viernes, 31 de marzo de 2023

DESAGRAVIO EN MODO AUTOENGAÑO

 

            Es difícil concluir si muchos de los discursos y las acciones del régimen plurinacional son simples imposturas o son reflejo de un mundo onírico, que los gobernantes quisieran que sea real y sólo es una ilusión. El “desagravio” a un conjunto de funcionarios públicos que condujeron procesos electorales en Bolivia, principalmente en el segundo semestre de 2019, es otro capítulo del autoengaño, un consuelo de alacitas.

            ¿Cuál es el objetivo del “certificado” entregado? ¿Qué boliviano, que siguió el curso del diseño electoral de esa época, se habrá conmovido con el acto en el Ministerio de Justicia? ¿A partir de la fecha, los altos miembros del tribunal electoral de 2019 gozarán de prestigio? ¿La opinión pública urbana los saludará ahora con respeto y agradecimiento? ¿Serán desde esta semana considerados notables? ¿Podrán mostrar que fueron árbitros imparciales y correctos? ¿No es este “premio” otro detalle que los ubica al lado de uno de los bandos políticos? ¿Podrán demostrar que no hubo irregularidades?

            Iván Lima se cree fiscal, abogado, juez y mandatario, cree que puede investigar, absolver o condenar a un presidente de la ABC, a un testigo protegido. Como aprendiz de mago se imagina autorizado para purificar el maleficio que acompaña a los que ocuparon el Tribunal Supremo Electoral hace un lustro.

            Ningún medio de prensa independiente, ni un editorial, ni siquiera los columnistas más oficialistas han calificado positivamente la ceremonia de “desagravio” y la presencia de un intruso mexicano en el mismo. Salvo un par de personas que suelen presentarse como “analistas políticos” intentaron justificarlo y explicar los motivos como parte de las recomendaciones de misiones internacionales.

            Existen antecedentes negativos en el trato que se dio a los tribunos durante el gobierno de transición. En su momento critiqué esas señales equívocas de funcionarios en el gobierno de Jeanine Añez, dentro del Ejecutivo y en el Ministerio Público, por repetir las faltas del gobierno del MAS. No respetaron principios del estado de derecho cuando se detuvo a esas personas, o cuando se asumieron acciones como venganza, en vez de buscar la justicia y el bien común.

            Esos errores sirven ahora de base para fabricar un bulo. El chavismo y todos sus aliados son expertos en divulgar información inexacta, incluso a nivel de engaño, falsificación, falsedad y simulacro.

            Sobre la base de cualquier hecho se construyen edificios con patrañas, inclusive embustes. Por ejemplo, se dice que se afectó a una “mujer de pollera”, como parte de ese discurso de victimización y de refuerzo pachamamista. ¿Dónde están las trenzas de esa “mujer de pollera? ¿Sabrá cómo lucen los sombreros las cholas paceñas? ¿Y sus antiguas fotos? O es solo otra estafa de una “transformer” que se disfraza por gusto o por disimulo, cuando así es conveniente.

            Todo embuste, toda mentira siempre tienen un límite. A pesar de tanto olvido, hay memoria y, sobre todo, memoria colectiva.

            Más aún, la honra y la estimación no caben en un cartón. La reputación y la credibilidad no se quedan en fotos, así sea junto a mexicano recién llegado. La sociedad, igual que las religiones, perdona excesos, equivocaciones, caídas. Lo que no olvida es la alevosía, la premeditación y la maldad con la que una tropa por intereses propios no cumplió con su deber y llevó a un país al borde de la guerra civil.

 

           

viernes, 24 de marzo de 2023

GRACIELA RODÓ BOULANGER, CERAMISTA

 

            Es un privilegio recibir una invitación para el goce de tantos tesoros juntos: la calidad humana; la belleza de la creación con las manos y el alma; los colores y las palabras; los silencios y la noche estrellada, el vino y las delicatessen finas. En el portón, una mujer de 88 años saluda a cada uno de sus huéspedes.

            Graciela Rodó Boulanger inauguró el sábado 11 de marzo una exposición con las cerámicas creadas en los últimos lustros. Ella decidió volverse otra vez alumna de una técnica artística después de ser la pintora boliviana más consagrada en Europa y premiada internacionalmente.

            La artista fue presentada esa noche por el maestro Mario Saravia que tiene uno de los talleres más fecundos en La Paz. Seguramente ninguno de los asistentes tuvo antes una experiencia similar. Era extraordinario ver la sencillez de Rodó Boulanger como una discípula; ella que llenó con sus dibujos, óleos, grabados, afiches las paredes de grandes coleccionistas de arte en las principales capitales mundiales.

            Las exposiciones artísticas se abren tímidamente en la ciudad luego de los dos años tergiversados por la presencia del COVID. No es posible realizar actividades masivas y hay que escoger públicos, organizar horarios, programar visitas. El saldo positivo de ello es que se realizan encuentros con gente seleccionada y genuinamente identificada con la obra.

            Graciela es heredera, contemporánea, madre y abuela de artistas y toda su vida y su habitar están rodeadas de la creación humana, de ese deicidio divino que transforma una hoja blanca, unas zapatillas o una arcilla en belleza. Pertenece además a una familia de longevos con orígenes orureños y paceños.

            Ella es de las mujeres bolivianas representativas de los años 40 que no se refugiaron en el lamento o en la agresividad, sino que -por el contrario- aprovecharon su ser femenino para atestiguar una forma de ver y sentir el mundo. Rodó, María Esther Ballivián, María Luisa Pacheco, Inés Córdova, Agnes Frank vivieron las aperturas post Guerra del Chaco para estudiar arte, exponer en nuevas galerías privadas o municipales, participar en la bohemia local.

            Durante décadas, el potencial artístico femenino se concentró en Potosí, Oruro y La Paz. Actualmente, según datos del Goethe Institut existen en el país más de 3000 pintoras, en casi todo el territorio nacional o como migrantes en otros países. Las artes plásticas (y los tejidos) son la vertiente más fecunda de la creatividad femenina.

            Las obras expuestas por Graciela tienen dimensiones extraordinarias, desde la muestra pequeña hasta un enorme barco que parece moverse. Según contaban el maestro y la alumna en más de una ocasión la ambición de la autora supuso un desafío al horno y a las posibilidades corrientes, pero ella no se rendía ante un obstáculo tan sencillo, con su experiencia de trabajo en talleres de grabados y de dibujos con fina tinta china en París.

            Los personajes son principalmente niños y chicas que parecen seres difuminados entre las olas o detrás de otros objetos. La niñez con toda la magia, la belleza, la inocencia y el juego son siempre parte de su obra. La relación de la infancia con el misterio nunca resuelta fue la puerta que permitió a Graciela tener un nombre propio en el mundo.

            Durante toda la pandemia pintó al menos un cuadrito por día y todos los domingos envía a sus amistades un deseo junto a un dibujo primoroso o un retrato de un niño, con pájaros en las manos, tocando violín o en una orquesta. Tampoco dejó de lado la influencia de sus viajes a la India más profunda, donde festejó sus ochenta años.

            Ella misma se sienta todos los atardeceres, con vistas a esas esas lomas rojas y azules tan bellas y los estoraques de arenisca que caracteriza a La Paz. Toca el piano con obras de los clásicos que le apasionan, con tanto brillo como cuando en 1958 deslumbró a su audiencia.

            Así, entre pinceles, contemplaciones y acordes vive una mujer libre y fuerte, boliviana, universal.

 

 

viernes, 17 de marzo de 2023

LA TRAGEDIA DE ALEPO

 

            Tuve en mis brazos a la bebé Fátima pocos días después de su nacimiento. Cada vez que veía nuestra foto no podía contener una plegaria para pedir a todos los dioses y santos que la cuiden. Era hija de uno de los más de dos millones de sirios refugiados en Turquía. Su madre había autorizado mi abrazo. Apenas vi su pálido rostro, escondido rápidamente detrás de un velo negro.

            En las provincias de Kahramanmaras, de Hatay, de Gaziantep, en los más de ochocientos kilómetros de frontera común, el gobierno de Ankara daba hospedaje, comida y trabajo a las familias que huían del régimen de Bashar Al Ásad. Desde inicios de siglo el mandatario de Damasco ha mandado reprimir y asesinar a millones de sus compatriotas. Los sobrevivientes llenan campos en diferentes países asiáticos. Los más afortunados llegaron hasta Europa, principalmente hasta Alemania.

Idlib al noroeste y Alepo, al norte, vecinas del sureste turco, son los nombres de las regiones más afectadas por los doce años de guerra civil. Siria está bajo sanciones internacionales, pero el gobierno de Al Ásad se mantiene por el respaldo de Vladimir Putin. Acá se estrenó y entrenó el grupo de mercenarios Wagner compuesto por criminales comunes dispuestos a cometer las atrocidades más medievales.

Durante meses, las agencias de noticias y los principales canales televisivos mostraron al mundo la destrucción sistemática de Alepo, legendaria ciudad. Sus habitantes resistieron el horror, como actualmente hacen los ucranianos, e intentaron reconstruir algunas infraestructuras básicas.

El terremoto devastador del 6 de febrero volvió a destruir edificios, puentes, carreteras. Más de 50.000 fallecidos en Turquía y en Siria es el número escalofriante de uno de los peores sismos de la historia reciente. Es similar a la cifra de bolivianos fallecidos en la Guerra del Chaco entre 1932 y 1935.

La mayoría de los muertos, de los heridos y de quienes perdieron todo está en el lado turco. Son varias las provincias y las ciudades afectadas. Sin embargo, la ayuda humanitaria pudo llegar más rápido y fácilmente a esas zonas, incluso salvando milagrosamente a personas sepultadas por los escombros. AFAD y la Media Luna Roja tienen una alta experiencia y capacidad para atender desastres naturales.

En cambio, el régimen sirio obstaculizó el trabajo de las agencias de Naciones Unidas y de Ongs que acuden en estos casos, como rescatistas internacionales, médicos sin fronteras. Los muertos aumentaron día a día por esa interferencia.

            A ello se sumaba el frío de menos 10 grados, vientos y borrascas. Los habitantes de Alepo y de otras ciudades sirias tenían miedo de estar bajo algún techo porque las réplicas duraron varios días. En algunos casos con fuerza provocando más derrumbes.

            En medio de esta terrible crisis humanitaria, Israel lanzó misiles contra Siria.  Israel bombardeó el aeropuerto internacional de Alepo inutilizando las pistas. Ahí habían aterrizado más de 80 aviones con ayuda para los afectados, pero el ataque israelí impidió que lleguen nuevos cargamentos.

            Una vez más, Israel demuestra al mundo que puede hacer lo que le da la gana aunque sean crímenes contra la humanidad. Siempre con el pretexto histórico del antisemitismo o del terrorismo, Tel Aviv manda matar directa e indirectamente.

            Sin embargo, la opinión pública mundial apenas se pronuncia. Cada vez son menos las voces críticas dentro del propio país. Al contrario, el lobby a favor de Israel crece hasta en Sudamérica, con propaganda sutil, con auspicios de libros y de conferencias aprovechando temas aparentemente inocentes.

            Según los datos de la agencia de noticias suiza, el Estado judío lanzo está acción con aviones cazas, supuestamente contra un cargamento de misiles y cohetes iraníes. El resultado es otra tragedia más para la población civil de Alepo y para otros miles de niños inocentes como la bebé Fátima que pagan con hambre y soledad la maldad de los adultos.

viernes, 10 de marzo de 2023

WILFREDO CHÁVEZ, EL ORTEGUITA APLAZADO

 


            Es lamentable que una institución concebida para la defensa del estado sea utilizada para intereses personales, grupales y partidarios. Wilfredo Chávez confunde el rol de la Procuraduría General del Estado con sus experiencias de tramitador, con su apego a un líder (que tanto lo maltrató en el pasado) y con un partido político.

            Su último afán es hostigar, perseguir, procesar y -seguramente también- encarcelar a sacerdotes y obispos bolivianos porque en 2019 reunieron a distintos actores políticos y sociales para evitar la guerra civil en Bolivia. La política de ataque a la Iglesia Católica es una constante de gobiernos autoritarios en América Latina, en distintas épocas históricas.

            En las últimas décadas, aquella actitud que parecía ya superada, fue retomada con furia por los regímenes que alientan el pensamiento único y controlado y que gobiernan actualmente en Cuba, en Venezuela y particularmente en Nicaragua. Daniel Ortega y Rosario Murillo atacaron desde el inicio de su tiranía a los religiosos que habían luchado contra Anastasio Somoza, como el poeta Ernesto Cardenal.

            El sandinismo después de 1979 tuvo distintos momentos de relaciones tensas y estrechas con la jerarquía católica. Es más, el Obispo Ovando, ayudó a Ortega en momentos complejos de su primer mandato. Sin embargo, los sacerdotes, monjas y religiosas en su contacto cotidiano con la población conocieron la miseria del pueblo nicaragüense y los abusos del entorno palaciego de los Ortega Murillo.

            Las denuncias crecieron en el último lustro, especialmente durante las protestas populares. Varias iglesias albergaron a jóvenes perseguidos, como es tradición desde el medioevo. Las tropas sacaron a los perseguidos, mataron a decenas de muchachos y cercaron a los párrocos que los llamaron “asesinos”.

            Cada vez más, el régimen orteguista endurece su persecución a la Iglesia Católica, encarcelando a curas y laicos. En una fase de franca paranoia y esquizofrenia, Rosario Murillo -una Herodías chabacana- sometió a obispos a prisión en condiciones similares al gulag soviético.

            Chávez va por ese camino, olvidando todo el recorrido de miembros de la Iglesia Católica, de la Conferencia Episcopal Boliviana en su conjunto y de instituciones de la iglesia boliviana (además de cientos de católicos) para abrir el cauce democrático. Quiere ignorar cuánto hizo la Iglesia en favor de los perseguidos y encarcelados; en favor de los cocaleros reprimidos y en favor de los movimientos sociales.

            Debería conocer que hasta la leyenda del Chiru Chiru y la Virgen del Socavón de Oruro se basa en esa defensa que hace la Iglesia de los perseguidos (aún de los ladrones), imitando el mensaje de Cristo.

            El mensaje de Chávez, como de otros del gobierno actual, va más allá. Quieren asustar a los obispos, evitar futuras mediaciones, evitar que amparen al perseguido, al ultrajado, al secuestrado, a la mujer encarcelada.

            Chávez se aplazó defendiendo al Estado Plurinacional en tribunales internacionales. No tiene ningún trofeo que mostrar, ni en ligas internas o ¿qué hace para frenar la captura del estado por el narcotráfico? ¿Qué hace para controlar el uso ilegal y falso de cuentas públicas en redes sociales?

            La Reforma Judicial debe comenzar tomando exámenes a todos los abogados que juren defender a una institución. Al parecer, personas con muy escaso conocimiento y poca formación ocupan sitiales que les quedan demasiado grandes.

            Y después, sin ninguna vergüenza, forman sus propios consorcios jurídicos para cobrar como privados lo que no pudieron defender desde el estado

FENAVIT, LOS BOLIVIANOS QUE CONSTRUYEN

 

            Fue una grata sorpresa encontrar a tantos paceños, cruceños, tarijeños, potosinos, orureños y chuquisaqueños en el goce del vino y del singani, de los bailecitos y guitarreadas, del durazno y del membrillo en la última Feria Nacional Vitivinícola, realizada en Camargo entre el 3 y 5 de marzo pasado.

            Quizá porque la pandemia nos tuvo tan encerrados, el torrente de turistas desbordó los hoteles y alojamientos en la ciudad cinteña. Amables dueños de casa abrieron sus hogares a los forasteros para que nadie quede a la intemperie. En cada esquina encontramos amigos, artistas, periodistas, historiadores bolivianos y extranjeros, gestores culturales, interesados en este encuentro que es el más grande de Bolivia.

            Además de los visitantes, llegaron a la ciudad expositores de vinos y singanis de una treintena de municipios, esparcidos en la franja de los valles bolivianos. La XII FENAVIT fue responsabilidad de sus directivos Bonifacio Budia, Marcela Mendoza y contó con el respaldo de organizaciones campesinas, de las Bartolinas de Nor y Sud Cinti, de la alcaldía, del Consejo Municipal y de la gobernación. También llegaron el presidente Luis Arce y varios viceministros, diputados y senadores.

            La feria reúne a productores de uva, a bodegueros, a comerciantes, pero también abre un ciclo interesante al turismo con el sello propio de uno de los paisajes más bellos de Bolivia: los Cintis. Desde hace mucho soy una de las fanáticas de Villa Abecia, Camargo y los recorridos por los cerros rojos que llegan hasta Cotagaita, Tupiza y ofrecen las más deliciosas vacaciones en clima templado.

            En el programa hubo jornadas académicas, visitas a los viñedos más emblemáticos como San Roque, San Pedro Mártir y la histórica SAGIC, la Casona de Molina, o catas de lujo como en la bicentenaria Hacienda Isuma San Remo con sommelier de alta experiencia. Los visitantes tuvieron ocasión de pisar uva mientras sonaban las hermosas coplas de la vendimia; de seguir comparsas de bailes carnavaleros por las calles camargueñas. Al atardecer se podía pasar por la vinoteca de los Vacaflores (cuyo singani fue escogido por Gusto, La Suisse y Bronze); disfrutar de la gastronomía lugareña e internacional o asistir a conciertos hasta la madrugada.

            El especialista en Gestión Cultural Guillermo, Willy, Cardona organizó el encuentro de investigadores interesados en el significado de los Cintis desde las épocas prehispánicas. La presencia de programas y de cátedras de la UNESCO y de organismos internacionales subrayó la importancia de la zona para el desarrollo del turismo cultural y de las industrias culturales.

            Gloria Cazal y otras profesionales en turismo y en hotelería prepararon recibimientos y agasajos a los visitantes para que todos se sientan bienvenidos. La mayoría de los anfitriones estuvo a la altura del acontecimiento, que empezó en 1964 pero que estuvo torpedeado por el COVID, como otras festividades. Racimos de uva moscatel, de la criolla, de la vischoqueña (original de Bolivia) pasaban de mano en mano, igual que dulces de membrillo, frutilla, frutas rojas, higos, duraznos, artesanías y tejidos.

            Entre las otras sorpresas fue encontrar a citadinos que han decidido afincarse en los Cintis. Sobre todo, fue grato entrevistar a jóvenes camargueños universitarios que retornaron a su ciudad para apostar por la industria del vino y por el ecoturismo y el turismo enfocado en las particularidades del lugar.

            Para mí, como escribí hace tiempo y reitero, el futuro de Bolivia está en esa zona, hacia el suroeste del país. Un núcleo que estuvo y está relacionado con las minas de occidente y mira al Pacífico, y con las llanuras y con el Chaco y las zonas gasíferas y mira al Atlántico. Fue además el lugar de encuentro de la fortuna minera de Simón Patiño y el primer gran intento agroindustrial de familias tradicionales con la creación en 1925 de la Sociedad Ganadera e Industrial de los Cintis, SAGIC. De los Cintis salió la primera experiencia industrial del azúcar y la maquinaria que compró Ramón Darío Gutiérrez para lanzar el Ingenio Azucarero San Aurelio, con el respaldo económico del peruano paceño Simón Bedoya, fundador a su vez de la emblemática y centenaria SIMSA.

            Ahí el país se une con diferentes experiencias y los habitantes superan la tensión regional. Además, la geografía, el correr de los ríos Chico y Grande, las montañas, la puna, los yungas y el inicio hacia las planicies, es el aviso de que esta patria es más grande que los intereses mezquinos de unos cuantos.

            Una vez más, alejarse de la Plaza Murillo y sus alrededores y de las voces del odio y del resentimiento, refresca la confianza en el futuro de la Bolivia fundada en 1825.