuevo palacio para dos ministerios y edificios de 15 pisos, supernumeraria y escasamente formada. El propio presidente admite que le es difícil contar con recursos humanos, que implementen el programa de desarrollo económico y social.
            En el área de justicia, si antes existían vacíos, hoy se abre un enorme agujero negro que se ha tragado todos los diagnósticos y mejoras constitucionales y operativas que se comenzaron a implementar entre 1994 y 2004.
            Así, tal parece que, a pesar de los publicitados avances, estamos retrocediendo en la construcción de nuestro Estado y de lo público. El deporte y nuestro fútbol son solo dos ejemplos.

LA PAZ, CUNA DE LIBERTAD, TUMBA DE TIRANOS


            Algunos creen que la frase, “La Paz, cuna de Libertad, tumba de tiranos” es sólo una consigna cómoda para repetirla en discursos. Las crónicas muestran que detrás de esas palabras hay una historia larga y una historia corta que resume esa actitud permanente de los paceños y de quienes llegan desde todos los puntos cardinales como nuevos vecinos.

UNA HISTORIA LARGA
            El espacio geográfico del valle tibio, rodeado de montañas rojas y violetas, bañado por las aguas cristalinas de las montañas, era un punto de intercambio de productos de la tierra en las lejanas épocas de los indios pacajes y de los señoríos aimaras. No perdió su fortaleza en los cortos años que estuvo bajo dominio incaico, cuando llegaron las huestes del imperio español. La influencia milenaria de la civilización tiahuanacota y sus formas de organización social y económica habían sobrevivido a todas las oleadas invasora, sea para el trabajo agrícola, el culto, la guerra, la expansión, hacia la costa (de ida y de venida), hacia las estribaciones de la cordillera, hacia el piemonte de la selva amazónica.
            Aunque los antiguos documentos en diferentes archivos americanos y europeos destacan sobre todo los roles de los malkus y curacas en el norte del actual departamento de Potosí y los valles hacia el suroeste del actual departamento de Cochabamba, en las distintas provincias de los señoríos aimaras paceños se mantuvo el sistema social y económico. Los habitantes de estos parajes, incluyendo los que poblaban las alturas del páramo se distinguieron por su vocación comercial, habilidad que pasaron de generación en generación y más tarde desde su original paisaje hasta las veredas urbanas y actualmente hacia el Oriente o hasta las metrópolis latinoamericanas, en Estados Unidos o en España, Alemania.
            Esa habilidad de fenicios habría de distinguirlos por centurias.
            Por ello, la ciudad ya era la referencia más importante cuando se desató la gran sublevación de indios en 1780. El formidable alzamiento no sólo estaba motivado contra las reformas borbónicas que desconocieron los acuerdos o “modus vivendi” que se había logrado desde las visitas del Virrey Toledo, o contra los nuevos impuestos y restricciones al comercio de tejidos propios, sino que canalizó décadas de resistencia a la dominación hispana, sea directa- sangrienta- o cultural, con la imposición de un segundo estado no formalizado y la práctica de sus visiones de mundo más tradicionales.
            La organización de las fuerzas rebeldes, sus estrategias para cercar a los criollos y a los metropolitanos, su capacidad de combinar ataques con defensas llama la atención. ¿Qué espíritu podía ser tan poderoso para impulsarlos a la guerra aun cuando las fuerzas estatales eran obviamente muy superiores en armas y escuadras? ¿No era una primera muestra del terremoto que se descontrola cuando se impide el ejercicio de la libertad personal o colectiva?
            No vamos a entrar en los detalles, mas hay elementos que parecen increíbles para el observador actual. ¿Cómo tuvo la idea Julián Apaza de adoptar un seudónimo como un guerrillero moderno, cómo escogió dos nombres tan simbólicos como Tupac- serpiente y de recuerdo del líder quechua/inca y Katari/serpiente de homenaje al guerrero de Chayanta y Macha?
            ¿Cómo incorporaron con tanta fuerza a las mujeres, Bartolina Sisa, Gregoria Apaza, a ser la vanguardia de los soldados y encargarse de la logística de la tropa? ¿Qué episodio similar podríamos comparar con alguna acción en este nuevo milenio, en cualquier parte del mundo, con estas hembras que sacudieron a los militares de oficio? Quizá las guardias misteriosas de Kadaffi, quizá las milicianas kurdas. Era fines del siglo XVIII y aunque había historias de troyanas y de españolas valientes frente a tropas invasoras, pocos casos se igualan con estos roles que aún parecen imposibles en medio de feminismos y políticas de género.

LAS “BULLAS” DE 1809
            En 1805 y en 1809, cuando comenzaron las primeras “bullas” independentistas- como las registran los informes coloniales- La Paz ya era una principal referencia de la Audiencia de Charcas. Potosí, con su relevancia para la primera acumulación capitalista, eje articulador de la futura nación, no lograba el peso político de la ciudad norteña que conectaba sus riquezas con los mares del sur.
            Charcas, también heredera de la organización indígena precolombina, sede principal de las decisiones estatales, académicas y eclesiásticas para la Audiencia y receptora de las instructivas de ultramar, de Lima y luego de Buenos Aires, no tenía más de 20 mil habitantes cuando comenzó la revolución de mayo.
            El rol de los paceños durante los quince años de guerra fue marcadamente de audacia y de coraje. No faltaron las traiciones y envidias como en el resto del continente. Sin embargo, no hubo tregua.
            Una vez más, las mujeres se encargaron de tomar decisiones fundamentales para el curso de la guerra. Entre todas, la más libertaria fue Vicenta Juaristi Eguino, la criolla que conspiró con sus distintos maridos y amantes para apuntalar la utopía de la Proclama dl 16 de julio de 1809.
            No sólo entregó joyas y bienes para ayudar a financiar las vituallas para los patriotas, también llevó cartas clandestinas, escondió a insurrectos, defendió a perseguidos, fue ella misma detenida. Al comprender que la victoria estaba cercana dejó las tareas a sus hijos, ella ya había aportado lo suyo. Temía el desorden futuro, el aprovechamiento de los patriotas recién convertidos, pero les dejó las nuevas batallas a sus hijos. Murió en época republicana y fue ampliamente homenajeada; al contrario de lo que se repite, la sociedad no era tan pacata y la lloraron hombres y mujeres y nadie se atrevió a censurar sus muchos amoríos.
            Dejó una casa, en la actual esquina Potosí y Ayacucho, como logró identificar el historiador Alberto Crespo. ¿Qué diría ella y qué diría el custodio de la memoria de los paceños, si al volver a la tierra vieran lo que ha sucedido? El gobierno del cocalero Evo Morales la mandó demoler y en su lugar se construyó un palacete con el estilo de los casinos estadounidenses.
            Adiós historia, adiós memoria colectiva.
            El único guerrillero sobreviviente de las republiquetas que logró un puesto entre los doctores que crearon a la nación y que en 1826 debatieron la primera Constitución Política de la República de Bolivia fue un paceño.

LA PAZ EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA NACIÓN
            La Paz tenía cerca de 70 habitantes en el censo de 1830, era el principal centro de intercambio comercial del país con sus vecinos y con Europa y ya pesaba como ninguna otra ciudad o ningún otro departamento en las definiciones políticas, sean palaciegas o sean montoneras.
            Es importante recordar que La Paz se desarrolló y obtuvo ventajas con relación al resto de otros centros urbanos o productivos por el trabajo, esfuerzo y capacidad de sus propios habitantes y parroquianos.
            En este inicio del nuevo milenio no faltan voces que creen que La Paz creció y logró bienestar y calidad de vida por el favoritismo del centralismo. Antes de cualquier centralismo, los paceños ya tenían una ciudad primorosa, con mercados muy bien surtidos, cajas de agua, callejones, calles y avenidas, iglesias barroco mestizas, imaginería, orfebrería, cerámicas, tejidos, cesterías, carbón y minerales. Se podía conectar con Lima, pasando por la Garita, por Alto Lima, por los caminos al oeste, con Buenos Aires al sur, con el puerto boliviano de Antofagasta o con otros muelles peruanos y chilenos.
            La Paz tuvo, además, el rostro mestizo, como ninguna otra gran urbe continental, ni siquiera en México o en Guatemala hay una experiencia similar. El turista moderno puede recorrer varios rostros en pocas horas, desde las alturas que en estos días amanecen nevadas y la impresionante montaña de colores que la ampara, el Illimani. No está dividida solamente entre las antiguas parroquias de indios de Chuquiago marka o la plaza y las calles ajedrezadas del centro criollo, sino que está el mestizaje paceñisimo de Churubamba, la influencia de la selva hacia la salida a Los Yungas, los vestigios de los antiguos barrios señoriales, la influencia estadounidense hacia el sur y hacia barrios cerrados, los paseos y parques hacia la salida a Río Abajo y una amplia red desde époas precolombinas hasta los valles y los cocales.
            Desde siempre y también ahora, la oferta gastronómica es la más variada de Bolivia. Ahora con muchos nuevos emprendimientos, desde el más premiado “Gustu” hasta las caseras en el Mercado Camacho, las sandwicheras en La Florida y los jóvenes que estrenan carromatos desde donde difunden sabrosas fusiones en un fenomenal nuevo logro de los paceños.
            Desde hace unos lustros con un ingrediente más llamativo, el amazónica. Tarde, pero todavía a tiempo, La Paz como ciudad y como departamento comprende que además de ser pluricultural es multigeográfica y que puede consumir trucha del Lago Titicaca, pero también pacú o surubí de sus ríos caudalosos. Tiene más de 50 variedades de papa, arroz, maíz, maní o hierbas finas, champiñones, yuca o plátanos y todas las frutas que caben en la imaginación.
            De pronto, la ciudad que estaba somnolienta con tanta agresión política, bloqueos y cismas, despierta y se convierte en un extraordinario destino para comer rico.
            Su fuerza económica generó desde el inicio las presiones para ser sede del poder político y militar, además del productivo que había logrado expandir con sus habilidades comerciales.
            Las residencias alternativas del gobierno entre Sucre y La Paz estaban usualmente tensionadas y ambas urbes contemplaban la sucesión de asonadas, golpizas, muertes.
            En La Paz, los habitantes castigaban a los tiranos. Un caso ejemplifica la reacción popular a los abusos y es una lección que sigue vigente.
            Aunque tantos caudillos bárbaros habían ingresado al poder para repartirse los bienes del estado y para perder partes del territorio original, el populacho convivía con los excesos; algunos periodistas los denunciaban, otros se oponían tímidamente.
            Distinto fue cuando el director de policías, Plácido Yañez mandó asesinar a los opositores apresados en el Loreto, antiguo edificio situado en el actual terreno del Palacio Legislativo. La soldadesca los acribilló cuando dormían, entre ellos al yerno de Isidoro Belzu, Jorge Córdova. Una imagen tan estremecedora como la del Hotel de Las Américas en 2008.
             Los artesanos bajaron desde las laderas a castigar al culpable de tanta malicia. Subieron desde las avenidas las caceras de los mercados.  La plebe mató al matador.
            Los políticos creyeron que era hora de aprovechar esa reacción ciudadana, pero hombres y mujeres volvieron a sus casas. Habían ajusticiado a Yañez, el perverso que mató a personas que estaban en dormitorios, había pasado la línea roja de los muchos conflictos anteriores.
            Así sucedió en otras ocasiones. Incluso en 1946, el populacho colgó a Gualberto Villarroel en una orgía sangrienta, por sus medidas sociales, pero también porque había mandado matar de forma vil y traicionera a antiguos congresales y a personalidades, como Luis Calvo, entre otros.
            Es posible imaginar que tampoco hoy los paceños quedarían indiferentes si alguien asesina a la cúpula de los actuales opositores o a líderes de la sociedad civil.
            La Paz escogió ser tumba de tiranos y algo que molesta a sus habitantes es el abuso desde el Estado.

LA PAZ SEDE DE GOBIERNO
            La Paz es sede del gobierno, ejecutivo y legislativo, desde 1898, después de una guerra fratricida que dejó profundas heridas y que habría podido evitarse con un poco más de cordura y sensatez.
            El nuevo siglo saludó a la ciudad en pleno desarrollo social, económico y urbanístico. Barrios emblemáticos como El Prado, Sopocachi, San Jorge, Obrajes, parte de Miraflores reflejan aún hoy el gusto exquisito de las nuevas élites. Los liberales alentaron la expansión de la educación y crearon normales para beneficiar a las maestras mujeres, alentaron los centros culturales y deportivos, las factorías modernas de tabaco, bebidas, hilados.
            Durante medio siglo fue la principal ciudad boliviana receptora de los migrantes europeos expulsados de sus antiguos hogares por causas económicas, pero sobre todo por causas políticas durante las dos guerras mundiales.
            Esa nueva sangre trajo tecnología y progreso, aun cuando aquel no llegó a una mayoría, como si conseguían otros gobiernos como Batlle y Ordoñez en Uruguay o Figueres en Costa Rica. Las laderas se llenaron de villas obreras.
            La Paz, con apoyo de migrantes centroeuropeos, fue la pionera en tener conjuntos estables de teatro moderno, compañías de danzas, escuelas de bellas artes, más tarde una orquesta sinfónica, los museos nacionales.
            A lo largo del Siglo XX y hasta nuestros días es la urbe que más se sacrifica por combatir a los tiranos, sean militares o civiles. Y sus mujeres siempre en primera plana, sean sufragistas como Carmen Sánchez Bustamante de Sánchez de Lozada;
activistas como las barzolas y abogadas del MNR; conspiradoras como las falangistas, guerrilleras guevaristas, defensoras de la democracia, grafiteras.
            La Paz siempre abrió sus puertas a los forasteros, sean bolivianos o extranjeros, eslavos o gitanos, empresarios o buhoneros.

LA PAZ SOLIDARIA
            Además, los paceños y quienes deciden vivir en La Paz se convierten, a veces a la fuerza, pero generalmente como anónimos voluntarios que sustentan las muchas luchas sociales del pueblo boliviano.
            Cada día, desde hace décadas, llega alguna marcha, una protesta, un cerco y la ciudad abre sus brazos, sea a las esposas y madres de presos políticos; las mineras ayunando en el Arzobispado; a discapacitados, a los universitarios, agrarios, gremiales, cocaleros.
            La Paz cobija a los rebeldes, los tolera. Muchas veces los alimenta, les da un espacio para que duerman, aunque lancen dinamitas, aunque destrocen sus avenidas, aunque pinten sus edificios y, tristemente, maten a algún ocasional peatón.
            Quizá el recuerdo más simbólico de todo ello quepa en un día de octubre, en un año del nuevo siglo, en un momento irrepetible, cuando los niños del kindergarten miraflorino, los banqueros de la Camacho, los intelectuales del Alexander, las barrenderas de la alcaldía, los profes de la U y tantos, tantos, tantos más salieron a vitorear a los marchistas que defendían el bosque y con él al futuro de la humanidad,
            Viva el TIPNIS, gritaban y se peleaban con estrechar la mano de la mujer descalza. Viva el TIPNIS y le alcanzaban una gelatina, una gorra, una frazada.
            Esa es La Paz, esa es mi ciudad. Al que no la conoce, no la comprende, mal le irá.