viernes, 27 de marzo de 2020

EL VIRUS CHINO Y EL CAPITALISMO SALVAJE


            Atribuyen a un líder la frase: “Cuando se abren las ventanas entran las mariposas, pero también pueden entrar las moscas”, al advertir que, al aperturar la República Popular de China a la economía de mercado, el sistema socialista se enriquecería, pero también aparecerían males del capitalismo. Así ha sido.
            Lo que dejó de lado en su reflexión es que el camino es de ida y de vuelta. La demanda china movilizó las cifras mundiales y trajo beneficios a diferentes regímenes, sin contar los muchos aportes de la milenaria cultura al desarrollo de la civilización. Sin embargo, ese comercio se fue extraviando, particularmente en las dos últimas décadas y China trajo más perjuicios que beneficios al estado de bienestar.
            No es casual que la pandemia conocida como “coronavirus” saliese desde un mercado popular en una de las ciudades chinas más industrializadas y parte de la región más contaminada. Los campesinos y los obreros, también hoteles, vendían y compraban todo tipo de animales salvajes para ser consumidos por seres humanos en las condiciones más primitivas que es posible imaginar.
            Algunos artículos recientes recuerdan que los pobladores de la China continental se tuvieron que costumbrar a comer hasta bichos por la hambruna de los años 60 que provocó la muerte de al menos 45 millones de personas revelando el fracaso de las políticas de Mao Tse Tung y de su esposa. La llamada revolución cultural superó las muertes causadas por hambre en la Unión Soviética y, a la vez, provocó canibalismos y excesos para saciar el instinto humano de comer.
            Aunque Deng Xiaoping decía que ser rico era glorioso y que el negocio con dinámicas capitalistas no era contradictorio al socialismo, el crecimiento impresionante del PIB chino no estuvo acompañado por una apertura democrática y tampoco por mejores oportunidades para todos los chinos. La falta de transparencia ha sido fatal condición para la expansión del COVID 19 pues impidió reacciones tempranas.
            El modelo económico chino que llegó a Bolivia tampoco fue grato. Varias entidades de la sociedad civil demostraron el interés mezquino de la presencia china en Sudamérica (CEDLA, CEDIB, Fundación Solón) pues el poderoso dragón dejó más deudas nacionales pero escasa inversión. Con datos del Banco Central, así mostró hace poco un informe especial de un matutino cruceño. Sin olvidar el affaire Zapata.
            La presencia china ocupó capítulos escandalosos como los abusos a los empleados bolivianos porque no las empresas de Beijing no reconocían derechos laborales. Hubo castigos físicos. Lamentable la situación de los trabajadores traídos (quizá a la fuerza) que vivían en galpones en el Salar de Uyuni con una salida cada tres semanas.
            El régimen de Evo Morales dejó pasar esos excesos mientras él, su vicepresidente, ministros y tribunos disfrutaban de viajes y banquetes imitando el lujo que tenía Mao mientras moría su pueblo. Muchos prefirieron cerrar los ojos y no leer Historia.
            Un caso que debería haber preocupado más es el de la matanza de jaguares para sacarles sus colmillos y traficar con ellos por motivos afrodisíacos, mafiosos y capitalistas. Ni las autoridades centrales ni las judiciales cumplieron con el deber para castigar a los súbditos chinos aliados con cómplices bolivianos. Impunes.
            China debería condonar la deuda que contrajo irresponsablemente el MAS, igual que otros gobiernos populistas. El virus chino no es casual y no es con donaciones de barbijos o de respiradores que va a ayudar a paliar la próxima recesión nacional, mundial.


viernes, 20 de marzo de 2020

¿DÓNDE ESTABAS LUIS ARCE CATACORA?



            Contemplo tu rostro sonriente mientras arengas a un grupo de personas congregadas para escuchar tus propuestas electorales. Te ves sano, fuerte y con suficiente energía para enfrentar una campaña dura. ¡Qué feliz! Lograste vencer, seguramente con voluntad y fe, la grave enfermedad que te obligó a pedir licencia en agosto de 2017.
            Sin embargo, hay algo que también me pregunto. ¿Dónde te atendieron? ¿En qué hospital, clínica, centro de salud bolivianos te dieron el tratamiento adecuado? ¿Por qué tuviste que irte a otro país? ¿Por qué no confiabas en la medicina de Bolivia?
            Luces recobrado, mientras Enriqueta está muerta. Ella, como tantos otros jubilados después de 35 años de trabajar para la patria, no pudo ir como vos a hacerse estudios en una clínica brasileña. Su familia, como la de miles de bolivianos que no gozaban de tus privilegios, tenía que turnarse para hacer las colas para una ficha. ¡Qué difícil era llegar a la radio terapia! A veces, aún con númerito en la mano, esperaba horas en una camilla improvisada, enfriada, rodeada de otros enfermos, más pobres que ella.
            ¿Por qué tú firmabas cheques para un museo inservible mientras negabas en el presupuesto de la nación aumentar a al menos el 10 por ciento el dinero destinado a la salud pública? ¿Acaso te importaban las madres del norte de Potosí que siguen pariendo en las peores condiciones de higiene y de seguridad?
            Tenías tantos dólares en las arcas, como ningún régimen desde hace medio siglo. Todas las constelaciones se alinearon para favorecer a Bolivia y a América Latina durante más de una década. Gozaste del perdón de la deuda que negociaron sucesivos gobiernos antes que vos. ¡Y no pensaste en el sistema de saneamiento básico!
            Te bastó colocar a tu nueva esposa Lourdes Brígida Durán Romero en un alto puesto financiero con beneficios sociales que ni el 5% de la población boliviana puede conseguir. ¿Por qué no te ocupaste de crear más bien cajas solidarias de apoyo a aldeas infantiles que atienden a niños abandonados o huérfanos? ¿Te importan esos infantes?
            Mientras gastabas miles de billetes en canchas sintéticas, inventabas excusas para no depositar en las cuentas de la Alcaldía de El Alto el dinero que era suyo. ¡No tuyo! ¡Cuántas veces te preocupaste por los municipios más alejados? Intentaste ahogar con el grifo del efectivo a instituciones y a autoridades que no doblaban la rodilla ante tu Jefe.
            Tu Jefe, Evo Morales, que puede darse el lujo de tomar aviones desde La Paz- con escala para visitar a un amigo en Caracas- hasta La Habana; desde México a Puebla y de ahí a La Habana; desde Buenos Aires a La Habana. ¿Sólo porque le duele la garganta? Morales no conoció ni como dirigente ni como político, jamás como padre de familia, lo que es conseguir una cama en un hospital de Cochabamba.
            No dudase en arruinar lo poco que funcionaba politizando los puestos destinados a profesionales especialistas en hospitales de tercer nivel. O, en la última etapa, ahogar inclusive la cooperación de damas “burguesas” que ayudan a los más necesitados en el Hospital del Niño, el único para atender a las provincias.
            Más de un tercio de la población boliviana en pleno Siglo XXI no tiene posibilidad de acceder a medios para estar bien informada. Durante tres lustros estuvo bombardeada sólo por propaganda y consignas. ¡Tan adoctrinados están por la venda azul que piden bloquear con piedras a ese coronavirus que trajo la presidenta, los karas, la derecha!

viernes, 13 de marzo de 2020

¿QUO VADIS PRENSA BOLIVIANA?


            Estos días los periodistas bolivianos recordarán dos de los momentos más trágicos de su historia. Hace cincuenta años fue asesinado con una bomba sofisticada el director del periódico “HOY” Alfredo Alexander y su esposa Martha Dupleich (un mes después del asesinato de otro periodista Jaime Otero Calderón). Hace 40 años fue torturado y martirizado el sacerdote jesuita Luis Espinal, director del semanario “AQUÍ”.
            Ninguno de los casos está absolutamente esclarecido y no hay seguridad de que los verdaderos responsables estuvieran en el banquillo de los acusados y mucho menos en prisión. Este 14 de marzo la familia Alexander recordará el horror de aquella mañana cuando un explosivo destrozó a sus padres/abuelos. Se habló de una conspiración internacional, pero todo apunta que en realidad fue un asunto más doméstico cuando los militares y un grupo político querían apoderarse del moderno matutino paceño.
            La muerte de Espinal tuvo el objetivo de acallar a un medio que denunciaba con datos y con responsabilidad la corrupción y la represión a cargo de militares, paramilitares y civiles. Algunos nombres coincidieron en 1970, en 1980 y, ¡en 2006!
            En la democracia, desde 1982, hubo también casos de periodistas perseguidos, apresados y muertos, aunque no siempre por su actividad como reporteros o redactores.
            Entre 2006 a 2019 la acción del control de la libertad de prensa, inspirado en el chavismo, no usó la violencia directa sino el permanente desgaste del trabajo periodístico, sobre lo cual hay mucho material difundido.
            La herencia actual es una prensa actual desorientada, dividida y debilitada como está la sociedad en su conjunto, con escasos ejemplos de periodismo ciudadano, ausencia de crónica moderna y amputado el periodismo investigativo.
            Al inicio de la movilización ciudadana, hubo reporteros que escaparon a Argentina, aunque nadie los perseguía salvo la condena social. Quizá avergonzados. Así también desparecieron programas televisivos por voluntad propia porque ya no tenían a quien publicitar. El director de un semanario es uno de los asilados en la Embajada de México. Hay radios que tienden a desaparecer porque ya no tienen la publicidad oficial.
            Lo más lamentable es escuchar a conductores de programas radiales y televisivos que hasta noviembre guiñaban ojos y avisos al gobernante Movimiento al Socialismo y de pronto se convirtieron en sus mayores críticos. ¿Dónde estaban antes?
            Tan inseguros son de sí mismos y de sus ideas que se dejan llevar de la nariz por intrusos de otras realidades como Fernando Rincón o Alejandro Entrambasaguas y otros que quieren enseñar a los bolivianos cómo hacer periodismo. Mejor dicho, hay algunos bolivianos que quieren imitarlos a última hora. Dan un inaceptable protagonismo a CNN.
            Los tropezones de los medios estatales también muestran la falta de orientación estratégica y de compromisos institucionales que podrían ser el inicio de recuperarlos para el público y no para un partido.
            Los periódicos más tradicionales son los más vigorosos y confirman lo que anoté hace dos décadas, aunque me criticaron por usar una categoría “no científica”. Sin embargo, está claro que las familias cuyo principal interés es el negocio de informar y de mantener su credibilidad pudieron superar las coyunturas complicadas.
            Entre tanto, la prensa boliviana no sabe a dónde va y está lejos de su esplendor.


viernes, 6 de marzo de 2020

EVO, PERCY Y EL DÍA DE LA MUJER



            Este domingo se celebra en todo el mundo una jornada dedicada a reflexionar sobre la condición de ser mujer, sobre todo obrera. Como otras conmemoraciones aprobadas en la anterior centuria, la causa de esta fecha está relacionada con un combate, una batalla, una utopía para avanzar hacia la Libertad, hacia la dignidad de ser persona.
            A veces, las nuevas generaciones olvidan que hace más de un siglo, más de 100 trabajadoras murieron calcinadas en una fábrica textil. Ellas reclamaban un horario de trabajo de 10 horas y un salario similar a los varones. Les respondieron con bombas incendiarias que quemaron parte del edificio y causaron decenas de víctimas. En 1910 un congreso de militantes socialistas definió ese día para honrar a la mujer trabajadora.
            Desde 1977, la Organización de Naciones Unidas eligió ese aniversario para dedicarlo al “Día de la Mujer” a nivel internacional en una de las décadas más emblemáticas de las luchas femeninas. Bolivia se adhirió pronto, igual que otros países, además de abrir más tarde otro día para dedicarlo a la Mujer Boliviana en homenaje a la poetisa Adela Zamudio, luchadora por los derechos de las mujeres, cada 11 de octubre.
            Fueron las palabras de Domitila Barrios de Chungara, madre minera y dirigente de las amas de casa en Siglo XX, Potosí, las que sellaron ese pionero foro. “Si me permiten hablar” escrito con ese testimonio por la periodista brasileña Moema Viesser, difundió al mundo cómo veían las luchas sociales las aguerridas hembras bolivianas.
            Ese fue el portaestandarte para gran parte de las bolivianas antes de las distorsiones que aparecieron con el feminismo fundamentalista, el que opone hombre mujer y el aberrante que practican algunos colectivos agresivos y disfrazados, más por complejos que por buscar el Bien Común.
            En el centenario de la masacre comenzó a funcionar ONU Mujeres, con sus altibajos, al mismo tiempo que en el mundo se acentuaba la consciencia de las desigualdades persistentes entre nacer hombre o nacer mujer y la violencia sexista.
            En Bolivia ocupaba el gobierno un movimiento autoidentificado como “de cambio”, con presencia simbólica y masiva de movimientos sociales femeninos como las llamadas “bartolinas” de origen agrario. Varias mujeres ocuparon altos puestos en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
            Sin embargo, fue la época de mayor humillación pública a mujeres en todos los niveles: ministras hablando de calzones en plena placa principal; bromas groseras contra obreras petroleras; intentos de violación en recintos legislativos; incontables relatos de sexo, farra y mentiras; historias novelescas de poderosos y quinceañeras; estupros; y un lenguaje permanente de burla sobre los detalles corporales de las muchachas en flor. Cuando uno vuelve a ver determinas escenas protagonizadas por Evo Morales y por Álvaro García Linera no comprende cómo los bolivianos aceptamos semejante ejemplo.
            En la ciudad más pujante económicamente reina impávido un octogenario, viejo verde, que arremete contra traseros o se siente capaz de chistes y guasas contra funcionarias. La sociedad cruceña convive con Percy Fernández y no hubo ni hay castigo social a este individuo que insulta y rebaja la condición del ser humano.
            Mientras la colectividad soporte esos discursos, se ría, los festeje- hasta los aplauda- no logrará combatir las raíces profundas de feminicidios y de tantas otras agresiones contra alguien por el delito de no haber nacido varón.