viernes, 25 de mayo de 2018

DE LA CHITOALCOBA A LA EVOSUITE



            ¿Se acuerdan hace muchos, muchos años, cuando el país todavía era república; cuando todavía existía la Contraloría General; cuando había un margen para la detección de gastos incorrectos; cuando podía investigarse para establecer diferentes responsabilidades por el manejo de la hacienda pública; cuando actuaba la justicia?
            Una auditoría interna detectó en 1998 compras indebidas para dar mayor comodidad a Luis Alberto Valle, quien había mandado equipar una alcoba en la Prefectura de La Paz. Aunque presidía el país su suegro, General Hugo Banzer, la CGR ordenó una auditoría especial aplicando la Ley SAFCO y sus ocho sistemas. El periodismo siguió de cerca lo que entonces parecía un lujo inaceptable para un país pobre. ¿Ayudaría ese dormitorio al trabajo de esa autoridad? ¿Por qué hubo adquisiciones sin licitación?
            En 2009, el Juzgado Cuarto Administrativo Coactivo Fiscal y Tributario ordenó al ex prefecto Valle y a otros funcionarios de menor jerarquía devolver en cinco días al Estado 99 mil dólares por los gastos en la bautizada “Chito alcoba”.
            En 2010, la presidenta de la Aduana Nacional, Marlene Ardaya, denunció que su antecesor tenía una “López alcoba” y la Ministra de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Nardy Suxo, exclamó azorada: “además con frigobar”.
            Ahora, el país conoce cómo el Proceso de Cambio ha centuplicado esas comodidades para la Evo suite de mil metros cuadrados, un espacio que probablemente ninguno de los grandes industriales o comerciantes bolivianos tiene para su uso propio. Ni los dueños de cholets.
            “Se lo merece”, dicen los diputados del Movimiento al Socialismo, MAS. “No dejaremos que nadie hable mal del palacio” amenaza el dirigente de los campesinos. Voceros y otros militantes aplican diferentes explicaciones, razonamientos, consignas para mostrar que todo es legal, legítimo y corresponde al Estado Plurinacional.
            Otros comentaristas en radios y redes calculan cómo aprovechará el originario de Orinoca su flamante piso privado. ¿Cuánto se erogará en amoblar la alcoba? Parecería obvio que un espacio tan grande no tendrá una cama de una plaza sino una King (rey in english), bellas lámparas, mesas de noche, escritorio, espejos de media luna y de cuerpo entero, candelabros, alfombras, cuadros (¿o serán posters con el Ché, la coca, su novia?).
            Igual sucederá con cada lugar, sea baño, sauna, jacuzzi para una o dos personas, sala de masajes, gimnasio, comedor grande, comedor chico, cocina, alacena, sala de máquinas, escritorio, salita social, salita para ver TV.
            Evo Morales admira mucho a Fidel Castro y a Cuba. Podría aprender que en La Habana se actuó recuperando lo anterior a la Revolución, incluso dándoles vida nueva como logró el gran Eduardo Leal interviniendo el centro urbano. Castro vivía a salto de mata por razones de seguridad, seguramente gozando también los beneficios del poder, pero nunca con el nivel de grosería que embadurna al MAS.
            En esta confusión de casa, oficina, gabinete, quién cubrirá las cuentas de luz, agua, internet. ¿Alfredo Rada, Leonilda Zurita o todos los que pagamos impuestos?

           




lunes, 21 de mayo de 2018

EL PALACIO DEL REY MIDAS


            Mientras el lujo de saunas y helipuertos se desparrama como una sombra en la histórica plaza mayor paceña, en la vereda del frente luce sin ventanas ni techos la casona de la herencia Rosa Agramont que alguna vez albergó al Instituto Boliviano de Cultura. Julia Elena Fortún, Alberto Crespo, historiadores y servidores públicos amantes del quehacer de las artes y de la memoria colectiva soñaron con tener algún día fondos para rescatar el inmueble como espacio cultural. Casona que ahora no parece importar al Ministerio de Cultura.
            En la otra esquina siguen los escombros del último solar colonial pueblerino que lucía la Plaza Murillo. En un pasillo funcionó la farmacia científica boliviana del primer boticario universitario, el italiano Domingo Lorini, que descubrió y difundió las propiedades de la hoja de coca e inventó el elíxir, base para la famosa fórmula secreta de la Coca Cola. Ninguna placa lo recuerda y los transeúntes deben bajarse a la calzada porque está derrumbada. Nadie ni ninguna institución pueden hacer algo porque desde hace una década ese territorio ya no es de los paceños.
            En el otro extremo luce deteriorada la construcción no religiosa más representativa del periodo barroco mestizo, hogar de diferentes personalidades coloniales, rescatada por los esposos Mesa Gisbert de quienes la habían convertido en conventillo desde el Siglo XIX. El gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR, la destinó para albergar al Museo Nacional de Arte. El gobierno del Movimiento Al Socialismo, MAS, cubrió con estuco colorado las bellas piedras de Comanche y adentro cada sala tiene alguna foto de la biografía de Evo Morales.
            En esa cuesta, la Socabaya, siempre hay mendigos indígenas. Desde hace algunos meses, por la Comercio se acomodan nativas del TIPNIS porque tienen hambre y piden pan, junto con sus hijitos, apretujadas en viejas mantas. Mujeres desesperadas que siguen a las decenas de potosinas que vienen a la urbe porque el Estado Plurinacional no tiene interés por sus chozas.
            Las cuatro esquinas permanecen cerradas con barreras de metal para evitar las manifestaciones de indígenas, de discapacitados, de médicos, durante días, semanas, meses. Por ello quedan poquísimos comercios y ninguna confitería.
            El Poder central ocupa la plaza cómo quiere y cuando quiere, incluso con un pesebre del niño Evito en Orinoca, y sucesivas leyes y normas han coartado las tuiciones del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz en la zona.
            Mientras otras capitales latinoamericanas como Lima o Bogotá, Quito y Panamá han rescatado las plazas mayores para revitalizarlas, preservando el patrimonio de sus monumentos históricos, con primorosas ofertas culturales y gastronómicas, con espacio público compartido, la Plaza Murillo se cae a pedazos.
            El sábado 12 de mayo pasado, en medio del paseo turístico cultural que hago desde hace 20 años, comprobé que ahora hay gremialistas sentadas en el centro, algunas con toldo de plástico, vendiendo pipocas, klenex y chupetes.
            Normalmente tardo dos horas en el recorrido porque el Kilómetro Cero de la patria es una muestra de la historia nacional, desde los señoríos aimaras hasta la revuelta del 2003, pasando por tantísimas batallas.
Al mismo tiempo, cada etapa mantuvo sus expresiones arquitectónicas y las construcciones, las estatuas y los nombres de las calles son reflejo de la ideología y de la estética de cada época. Curiosamente, había un ejemplo para todas.
            Ahora agregaré el edificio que resume la visión del MAS; un discurso de Alaxpacha y achachilas, de kataris y de kantutas, y un amor desenfrenado por las tecnologías y lujosos inventados por el capitalismo estadounidense y por los herederos colonialistas. Encima, es el típico gusto de nuevo rico que privilegia el cemento y lo kitsch sobre el jardín y el paisaje.

EL ESTROPICIO

            En medio de ese panorama se yergue una mole lujosa, edificada en un terreno que también pertenecía a la Alcaldía por albergar una casona patrimonial y que una ley de 2012 la arrebató a favor del Ministerio de la Presidencia. La Ley 313 anuló las competencias del municipio paceño.
            Aunque el equipo legal del GAMLP intentó varios recursos, el paso fatal del masista Omar Rocha permitió que el Ejecutivo, en diferentes casos y en particular la empresa Teleférico, dispongan como quieren del patrimonio paceño y de los espacios públicos, además de los parques y de los escasos espacios verdes y arboleados de la ciudad.
            Desde ese inicio, la construcción del Palacio de Evo fue polémica. A ello se agrega la curiosa determinación de declarar que esa tarea es de “prioridad nacional” y destinar fondos públicos para ello, supervisados por el Fondo Nacional de Inversión Productiva y Social, FPS. Esta entidad fue creada justamente como un fondo de apoyo a las inversiones productivas, fundamentalmente de municipios y para fomentar empleos y el combate a la pobreza; no para soberbias.
            El rostro patrimonial de La Paz, ya deteriorado desde hace décadas, desaparece ahora de forma acelerada.
            La presentación oficial del edificio, difundida por el canal oficialista ATB digital, muestra una construcción supuestamente basada en los principios tiahuanacotas, que serían los contrarios a los principios republicanos de Nuñez del Prado, de Camponovo o de Emilio Villanueva. Tema muy discutible y sobre el cual expertos arquitectos han mostrado su rechazo.
            También se dice que el frontis tiene las líneas para recordar los preceptos morales andinos del “ama sulla”, “ama llulla”, “ama quella”, los cuales son de por sí dudosos pues hasta ahora no existe evidencia histórica de su uso precolonial.
            Historiadores y antropólogos aimaras también han escrito desde hace lustros sobre la farsa que rodea a la whipala.
            De otro lado se quiere identificar las distintas áreas, desde el parqueo al helipuerto con nociones de la visión andina, del mundo de abajo, del aquí y del futuro, con un discurso que convencerá a un puñado de la plebe, no a los académicos.
            El hall europeo ahora cambia de nombre a taipi, rodeado de columnas para recordar las 36 etnias que supuestamente existen en el país, aunque al menos una ya desapareció con la muerte de su último representante, hambriento como otros habitantes de la floresta amazónica. ¿Qué diferencia al hall imperial del taipi descolonizado?
            Se habla de los elementos, del fuego, del agua, de la madre tierra, mientras las pantallas mostrarán en los pasillos los logros del gobierno de Morales.
            El auditorio se llama Tupak Katari, el foyer Gregoria Apaza, y el salón Illimani; todo andino centrista sin reconocer al país pluri multi.
            Los nombres de las salas siguen el mismo recorrido, Madini (que también empieza en el departamento de La Paz), como si no existiesen otros en todo el territorio nacional Noel Kempff o Tariquía; Coca, como si fuese el mejor producto de nuestra vocación agropecuaria; Minera, Uyuni, Titicaca……
            Es casi increíble pensar que ni siquiera tuvieron imaginación para que realmente la Casa presidencial refleje a Bolivia.
            El mensaje de Gisela López se limita a repetir de las consignas que repiten todos los voceros del MAS, sin explicar con bases científicas por qué esta construcción moderna, de 29 pisos, ya no es colonizada sino liberadora.
            ¿Por qué se reunirán ahí los dirigentes coptados por el MAS? ¿Por qué sacarán fotos a reuniones del CONALCAM? ¿Por lucir lucecitas de colores que más parecen los casinos de Las Vegas que a la Pachamama?
            ¿Nos creen tan tan tan ignorantes?

COSTOS

            ¿Cuánto costó realmente este nuevo derroche? Se fueron aumentando gastos a los 30 millones de dólares iniciales, hasta bordear los 36 millones, más de un millón para el uso gratificante de saunas y gimnasios. ¿Acaso es residencia? ¿No era para trabajar? ¿No era para que muchos ministerios trabajen ahí para evitar pagar alquileres?
            ¿Cómo se garantizará la seguridad? ¿Acaso estar todos en semejante caja es una decisión acertada?
            Pocos periodistas pueden informar con datos exactos porque las cifras no suelen coincidir. Tampoco es fácil conocer los procesos de licitación o las razones para las diferentes invitaciones a los proveedores.
            Al frente se alza otra mole, de casi otros 200 millones de bolivianos sólo para la obra gruesa, con el objetivo de ampliar el Palacio Legislativo. ¿Para qué tantas oficinas si se mantienen los mismos números de senadores, de diputados, de comisiones…?
            Al mismo tiempo, el Ministerio de Economía estrena gran edificio con equipamiento de alfombras persas. Yacimientos Petrolíferos hace lo propio, aunque los médicos pidieron que sea para un hospital para niños que no caben en el único establecimiento que atiende a infantes de todo el país. No se queda atrás el Banco Unión. Los más felices son los constructores de las empresas neoliberales que aprendieron que para ganar sin medida hay que apoyar al MAS y alabar al Rey Midas.


viernes, 18 de mayo de 2018

LOS BARRET, REBELDES, ANARQUISTAS Y MARCADOS POR LA TRAGEDIA



            ¿Cómo pudo el “Cabo Anselmo” entregar a los torturadores brasileños a su propia compañera, a la hermosa Soledad Barret Viedma, quien estaba además embarazada de su propio hijo? Esa misma muchacha paraguaya que había sido noticia en su adolescencia cuando exiliada en Uruguay le tajearon las bellas piernas con esvásticas por negarse a dar mueras a Fidel Castro. La misma cara bonita, esbelta, de largo cabello cobrizo, a quien habían dedicado poemas y cantos Mario Benedetti y Daniel Viglietti.
            Esa historia de pasiones extremas, de dolores inmensos y de grandes preguntas sobre el alma humana llena varias investigaciones históricas, biográficas y programas de debate en la televisión brasileña, uruguaya y paraguaya. Soledad murió acribillada, con el feto de sus entrañas, aparentemente abortado, al lado de su cadáver que jamás fue entregada a la familia, en un aparente enfrentamiento, como solían presentar los regímenes de entonces; se sabía que fue delatada, después se supo que el infiltrado en la Vanguardia Revolucionaria del Pueblo era su amado esposo. Desde 2004 se supo quién era ese ex militar que actuó como doble agente y entregó a varios militantes de izquierda en los duros años setenta.
            El “Cabo Anselmo”, José María Ferreira de Araujo, fue entrevistado varias veces y los videos se pueden encontrar en el Internet. Los periodistas no pueden disimular su repugnancia al escuchar su versión para justificar por qué era el agente que llevó a la muerte a tantos jóvenes. Ya no se esconde como cuando se hizo cirugía plástica y se cambió varios nombres. Ahora es un lumpen y quiere recibir una pensión de jubilado militar por los sucios servicios prestados.
Es el rostro del Plan Cóndor que planeó por todo el continente hace una generación llevándose a los más idealistas. El Plan que sigue sin castigo, salvo algunos presos pues muchos de sus agentes siguieron en los sistemas de inteligencia en las democracias latinoamericanas.
            Su caso tiene el agravante de haber provocado la muerte de Soledad Barret, nieta del famoso anarquista español paraguayo Rafael Barret y de la descendiente Francisca de la épica familia paraguaya Solano López; hija del militar comunista Alex Barret que se alzó contra la dictadura de Alfredo Stroessner y hermana de otros nueve muchachos enrolados en diferentes guerrillas de Latinoamérica. Una biografía única entre las muchas historias del realismo mágico continental.

EL ABUELO ANARCO

            Conocí la obra de Rafael Barret (España 1876, Francia 1910), publicada en 1976 en Venezuela, gracias a su nieta María, exiliada en Colombia. Encontré en esas crónicas a mi padre literario y desde entonces lo leo cotidianamente y lo divulgo donde puedo.
            Barret era un señorito pendenciero europeo, amigo de literatos famosos, hasta que conoció en carne propia la hipocresía y bajeza de su propia clase y partió a Argentina con pocos recursos, en busca de un “nuevo mundo”. Sensible, se convirtió al anarquismo al contemplar la explotación de los nativos guaraníes en los yerbales paraguayos y desde entonces no dejó de publicar en diferentes periódicos el horror de esos parajes y de la miseria. Denunció las torturas a rebeldes en Asunción y fue exiliado a Corumbá, en la frontera entre Brasil y Bolivia, pero pronto pudo volver.
            Periódicos liberales en Buenos Aires y Montevideo acogieron sus escritos y alcanzó el reconocimiento que no buscaba. Samuel Blixen y otros periodistas le dieron espacio, pero su principal vocero fue su propio semanario, “Germinal”.
            En 1907 tuvo a su único hijo, Alex, ya enfermó de la tuberculosis que lo llevaría a la tumba a los 34 años, el mal que compartió con los semi esclavos de las haciendas al sur del continente. Ese pueblo que lo despidió en masa cuando partió a curarse a Francia, donde ni los cuidados de su familia irlandesa lograron salvarlo.
            Sus escritos inspiraron al anarquismo humanista de muchísimos latinoamericanos, como Líber Forty, quien a su vez lo dio a conocer al poeta León Felipe cuando él visitó La Paz.
            Muchos escritores, españoles de la generación del 98 y latinoamericanos de la talla de Augusto Roa Bastos o Jorge Luis Borges destacan su fina pluma y, como dice el argentino, “su espíritu libre”.

ALEX EN MI RECUERDO

            Llegué a la casa de Alex en el centro de Caracas. Había sido comunista y parte de los militares rebelados contra la dictadura paraguaya. Exiliado a Argentina cuando Soledad tenía solo tres meses, junto a su ya numerosa familia, tuvo que partir de nuevo a Uruguay y al final a Venezuela, país que en los setenta recibía a los perseguidos el Cono Sur.
            Entonces se mantenía enseñando matemáticas a los colegiales. Vivía modestamente, pero con abundante amor y hospitalidad. Me enseñó a ser metódica, incluso para resolver crucigramas. Siempre tenía un pan para compartir, a veces el pan que le hacía falta. La esposa, descendiente a su vez de estirpes aristocráticas, lo acompañaba silenciosa.
            Recuerdo nítidamente que me sentía cohibida de quitarle su merienda y él me corrigió: “Puedo ser pobre, no miserable”, frase aprendida para siempre, qué diferencia es la pobreza de la miseria, la austeridad que la avaricia. Hospitalidad que gocé de toda su familia. Los Barret siempre fueron así, incluso los hijos y nietos y bisnietos que pueblan la tierra.
            La pareja vio partir uno a uno a sus hijos a diferentes combates en los años incendiarios de los 60 y 70 en América Latina.

ILICHA, NANNY, FERNANDO

            María, Ilicha, era madre de José Alejandro- el mismo nombre de mi hijo- cuando la conocí. Asilada en Bogotá parió a Bolívar, famoso desde sus diez años como niño prodigio, conocedor como pocos de insectos y alimañas. Vivió algunos años en La Paz.
            Igual que Soledad, es una cantante privilegiada y su voz hacía vibrar las peñas en Caracas y en nuestra ciudad. Todos los Barret son músicos y lutieres pues hacen sus propios instrumentos, guitarras, con troncos de su amado Paraguay.
            Varios ya han muerto, como Nanny, la más famosa en el canto, que compuso “En el sur del continente” para su hermana Soledad y grabó en disco acompañada por músicos cochabambinos, también asilados en Caracas.
            Fernando fue combatiente guerrillero en varios frentes y defendió los procesos socialistas en el continente. Los Barret estuvieron relacionados con Cuba, con Nicaragua, con la Venezuela de Chávez, con los tupamaros.

SOLEDAD, SU HIJA, LOS NIETOS

            En toda esa constelación, la estrella más brillosa en Soledad y su historia es digna de una novela, más parecida a la ficción que a la realidad. Nacida en Asunción, conoció su primera huida a los tres meses de nacida y la segunda en edad escolar. Desde niña repartía periódicos del Partido Comunista Paraguayo, donde militaba su padre, y adolescente era ya parte de los frentes juveniles antimperialistas.
            Su imagen llevando la bandera roja en una marcha marcó seguramente su destino pues fue marcada por una banda nazi uruguaya que la secuestró a sus 17 años. Ella se negó a gritar vivas a Hitler y mueras a Castro y fue tatuada en sus bellas piernas.
            Aunque en Montevideo ya se vivía la sensación fascista, la democracia era aún fuerte y el rechazo de la opinión pública fue inmenso. Muchos periodistas recordaban también a su abuelo Rafael y su influencia en la nación.
            Primero partió a Moscú y luego a Cuba a formarse en las escuelas para guerrilleros de la época. Ahí tuvo una hija que dejó al cuidado de unos amigos brasileños para partir junto al padre a crear un movimiento subversivo en Recife, pero pronto murió su compañero.
            Su hija, que recobró la verdadera identidad hace poco, reconoce la lucha de su madre y perdona el abandono y es ahora una activista de Derechos Humanos.
            En Recife se organizó una cédula clandestina. Ella y una compañera francesa disimulaban su ideología trabajando en una boutique de moda. Ahí conoció al Cabo Anselmo, aparénteme héroe del levantamiento naval contra la dictadura en 1964.
            Amó y durmió con el enemigo, quien aún la recuerda dulce, poetisa, cantante y alegre. Embarazada fue entregada a las fuerzas de seguridad por su propio compañero. Aparentemente, una carta desde Cuba alertó sobre la doble militancia de Anselmo y ello precipitó la cacería.
            Presionado por la opinión pública uruguaya, en gobierno intentó recuperar su cadáver, hasta ahora desaparecido.
            De ella escribió Benedetti:
Viviste aquí por meses o por años
trazaste aquí una recta de melancolía
que atravesó las vidas y las calles

Hace diez años tu adolescencia fue noticia
te tajearon los muslos porque no quisiste
gritar viva Hitler ni abajo Fidel

Eran otros tiempos y otros escuadrones
pero aquellos tatuajes llenaron el asombro
a cierto Uruguay que vivía en la luna

y claro entonces no podías saber
que de algún modo eras
la prehistoria de ibero

Ahora acribillaron en Recife
tus veintisiete años
de amor templado y pena clandestina

Quizá nunca se sepa cómo ni por qué

Los cables dicen que te resististe
y no habrá más remedio que creerlo
porque lo cierto es que te resistías
con sólo colocárteles en frente
sólo mirarlos
sólo sonreír
sólo cantar cielitos cara al cielo

Con tu imagen segura
con tu pinta muchacha
pudiste ser modelo
actriz
miss Paraguay
carátula
almanaque
quién sabe cuántas cosas!

Pero el abuelo Rafael el viejo anarco
te tironeaba fuertemente la sangre
y vos sentías callada esos tirones

Soledad no viviste en soledad
por eso tu vida no se borra
simplemente se colma de señales

Soledad no moriste en soledad
por eso tu muerte no se llora
simplemente la izamos en el aire

desde ahora la nostalgia será
un viento fiel que hará flamear tu muerte
para que así aparezcan ejemplares y nítido
las franjas de tu vida

Ignoro si estarías
de minifalda o quizá de vaqueros
cuando la ráfaga de pernambuco
acabó con tus sueños completos

por lo menos no habrá sido fácil
cerrar tus grandes ojos claros
tus ojos donde la mejor violencia
se permitía razonables treguas
para volverse increíble bondad

y aunque por fin los hayan clausurado
es probable que aún sigas mirando
soledad compatriota de tres o cuatro pueblos
el limpio futuro por el que vivías
y por el que nunca te negaste a morir.

            Poco antes de morir, Daniel Viglietti grabó junto al poeta un homenaje a la combatiente paraguaya y decenas de músicos uruguayos reeditaron ese canto: “Mi vida entera no alcanza que pueda creer que pueden creer tu clara señal”.



GROUX, UGALDE Y DEMÁS



            Relata el mito griego que la ambición del rey Midas de Frigia lo llevó a convertir todo lo que tocaba en oro, hasta su comida y a su propia hija. Desesperado pidió a Dionicio liberarlo de la codicia que no le traía la felicidad. Es un cuento y una moraleja muy utilizada en los libros infantiles.
            En Bolivia, el Jefazo Evo Morales envilece todo lo que toca desde que comenzó a ejercer un poder sin respetar la ley ni la moral. Envilece el amor, envilece a la mujer boliviana en la figura de Gabriela Zapata y envilece la paternidad como un caso original de un padre que no sabe si embarazó a su mujer, si hubo o no un hijo.
            Envilece las luchas centenarias de las poblaciones precolombinas al ejercer como presidente aimara la represión, persecución y clientelismo contra las organizaciones de los pueblos originarios bolivianos que con tanto esfuerzo habían construido a la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos de Bolivia, a la Federación Bartolina Sisa, a la CIDOB. Envilece la Central Obrera Boliviana, la otrora gloriosa Federación de Mineros acallada con ¡10 carritos!
            Envilece a grupos musicales y cantautores que primero le dedican canciones y luego reciben extraordinarios encargos, siempre muy bien pagados. Hasta les ofreció su propio “festival de viña” como premio consuelo. ¡Qué lejos de la canción comprometida de los años setenta! A ese panorama se agregan excesos en bebidas, farras y accidentes.
            Envilece a cineastas convertidos súbitamente en corifeos para construir museos inservibles que los destruirá el tiempo y el olvido más temprano que tarde, mientras los pobres no encuentran cómo salir de su miseria. Los mismos que pasan también factura por campañas de las empresas del estado plurinacional y campañas políticas.
            Envilece al deporte. No sólo por el rodillazo a quien se atrevió a jugar futbol de verdad, sino porque convirtió a los (escasos) héroes de la selección nacional en su grupo de entretenimiento personal para ir a jugar por allá y por acá y que le dejen usar la camiseta “10”. Los envileció con una amistad que aparece enredada con festejos y gozos, como circula en tantísimas fotografías encabezadas por Leo Fernández. ¿En qué momento los campeones del 94 se convirtieron en “socialistas”?
            Envilece las justas deportivas, donde los pocos bolivianos que clasifican no tienen para su uniforme, para su nutrición controlada, para sus entrenamientos sistemáticos. Mientras el derroche que encabeza Iván Canelas se concentra en cemento y construcciones mal hechas.
            Pobre Alejandro Leytón, cómo le habrán jalado las orejas por revelar que el propio Jefazo revisó a quién y cómo se harían los contratos para los Juegos ODESUR. Pablo Groux fue un incansable gestor cultural hasta 2006, después se convirtió en lo que es hoy. Las denuncias de mal tratos y de ilegalidades lo acompañaron en sus sucesivos puestos; hasta Morales lo sacó rudamente. Ahora le reconfía el espectáculo, el circo.
            Basta leer las declaraciones de las propias autoridades para justificar porqué Gastón Ugalde recibirá la pega de la antorcha; otro favorecido desde que se apegó al Jefazo con sus cuadritos de coca.
            No trabajan por compromiso ideológico, son piezas del rey Midas.
            La cereza del pastel; las medallas tendrán forma de coca, la sustancia prohibida en el deporte, pero es otra orden del Jefazo.

viernes, 11 de mayo de 2018

CUANDO ÉRAMOS FLACOS Y CASI FELICES


            Contemplo incrédula, desde la esquina al ingresar a El Alto la cantidad de personas con sobre peso, ¡con mucho sobre peso!: chicas con cintura 90cm; adultas con cuerpo de tonel; hombres gordísimos que se mueven con dificultad; niños rellenos que comen papas fritas mientras esperan el minibús.
            Ahí, donde los índices de Desarrollo Humano siguen por debajo de los promedios regionales, parecería que la gente está harta de comer, que sobran platos y bebidas.
            No es diferente el panorama en el Aeropuerto de Santa Cruz, donde las tallas XXX parecen dominar, entre los que caminan hacia arriba, entre los que esperan pasajeros, entre los taxistas.
            Ahí donde el cuidado del cuerpo parece ser una “marca región”, hay más obesos que personas delgadas. Las fotos de “magníficas”- algunas con la ayuda del retoque tecnológico- contrastan con las imágenes de la vida real; en los bancos de la plaza, en la fila del supermercado, en el boliche de Doña Carmen.
            No es algo inusual, también en otros lugares del país o en las playas vecinas cada vez nos encontramos con más y más gordos y gordas y es un suplicio viajar en avión al lado de 130 kilos de grasa. México es, según algunos indicadores, el peor ejemplo de Latinoamérica, pero otros países también disputan ese trofeo.
            ¿Qué ha pasado?
            ¿Acaso ese desborde de tallas es el ideal del Vivir Bien? ¿Es el consumismo desenfrenado, “alentar la demanda interna”, diría el ministro de economía, la vía para la felicidad? ¿Esos platos enormes de puré y fideos, de arroces y tortillas son símbolos del Estado de Bienestar?
            O, más bien, ¿esos cachetes caídos son el resultado perverso de un modelo capitalista, en el cual el socialismo del siglo XXI tiene la delantera?
            En mi niñez, en mi adolescencia, al menos en La Paz, pero creo que también en toda Bolivia, la mayoría, pequeños y adultos, éramos delgados. En el curso o en el barrio no faltaba el “gordo Méndez” o “la gorda Rosita”, como existía un cojo o una lora y ninguna de esas condiciones era un mal público.
            Como muestran las películas de la época, los jóvenes lucíamos flacos sin necesidad de dietas o privaciones. Nuestra vida era tan diferente. Casi todos íbamos al colegio a pie. A pie por la calle y luego cinco pisos hasta la sala de dibujo, clases de gimnasia y retorno a pie. A pie donde la amiga, a pie donde la abuela.
            Jugábamos en los parques, bajábamos a atracarnos de salteñas, subíamos las cuestas. Siempre a pie. Los que vivían más lejos usaban colectivos que los dejaban en diferentes esquinas y el resto: talón, punta y patada.
            Excursiones colegiales o familiares también a pie: gran aventura. Los viajes intercolegiales a poblaciones o a ciudades cercanas, ni pensar en el extranjero o en playas caribeñas. Y siempre en movimiento. Ligeros.
            Y comíamos entrada, sopa, segundo y postre y más tarde las frutas de temporada y merienda con tres marraquetas y cena con sopa y segundo y- en mi familia- además los anticuchos o fritanga que traía mi papá a las once de la noche.
            Éramos felices, o casi felices porque vivíamos en dictadura. Y nos manifestábamos contra los militares en las calles, también: ¡a pie!
           

viernes, 4 de mayo de 2018

UNA COMISIÓN A TROPEZONES


            Escribió Luis Oporto, funcionario de la vicepresidencia del Estado Plurinacional, hace dos meses, que la entrega de documentos a la Comisión de la Verdad “era un acto de trascendencia histórica”. Parecería que hay una tendencia en el gobierno masista de calificar cualquier actividad como “histórica”.
            Los archivos entregados están en el Archivo y Biblioteca del Congreso desde que hubo gente que sí investigó sobre la dictadura de Hugo Banzer- como son los expedientes del Juicio de Responsabilidades iniciado contra éste por el entonces diputado Marcelo Quiroga Santa Cruz- y el proceso contra Luis García Meza con datos recopilados por Juan del Granado y otros.
            Aparecen muy simpáticos en la foto el autor de la nota y miembros de la llamada comisión para la “Memoria, Justicia y Reparación”. Todos ellos ligados al Movimiento al Socialismo y sólo uno con experiencia en investigación académica, documental y de archivos, el exdirigente minero, Edgar Ramírez.
            De los otros miembros nombrados a dedo el 21 de agosto del año pasado, para dar cumplimiento a la Ley 879 de 2016, no existen antecedentes en ese sentido. Isabel Vizcarra es una activista sin formación en metodologías de la investigación. Eusebio Gironda es un abogado que ejerce como tal y también escribe libros, pero anulado para formar una “comisión de la verdad”, después de negarse a dar la preciada información que posee sobre el escándalo de la amante del primer Mandatario, Gabriela Zapata. El dirigente Teodoro Barrientos tampoco aportó anteriormente con indagaciones. Nila Heredia ha fracasado en los otros puestos que le dio el MAS, como ministra de Salud, como interventora de COTEL, como subalcaldesa de la gestión de Omar Rocha en La Paz.
            Al crear una Comisión para investigar crímenes de las dictaduras militares, el gobierno daba respuesta a una demanda de los familiares de víctimas y familiares de asesinados o desparecidos por causas político- sindicales entre 1964 y 1982. Otros intentos fallaron. La idea más reciente la impulsaron miembros de esas organizaciones que luego denunciaron al gobierno por copiar su propuesta a la vez que los dejaba de lado.
            Aunque había que darle el “beneficio de la duda”, hubo desconfianza sobre la eficiencia de ese grupo de trabajo, desde que fue nombrado. Se ignoró a quienes podrían realmente dar un informe original y no repeticiones, como el abogado Juan del Granado o Amparo Carvajal y militantes de Derechos Humanos que no sean sólo de La Paz.
            Murió Luis García Meza sin ser interrogado, salvo por un ex funcionario de Régimen Penitenciario que aprovechó su condición para redactar un libro. Murió sin ser dado de baja, en cárcel privilegiada o fuera de ella casi siempre, gozando de una fortuna que se traducía en caballos de carrera, inmuebles, cuentas bancarias.
            Murió protegido por las Fuerzas Armadas, las mismas que apoyaron las dictaduras y que ahora cogobiernan con el MAS, las mimadas del proceso de cambio. Difícilmente dirán que pasó con Quiroga Santa Cruz, con Carlos Flores y tampoco qué pasó en el Hotel Las Américas. El funcionamiento del Departamento de Inteligencia continúa como hace cincuenta años.
           


miércoles, 2 de mayo de 2018

ANTOFAGASTA, BOLIVIANA, CHILENA, COSMOPOLITA



https://www.eldeber.com.bo/extra/Antofagasta-boliviana-chilena-cosmopolita-20180426-9301.html


            Rafael Escalona recuerda sus amores con La Mayé, a todo volumen, a pesar del Sábado Santo. Los sones salen de un popular bar en pleno centro antofagastino, mientras una rubia caleña, de cintura apretada, invita a pasar. Parecería Colombia porque al frente está un comedero paisa con frijoles y arepas y la muchacha del hotel, de largos cabellos, es pereirana y recién sacó sus papeles legales.
            Antofagasta, ese nombre de puerto y de comuna, de provincia y de himno, que tanto nombran los bolivianos, es ahora la ciudad más cara de Chile y la región metropolitana más poblada. Su riqueza minera atrae a forasteros, algunos para las minas, muchos otros para el área de servicios, otras llenan los burdeles y algunos más para engatusar a los ingenuos.
            En el Observatorio Astronómico Paranal, en pleno desierto de Atacama, encuentro a turistas de los cinco continentes y hay científicos de 36 nacionalidades. Hay hombres y mujeres, jóvenes, adultos, casi viejos, de tez muy blanca, tenue, clara, mate, oscura y marrón: un reflejo del mundo de afuera.
            Para mí es la visita anhelada por años. Después de estar en el Observatorio Astronómico de Tarija, el más importante del país, veo las estrellas desde el punto más fantástico de subcontinente. Allá encontré a los directivos clamando por la falta de pagos que les promete el Estado Plurinacional; acá, los astrónomos se ocupan de las galaxias y de los agujeros negros pues el apoyo administrativo está consolidado.
            Mientras paso la mirada desde el oleaje marino de tantas bullas guerreras, sigo la vista hacia la inmensa estepa donde los militares escondieron cuerpos de fusilados entre 1973 y 1990. Las estrellas en el firmamento más claro y quieto de la América morena no se ocupan de esas miserias humanas, brillan para todos por igual y siguen tan misteriosas como cuando apareció el primer hombre en la costa.
            Aquí se indaga sobre los cometas y las huellas de explosiones astronómicas, sobre el Big Bang y los sonidos del cielo que se graban en sofisticadas computadoras, en bunkers bajo la tierra, siguiendo los más modernos modelos cosmológicos. El macrocosmos que sorprendió a todas las culturas desde la remota antigüedad, de caldeos a mayas, de helenos a galos.
            En esa misma fecha me anuncian el nacimiento de mi nieto y comprendo una vez más que todo cabe en el microcosmos, que, sin ser visible para el ojo humano ya alberga un nuevo ser humano- irrepetible- durante nueve meses, cuyo misterio tampoco alcanza a disiparse por muchos avances de la ciencia médica.
            Aunque hay que reservar con tiempo y llenar un formulario expreso para lograr un cupo para el tour semanal al Observatorio, la espera se justifica. Puedo recomendar a los bolivianos que viajen a este lugar que une a pueblos y que indaga para beneficio de la humanidad. Lleno de secretos, seguramente, con extremas medidas de seguridad, ventoso y difícil de entender, vale más que un día en la playa.
            Los científicos viven en una residencia similar a la ciencia ficción, debajo de la superficie terrestre, con un clima artificial tropical- más caribeño que andino-, con piscina y distracciones para evitar males mentales a los solitarios astrónomos. Al atardecer una densa carpa cubre el techo para impedir la más mínima contaminación atmosférica; es el horario vital para el trabajo de ellos.
            Así, desde la plaza principal hasta el mirador de vidrio, a hora y media en vehículo, Antofagasta es un cúmulo de nacionalidades, migraciones y culturas como pocos combatientes de 1879 se atrevieron a imaginar.
FUE BOLIVIANA, AHORA ES CHILENA

            Al contrario de los datos que aparecen en Wikipedia- al parecer por el descuido de historiadores bolivianos que dejan que ese diccionario electrónico presente una versión sesgada y con medias verdades-, el Museo de Historia de la región y ciudad de Antofagasta recupera los orígenes bolivianos de la zona.
            Los documentos que prueban que esta costa dependía de la Intendencia de Potosí y de la Audiencia de Charcas se unen con las otras certezas de lo que sucedió con esa provincia desde 1825 hasta 1879. El Museo es un ejemplo para las ciudades bolivianas, inclusive La Paz y sobre todo Cochabamba o Santa Cruz, porque cuenta de forma didáctica e independiente el desarrollo histórico del Litoral. La visión sobre la Guerra del Pacífico (1879-1881) es ya desde otro enfoque.
            Muchos habitantes saben la estirpe boliviana de su ciudad y hasta antes del boom migrante de los últimos años, la principal colonia era boliviana. Hacia el norte hasta la frontera con Oruro, aumenta el sentimiento de una pertenencia aymara y una relación cultural muy fuerte con Sabaya, con la música andina. En general el chileno es un pueblo triste y para bailar necesita ese tipo de sones ajenos.
            Danko, el joven guía, intenta con otros amigos adelantar una agencia de viajes para unir a los pueblos y para superar las fronteras. Como muchos tiene un origen pluri multi. Aunque parte de la familia paterna es de origen croata, los abuelos son bolivianos y se sienten muy cercanos a La Paz y a Cochabamba.
            Una de las visitas obligadas es a las ruinas de la Empresa Minera de Huanchaca, del magnate boliviano Aniceto Arce. Hay muchos rastros sobre la explotación del guano, del salitre y después del cobre, mineral que representa la columna vertebral de la economía de Chile desde hace un siglo. Se podría decir que, sin Chuquicamata y Calama, el actual desarrollo chileno no sería posible. El ingreso per cápita en Antofagasta es de ¡37 mil dólares!, diez veces más que el ingreso per cápita en Bolivia, 2017, y veinte veces más que en 1980.
            En los boliches donde se intercambian dichos bogotanos con acentos caraqueños, parejas multicolores, los bolivianos son bienvenidos. El antofagastino es hospitalario y contempla tranquilo como un afro de San Buenaventura besa a una chilena de origen inglés. La queja sobre los bolivianos es por su falta de urbanidad, tienen fama de botar basura en cualquier lugar, inclusive en la playa y en los parques públicos; en cambio, tienen reconocimiento por ser trabajadores y buenos comerciantes.
            La ciudad presenta una dinámica económica desbordante, muy diferente a la decadencia que vi hace tres décadas, cuando la caminé por primera vez.
            Después estuve junto al Teatro de los Andes en el famoso festival de teatro de Antofagasta. La comuna, de casi 400 mil habitantes, organiza muchas actividades y paseos culturales, que ninguna de las ciudades intermedias bolivianas podría competir.
            El turismo está en auge, todo tipo de hoteles y alojamientos, mejor oferta gastronómica con la apertura de restaurantes peruanos y colombianos, recursos humanos capacitados para atender con amabilidad y conocimiento, turismo astronómico y turismo a los desiertos.
            Como coda, muchos turistas pasan a San Pedro de Atacama y de ahí a Uyuni, aunque aumentan los reclamos por la situación en ese principal destino turístico boliviano: robos, incumplimiento de ofertas, inseguridad de vehículos, trato poco amigable.
            Y el tema ineludible, la molestia contra el permanente tono ofensivo de Evo Morales contra los chilenos; aun cuando muchos lo defienden, la mayoría está molesta y desconfía de sus palabras y de sus anuncios.