viernes, 30 de agosto de 2019

LA VICTORIA DEL PUMA REVILLA



            Vuelvo a referirme a un asunto local porque una vez más encontramos patrones que siguen un modelo común- con variantes de más o menos intensidad-, con la lejana referencia del estalinismo soviético y con otras más cercanas, en el tiempo y en el espacio.
            La democracia liberal está herida en América Latina desde la irrupción del neopopulismo, sobre todo aquel bajo el nombre común de un supuesto “socialismo siglo XXI”. Después de la caída de las dictaduras en el Cono Sur y de los procesos de paz en Centroamérica hubo unos instantes de ilusión: el continente podía ser plenamente democrático.
            El neopolulismo deja las instituciones republicanas quebradas; sin división de poderes; organismos de control sofocados; envilecimiento de los valores morales; y la sistemática y sutil persecución a opositores, periodistas y líderes indígenas.
            En el ejemplo de la ciudad de La Paz padeció muchos embates institucionales en los prolegómenos del populismo (CONDEPA). Sin embargo, como el Ave Fénix, logró en una década revertir aquel estropicio con gobiernos municipales ordenados, con gobernanza interna y con planes para el desarrollo económico sustentable y el mejoramiento continuo de su capital humano, desde el bebé al adulto mayor.
            El Movimiento al Socialismo, mientras fue aliado del MSM habló de “clonar” esa experiencia; después intentó doblegar a los candidatos del MSM y de SOL.BO. Perdió en las urnas, una y otra vez. Desde entonces aplicó todos los mecanismos posibles para ahogar las finanzas de la ciudad; para entorpecer sus programas más populares; para cercar a sus autoridades con procesos judiciales. Incluso con causas que datan de cuando el alcalde era un niño.
            Luis Revilla Herrero tuvo que soportar la peor de las guerras sucias, la más intensa y sin tregua. Ningún otro adversario del MAS padeció en ese grado. Absolutamente todas sus medidas fueron obstaculizadas. Nunca sabremos cuánto hubiese avanzado la ciudad si desde 2010 el MAS no la hubiese cercado con marchas, loteamientos, huelgas de transportistas, destrozo de bienes públicos.
            No dudaron en ampliar el ataque a su familia y a su esposa, con intensidad desde el día que fue madre. Día a día, “Cambio”, Canal 7 intentaron hundir la gestión de Revilla.
            El blanco preferido fue el proyecto de buses municipales. La absurda guerra contra los “Puma Kataris” alentada por el MAS usando dirigentes vandálicos. Luego vino el asunto de la basura; las acusaciones de asesores masistas infiltrados en el Consejo Municipal; decenas de pretextos.
            Fiscales y jueces elegidos por el MAS condenaron a Revilla a detención domiciliara “sin derecho a hacer campaña” (¿Dónde estará ese artículo en los códigos vigentes?).
            El domingo 25 fue como un estallido de la bronca vecinal por tantos excesos, Sin control de fichas, sin ser obligada, la gente salió a defender al “Puma Katari” y, por extensión a Revilla, su progenitor. Reventaban las redes sociales, las llamadas, las imágenes, los datos. No sólo los directamente beneficiados sino toda la ciudad. Ganó la acción ciudadana frente a la violencia. Lucho festejó la inauguración con un mensaje sereno.
            Salió mal el golpe contra Revilla. Al contrario, consiguió que hasta sus críticos no acepten tanto abuso. ¿Qué harán ahora las masistas encubiertas que ya soñaban con la silla edil? ¿Cómo logrará la población paceña intentar superar tantos bloqueos?
           

viernes, 23 de agosto de 2019

VLADIMIRO MONTECINOS EN BOLIVIA



            Esta semana recordamos el golpe militar de Hugo Banzer de 1971 que significó la cárcel, la persecución, el exilio para decenas de periodistas. El mismo tono que el 17 de julio de 1980 cuando las tropas asaltaron radios y periódicos antes de ingresar al Palacio de Gobierno. Anteriormente, en los sesenta, militares asesinaron al periodista Alfredo Alexander
            En el nuevo siglo, los ataques contra la prensa boliviana son diferentes, pero siguen influenciados por los servicios de inteligencia- aunque la CIA fue reemplazada por otros foráneos- y por las Fuerzas Armadas que cogobiernan con el MAS.
            Los militares estuvieron relacionados con la comunicación masiva en diferentes momentos, fomentaron “Radio Illimani” en vísperas de la guerra y la usaron para anunciar sus cuartelazos. Como otras dictaduras abrieron el canal estatal con fines de propaganda. Sin olvidar que Internet es también una creación relacionada con la guerra.
            No es casual que el gabinete de propaganda esté conformado por un capitán entrenado en la Escuela de las Américas; exguerrilleros y otros simpatizantes de la lucha armada. Es interesante revisar el lenguaje que emplean tanto el comandante Kalimán como ellos, típicamente castrense: estrategia (envolvente), enemigo, desestabilizadores, antipatriotas (adjetivo preferido). Sus asesores sudamericanos vienen de grupos armados.
            Ahora sacan sus huestes escondidas en páginas electrónicas anónimas para atacar a los medios de prensa y a los periodistas más prestigiosos, como ya fue denunciado. Se esconden bajo el nombre de “guerreros digitales”, auspiciados por el Estado.
            Actualmente los líderes de las protestas en Hong Kong enfrentan una temible campaña digitalizada desde China, ¿casualidad? Si EEUU aprendió en la Guerra de Viet Nam cómo controlar a la prensa en la Guerra del Golfo y sucesivas invasiones, los estalinistas dejaron la acción directa para usar la sutil.
            Aunque usan el manual de Trump de declaraciones estrepitosas para tener siempre titulares, el modelo preferido es el que Vladimiro Montecinos desarrolló en Perú en los 90. Sus directrices las podemos encontrar en los discursos y ataques del MAS contra instituciones, periodistas y candidatos.
            El objetivo primero es controlar la información utilizando métodos variados, incluso los más vedados y sobre todo la calumnia. Falsificación de datos, manejo de medias verdades, declaraciones o documentos fuera de contexto, acusaciones anónimas que otros repiten responsabilizando a esa fuente (“las redes, un comentario, el analista, etc). Aprovechan la complicidad, el miedo, el silencio o la ingenuidad de otros medios para dar eco infinito a la calumnia, a la media verdad.
            Algunas noticias son simplemente inventadas como acusar a alguien de recibir dinero del narcotráfico; para bajar la moral de un periodista considerado enemigo atacan incluso a su madre; o para dañar al alcalde opositor no dudan en presionar a la esposa que acaba de tener una guagua.
Análisis aparte merecen las caricaturas, las fotos, los titulares en portada.
            Pese a todo ese poder que desborda dinero, la comunidad resiste, primero porque Bolivia no es una sociedad anónima y sabe quién es quién; porque hay instituciones firmes y porque hay personas- periodistas- (aunque cada vez menos) que no dudan en decir lo que saben y lo que piensan a pesar de que las amenazas directas o vedadas.


viernes, 16 de agosto de 2019

VOLANDO BAJO EN BOLIVIA



            Viajar en, desde o hacia Bolivia es más peligroso que hace décadas, a pesar de muchos esfuerzos estatales, empresariales, institucionales y personales. Es difícil repartir las culpas y tampoco parece fácil encontrar mejoras en el corto plazo.
            Al reportero que debe trasladarse por tierra a zonas aparentemente tan comunes como Laja o Copacabana, en el este, a los Yungas y al norte amazónico, o hacia Quillacollo le deberían asignar un seguro de vida. Las carreteras, aún las recién estrenadas, tienen baches peligrosos. Ir a Coroico, supuesto primer municipio turístico de Bolivia, es atravesar zonas colapsadas, en la carretera principal, en el tramo entregado hace dos años por la gobernación y en el ingreso local que ya perdió partes completas de la plataforma.
            Volar es otra ruleta rusa. Hace una década se inauguró la empresa plurinacional Boliviana de Aviación con temores y con buenos augurios; había miedo a los aviones de origen chino, pero había confianza en el personal profesional que la organizó y en los aviadores bolivianos, usualmente destacados. BOA impuso su monopolio y logró llegar a puertos interoceánicos. Fueron buenos momentos.
            En cambio, en los últimos tres años, cada vez con más frecuencia, los vuelos de BOA, internos e internacionales, sufren retrasos y un aumento peligrosamente creciente de incidentes. Nadie explica dónde y cómo BOA alquila esas aeronaves. En mi último viaje Santa Cruz La Paz, uno de los dos baños estaba fuera de servicio (¿?) a las seis de la mañana; el otro tenía los letreros en griego o quien sabe en qué idioma y los asientos eran más viejos que flota sureña.
            El catering no logró nunca ser acertado, no sólo cuando recayó en el círculo de la familia García Linera, sino que no consiguió presentar productos locales que tanto se podrían aprovechar. En los vuelos a Madrid la atención es lamentable, poco elegante bienvenida a Bolivia.
            El turista que llega por La Paz o por Santa Cruz no encuentra información en personal de tierra para vuelos de conexión ni existen letreros de orientación. La primera sonrisa es la foto del actual binomio que presenta una candidatura no constitucional, algo que no pasa ni en Caracas. Grotesco.
            Las anécdotas suben de tono cuando tocamos el asunto de los aeropuertos inútiles usados por el Movimiento al Socialismo para su campaña electoral abusando de bienes estatales. El de Chimoré no fue nunca internacional, a no ser que existan vuelos no conocidos, y ahora BOA tampoco llegará. ¿Por qué se rifaron 34, 5 millones de dólares?
            El aeropuerto de San Ignacio de Velasco, que ya estaba planificado desde el gobierno de Carlos Mesa, costó 20 millones de dólares, pero no opera por falta de equipos de aeronavegación. Tampoco atiende el aeropuerto de Ixiamas.
            El caso más dramático es el de Sucre, con toda su estructura de polifuncional, baños de terminal de buses y, aún peor, se cierra cada que llueve o hay neblina. Fueron patéticas las escenas de delegados a la reunión de la OEA este febrero, incluso personas que venían por un solo día o indígenas que no llegaron nunca a la sesión donde tenían que dar testimonio.
            La cereza la tiene el Jefe de Estado que va en helicóptero de su casa chica a su casa grande, del cuartel al hangar y a su cato. Otro asunto más para superar desde 2020.




           

viernes, 9 de agosto de 2019

MAS COCA, MAS COCAÍNA, MAS NARCOS



            Está en los archivos de la historia el programa televisivo estadounidense que reveló con detalles la relación de militares bolivianos con el tráfico de estupefacientes. En 1980 se llamó el “golpe de los narcos” a la asonada sangrienta que interrumpió el proceso democrático. Sus protagonistas fueron condenados por la violación de los Derechos Humanos pero, salvo un caso, no hubo sentencia por sus delitos comunes; es más, varios cobran todavía sus rentas –como todos los jubilados de las FF.AA- con el 100% de sus salarios.
            La relación de la cocaína con el poder político boliviano no era nueva, comenzó justamente en otras etapas de dictadura y continuó con diferentes expresiones a lo largo de los años, incluyendo la oferta de un alto capo para ayudar a las finanzas públicas en tiempos de crisis. El momento de reflexión colectiva sucedió después de los asesinatos en cadena en el llamado caso Huanchaca.
            También supimos en los años ochenta que bandas como los “novios de la muerte” aglutinaban atentados, ideologías violentas y tráfico de drogas entre Bolivia y Europa. Recién en la siguiente década se conoció que la tentación llegó a la izquierda latinoamericana, incluyendo los más revolucionarios.
            La prensa denunció diferentes hechos y también durante al menos 25 años defendió al eslabón más débil de la trasnacional más poderosa del mundo, los productores de coca del trópico cochabambino. Formó comisiones y alentó investigaciones sobre los excesos de la DEA estadounidense y de su doble moral.
            Quizá fue un enorme error estratégico, inocente, pero con repercusiones terribles a la luz que da el tiempo, que todo lo devela y aclara.
            Desde 2006 gobierna en Bolivia el máximo dirigente cocalero del área cuestionada, Evo Morales Ayma, y desde entonces (con algunos subibajas) aumenta la producción de coca. La persecución a los rivales legales en el área tradicional de los Yungas paceños es impecable y feroz, como no fue en decenios pasados.
            La trampa contra Franklin Gutiérrez es otra de las grandes perversidades del Estado Plurinacional que no sensibiliza a la Comisión de la Verdad ni a ninguna entidad defensora de los derechos humanos desde el Estado. Ahora protegen al victimador.
            La producción de cocaína es cada vez más sofisticada, además de otros estupefacientes y plantaciones de marihuana. El involucramiento de los diferentes niveles del estado horroriza ante la historia reciente de Colombia, de México y también de países asiáticos. Las drogas tienen el poder de disolver a las sociedades más ingenuas.
            Los nuevos casos nos revelan además cómo la justicia que persigue a Gutiérrez apaña a los acusados de narcotráfico de alto vuelo, disfrazados de policías, de empresarios, de dirigentes deportivos. Los rostros que salen en las pantallas, seguramente por una pelea entre ellos, no son ya los de los traficantes de mostachos y collar de oro, son gorditos, usan lentes, visten fino lino.
            El futuro gobierno que reemplazará al actual debe comprometerse en sus programas y desde su primer día de gestión en el combate frontal a esta delincuencia internacional, favorecida por la corrupción, su hermana gemela.
            No es ya un asunto económico, de relaciones norte sur o de división del trabajo, menos de moral, es de esperanza en una nación de bienestar o morir en un estado putrefacto.

LAS TRECE ROSAS



            Este 5 de agosto se conmemoró un nuevo aniversario del fusilamiento de trece jóvenes españolas- casi todas tenían 18 años y la mayor 29- en una calle de Madrid. La Guerra Civil española había terminado oficialmente el 1 de abril de 1939, después de tres años de cruentos enfrentamientos. Sin embargo, el régimen franquista continuó con su estela de muerte hasta 1975.
            El asesinato de las militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas, JSH, tenía no sólo el objetivo de asustar a los sobrevivientes de la contienda sino de castigar especialmente a las mujeres combatientes de la República, a las cuales se intentó por años denigrar en distintas dimensiones.
            Aunque se conoce mucho sobre los internacionalistas que llegaron de todo el mundo para defender al gobierno legítimo español, incluyendo escritores legendarios, los propios historiadores comunistas no han difundido lo suficiente el rol de las extranjeras que se enrolaron para combatir al fascismo.
            La República había reconocido desde el inicio de la década de los treinta derechos civiles y sociales a las mujeres españolas como el derecho al voto, el divorcio, derechos sociales y la promesa de la igualdad en todos los terrenos, incluido el doméstico.
            Por ello, las muchachas se alistaron como milicianas porque sabían que el fascismo sería un retroceso, como fue de hecho hasta los años setenta del siglo pasado. En 1933 había dos diputadas, Margarita Nelken y Victoria Kent, después hubo varias otras en la vanguardia de las batallas. Fue famosa una chica Rosario inmortalizada por el poeta Miguel Hernández como la “dinamitera”.
            Aunque no eran muchas, su actuación fue notable y actualmente hay estudios sobre su rol en el frente de combate, o en la retaguardia como enfermeras, cocineras, costureras y prostitutas. En la CAIXA de Barcelona es posible contemplar los afiches de la guerra civil donde se intentaba superar las barreras de clase, sin amas y sin criadas, milicianas. En el 70 aniversario se colocó una placa en Madrid por las Trece Rosas.
            También quedó como emblema de esas guerreras la comunista Dolores Ibárruri, la famosa “Pasionaria” y su consigna: “No pasarán”. Exiliada durante décadas, no dejó de denunciar en diferentes escenarios al régimen franquista y a la represión particular contra jóvenes y contra mujeres.
            Igual que para el estallido de la Revolución de Octubre o para la formación de los primeros sindicatos en las minas de Bolivia, las mujeres se rebelaron antes que sus maridos porque sabían el significado del aumento del costo del pan o de la pulpería.
            La idea de la miliciana fue traída a Bolivia por los primeros exiliados españoles. Según recordaba Líber Forti, los comunistas importaron esa figura que luego pegó entre los combatientes de la Revolución de Abril de 1952. Entre las más destacadas estaba justamente la compañera de uno de ellos, Rosa Lema de Lluch, aguerrida diputada que entraba al hemiciclo con su revólver en el cinto.
            En otras revoluciones como la cubana, la sandinista, la salvadoreña, las guerrilleras ocuparon puestos de vanguardia, como Vilma, Mónica, Dora María, Ana María. Posteriormente se las dejó en tareas sociales y en el caso de Nicaragua están actualmente en la oposición a Daniel Ortega, otro represor de jóvenes y mujeres.

viernes, 2 de agosto de 2019

APRENDER DE LOS BORICUAS


            “Sale loco de contento, con su cargamento para la ciudad, lleva en su pensamiento todo un mundo lleno de felicidad, de felicidad…”, con esa canción aprendí desde el salón familiar a amar a Borinquen, la perla de los mares. Mi padre nos hizo conocer la versión de Ortiz Tirado, hoy escucho la de Marc Anthony.
            La composición de Hernández es un himno para los isleños, repetida por generaciones y en muchos lugares del mundo. No es sólo un famoso bolero, sino una historia comprimida del dolor puertorriqueño, de su pobreza, de su esperanza y a la vez de su alegría. El jibarito quiere vender su carga para comprar un traje a la amada.
            Al final del día nadie compró su cosecha en el mercado; el campesino comprende que no tiene nada para llevar a sus hijos, a su hogar, “todo está lleno de necesidad”. “El lamento borincano” retrata los esfuerzos de ese pueblo latinoamericano, aun sometido a una condición de no soberanía; el “ala rota” que evoca Pablo Milanés.
            En los ochenta conocí mejor su historia y los esfuerzos de los grupos independentistas y participé en Panamá en las marchas por la liberación de Oscar López Rivera, el “Mandela” caribeño, amnistiado luego de 35 años por Barak Obama. La valiente Lolita Lebrón fue liberada antes por Jimmy Carter.
            Puerto Rico es famosa en el mundo por su belleza natural, la estampa fina de sus mujeres y la habilidad de sus cantantes. Si ya Ricky Martín ocupó escenarios en todas partes, el infinitamente reproducido “Despacito” logró vencer las metas más ambiciosas. Jennifer López no olvida sus raíces.
            En este mes, fueron los “jibaritos” millennials los que salieron a las calles a reclamar contra el gobierno que los llevó a la bancarrota y despreció a las minorías y a los más pobres, liderados por poetas y artistas que se convirtieron en el rostro visible de una formidable movilización “hasta las últimas consecuencias”.
            De manera pacífica, colorida, alegre, miles repitieron la consigna hasta lograr la salida del gobernador Ricardo Roselló. Calle 13, Fonsi, Martin, Anthony ya participaron antes en reclamos sociales, ahora se unieron fuertemente para expresar su repudio a la vieja política que carcome su isla.
            Como suele suceder en otras revueltas y revoluciones desde la Revolución Francesa, una chispa aparentemente tibia, se convirtió en candela para encender la pólvora acumulada por décadas de corrupción, sobre todo desde 2017 con el paso devastador del Huracán María. Rosselló se hacía la burla en chats privados de esas víctimas, de otros políticos, de los artistas y de la comunidad LGBT.
            Once días de manifestaciones lograron arrinconar al gobernador. Al final, felices los pobladores repetían “al unísono” (según la prensa internacional): “Richy, te botamos, Richy, te botamos”.
            Hace tres años, sus compatriotas tuvieron fe en él y en sus ofertas para mejorar el estatus político de la isla bajo tutela estadounidense y de su trayectoria de líder joven. En 2016 votaron por él, en 2019 lo botaron. El mañana es incierto, lo principal está logrado.