viernes, 24 de diciembre de 2021

POTOSÍ, PERSONAJE DEL AÑO

 


            Culmina un año y, a la vez, una década, que retrata la resistencia de los potosinos a un modelo de capitalismo salvaje, la fase más dura y destructiva del neoliberalismo. El Comité Cívico Potosinista diagnosticó en 2010 que Evo Morales no atendía sus problemáticas recurrentes, como la sobre explotación del Cerro Rico.

            En 2021, el gobierno de Luis Arce Catacora tampoco escucha los pedidos de CONCIPO, a pesar los esfuerzos de los cívicos. Al contrario, las respuestas son más violentas que en 2012, 2016, 2019, agosto de 2020, y desde La Paz alienta una guerra civil de baja intensidad entre pobladores de unos municipios contra otros.

            Al mismo tiempo, como bien subraya Juan José Toro, el país olvida que Bolivia se fundó con base en la Audiencia de Charcas y ésta existió porque hubo un eje articulador desde Potosí. La riqueza del Sumaj Orko junto con la tecnología importada por los europeos y el sacrificio de miles de mitayos aceleró la acumulación capitalista mundial, generó la economía regional, pagó los salarios de los funcionarios, desde Salta a Santa Cruz de la Sierra, desde Antofagasta hasta Mojos y todas las cuentas.

            Toro recordaba estos días que Potosí cedió sus riquezas sin reclamar porcentajes o beneficios particulares ni durante la colonia ni durante la república, aunque llevó sobre sus espaldas el mayor porcentaje de las exportaciones. Toro se queda corto pues Potosí también mantuvo la burocracia argentina y parte de la peruana durante siglos.

            Cerro Rico, Porco, Pulacayo, Huanchaca, Telamayu, Portugalete, Tazna, Uncía, La Salvadora, Siglo XX, Chocaya, los Lípez, sin contar el alcance potosino hasta Atacama y lo que se perdió de riqueza con Caracoles y Chuquicamata, además del salitre. Sin Potosí no había Bolivia, aunque el gobierno sustituya el escudo que así lo recordaba.

            En el siglo XXI, otra vez es Potosí que marca la presencia mundial del país. El salar de Uyuni, a pesar de la falta de políticas públicas para desarrollar el turismo, es el sitio más famoso y fotografiado de Bolivia. ¿Qué país no quisiera tener ese espectáculo de la naturaleza, rodeado de montañas de colores, geiseres de ciencia ficción, y esculturas surrealistas? Toro Toro, al norte, es el otro gran destino con sus ofertas únicas. Tupiza, Cotagaita, Vitichi, ciudades intermedias con gran actividad cultural durante todo el año, como no existe en ningún otro departamento.

            Mina San Cristóbal es un rostro inigualable en el subcontinente.  Quien visita la zona encuentra una infraestructura y una dinámica que solamente se ve en películas. Los cocaleros no mantienen a la administración masista como aporta esta empresa y la minería privada con tres tipos de gravámenes, sin los cuales se caería el estado plurinacional.

            Es en Potosí donde está el litio, el recurso que pudo tener una historia diferente y es como una joya que se ofrece a todos sin consultar a la dueña. Seguramente es el litio la razón verdadera del ataque permanente del MAS a las entidades y a los líderes potosinos. Recordemos el sainete que se tragó el propio José Mujica para asegurar que intereses por el litio estuvieron detrás del inventado golpe de 2019.

            En cada tramo de la historia boliviana, los potosinos defendieron a la patria y la defendieron con dignidad. Este trimestre, resistieron la violencia instruida desde la Casa del Pueblo. El MAS quiso enfrentar citadinos con rurales, sin comprender que en la Villa Imperial casi todos son migrantes; el campo se vacía porque nadie atiende sus carencias.   Marco Pumari es un claro ejemplo. Originario de un ayllu Pati Pati, huérfano de padre muerto en interior mina el día de su nacimiento; dejó su juventud entre la venta de helados y los socavones de la Unificada. Se dio tiempo para salir bachiller y profesional,

Fue dirigente estudiantil, cívico. Su pecado, buscar mejor destino para sus hijos.

            Los latinoamericanos deberían inclinarse ante Potosí y sus extraordinarios habitantes. Los bachilleres deberían conocer Potosí antes de irse a Punta Cana. Los militantes de los valores democráticos deberían darles las gracias.

viernes, 17 de diciembre de 2021

FERNANDO LOZADA, EL IMPRESCINDIBLE

 

            Murió en silencio, pero no en soledad. Fernando Lozada cumplió 68 años en un catre de hospital, afectado por un cáncer que lo fue devorando en los últimos meses. La noticia conmovió al público paceño y boliviano pues durante décadas él fue el rostro más activo del quehacer cultural.

            Sin aparecer en las fotos, sin autobombos, Lozada fue de aquellas personas que no sólo luchan un día o alguna vez, sino que dedicó, junto a su familia, cada hora de su existencia a la creación, difusión, apoyo y ánimo a las diferentes expresiones de la estética.

            Él mismo fue poeta, músico, lector incansable. Durante las dictaduras fue parte de la resistencia desde la cultura a las expresiones autoritarias. Desde la época democrática, abrió espacios- desde el mítico Ave Sol- privados, públicos, municipales para toda, léase bien: TODA obra, sin límites de ideologías, religiones o propuestas.

            Lozada abarcó un inmenso abanico: impulsó revistas con investigaciones, fotografías, memorias, poemas, narrativas; alentó la apertura de casas sectoriales o especiales para actividades culturales; auspició una innumerable cantidad de conferencias, de foros, de debates, de presentaciones; unió teatro con lectura, noche de museos con música en vivo, dramas bolivianos con debates internacionales.

            Seguramente, será difícil resumir lo mucho que hizo Fernando Lozada por la cultura boliviana, las culturas- como le gustaba definir- para mostrar que su preocupación abarcaba todo producto bajo ese concepto.

            Lastimosamente, la nueva administración municipal paceña despidió a Fernando Lozada sin considerar sus antecedentes de verdadero servidor público y sin compasión por un enfermo que necesitaba estar asegurado. La solidaridad de los amigos no fue suficiente.

EL ARTE ROMPE EL CERCO

 

            A Graciela Rodo Boulanger (1935) le falta tiempo para cumplir todos los compromisos que tiene con ella misma: pintar un cuadrito cada día del año; ilustrar 100 barbijos, cada uno diferente del otro; tocar una pieza clásica en el piano al atardecer; compartir una galería íntima con sus hijas Karin y Sandra, que es al mismo tiempo un aprendizaje para el profano.

            Alejada del bullicio de bloqueos y proclamas, de memes y de insultos, ella cumple con la misión que los ángeles infantiles le encomendaron cuando divisó un atelier a sus cinco años, en la floreciente Oruro. Es gran embajadora de Bolivia, con presencia en los principales países europeos y en las galerías de organismos internacionales, sobre todo en UNICEF, en Nueva York, en San Francisco.

            Pasar la tarde con Graciela, como tantos otros martes, es comprender que el país tiene aliento capaz de vencer las sombras de la violencia cotidiana y de la emergencia sanitaria.

            El miércoles 8 de diciembre, me tocó abrir la exposición de 12 artistas bolivianos, incluyendo un invitado de Estados Unidos y otro de Italia. La gestora Gilka Wara Liberman ha organizado la galería virtual “Akapana”, protegida por la fantástica imagen del Illimani en Uni.

            Los cuadros y esculturas coincidían en una evocación sutil de lo femenino, la hembra, la que da vida, la madre, la que amamanta con leche, con nácar, con concha, con madera, con tierra, con arcilla. La muestra se puede apreciar todo este mes en la nube. Una vitrina al arte de la generación que nació después de abril de 1952.

            Una semana atrás, asistí emocionada al concierto organizado por la Embajada Suiza para unir los esfuerzos musicales de instrumentos nativos del altiplano con las voces sublimes de los amazónicos. Aunque llovía, la iglesia colonial de San Pedro estaba llena, respetando las medidas de seguridad.

            La directora de la escuela de música de San Ignacio de Mojos, Raquel Maldonado, aceptó llegar a La Paz con sus alumnos para mostrar que se mantiene invencible la vocación musical de los pueblos originarios. Una vez más, el público se abrazaba desde las distancias del Covid 19 con lágrimas en los ojos.

            Los benianos, casi todos nacidos bajo democracia, reventaron el auditorio de la UNESCO en París, conmovieron a las capitales latinoamericanas y lograron un aplauso de pie de los exigentes catalanes en Santa María del Mar. Bolivia, Beni, Moxos: conmoción. Un camino distinto para defender la herencia cultural mestiza y promover la cultura de paz.

            Los más jóvenes ofrecen en Sopocachi un nuevo espacio para promover la lectura con clubes y tertulias. “La Recoleta” -nombre tan evocativo para quienes aman la cultura- une el goce de leer, de convencer y a la vez de comer delicias de la gastronomía boliviana de fusión. Aprenden de otras experiencias como la librería “Lectura” con mirada renovada.

            En ese grato panorama, se destacó la inauguración del espacio bautizado como “Ágora” en la Universidad Católica Boliviana, con un diseño moderno en la gestión del exrector regional Flavio Escobar Llanos. Es un lugar abierto para estudiantes, profesores, visitas, donde unos pueden encontrar el rincón para leer, otros para hacer teatro, debajo se baila, a un lado se presentan libros.

            Como indica su nombre, es un empujón para recobrar el sentido más profundo de la democracia que nos heredaron los griegos: reflexionar, pensar, hablar y escribir en libertad.

 

jueves, 16 de diciembre de 2021

EXPOSICIÓN NAVIDEÑA

 

Decía el biógrafo Jacobo Liberman que la revolución de 1952 había sido tan formidable que nadie pudo contar realmente los sucesos de esos tres días de abril; ni siquiera los vencedores.

 

Los expositores de esta muestra virtual pertenecen a la generación nacida después de esa gesta que tantas modificaciones trajo al quehacer cultural en el país; además participan autores invitados de Italia y de Estados Unidos.

 

El otro momento imposible para los guardadores de memorias, opinaba Jacobo en charla con el sacerdote Armando Carminati, es la intensidad de los colores de la naturaleza boliviana. Es un desafío captar cómo se desbordan los paisajes desde el páramo cubierto con firmamento azul a la llanura de 12.546 tonalidades de verde, donde todo parece siempre exagerado.

 

Recordaba esas reflexiones vespertinas, a propósito de una exposición colectiva de artistas ubicados en diferentes lugares del planeta que se inaugura este 8 de diciembre en la galería Akapana, protegida por el Illimani.

 

¿Qué los une? Me pregunté. La hembra, me respondí; la mujer, la madre, lo femenino en su misterio y sus sorpresivos velos. Curiosamente hasta la fecha, elegida por azar, hace referencia a la Inmaculada Concepción, a la virgen de Cotoca y es día festivo para las madres en muchos países latinoamericanos y ciudades españolas.

 

En primer lugar, el material utilizado es en casi todos los casos a partir de la arcilla- no del barro varonil- sino desde la tierra humedecida y desde esa arena que se escurre por los dedos. Así tenga olor a témpera, a óleo o a acrílico, crayón y acuarela el fundamento central es la arcilla. Las fichas técnicas son tan asombrosas en esa descripción coincidente, incluyendo la piedra, el nácar, la madera, la concha, el mármol rosa.

 

Los sencillos apuntes biográficos que acompañan las obras de una u otra forma- incluso desde los lejanos mares- se relacionan con la femineidad.

 

Armando Urioste fotografía hojas, piedras, flores silvestres en la plenitud del proceso de lo que vive. Mientras Cecilia Wilde une dos extremos de caminos, desde el agua fecundadora al tulipán sensual.

Cliff aprovecha todos los sentidos en su creación: el oído, la palabra, la visión para entregar una selección táctil con sus caballitos de la mar y el relato infantil para dormir.

 

Corina Barrero escoge la raíz, el útero de las plantas y confiesa su crecimiento personal desde la poesía juvenil a la construcción mental de una figura, que no puede ser más madre que lo que representa la semilla hundida en el suelo.

 

Giancarla Muñoz esculpe desde el abrazo y el beso amoroso las manos creadoras y la relación con esa matriz esparcida.

 

Gilka Wara Liberman no pinta el bosque de los gnomos sino la floresta de las madres de las madres y subraya la primavera como la estación del polen que se multiplica en los capullos.

 

Por su parte, Maricruz traza juguetonas arañitas, libélulas, saltamontes, en ese retrato tan sensorial de los insectos alborotados. No precisa retornar a la mitología para que el espectador encuentre los hilos de Ariadna y Aracne.

 

Paco con sus complejas cavilaciones utiliza otro elemento de la tradición mujeril, los hoyos, el hundirse, el bajar hasta una entraña desconocida.

 

Mientras Raúl Alvarado sigue la pista del viejo Pigmalión para dar vida a las siluetas de un sábat al atardecer, con sus ofertas directas: germinación, semilla y la apertura nítida de una vagina.

 

Guido nos trae fragmentos de pedazos femeninos en sus diferentes propuestas de tallar, esculpir, sacar forma a lo informe.

 

Mientras Yarmila Mariaca explicita en el diseño de sus joyas la presencia de la danza y del cuidado, dos expresiones esencialmente femeninas.

 

Cierra la muestra la obra del italiano Giacomo Toseli, quien también ofrece paisajes y animales relacionados con la floresta y el agua, con esa idea fantástica de la Gran Madre.

 

La exposición estará abierta este diciembre al público que podrá gozar una visita emocionante, porque puede detenerse ante un cuadro el momento que desee y tomarse mucho tiempo en esa contemplación. Hasta sentir que el arte salva a la humanidad, aún en medio de una catástrofe sanitaria.

 

La Paz, 8 de diciembre 2021

 

viernes, 10 de diciembre de 2021

CANIBALISMO AZUL: DE AMETEX A AASANA

 

            ¿Qué une a Teresa Morales Olivera y Arminda Choque Paca? Las dos fueron designadas para ocupar altas responsabilidades en la administración pública sin tener la preparación profesional suficiente. El resultado es una catástrofe para cientos de familias: Teresa dejó sin trabajo a cientos de obreros de EMATEX; Arminda aceleró el desmoronamiento de la cincuentenaria AASANA con el despido de un millar de empleados, en vísperas de la Navidad.

            En los dos casos -como también en el cierre de la histórica entidad de Correos de Bolivia, por ejemplo- está la visión primitiva del Movimiento al Socialismo. Cada vez que una “bartolina” exige que los puestos públicos sean entregados a militantes azules, por encima de criterios técnicos, está empujando un poco más al desmoronamiento del aparato estatal. La institucionalidad es imprescindible para lograr el desarrollo sostenible.

            Iván Lima opina de todo, pero guarda silencio sobre las pretensiones en los estatutos del MAS para imponer el carné azul en los servidores públicos. Esa aberración es contraria al compromiso de Bolivia con las convenciones internacionales contra la corrupción. El acuerdo mundial es reforzar la meritocracia porque ésta es más preventiva que el clientelismo. Anualmente, Bolivia debe rendir cuenta de la carrera administrativa ante el MESICIC de la OEA y ante el mecanismo de control de la ONU.

            Ana Teresa Morales Olivera fue ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural en 2011, después de una pobre trayectoria como viceministra de Desarrollo Rural y Agropecuario y como Gerente General de la Empresa Azucarera San Buenaventura, cuyo fracaso es otro capítulo de la intromisión cubana en el país.

            Su hermano Manuel Morales fue presidente de YPFB por dos meses; también él fue posesionado por ser “luchador social”, sin cumplir requisitos legales para ese puesto. Fue destituido por el escándalo de los errores en 44 contratos petroleros y sus anexos. Sus discursos violentos no le sirvieron para dirigir la mayor empresa estatal.

            Sin embargo, ambos asumieron el control de la exitosa fábrica textil boliviana, América de Textiles, que había logrado exportar millones de prendas de calidad internacional al mercado estadunidense hasta la expulsión del embajador Philip Goldberg. AMETEX fue acorralada por el gobierno, que la compró sin pagar por ello y la rebautizó como Empresa Nacional de Textiles. Una anécdota, según cuentan, incluso querían poner, en la oficina principal, la foto de su papá, un abogado que nunca creó industrias.

            Sin tener idea de cómo se consiguen los insumos, cómo se abren mercados, como se organizan las cadenas productivas, cómo funcionan las máquinas, los Morales creían que era fácil dirigir una fábrica y ganar dividendos. EMATEX fue un largo calvario para cientos de obreros. Actualmente está canibalizada y sin perspectivas futuras.

            Hay que escuchar a Armida Choque, la dirigente cocalera que se hizo cargo de la seguridad aérea del país, para comprobar el nivel de descomposición de la administración pública. Choque comenzó como ayudante en almacenes en un aeropuerto por ser militante del MAS y escaló puestos por esa condición. No tiene idea de navegación aérea.

            Cree que por ser secretaria o por ser abogada en ocho años de estudio está lista para administrar Viru Viru. Se escuda, por ser mujer o por usar pollera. Simplemente no tiene los méritos y el resultado es el derrumbe de AASANA, la otrora solvente SABSA.

            El gran drama de estos juegos de dar cargos a militantes sin perfiles adecuados es el alto costo para el bolsillo de los bolivianos, quienes terminan pagando los platos rotos.

viernes, 3 de diciembre de 2021

DESCALABROS EN LA EDUCACIÓN

 

            Renuncia el ministro de Educación (léase con énfasis: Educación), Adrián Quelca, militante del Partido Comunista por sospechas de tráfico de influencias y otras ilegalidades; al salir, “in extremis”, se autonombra “catedrático”; lo defiende nada menos que la abogada Mary Carrasco.

            Las denuncias contra Quelca muestran el creciente hundimiento del sistema educativo en el país, sobre todo el fiscal. Además, retrata la forma cómo los nuevos ricos de la izquierda “caviar” llenan sus bolsillos usando al Estado Plurinacional porque no son capaces de invertir ni de crear empresas o negocios legales. Aprovechan la desinstitucionalización generalizada para favorecer sus ambiciones personales.

            Mientras no existen evaluaciones sobre la calidad de la educación en Bolivia.  No sólo durante el periodo de la emergencia sanitaria, sino de forma permanente por la falta interés en el conocimiento. Tanto dinero regalado al Chapare, pero esa región no produce científicos, poetas o industriales.

            Entre tanto, el cierre (negado por las autoridades) del Colegio Alemán Ave María es una de las historias más patéticas pues el MAS logró hundir un esfuerzo que durante medio siglo mantuvo una oferta digna a la niñez y juventud en una de las zonas más carentes de La Paz.

            Este establecimiento funcionó en el antiguo barrio rojo de Caiconi, al norte de la ciudad, con la ayuda de religiosas y cooperantes alemanes y con el esfuerzo de maestros bolivianos. Muchos docentes universitarios comprobamos la excelencia de esos bachilleres, algunos de los cuales tuvieron la oportunidad de seguir estudiando en el exterior. También fueron públicos sus premios y reconocimientos a la excelencia.

            Sin embargo, la política del Movimiento al Socialismo (MAS) de hundir experiencias exitosas torpedeó al colegio desde hace al menos tres quinquenios. Era muy fácil para el entonces ministro Luis Arce obligar a aumentos salariales, a pagos de dobles aguinaldos cuando él sólo manejaba el dinero de los bolivianos, no el generado por su propio ahorro. Al mismo tiempo, los colegios particulares no podían subir las pensiones en porcentaje equiparable a esos gastos. Era muy obvio que el déficit se presentaría pronto.

            La educación privada en Bolivia es hostigada desde diferentes espacios del Estado Plurinacional. Ahogan esas opciones sin presentar alternativas, pues la educación fiscal está peor que en 1952. En el caso del Colegio Alemán Ave María, esas presiones tienen resultados perversos pues impiden el funcionamiento normal de un centro educativo que a la vez era un espacio seguro y acogedor, en medio del estropicio.

            El rol de los padres de familia, muchas veces también dirigidos por demagogos y militantes, es pírrico. Ganan para congelar pensiones o para evitar el cierre de un colegio, a costa de la imposible continuidad de un establecimiento con calidad educativa.

            Como no podía ser de otra manera, la defensora del MAS, Nadia Cruz echó leña al fuego, en vez de promover el diálogo. Generaciones de bolivianos están perjudicados en su futuro por el estado del sistema educativo actual. Otros prefieren irse del país para ofrecer su capacidad donde se respete la importancia del saber.

            En Bolivia el Presidente, el Vicepresidente no vacunado, los ministros, viceministros, directores, gerentes, funcionarios festejan el San Lunes o van de paseo en buses, comen empanaditas y bailan al atardecer, echan basura en las calles y lanzan botellas a las jardineras. Mientras los escolares se quedan sin colegios, los Quelca se victimizan, los abogados se enriquecen y los maestros se resignan.