viernes, 14 de abril de 2023

DESCUARTIZAN A LOS MEJORES GALLOS DE LA GRANJA

 

            En el último semestre, los mandatarios, los ministros y los funcionarios de la granja plurinacional orweliana han apretado el acelerador para lograr su meta psicótica: destrozar los últimos restos que quedaban de la Bolivia democrática. La tarea comenzó tímidamente desde el primer gobierno de Evo Morales, en 2006, hasta alcanzar el descontrol del actual No Estado.

            Se acumulan muchas malas noticias que cubren desde el decoro y la moral, la cultura, la economía, la política. Sin embargo, el mayor daño está en el cogobierno con grupos delincuenciales, disfrazados de comunarios, interculturales, movimientos sociales. Avasalladores, extorsionistas, violentos agresores de trabajadores, de periodistas e incluso de policías y autoridades son amparados por el sistema plurinacional.

            Ellos cuentan con la omisión o con la complicidad de autoridades departamentales, municipales, del Ministerio de Gobierno, del Ministerio Público, de la Policía Nacional y de instituciones como el INRA, el SERNAP, ministerios relacionados con el ordenamiento territorial o con la producción.

            Aunque parezca relato de novela barata, en el No Estado presidido por Luis Arce Catacora y David Choquehuanca, hay ministros -como el de Obras Públicas- que alientan o participan directamente en grupos de choque. O un gobernador -como el de Potosí- que están en primera fila en acciones violentas callejeras. O concejalas paceñas que se alistan para impedir por la fuerza la marcha de los adversarios.

            Los sucesos, ya cotidianos, de asaltos a tierras productivas en el departamento de Santa Cruz con saldos de heridos y muertos, el rol misterioso de EMAPA y sus compras a “dirigentes” que se apoderan de cosechas ajenas, la repartija de propiedades como el caso Ostreicher, alejan a los inversionistas legales.

            ¿O alguien cree que esas turbas que no dejan que ni la hierba crezca y edifican de la noche a la mañana casuchas de ladrillos y calaminas están interesadas en sembrar, mejorar cultivos, cuidar a las plantas, distribuir alimentos?

            El Viceministerio de Turismo se suma al colapso. Dice en su presentación: “regulamos la actividad turística y promocionamos la imagen del país, para incrementar el flujo de turistas y brindarles servicios de calidad”. Dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, presentó hace pocos meses una serie de “herramientas para fortalecer el turismo en Bolivia”. Prometió reactivar al sector duramente golpeado por los conflictos sociales y políticos de los últimos años y por la pandemia.

            Mentira, mentira, mentira.

            El turista extranjero que se atreve a desafiar las advertencias y llega al No Estado Plurinacional enfrenta mal trato desde que pisa un aeropuerto o una terminal; los testimonios se repiten. Uno reciente, una turista inglesa perdió su avión de conexión porque la funcionaria de Migración en Viru Viru no podía ni teclear y tardaba preciosos minutos con cada pasajero. “Diré a todos mis amigos que no vengan”, declaró en la sala de espera. “No se dan cuenta que con cada ignorante como esta señorita pierden miles de dólares”. Al salir, la responsable de Aduana le ordenaba sacar su maleta y no entendía que ella solamente viajaba con una mochila. Su destino final y fatal era: ¡Uyuni! ¿Cómo habrá pasado su vacación?

            Personas que prefieren vivir del trabajo ajeno, de la extorción, del chantaje, de la amenaza han logrado esta semana apoderarse de casi cien mil dólares de los hoteleros en el más importante destino turístico de Bolivia, el Salar de Uyuni. Para vergüenza del resto de los bolivianos, las autoridades se negaron a cumplir con su deber o declararon frases patéticas: “es un problema entre privados”.

            Queda el precedente: o cedes ante el delincuente o aceptas que te quemen tu propiedad. Los extorsionadores son considerados como la contraparte de todo negocio.

            No es un hecho aislado. Se da en distintos lugares del territorio nacional. Hasta hace 20 años, en el trópico cochabambino había iniciativas privadas para alentar el turismo interno, el turismo de aventura, el turismo ecológico, los recorridos por los ríos. ¿Quién se atreve ahora a invertir? ¡Qué familia irá por Año Nuevo a Villa Tunari?

            Es parte del modelo: descuartizar toda iniciativa privada, así represente al mejor gallo de la granja. (Aunque hasta el comunismo cubano alentó el turismo de los capitalistas). No es sólo una consigna tonta; la realidad nos alerta que nos espera el destino de Venezuela y de Nicaragua. Solamente que para los bolitas ya no habrá sitio, ¿dónde podrán migrar?

 

LAS MUJERES DE JESÚS

 

Más de una vez se simplifica la presencia de la mujer en la vida de Jesucristo a solamente dos: María, la madre, la Marian que también reconocen los musulmanes, y María Magdalena, de la cual, cada vez con más fuerza, se escriben distintas versiones, algunas con absurda carga especulativa. Sin embargo, la presencia de mujeres en el Nuevo Testamento es variada, rica y representativa. No son las apasionadas de los mitos griegos y tampoco las heroínas del Antiguo Testamento como Ruth, Judith o Esther. Más bien, son sencillas muchachas pueblerinas, de las que encontramos todos los días en el mercado, la biblioteca, la iglesia o a orillas del camino. A mí me fascinan todas y lamento que sean frases cortas las que nos cuentan de ellas. 

Algunas no tienen nombre, ni identificación, sólo tienen nominaciones genéricas: las mujeres, las hermanas. 

La samaritana está relacionada con una nacionalidad y una actitud valiente muy femenina, la solidaridad con el sediento. ¿Quién no ha experimentado en alguna caminata, un recorrido festivo, o una manifestación, el conmovedor vaso ofrecido por una mujer? Recuerdo en la Marcha por la Vida aquella anciana calmando la sed de los mineros en Sica Sica, o las gelatinas preparadas por una conmovida abuela quien, junto a sus nietos, entregaba a los niños que llegaban a Villa Fátima, desde la floresta del Isiboro Sécure.

También son notables las hermanas, íntimas amigas de Jesús, Marta y María, cada una reaccionando de una manera frente a su visita. Una preparando algo de comer y organizando la casa para los huéspedes, otra más centrada en escuchar al Maestro, cubriéndolo de perfume de nardos y secándolo con sus largos cabellos.

La escena de la adúltera y de la primera piedra es una de las más conmovedoras del Evangelio y sobre esa escena y sus consecuencias también se podrían escribir muchos párrafos. Él escribiendo con su dedo en la arena, mientras ella espera en silencio, agradecida.

Es en las últimas jornadas del Mesías donde aparecen figuras extraordinarias como “la Verónica” y “las Marías” de Jerusalén, como Juana, Salomé o mujeres como Susana, o la propia esposa de Pilatos. Son el retrato milenario de las madres, esposas, hijas, que salen en defensa de los perseguidos, de los humillados.

No son los hombres, sino las mujeres las que organizan los grupos de defensa o de búsqueda de sus seres queridos encarcelados o desaparecidos. Antes de su fase corrupta y servil al Kirchenismo, las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, eran la encarnación de la Piedad que Miguel Ángel eternizó en su escultura.

Precisamente, es en el alba de ese Domingo de Gloria cuando Jesús resucita, donde se funde esa presencia femenina tan vigente aún en nuestros días. Las primeras que aparecen fuera del sepulcro son las madres que fueron a visitarlo. Antes de hablar a los apóstoles, incluso antes de revelarse a Juan, el discípulo bien amado, Jesús sale al encuentro de María Magdalena. Ella reconoce al Rabí y es la primera en dar la Buena Nueva.

Cristo resucita para dar esperanza a la Humanidad. Deja a un lado el sudario y abandona el sepulcro cerrado por una gran piedra. Las mujeres valientes, como suele suceder, son las que van a visitar su tumba, mientras los hombres siguen temerosos y clandestinos. La mujer de Magdala avisa a la propia madre María, aquella Dolorosa que ha seguido de cerca el martirio de su hijo hasta el terrible final, clavado en una cruz.

Son los gitanos los que cuentan en su famosa “Saeta” esa historia desde la música, la voz gutural de las hembras, las panderetas. Este 2023, como cada año, escucharé sus invocaciones al Cristo de los gitanos desde la bella Andalucía. Y recordaré con amor el amanecer en San Lorenzo, Tarija, desde dónde también con música de eres y zapateos se celebrará la Resurrección. 

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