viernes, 30 de junio de 2017

SIN ESPERANZAS


            Campo de refugiados sirios en Kahramanmaras.- Mahmuad Homo era un bibliotecario en Iddleb, Kafinbel, Siria, hasta 2011. Vivía de su trabajo con el Ministerio de Cultura, rodeado de libros y con sus hijos, dos hombres y una bebé.
            Ahora es uno de los tres millones de refugiados en Turquía y uno de los doce millones de sirios arrancados de sus hogares por una de las catástrofes humanitarias más graves desde la Segunda Guerra Mundial. Las cifras son difíciles de imaginar para una periodista boliviana; traducidas para la demografía nacional significaría que todos los pobladores de El Alto, La Paz y Santa Cruz viesen caer sus viviendas, sus escuelas, sus calles, sus parques y casi todos con familiares muertos.
            Es como si la totalidad de los bolivianos tuviesen que irse a Chile, sin saber quién les dará de comer, quién les dará abrigo y cómo sobrevivirán sus pequeños hijos- algunos recién nacidos- que recorrieron a pie miles de kilómetros para encontrar un lugar protegido. El 52 por ciento tiene menos de 18 años.
            En el Día Mundial del Refugiado, ACNUR calcula que más de 60 millones de personas está obligado a salir del hogar para preservar la vida sin saber cuál será su futuro. Naciones Unidas destacó que los campos de refugiados turcos son el modelo para el mundo, pero Turquía anuncia que sus capacidades pueden ser rebasadas.
            La comunidad internacional ayuda con 526 millones de dólares. Turquía destina 25 mil millones de dólares para garantizar alimentación, salud y escolaridad para sirios, iraquíes, yemenistas y otros refugiados de Europa del Este.
            Los periodistas de 25 nacionalidades, desde rusos a malayos, desde colombianos a sauditas, recorremos los campos que son pequeñas ciudades con casas pegadas, luz, agua, refrigerador, cocina, hay mezquitas, colegios y hospitales de primer nivel. Pero mi colega de Crimea llora al ver las decenas de niños que corren intentando vivir después de haber visto lo que vieron.
            Ahmed, calzado con una sandalia de plástico azul y otra de cuero café, vestido con una remera y un pequeño short, se niega a sonreír, aunque su hermanita intenta calmarlo. La mayoría de las familias tienen varios hijos. Otro Ahmed, adolescente, tiene la piel abierta por los días pasados sin agua.

            El librero ya no consigue libros. Sus 38 años parecen 50, dice que los turcos son amables y hospitalarios y cuenta que encontró a su amigo de la infancia en el campo, el único sobreviviente de esa familia. No se queja, pero sabe que no tiene esperanza de volver a casa.

miércoles, 28 de junio de 2017

ADIÓS PROLETARIADO ILUSTRADO


            La muerte de Filemón Escóbar provocó, como pocas, un caudal de sentimientos, comentarios y despedidas. Es difícil permanecer indiferente ante esa desaparición física porque el Filippo logró lo que pocos seres humanos consiguen: la absoluta libertad de pensamiento y de palabra y dijo lo que quiso sin temer ningún castigo porque ya estaba por encima de esas pequeñeces cotidianas.
            Sin embargo, no se puede entender la trayectoria del famoso dirigente minero sin comprender al mismo tiempo al liderazgo conjunto de los obreros relacionados con el primer medio siglo de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB, 1944) y de la Central Obrera Boliviana (COB, 1952).
            Filemón pudo ser lo que fue porque vivió y luchó junto al nacionalista Juan Lechín; a los comunistas pro Moscú Oscar, Mario, Rolando; a los comunistas pro Pekín Federico, Domitila, Nora; a gente independiente como Víctor López- el único que ahora sobrevive de la generación de oro del sindicalismo boliviano-; y al anarquismo de Líber y otros dirigentes del Consejo Central Sur; junto a José, el eleno.
            Los debates en los ampliados o en los congresos mineros no eran simples levantamanos. Cada dirigente exponía sus ideas, el mandato de sus bases, la línea partidaria, su propuesta para el proletariado, para las capas medias, para la Nación. Esa idea de país que los impulsó a entregar la plusvalía de su esfuerzo al progreso cruceño o a donar las mitas solidarias.
            Además, eran encuentros de cultura general. Filemón citaba a Trotsky, Simón a Lenin. Noel Vázquez recordaba la historia nacional. Edgar Ramírez conocía el muralismo mexicano y música potosina. López alentó los congresos culturales donde los mineros pedían buenas películas y clases de ajedrez. Guillermo Dalence era el pedagogo que lograba hacer comprender a los periodistas el alcance de los pliegos petitorios más allá del pedido salarial. Sinforoso Cabrera guardó los archivos.
            El dirigente de San José conocía de radios y el de Matilde de veladas literarias con el teatro de Máximo Gorki. Los de Colquiri auspiciaban al Teatro Los Andes, los de Atocha a Nuevos Horizontes. En las emisoras mineras se realizaban los mejores festivales de música andina.

            Actualmente basta escuchar a un dirigente para comprender su poca lectura, su escaso conocimiento, su sumisión. Quedan pocos como Felipe Quispe, analfabeto hasta su adolescencia, y luego devorador de libros, amante del cine europeo, especialmente el español, y excelente alumno de historia; un solitario.

viernes, 16 de junio de 2017

MAS DESINSTITUCIONALIZACIÓN

Algunos prevén que la peor herencia del Movimiento Al Socialismo será una Bolivia polarizada, sin puentes de diálogo entre un 30 por ciento de la población beneficiada por esta década y un 70 por ciento que junta a personas desde los desilusionados a los opositores de siempre.
      Sin embargo, la prospectiva más negativa es la destrucción sistemática de la institucionalización en la administración pública, la cual con muchas dificultades y lentitudes se había completado durante la etapa democrática; buenas instituciones son la base del desarrollo sostenible y sustentable.
      El MAS ha destrozado la fragilidad del Poder Judicial y del Ministerio Público, los organismos de control interno, Contraloría General, Defensoría del Pueblo. Avanza como una epidemia en el Banco Central (¿cuántos profesionales fueron retirados desde la presidencia de Pablo Ramos), que fue ejemplo regional.
      El MAS cortó la carrera administrativa y la meritocracia. Desde la derrota de febrero 2016 también ataca el pensamiento y las opiniones de funcionarios públicos. Siguen los despidos o los juicios internos, fabricando causas, contra personas que simplemente pusieron un like, u opinaron contra algo oficial o tienen una amistad “sospechosa”, así sea el amigo del colegio.
      En La Paz intentan crear un clima para promover un “revocatorio” en noviembre próximo con la ilusión de que uno de sus mimados sea alcalde; se habla de Javier Zabaleta como el más ambicioso entre muchos.
      No importa si para ello hay que meter dinamita a tres lustros de dificultosa recuperación del municipio. Cuando se trata de mejorar el transporte urbano, los masistas choferes bloquean. Como bloquean los gremialistas masistas en todo el país.
Muchas viviendas son ilegales y tienen servicios gracias a los que pagan impuestos. No son pobres, son los que trabajan cercanos al comercio cuasi contrabando. Ejemplo claro la vivienda de los Tapia en pleno Montículo que aumentaron piso a piso sin atender las advertencias de la Alcaldía. ¡Obvio, se oponen a cualquier norma! Los otros vecinos tienen que trabajar día a día, ¿quiénes son los que pueden salir todos los días a bloquear?
El teleférico sigue talando árboles, parques y pulmones de la ciudad, pero está amparado por una decisión judicial que, oh casualidad, lo ampara y amarra de manos al GAMLP.
      Lima se recuperó de una guerra porque el gobierno central no boicoteó a su alcaldía. Igual Bogotá. La Paz es cercada cada día, pero no ganarán. Esta acorralada, pero no rendida.
       


viernes, 9 de junio de 2017

PALESTINA ENSANGRENTADA


            Esta semana se recordó medio siglo de la Guerra de los Seis Días, la más corta en la historia de Israel, o quizá la más larga, como apunta la periodista israelí Dana Regev, porque el gobierno de Tel Aviv inició el día siete la ocupación incesante de territorios palestinos.
            Israel fue el primero en atacar demostrando no sólo su poderío militar sino la fuerza interna del Estado creado en 1948. Hasta 1967 propios y extraños temían que la ansiada independencia fuese muy frágil para resistir las presiones de sus vecinos árabes.
            Israel venció, pero en términos políticos su fracaso fue “enorme”, apunta Regev. “Puede que el combate en cuestión sólo haya durado seis días pero en realidad, su séptimo día ha durado cincuenta años. La ocupación, la anexión y el control de algunos de los sitios sagrados más importantes intensificaron el conflicto y cambiaron radicalmente la percepción que el mundo tenía de Israel, de ser visto como David pasó a ser visto como Goliat”.
            Aunque en muchos escenarios, incluyendo a sectores bolivianos, Israel logra silenciar a sus críticos con el antiguo argumento de “antisemitismo”, en Europa y en varios países latinoamericanos, se censura la política de asentamientos y el trato humillante a los palestinos que aún viven dentro de sus fronteras.
            Estos días, reportajes de la TV alemana, de la radio francesa, entre otros, evidenciaron una opinión pública mundial asombrada ante diferentes situaciones que acorralan a los palestinos obligándolos a caminos violentos. Por ejemplo, cómo no se considera ciudadanos sino sólo “residentes” a los palestinos que viven en Jerusalén Este. En cualquier momento ingresan soldados israelíes violentamente a las viviendas, pueden destrozar todo y llevarse preso a cualquiera de la familia.
            Varios judíos y palestinos testigos de la Guerra de 1967 relataron sus versiones. Unos victoriosos, pero todavía inseguros. Otros expulsados de sus casas. Más de 300 mil personas fueron arrancadas de sus viviendas, les dieron 48 horas para salir. Actualmente hay más de seis millones de palestinos que viven como refugiados desde hace medio siglo.
            El Muro construido por los israelíes para aislar a los pobladores y obligarlos a largas filas diarias, a continuas humillaciones, a la desesperación, no sale en los noticieros pero existe.

            El pasado viernes, manifestantes israelíes reclamaron a su propio gobierno para encontrar soluciones. Sin embargo, está lejos la esperanza y la comunidad internacional no sanciona a Israel como lo hizo con Sudáfrica o con Irán.

viernes, 2 de junio de 2017

SIN TRANSPARENCIA

           El ejercicio de revisar periódicamente los portales electrónicos y el estado de arte del gobierno electrónico suele traer datos que comprueban la falta de transparencia y de acceso a la información pública del Estado Plurinacional de Bolivia.
            Aunque hace 17 años, primero desde la Vicepresidencia y luego desde la Presidencia, Jorge Quiroga impulsó las páginas web en todo el Ejecutivo y la publicación de las principales transacciones del estado por esa misma vía, el gobierno del Movimiento Al Socialismo retrocedió al siglo pasado.
            En otra ocasión detallamos el caso del Tribunal Electoral y de la Contraloría que otrora fueron ejemplos de acceso a su información. Hace poco los expertos del área lamentaron la falta de actualización de los datos imprescindibles para conocer qué sucede dentro de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.
            Este fin de mayo visitamos el portal oficial de Bolivia (bolivia.gob.bo), el cual seis meses más tarde del cambio de números y nombres de ministerios aún conserva los antiguos y, aparentemente, la fecha de construcción de esta página es de ¡2010! Si entramos al ex Ministerio de Transparencia y lucha contra la corrupción no encontramos nada. Si pasamos al Ministerio de Justicia, portal más dinámico y actualizado, en el Viceministerio de Transparencia tampoco hay nada.
            En el Ministerio de Hidrocarburos (y energía?) el último boletín publicado es de abril. ¿No pasó nada en esa cartera tan importante desde esa fecha? En enero fue creado el Ministerio de Energía, como tal aparece en la lista de ministerios del Ministerio de la Presidencia. Supuestamente para enfatizar el rol de Bolivia como centro energético, pero ¡no tiene página web! No es posible encontrar en portales oficiales la posición oficial en la intervención a una sociedad anónima encargada de distribuir energía en los Yungas.
            El Ministerio de Cultura tiene muchos datos, pero su última noticia es sobre el anuncio del Presidente Evo Morales para crear tres centros de medicina nuclear (sic). ¿Será porque el anuncio fue hecho en El Alto, ciudad originaria de la ministra del ramo?
            La Agencia Boliviana de Información (ABI) mantiene su tendencia de lenguaje respetuoso y de información (no entró a la confrontación que alienta Gisela López), pero ya no tiene servicios de enlaces y otros que ayudaban tanto al periodista en sus tareas.
            Lo más triste es la ausencia del 70 por ciento de los ministros en los medios de comunicación. Hagan la prueba, pregunten a la gente quién es quién y verán.