viernes, 24 de noviembre de 2017

VOTO NULO


            Faltan pocos días para una curiosa votación del calendario boliviano. Es difícil, por lo menos en los círculos urbanos, encontrar a personas que anuncien que votarán por tal candidato por las calidades que demostró en su ejercicio profesional, por ser un notable.
            En cambio, es más corriente escuchar motivos para anular el voto, desde quienes anuncian poner mensajes al momento de pifiar su papeleta hasta los que quieren uniformar el nulo con una gran equis. ¿Qué pasará al final?
            Entre los argumentos que justifican anular el voto están:
Desconfianza en el árbitro, por la actitud pasiva- casi sumisa- del conjunto de ellos, sobre todo por el discurso oficialista de José Luis Exeni, Antonio Costas y María Eugenia Choque. Ya en el recuento del No en el referendo de 2016 hubo la sensación térmica que se cocinaba algo que al final no logró cuadrar.
¿Tendrán la valentía de contradecir los mandatos que acuerde el palacio de gobierno? ¿Por qué se permiten actos proselitistas partidistas color azul? Por qué autoridades, vr. gr., el ministro de Educación, participan en actos políticos en horas de trabajo, por lo cual reciben un salario pagado por los contribuyentes
Desconfianza en los parlamentarios que no lograron abrir las convocatorias a destacados de las ciencias jurídicas y, como se demostró, incluso con fórmulas matemáticas, escogieron a un abanico de adláteres. El antiguo cuoteo al menos ofrecía opciones de ampliar las propuestas y en muchas oportunidades los propios partidos propusieron nombres de notables que lograron al inicio del siglo mejorar sustancialmente el acceso a la justicia y su aplicación.
Desconfianza en llunkus como Pastor Mamani que no dudarán en el futuro en “chupar las tetillas” del primer mandatario. Desconfianza en tribunos que no dudaron en viajar a China, donde se pueden aprender diferentes sabidurías, pero nada de Estado de Derecho ni de tribunal constitucional. Todo por un pasaje y unas comidas.
¡Qué lejos está esa gente decente y consciente como Alberto Villafuerte, Willman Durán Rivera, José Antonio Rivera, Elizabeth Iñiguez, Hans Delien! Ellos son autores de textos de consulta, teóricos y diseñadores de propuestas sustanciales para el verdadero cambio de la justicia, reformas que no fueron continuadas.
Desconfianza en todo el aparato estatal responsable de nombrar notarios en todo el país; de contar con organismos de control independientes, como la contraloría, la fiscalía, la policía.
Sobre todo, desconfianza en mandatarios que no dudan en cambiar sus propios argumentos, de un año a otro, de un lugar a otro, de un día a otro. ¿Cuál es su verdad? En los últimos meses los discursos han llegado al absurdo, a la comedia bufa.
Ante ese panorama parece difícil escoger entre los candidatos. ¿O existirá alguno que jure en su presentación no obedecer lo que le ordene el Poder Ejecutivo?


martes, 21 de noviembre de 2017

EL CURA PEREZ


            Con Eduardo Pérez Iribarne casi nunca comparto la misma opinión sobre pensamientos, acciones, personajes, pero desde que lo conocí- hace más de cuatro décadas- no puedo dejar de admirar su compromiso profesional, como docente, como radialista y como terco periodista; el desafío fue su signo desde que llegó a Bolivia.
            Estaba lleno de novedades en la enseñanza de la comunicación social cuando fue contratado por la Universidad Católica Boliviana. Junto con otro jesuita, Luis Espinal, y el cura de Bérgamo, José Ferrari, eran los catedráticos que más nos obligaban a cuestionar qué pasaba a nuestro alrededor. Espinal, a través del análisis de las películas; Ferrari en las asambleas estudiantiles; Pérez con las noticias de esa oscura etapa de dictaduras militares, España (donde nació), Chile (donde estudió), Bolivia (donde residía hasta nacionalizarse).
            Espinal era hosco, Ferrari más abierto con su sotana volando al viento mientras conducía su moto hasta Villa Copacabana, Pérez despertaba entusiasmos juveniles- femeninos- con su pinta nuevaolera, elocuente.
            Solíamos compartir el asiento en el Micro A pues subíamos a la ciudad después de clases. Debatíamos y no nos poníamos de acuerdo; años después me confesó que mis inquietudes de 18 años lo dejaban meditando. Traté de ser la mejor alumna, pero siempre me trató con rigor.
            Al retorno del primer exilio, con título colombiano, me dio un trabajo en “Vanguardia Cultural”, cuando él era Jefe de Prensa y luego director de “Radio Fides”, fundada en 1939 y que desde los cincuenta introducía novedades en la forma de emitir noticias. El cura Pérez, como ya le decíamos, creó un sistema de despachos directos en el momento de los sucesos, desde algún teléfono público y diferentes “vanguardias” con información especializada.
            No recuerdo ninguna censura a mi programa, salvo llamadas de atención por fallas técnicas, quería que seamos perfectos. Como eran intensísimos años, entre 1978 y 1980, también enviaba despachos para la mañana informativa pues cubría fuentes sindicales y educativas para “Última Hora” y el “Semanario Aquí”. Cuando reviso mis notas no puedo acreditar lo libre que era el periodista en esos años. (Gracias Espinal, gracias Pérez, gracias enormes a Mariano Baptista).
            Los militares no perdonaron la fuerza que logró el formato de Pérez en la resistencia al golpe de 1979 y en julio de 1980 priorizaron en su hoja de ruta asaltar a la Central Obrera Boliviana y a los medios de comunicación. “Fides” fue inutilizada y él partió al forzado exilio.
            Entre tanto también realizó programas de televisión, siempre polémicos. Después se hizo cargo de la emisora en los 35 años de democracia, inventado otros soportes para mantener los primeros lugares en la audiencia, personajes como el “Hombre Invisible” que revitalizó a la radio en horario vespertino. Más tarde el sistema televisivo, la expansión de la cadena. Además, amplió la influencia de la radio a fomentar el ciclismo que sin él ya no es; a brindar oportunidades de acceso a la salud, a la educación.
            Como con todos los gobiernos, fue muy crítico con la gestión de Carlos Mesa. Personalmente no hice el quite a sus entrevistas, aunque las sabía durísimas y preferí escuchar sus comentarios, porque significaban que algo andaba mal, incluso cuando era injusto.
            Pérez se va de la radio boliviana, alivio para el poder; final de un estilo irrepetible.
            

viernes, 10 de noviembre de 2017

EL CHÉ ESTÁ MUERTO

            La imagen del guerrillero barbudo se difumina. Para muchos fue un invasor, el Agustín Gamarra del Siglo XX, y varios publicaron artículos condenándolo como causante de medio centenar de muertos bolivianos. Otros realzan la memoria del comunista que luchó hasta morir por los pueblos oprimidos.
            ¿Por qué vino a Bolivia? ¿Quién decidió su suerte? ¿Quién ordenó su ejecución, fue la CIA, fue el General René Barrientos? Son preguntas que se mantienen sin respuestas contundentes en tantísimas biografías y estudios y así seguirán por mucho tiempo. En lo único que parecen coincidir todos, amigos y adversarios, es en reconocer la coherencia de pensamiento, profesión y acción de Ernesto Ché Guevara, asesinado a los 39 años en el sureste boliviano, rodeado de leales camaradas. ¡Era un hombre único! El disparo físico fue como un boomerang para generar la interminable leyenda, la melena, los ojos, la mirada más allá de la muerte.
            Quienes se han encargado de rematarlo no son los mariners ni los de la Triple AAA, son los gobernantes del socialismo del siglo XXI que han convertido el ¡Patria o Muerte, Venceremos! en ¡Patria o muerte, Beberemos! Y han modificado la palabra Revolución en Robalución. Los homenajes en el sitio de su muerte fueron caóticos, desordenados y demagógicos, un espejo.
            Desde la Patagonia con el esquema Kirchner que enlodó inclusive al otrora prestigioso activismo por los Derechos Humanos, con crápulas encargados de los contratos a amigos y testaferros y un vicepresidente playboy y de dudoso enriquecimiento repentino. En su Argentina natal se forjó el modelo de los nuevos ricos socialistas.
            Bolivia disputa a Venezuela las noticias de los grupos de poder atrapados en la corrupción, el sexo, las drogas- tanto para consumir como para distribuir-, la violencia doméstica, la acumulación del capitalismo más salvaje. El ideal femenino está muy lejos de la guerrillera de boina negra porque las portaestandartes del proceso de cambio, desde la ex primera dama, quieren ser rubias, divas, y glamorosas.
            ¿Acaso Franz Pari, su padre, su esposa, su amante, son originales? Son un estereotipo que vemos todos los días en muchas oficinas públicas, donde lucir dinero, pagar farras, alquilar mujeres, son las nuevas boinas rojas para vencer al enemigo neoliberal. Hay muchos París, incluso con notable parecido físico, hasta en el peso y en el corte de cabello. ¡Miren las figuras del narco asesor del comando Ché Chevara, la del narco hijo o la del narco futbolero y comprenderán lo que afirmo!
            Un socialismo que soporta de todo, incluso un presidente que se apropia del nombre del patriota Augusto C. Sandino, acusado de violar a su hijastra y también a otra menor de edad. ¡Y gana las elecciones!
            Dejaron sin argumento a la “Fiesta del Chivo”, a “Yo, el Supremo”, o al “Otoño del Patriarca”. Dejaron sin esperanza a las nuevas generaciones, a los idealistas y poetas. Como aconseja Evo Morales, mejor ni entrar a la U, para qué perder tiempo en el conocimiento.

           


viernes, 3 de noviembre de 2017

CORRUPCIÓN POR OMISIÓN

            Berlín. En un ala del Bundestag, Angela Merkel inicia las negociaciones complejas para formar su próximo gobierno y los puntos que se acordarán quedarán rubricados en un contrato político. En el otro extremo, un grupo de expertos latinoamericanos atiende las experiencias legislativas alemanas para prevenir la corrupción.
            Ni duda cabe que un primer asunto es un fondo cultural reflejado en varias actitudes cotidianas como la puntualidad, el valor de la palabra empeñada, el afán por ser eficiente y por ganar prestigio. El propio local es elegante, impecable, pero sin ostentación, siempre lo necesario, casi austero.
            La discusión se centra en el concepto de corrupción, un largo debate que ya escuché cuando presidía al Mecanismo de Expertos dentro de la Convención contra la Corrupción en la Organización de Estados Americanos y cuando asistía con la excelente abogada internacionalista Karen Longaric a los acuerdos para la Convención contra la Corrupción en Viena, sede de las Naciones Unidas.
            Ambos instrumentos tienen definiciones y descripciones de lo que se puede entender por corrupción, igual que otros acuerdos intraeuropeos, pero la aplicación ha planteado interrogantes como si existe o no “corrupción entre privados”. En Bolivia se entiende que sea el que paga o el que recibe, tiene que ser un funcionario pagado por el Estado para que se detecte un hecho como “corrupto”. Lo demás está calificado como otro delito, financiero, estafa, fraude.
            El caso “Pari” está en las portadas de matutinos bolivianos y lo pongo en la mesa. Llama la atención que el primer mandatario plurinacional sea el que ponga o saque a gerentes del estatal Banco de la Unión. ¿Es esto usual en Bolivia? ¿No hay una cadena institucional? ¿Por qué un presidente debe ocuparse de ello? ¿Por qué un ex ministro define si su mujer se queda o se va y no el departamento de recursos humanos?
            También está el análisis de los primeros datos, aun cuando no todos están verificados, porque parece imposible que una persona se apropie de cinco millones de dólares en sus bolsillos. ¿Quién nombró a Pari para tan alto cargo? ¿Hubo convocatorias, como instruye la CIIC? ¿Cuánto se cumple con la meritocracia en Bolivia? El nombre de un “padrino” puede ser el inicio de una investigación profunda y verdadera.
            ¿Quiénes son las víctimas?, ¿Por qué no reclaman los pobladores de Batallas? ¿Quiénes depositaban tanto dinero? ¿Cómo se relaciona esa agencia con otras de la zona? ¿Qué sospechas hay de la procedencia del dinero?
            El asunto más difícil, que se debe indagar “hasta las últimas consecuencias” es la corrupción por omisión, la corrupción pasiva que permite el éxito de los delincuentes. Siempre hay parientes, amantes, amigos que reciben regalos, invitaciones a fiestas de lujo, y prefieren callar.

Empresas de auto-venta que aceptan miles de dólares en efectivo; o la empresa de autos de lujo (cuyo dueño goza de detención preventiva, ¿por qué?); locales que aceptan fiestas privadas de derroche y prostitución; hoteles, comercios. ¿Por qué ninguna persona natural o jurídica denuncia movimientos sospechosos? ¿Son o no sus cómplices?