viernes, 28 de octubre de 2022

ROMINA PEREZ RAMOS SIN MAQUIILLAJE

 


            En el día dedicado a la Mujer boliviana, la opinión pública nacional conoció las declaraciones de la representante del Estado Plurinacional calificando las protestas sociales en Irán como parte de una conspiración sionista británica/estadounidense.

            Las (supuestas) palabras de la política masista Romina G. Perez Ramos circularon gracias al seguimiento de una agencia de noticias no tradicional. Sin esa nota, es muy probable que el discurso de Perez Ramos ante una autoridad iraní jamás hubiese sido difundido en Bolivia.

            La condena a la postura de la antigua parlamentaria abarcó a mujeres, hombres, jóvenes, escritores, periodistas, plataformas ciudadanas, pobladores de diferente origen y de distinta orientación ideológica. El escándalo duró algunos días.

            Perez aseguró que su participación fue tergiversada por la agencia oficial iraní; apareció una disculpa y un nuevo texto. Sin embargo, jamás se reprodujo realmente qué dijo y qué no dijo la antigua dirigente estudiantil sobre las marchas feministas. ¿La agencia puso en su boca palabras inventadas?

            Es difícil creer que semejantes frases fuesen una “tergiversación”, como suelen culpar los políticos del Movimiento al Socialismo a los medios de comunicación masiva. En todo caso, la cancillería plurinacional publicó un comunicado anunciando que la embajadora había sido convocada al país para dar explicaciones.

            Ya son dos semanas. Las informaciones oficiales de ABI y también del Ministerio de Relaciones Exteriores no registran ninguna novedad sobre el tema. Pasado el show y las payasadas de algunas figuretis, el asunto parece olvidado. Tampoco fue publicada la investigación anunciada por la oposición.

            Perez aparece cubriendo su cabeza acatando una imposición extranjera disfrazada de religión. ¿Qué hará cuando la policía de la moral la arrastre por las calles por sus pinturas en la cara, por sus rulos enrulados, por su boca enrojecida? ¿Sabrá que esos uniformados tienen el derecho de calificar si unos polvillos son adecuados o no? ¿Es consciente de cuántas muchachas son flageladas porque algún guardia considera que su velo está chueco?

            ¿Cuántas fueron agredidas este viernes, esta semana, este mes, este año, estos 40 años? Mientras ella iba feliz a la peluquería, cuántas chicas kurdas fueron humilladas por lucir algunos cabellos sueltos. ¿Sabrá quien es Masha Amini? ¿Tendrá ideas propias para entender por qué miles salen a las calles enfrentando el peligro y la represión?

            Romina G. Perez Ramos es una representante muy oportuna para reflexionar sobre la impostura del discurso masista en torno a diferentes temas “políticamente correctos”: derechos de las mujeres, cuidado de la Madre Tierra, defensa de la población indígena.

            En los datos de la realidad, la posición de los actores del Estado Plurinacional es exactamente lo contrario: más y más mujeres hostigadas y asesinadas, niños violentados, mercurio en los ríos, dragas en la selva, campos desolados, indígenas perseguidos, bosques saqueados… cemento, cemento, cemento, cocales, cocales, cocales.

            ¿Dijo algo la ministra de la “despatriarcalización” Sabina Orellana? ¿Sacaron los colectivos de mujeres masistas algún pronunciamiento? ¿Hay esfuerzo entre las bartolinas por reflexionar sobre lo que pasa con esas jóvenes al otro lado del mundo?

            El canal Abya Yala financiado por Irán es dirigido por mujeres supuestamente defensoras de la dignidad femenina. La viceministra Gabriela Alcón les otorga publicidad estatal con plata de los contribuyentes legales. El círculo queda completo.    La sumisión cuesta plata. ¿Alcanza ese silencio a tapar la vergüenza?

 

 

 

viernes, 21 de octubre de 2022

DE PROVOCADORES Y DE INGENUOS

 

            ¿Por qué el gobierno de Luis Arce Catacora alienta un mercado ilegal de coca a la salida del camino a los Yungas paceños? Es difícil tener una respuesta única. Escuché a expertos en los asuntos del circuito coca cocaína ensayar algunas opiniones: es para blanquear la coca peruana; es un lucrativo negocio; es para tener otra zona de comercio para la fabricación de drogas; es para desviar la atención sobre el trópico cochabambino.

            En todo caso, el conflicto existe porque las autoridades y el aparato de choque del Movimiento al Socialismo amparan a un sector ilegítimo. En una tormenta de demandas, bloqueos, paros, marchas, dinamitazos, amenazas, es insólito que el sistema busque una pelea más.

            La resistencia de la asociación orgánica de productores de hoja de coca tradicional logró vencer en elecciones internas y acreditar su representatividad. Todos los esfuerzos para aislar a los originarios de la zona cocalera histórica no funcionaron. APDECOCA mantuvo su unidad y su combatividad.

            Hasta que cayeron en la trampa, como ha sucedido en diferentes protestas sociales desde que los organismos de inteligencia boliviano fueron asesorados por agentes de las dictaduras de Cuba y de Venezuela (aprendices a su vez de Rusia y China).

            La exigencia yungueña para que se respete la normativa vigente y el único mercado legal de coca en el departamento de La Paz fue pacífica, acompañada por vecinos, con bailes afro bolivianos por las avenidas miraflorinas, con cantos en las reuniones vespertinas. A pesar de la represión, la cantidad de productores legales mantuvo la calma.

            Sin embargo, no hubo la claridad para reconocer las razones profundas de la retirada de la policía del mercado ilegal de coca, protegido por órdenes superiores. Entonces “alguien” azuzó a la masa: ¡hay que tomar el local!; ¡hay que quemar los tambores! ¡hay que asaltar”, etc. Y los ingenuos, enfurecidos por días de gases y por la falta de atención gubernamental, obedecieron a los provocadores.

            Gran pretexto. Después llegó cualquier fiscal, un juez, otros policías, agentes disfrazados, mujeres policías del servicio de inteligencia y armaron “un caso judicial” para perseguir y detener (violentamente) a los dirigentes, amedrentar a los demás. El conflicto se estancó y el mercado ilegal retornó a vender la coca no registrada.

            Así les sucedió a los activistas de las plataformas, infiltrados burdamente por militares y policías. Los nuevos jóvenes detenidos se suman a las decenas de presos políticos que vuelven a llenar las celdas en el país, como no sucedía desde 1982.

Los indígenas de tierras bajas cayeron en la provocación para rodear a David Choquehuanca en la Marcha por el TIPNIS, sin percatarse que las mujeres más radicales eran policías encubiertas. Pretexto para la represión en Chaparina “por el secuestro al canciller”.

La Calancha, Porvenir, Hotel Las Américas y muchos otros cercos dolorosos tienen el mismo sello.

Falta la orientación política y la experiencia de dirigentes como fueron Filemón Escobar o Simón Reyes que no dejaban que las masas enardecidas sean presa de los provocadores. Casi siempre, la persona más violenta y gritona es la infiltrada.

En la gran movilización ciudadana de octubre de 2019, el control fue espontáneo porque la protesta era vecinal, casi todos se conocían, era pacífica. Después de la huida del grupo palaciego, salieron los guerreros digitales para provocar una guerra civil. La valentía y la convicción de los propios ciudadanos evitó ese desborde sangriento.

Igualmente, en los paros cívicos, se evidencian controles de autocontrol. En Santa Cruz hubo la experiencia de los provocadores masistas disfrazados de unionistas el 2008. Al parecer, en los últimos años se evitaron las provocaciones.

Sin embargo, ahora hay ministros bloqueadores que anuncian que saldrán a enfrentar la demanda cruceña. Seguramente también habrá planes para provocar desde grescas hasta incendios y enfrentamientos.

Será vital en todo el país mantener la serenidad. La fuerza está en los argumentos, no en los puños.

viernes, 14 de octubre de 2022

LA VERDADERA HISTORIA DE UNA ESTATUA LUPE CAJÍAS

 

            Desde hace unos meses hay grupos que insisten en destrozar la estética de algunas estatuas en las principales avenidas y parques de La Paz. Quizá lo hacen porque está de moda derribar figuras que recuerdan épocas históricas. Quizá porque es la posibilidad inmediata de salir en una foto impresa y gozar 15 minutos de fama.

            Quizá estas personas son instrumentalizadas por otros poderes, los nuevos fundamentalismos, las histerias colectivas. Es probable que ignoren las verdaderas motivaciones de los monumentos dedicados a europeos que se relacionaron con el continente desde 1492.

            El caso más emblemático es el de Cristóbal Colón que acompañó durante décadas los paseos apurados o enamorados de cientos de paceños y de visitantes en la vía principal de la ciudad: El Prado o Avenida 16 de Julio.

            Esta escultura ha sufrido una serie de agresiones, calificadas por la opinión pública como vandálicas, por sus características. La más agresiva fue la rotura de la nariz, luego pintarrajeada de negro. La jardinera que la rodea está resguardada con calaminas. Una imagen de lo que sucede en la sociedad boliviana: agresión, odio, fanatismo, confrontación.

            Esta figura de fina hechura en nobles materiales fue un obsequió de los migrantes italianos como muestra de agradecimiento a su nueva patria. Bolivia recibió a decenas de forasteros, principalmente desde fines del siglo XIX hasta la Guerra del Chaco, entre ellos cientos de ítalos.

            Las leyendas sobre la quinina y la goma, pero, sobre todo, las historias fantásticas sobre la riqueza minera boliviana eran un polo de atracción. Los países vecinos tenían políticas específicas para recibir a europeos de diferentes clases sociales, religiones, procedencias y pudieron multiplicar su población con quienes bajaban de los barcos.

            Entre los italianos que llegaron a La Paz y a Oruro estaban los hermanos Figliossi, que difundieron desde su factoría en San Pedro el pan de origen griego, la marraqueta. Ese alimento es patrimonio de los paceños. Los Figliossi dieron su aporte para construir la estatua. ¿Nunca disfrutaron de ese bocado los que ahora destruyen la herencia de los famosos panaderos?

            Otro migrante famoso fue Dante Salvietti, que con sus conocimientos inventó una gaseosa de una fruta tropical que le encantaba. La Papaya Salvietti se convirtió en pocos años en otro símbolo de la paceñidad. Dante aportó con sus ahorros para adornar con esta talla de mármol el paseo de la coqueta ciudad.

            Salvietti, como tantos otros italianos, alemanes, turcos, judíos, ayudó directamente con sus productos a los combatientes del Chaco y regaló su camión. Sin los alimentos industriales de larga duración, los soldados bolivianos no habrían podido resistir en el frente de batalla. ¿Probaron la Papaya Salvietti los que atacan la representación del navegante genovés?

            ¿Acaso sus abuelos beneméritos no les contaron de las frazadas que producía la Soligno? ¿Nunca escucharon hablar de la Fábrica Forno? Los mismos migrantes que aportaron para dejar un recuerdo en El Prado también donaron dinero para crear una escuela de oficios para los huérfanos de guerra.

            Otros entregaron sus ganancias para ayudar a bolivianos con servicios de transportes, de correo, de espionaje, durante la guerra Los italianos crearon familias en Bolivia, fundaron centros culturales, compartieron su comida. ¿De dónde apareció el fideo que tanto degustan los hogares? ¿O el panetone, el tuco, el pesto, la pizza, los tallarines, las salsas, la lasaña?

            Antes de perder el tiempo y de dañar el ornato de la ciudad, los agresivos deberían reflexionar cuánto en su vida está relacionado con lo que llegó de ultramar. Verán cómo quedaría su cotidianeidad si, tratando de ser coherentes, renuncian a esas herencias.

           

viernes, 7 de octubre de 2022

40 (MENOS 16) AÑOS DE DEMOCRACIA

 

            Este 10 de octubre se cumplirán cuatro décadas del juramento de Hernán Siles Zuazo y Jaime Paz Zamora como primeros mandatarios de Bolivia. El binomio asumía simbólicamente el poder después de 18 años de regímenes militares y después de dos años de su victoria electoral.

            La inauguración de la etapa democrática fue “a la boliviana”, tras sucesivas elecciones anuladas por fraudulentas, dos golpes militares, otra elección empantanada, otro golpe militar y nuevas elecciones con diferentes incidentes violentos y terrorismo internacional.

            La resistencia a la dictadura narcomilitar del 17 de julio de 1980 había obligado a la renuncia de Luis García Mesa, posteriormente a la salida de Celso Torrelio y, finalmente, doblegó a Guido Vildoso que debió entregar el mando a un gobierno civil.

            La última asamblea obrera en la clandestinidad pidió nuevas elecciones. Sin embargo, los partidos aceptaron un trueque: los militares aceptaban salirse a condición de mantener a los parlamentarios elegidos en 1980, una mayoría derechista. Así, la Unidad Democrática y Popular alcanzó el Palacio de Gobierno sin conseguir el poder real.

            A los tres años, Siles acortó su mandato y otra salida “a la boliviana” mantuvo la legalidad con la convocatoria a nuevas elecciones. Desde 1985 hasta 2002 los gobiernos elegidos en las urnas se sucedieron sin graves incidentes y con avances normativos que profundizaron el alcance territorial y generacional de la democracia.

            Una revuelta popular provocó la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003. Su sucesor constitucional Carlos Mesa también renunció dos años más tarde. Asumió el presidente de la Corte Nacional de Justicia Eduardo Rodríguez.

            Las nuevas elecciones en diciembre de 2005 dieron una mayoría absoluta -como no sucedía desde 1969- a uno de los pocos partidos no fundados después de la Guerra del Chaco, el Movimiento al Socialismo (MAS). Evo Morales en el balcón del legendario Palacio Quemado parecía el retrato de la consolidación de una democracia más participativa y equitativa

            Poco duró la ilusión. Morales se encargó de desmantelar el sistema democrático que lo había ayudado a salir de un humilde origen hasta alcanzar el más alto puesto nacional.

            Los cambios en la Ley Electoral y la captura sin tregua de la Corte (Tribunal) Electoral fueron el paso más audaz y seguro para tener un árbitro temeroso, sumiso y leal al MAS, sobre todo desde 2010. Hasta ahora ninguno de los tribunos relacionados con irregularidades electorales ha sido sentenciado, ni siquiera juzgado.

            El sometimiento del Poder Judicial al partido fue otro escenario clave para desportillar la gobernanza. Notarios, fiscales, abogados, procuradores, bufetes, jueves, magistrados se convirtieron en peones al servicio del MAS. Esta falta de independencia judicial es la que coloca al Estado Plurinacional en los últimos puestos continentales de respeto a la institucionalidad.

            En el gobierno del MAS, como no sucedía desde las dictaduras militares se hostigó, persiguió, encarceló, exilio y asesinó a personas acusadas de ser opositores, “sirvientes del imperialismo”, “neoliberales”, “separatistas”, “terroristas”.

            La libertad de prensa fue cercada de diferentes maneras para silenciar uno de los pocos espacios de control social a los excesos del gobierno.

            De todos los males que fueron debilitando la democracia conquistada en 1982, el peor es el sometimiento del Estado Plurinacional a intereses extranjeros. Un canal de televisión fue financiado por Irán. El primer mandatario confiaba su seguridad a cubanos y venezolanos. Extranjeros organizaron operativos contra bolivianos.

            El Estado Plurinacional apoya la invasión rusa a Ucrania, con el maquillaje de abstención, negando la propia tradición de las relaciones exteriores bolivianas y contradiciendo la tesis para la demanda marítima. No se conoce cual es la deuda del MAS con Putin y si acá actúa el Comando Wagner como en otros países latinoamericanos.

            El extremo es la presencia china que desmantela la riqueza nacional, desde la fauna cazando pumas para satisfacer sus mitos sexuales, o la flora de los parques nacionales. Ensucia ríos, quema la floresta, riega mercurio. Los chinos se atrevieron incluso a violentar el microclima en el Illimani. Se dan el lujo de engañar permanentemente al Estado Plurinacional a través de sus empresas chimbas.

            Como relata en su libro un exministro, la cortesana lujosa Gabriela Zapata, fue amante de un alto gerente chino después de ser pareja del propio Evo Morales. Ni las películas más atrevidas sobre espías imaginarían semejante triángulo. El pueblo boliviano ha soportado esas humillaciones.

            En estos últimos 15 años, el ejercicio de la democracia se ha limitado al voto disciplinado de los ciudadanos. La falta de respeto a la Constitución, a las libertades democráticas y a las reglas del juego ha erosionado lo conquistado el 10 de octubre de 1982.