martes, 23 de enero de 2024

OFERTAS TURÍSTICAS EN EL SUROESTE BOLIVIANO

REVISTA "OH", LOS TIEMPOS

22 DE ENERO 2024

 

            El departamento de Potosí, en el suroeste de Bolivia, es un mapa con innumerables ofertas turísticas, casi todas irrepetibles en otros lugares del planeta. Históricamente es más conocido por el legendario Cerro Rico, “Sumaj Orko” que es explotado desde hace cinco siglos. Sin embargo, su esplendor abarca pisos ecológicos con diversidad en flora y fauna y sólidas culturas originarias que mantienen su esencia.

            En este reportaje no es posible abarcar la vivencia en Chayanta o en Macha, a la que ya nos referimos en otra ocasión. Tampoco contaremos sobre las rutas abiertas para aprender sobre los tesoros que guardan las provincias de Nor y Sud Chichas, sobre todo en Tupiza, Vitichi y Cotagaita, la requerida visita a Toro Toro. Cada provincia potosina tiene su particularidad y todas merecen una pasantía.

            La capital, Potosí, conserva sus rasgos coloniales en residencias y, sobre todo, en templos. Uno de los más preciosos por su portada barroca es el dedicado a San Lorenzo. La Casa de la Moneda encierra en sus muros el desarrollo del capitalismo moderno y la emisión de las más famosas monedas que cambiaron la economía internacional.

            Aunque no se consolida una política de largo plazo para preservar este Patrimonio Cultural, desde hace una década los empresarios potosinos invierten para ofrecer servicios de alojamiento y gastronómicos de alta calidad. El tradicional Bulevar contempla la aparición constante de restaurantes y confiterías con manjares para el paladar más exigente y un ambiente bucólico exquisito.

            “El Tenedor de Plata”, en pleno centro histórico, es un grato ejemplo. Es posible reservar platillos del menú para asegurarse una mesa, aún antes de llegar a Potosí. Es altamente gratificante, después de un viaje cansador, sentarse frente a una receta típica como la famosa Kalapurka o frente a un lomo a la pimienta.

            Potosí recibe turismo internacional y muchas delegaciones estudiantiles del resto de Bolivia. Es difícil acceder a las cifras oficiales por la falta de información detallada en los reportes del Instituto Nacional de Estadísticas y del Viceministerio de Turismo. En algunas investigaciones se refleja la percepción negativa del turista extranjero con relación a los servicios de migración o de información turística; en cambio, los visitantes suelen destacar la amabilidad de la población.

 

EL SALAR DE UYUNI, LA ESTRELLA DEL FIRMAMENTO

 

            Tampoco existen datos ciertos y actualizados sobre la cantidad de visitantes que llegan al Salar de Uyuni anualmente, sobre todo después del bache que causó la pandemia del COVID 19 al turismo a nivel planetario. Sin embargo, en reciente visita (diciembre 2023) contemplé la cantidad de buses que llegaban con rusos, coreanos, franceses, alemanes, latinoamericanos y los principales hoteles agotaron reservas.

            Seleccioné a la empresa “Extreme Fun Travel” del empresario Roberto Urioste para volver a recorrer ese inmenso paisaje después de varios años. Para una viajera sesentera es vital contar con un servicio seguro, cómodo y que cumpla con las ofertas de su publicidad. Urioste es uno de los agentes más experimentados, con décadas de trabajo en el rubro.

            El Salar no se agota en un par de jornadas. Tiene muchas variantes para conocerlo. En esta ocasión, el tour del primer día recorrió el tradicional e infaltable Cementerio de Trenes, la población de Colchani y secretos de la blanca planicie que pocos descubren; Urioste las encontró en sus aventuras. Son pequeñas inolvidables sorpresas de este espacio único en el mundo.

La merienda y el almuerzo se preparan en el propio Salar, con todo cuidado para no causar ni la más mínima contaminación. Las gasas flotando, la hamaca en la inmensidad, el vino espumante son imágenes dignas de un film de Stanley Kubrick.

            La ruta continúa hacia el sur, en la frontera con el departamento de Oruro. Ahí se encuentran islas de diferente tamaño y vegetación, como la famosa Inca Huasi o misteriosa Isla de la Fantasía, que desaparece como una ilusión óptica. El atardecer confunde el fuego de los celajes con la blancura del suelo. La vagoneta se aproximaba al volcán Tunupa, esa gran madre que manó leche y lágrimas por sus perdidos hijos hasta formar el Salar. Es una montaña que gusta alejarse al infinito. La tarde caía y parecía que nunca se alcanzaría la población de Jirira, ya en el departamento de Oruro.

            En Jirira, el hostal “Doña Lupe”, de una familia de la comunidad, brinda cena casera, agua caliente y camas cómodas. El firmamento en el Salar de Uyuni es un regalo del Creador; sin contaminación lumínica, se divisan las constelaciones, la estrella Sirio, los planetas brillantes y la extensa Vía Láctea. No se camina, se flota.

            El desayuno con el paisaje blanco, oliendo a pan recién horneado, es otra vivencia inolvidable. Lo más inesperado fue recorrer las orillas hacia el norte, donde se dispersan poblaciones con un microclima valluno, de verdes molles y álamos. Existen restos arqueológicos. Tropas de alpacas y pajaritos cantores acompañan la caminata. El Museo en Los Cantaritos ofrece piezas sobre los usos y costumbres de comunidades originarias y de su entorno en flora y fauna. El Salar tiene siete entradas desde diferentes pueblos, pero es fácil perder la huella. Una de las más hermosas y desafiantes es la puerta invisible desde el Bofedal de Coquesa, otro paisaje de cuadro impresionista.

            La lluvia hacia el sur había preparado el escenario más famoso: el Salar como un espejo sin fin, donde se repiten y multiplican las imágenes y figuras. Mejor pellizcarse un brazo para confirmar que es una realidad y no un sueño surrealista. Los trucos tecnológicos acompañan las fotografías que saca Urioste para burlar la gravedad y las dimensiones, en las que los seres humanos pueden imitar hormigas o gigantes.

            A pesar del agua en los pies (con botas) no hacía frío y fue posible almorzar con una vista hacia las lomas azules, siempre confundiendo suelo, cielo, nube, sal, escarcha, rayo de sol.  Un brindis con vino blanco y frutillas rojas para la Pachamama que nos cobija, para los Achachilas, para el Inti. Al fondo Llica, la primera población boliviana libre de analfabetismo desde hace 40 años.

            El turista puede seguir hacia los Lípez donde encontrará otros paisajes fantásticos como las lagunas Colorada, Verde, los geiseres con agua termal, el bosque de Dalí, las formaciones de rocas, de espejos de agua. Cada vez, las agencias estrenan alternativas.

 

HOTEL PALACIO DE SAL

 

            La segunda jornada culmina en el Hotel Palacio de Sal, el más famoso de las edificaciones construidas con ese insumo de Uyuni. La idea que en su momento parecía una locura fue una iniciativa de Juan Quesada Valda, el pionero del turismo organizado en El Salar. En 1998, en el creciente interés mundial por conocer este sitio irrepetible del planeta, Quezada completó sus experimentos con una propuesta sui géneris.

            Uyuni, a diferencia de otros pueblos con ofertas turísticas en Bolivia, tiene más de tres décadas de experiencia. La familia Quesada es una de las más reconocidas. Aunque el padre falleció joven, en el inicio de su proyecto para construir una arquitectura mucho más ambiciosa, sus hijos continuaron el legado. El Hotel actual, de 2004, de forma de cruz andina, sobre más de 4000 metros cuadrados, utilizó un millón de bloques de sal.

            El huésped nota que existe en cada detalle un conocimiento acumulado con estudios y pasantías en Europa. La arquitectura, a orillas del Salar, en la población de Colchani, combina lo tradicional con el confort más exigente. Grandes ventanales para sentir la presencia del paisaje en todo momento, mientras se disfruta adentro de 34 grados. Piscina, sauna, habitaciones con terrazas, pulcros baños, salones cómodos, galerías.

            Lo mejor el servicio gastronómico, desde el coctelito de cortesía, la cena, hasta el mejor desayuno de mi vida después del Hotel Corinne de Estambul. Cada funcionario conoce su tarea y cómo agradar al cliente. El bufet nocturno selecciona los mejores insumos del país, incluyendo los vinos tarijeños. ¡Qué buena verdura hay en Bolivia! Carnes, también de llama, papas, legumbres: un privilegio.

Al amanecer llegué de primera al desayuno, como me gusta siempre; ya estaba todo pronto. Jugos con productos de Cochabamba y Tarija, los tradicionales de naranja, sandía o maracuyá o los propios: tumbo, linaza. Panecillos artesanales potosinos de sofisticada inspiración alemana, a la vez que pueblerinos, galletas y bollería. Mermeladas caseras con colores intensos a mora, fresa o melocotón. Embutidos variados; quesos elaborados y frescos; mantequilla de fábricas bolivianas; yogures con frutas, griegos, naturales; huevos a pedido…

            El turismo VIP en Bolivia es posible. Únicamente falta que las autoridades ayuden en vez de ser un obstáculo para los empresarios que creen en la patria.

 

 

 

           

viernes, 19 de enero de 2024

GESTIÓN IVÁN ARIAS, LA PEOR EN DÉCADAS

 

            El masismo no es una ideología ni un partido político: es un estado de ánimo y, sobre todo, es una metodología. Aunque repito esta frase desde 2007, los ejemplos se multiplican en gobernaciones y municipios. Dramáticamente. No se precisa estar afiliado oficialmente para ser parte del fenómeno MAS que domina Bolivia.

            Ejemplos sobran. Aunque a veces aparece mimetizado bajo otras siglas, el masismo, el populismo Siglo XXI, todavía está ahí, como el dinosaurio de Monterroso. Entre sus características está el discurso simplón, casi infantil. La obsesión principal es caer simpático con ofertas inmediatistas, aunque ellas afecten al bien común y al desarrollo sostenible. Las tareas de largo plazo no sirven, como encomendar estudios o aplicarlos cuando ya existen. Actualizar mapas de riesgo o destinar esfuerzos para entender planos no son útiles para gozar el aplauso de las masas.

            Las opiniones sensatas de especialistas no son tomadas en cuenta porque pueden ser “políticamente incorrectas”. Peor aún, pueden afectar intereses de los que financiaron la campaña electoral. Esa opción, típicamente masista, contribuye a la desinstitucionalización de la administración pública.

            Es la versión del cuento de los cerditos, al revés; más vale entregar una casita rápidamente, aunque sea de paja y se derrumbe con el primer soplido. Lo importante es la foto; mejor si una guirnalda se cuelga en el cuello.

            El masismo se caracteriza por fabricar caudillos que se creen líderes; que gastan el dinero público en reproducir mil veces su rostro, sea en gigantografías o en pegatinas; todo vale. Quisieran ser tan reconocidos como Angela Merkel, pero olvidan que ella no obligaba a los transeúntes mirar su barbilla y sus brazos cruzados en cada esquina.

            Este método no refleja un trabajo en equipo. Mucho menos prioriza la aparición de los voceros técnicos, de los que conocen las características de un espacio determinado y de quienes lo habitan.

            A lo largo del país se encuentran edificios a medio construir, abandonados, al borde de caerse, restos de puentes fallidos, viviendas rotuladas como “sociales” que nadie ocupa, presuntos hospitales o mercados llenos de hierbas. En La Paz, cada tarde se divisan más cerros pelados porque alguien decidió ser su propietario; no importa que más abajo se caigan otras construcciones y que se destruya el ajayu de la ciudad.

            La sede de gobierno presenta una topografía tan compleja como Cuzco o Quito. Por ello, alcaldes prudentes, como (el inolvidable) Mario Mercado, se preocuparon por contratar a expertos internacionales para conocer más y mejor cómo podía o no podía crecer la mancha urbana. Otras administraciones ediles responsables consiguieron consolidar equipos humanos para la prevención de riesgos. La defensa de las áreas verdes y la arborización en los tres grandes pulmones se desarrolló por décadas en Santa Bárbara con el Laikakota, en Llojeta con el Parque Forestal o en Mallasa.

            En los últimos años, la desinstitucionalización ha facilitado el loteamiento de áreas públicas y de serranías; ha facilitado la construcción de edificios absurdos para una hoyada que posiblemente fue un lago con su fondo de arenisca.

            ¿Quién o quiénes son los responsables? ¿Quién o quiénes son los masistas encubiertos que destrozan lo avanzado en el ordenamiento vehicular, en los planes de uso del suelo, en los permisos para construir? Por ejemplo, personajes como el concejal Oscar Sogliano Herrero actúan hace meses para facilitar polémicas normas para la construcción de edificios o no actúan cuando se lotean más y más terrenos en el Parque de Mallasa.

            O Harold Lora de la empresa “Loritas Edificios”, premiado por su supuesto respaldo al desarrollo inmobiliario, que actualmente enfrenta demandas por presunta legitimación de ganancias ilícitas y debe responder a 60 familias que reclaman la devolución de sus aportes para departamentos que nunca se construyeron.

            El derrumbe de una plataforma en un lugar neurálgico de La Paz desnuda lo que pasa todos los días bajo el paraguas del masismo mimetizado. Permisos incomprensibles, información opaca, muchísimo dinero en juego.

Llamó la atención de los vecinos la reacción del alcalde Iván Arias intentando responsabilizar a una cañería vieja como causa del desastre. Él y el comunicado oficial evitaron nombrar a la empresa Tauro y no explicaron por qué ésta destruyó un muro que había resistido décadas. Al contrario de otros siniestros sucedidos en gestiones pasadas, la gestión municipal no contó con un mecanismo de reacción rápida.

            La prioridad del gobierno autónomo municipal paceño y de sus secretarías está en la fiesta, el folklore, la farra, el circo. Ya veremos sus disfraces y bailes en carnaval; nadie faltará a la cita. Otro rostro del masismo que acompaña a los bolivianos desde 2006.

 

viernes, 12 de enero de 2024

TICONA, EL CARDENAL INVISIBLE

 

            ¿Escuchó Usted algún mensaje del único cardenal boliviano Toribio Porco Ticona en esta Navidad? Quizá habló para un público muy escogido. Quizá no me enteré de su homilía. En las búsquedas por Internet, las últimas referencias sobre él están relacionadas con sus amenazas para enjuiciar por difamación a personas y a medios de comunicación que difundieron su presunto certificado de matrimonio.

            En todo caso, el silencio del escogido por el papa Francisco en 2018 como cardenal para la diócesis de Potosí no parece cumplir con el rol que se espera de tan alta misión. Habitualmente se entiende que un cardenal participa activamente en las muchas misiones de la Iglesia católica, incluyendo la relación con Roma. Que amplifica su voz y sus preocupaciones, comunicados.

            ¿Qué llevó al papa argentino a elegir a Ticona sobre otros obispos nacionales? En general se supone que sólo reciben esa consagración aquellos que cumplieron diferentes cargos jerárquicos dentro de la organización eclesial y que se destacaron por su conocimiento de la doctrina, su comportamiento, su prudencia y su trabajo en una comunidad.

            Francisco, a quien más de una vez se escucha con un lenguaje más político (populista, peronista) que misionero, reemplazó con Ticona al Cardenal Julio Terrazas, un obispo con un perfil opuesto al del sacerdote potosino. Bolivia tuvo un primer cardenal recién después de casi 500 años de colonización religiosa con el nombramiento del arzobispo de Sucre Clemente Maurer.

            Maurer, alemán nacionalizado boliviano, recibió la sotana roja desde 1967. Terrazas, originario de Vallegrande en el departamento de Santa Cruz fue nombrado cardenal en 2001. Ambos se distinguieron por su trabajo pastoral entre los más carentes, tanto en las ciudades como en el área rural, en distintas provincias del país.

            Maurer y Terrazas enfrentaron al poder político, desde la parroquia humilde o desde sus altos cargos dentro de la Conferencia Episcopal Boliviana. Durante los períodos dictatoriales estuvieron al lado de los perseguidos políticos, de los trabajadores mineros, de los trabajadores agrarios y de quienes protestaban por más libertad y más pan. La comunidad lloró sus partidas en 1990 y en 2015, respectivamente.

            Julio Terrazas cumplió su misión sacerdotal enfrentando riesgos por su permanente defensa de los Derechos Humanos. Paradójicamente, en un gobierno auto identificado como “izquierdista”, “indigenista” presidido por Evo Morales Ayma, padeció hostigamiento permanente y los insultos públicos que caracterizaron a ese presidente. Su figura fue utilizada para provocar el asesinato múltiple en el “Hotel Las Américas”.

            Ticona, nacido en Atocha hace 86 años, en hogar humilde, fue ordenado sacerdote en 1967. Trabajó en centros mineros de Potosí y de La Paz. Desde 1992 fue obispo prelado de Corocoro hasta 1992, partidario de una Iglesia para los pobres. No se destacó más allá de su diócesis, donde perdió muchos fieles, y era poco conocido a nivel nacional.

            Como Cardenal dedicó sus principales apariciones públicas a defender a Morales, aun cuando ese político agredía a otros religiosos y a la Iglesia Católica como institución. En 2018 ya circulaban las noticias sobre el comportamiento inmoral del cocalero con jovencitas aprovechando su poder. Ticona respaldó su reelección inconstitucional en 2019.

            Circula información de diferente gravedad contra Toribio Ticona Porco, desmentidas por él; a la vez nunca aclaradas a nivel jurídico o a nivel de la Santa Sede.

            Ticona no le hace bien a la Conferencia Episcopal Boliviana, peor en un momento de arremetida del Socialismo siglo XXI contra la doctrina de Jesús. El Papa se limita a “lamentar” lo que pasa en Nicaragua o en Venezuela. Se equivocó nombrando a Ticona, probablemente por su color de tez o por su apellido y no por sus méritos. Mientras se vacían los templos y pocos jóvenes se interesan por las vocaciones religiosas.

viernes, 5 de enero de 2024

CENSURAN LA SOLIDARIDAD CON PALESTINA

 

            ¡Qué triste empezar el año con la sangre de tantos niños sacrificados en Gaza y Cisjordania! No hubo tregua ni por las celebraciones del Nacimiento del Niño Jesús, por el cierre del 2023, por ser de noche, por ser mediodía. Lo bombardeos israelíes continuaron sin tregua aumentando el número de muertos y heridos palestinos.

            Al mismo tiempo, crece la censura de los grandes capitales contra los medios de comunicación; las cuentas institucionales y personales en redes sociales; las universidades y los centros culturales; las manifestaciones callejeras; las conferencias y declaraciones; los artistas, los guionistas, los gestores. El poder de los grandes negocios alcanza a toda voz que exponga su solidaridad con el pueblo palestino, como no sucede en otros conflictos.

            Uno de los primeros ejemplos se dio en la Feria del Libro de Frankfurt, Alemania, la más grande del mundo y considerada hasta el 2023 como un espacio de libertad. A pocas horas del inicio de la guerra contra Gaza, su director canceló la entrega del premio a la escritora palestina Adania Shibi. Ella no tiene ninguna relación con Hamas. Su obra cuenta la historia real de una niña palestina violada y asesinada por un soldado judío en 1949. Más de 600 escritores y editores protestaron por el inédito amedrentamiento.

Las autoridades de Bremen, también en Alemania, cancelaron la entrega del premio Hannah Arendt de pensamiento político a la escritora ruso estadounidense de origen judío Masha Gessen porque ella comparó la tragedia de Gaza con lo que hicieron los nazis. ¡Patético! Manchan el legado de Arendt.

El estado alemán, en sus diferentes estamentos, también la Deutsche Welle y los principales periódicos, se alinearon rápidamente con el régimen de Benjamín Netanyahu. También los “verdes”. Alemania precipitó la forma en la cual se creó Israel a costa de la expulsión de 700 mil palestinos. Podría jugar un rol más adecuado. Sin embargo, su complejo de culpa emerge; hasta las conversaciones privadas se autocensuran por el temor al dedo acusador: “antisemita”.

 Escritoras y periodistas de Egipto denunciaron que sus mensajes sobre los asesinatos en territorios palestinos son borrados. No pueden relatar las torturas y vejámenes a los adolescentes de Jerusalén del Este o contar el heroísmo de los médicos palestinos porque inmediatamente sus cuentas en X desaparecen. Ante sus protestas, reciben la respuesta opaca: “fue un error”.

Estos extremos se dan en todo el mundo. Basta a veces la palabra “Israel” para que los mensajes pasen por filtros diversos. Entidades internacionales y algunos periódicos han publicado esa situación, sin poderla detener.

Artistas de Hollywood que generalmente se pronuncian contra los abusos del poder en cualquier parte del mundo han sufrido la suspensión de contratos, el alejamiento de sus representantes, cercos a su trabajo. No es casual que la mayoría de los grandes estudios pertenecen a los grandes capitalistas.

Las protestas en las universidades estadounidenses en solidaridad con Palestina han sido catalogadas como racistas. Se ha desatado un gran debate que incluyó la renuncia de autoridades. En 1968, las manifestaciones contra la guerra en Vietnam atacaban duramente a su propio gobierno y no pocas eran de extrema violencia, pero ningún patrocinador amenazó con retirar sus fondos para becas.

Casi todas las actividades que reciben patrocinios o publicidad pueden quedarse sin fondos, en cualquier lugar del planeta, si se atreven a lamentar las muertes en Gaza.