¿Se acuerdan hace muchos, muchos
años, cuando el país todavía era república; cuando todavía existía la
Contraloría General; cuando había un margen para la detección de gastos
incorrectos; cuando podía investigarse para establecer diferentes
responsabilidades por el manejo de la hacienda pública; cuando actuaba la
justicia?
Una auditoría interna detectó en
1998 compras indebidas para dar mayor comodidad a Luis Alberto Valle, quien
había mandado equipar una alcoba en la Prefectura de La Paz. Aunque presidía el
país su suegro, General Hugo Banzer, la CGR ordenó una auditoría especial aplicando
la Ley SAFCO y sus ocho sistemas. El periodismo siguió de cerca lo que entonces
parecía un lujo inaceptable para un país pobre. ¿Ayudaría ese dormitorio al
trabajo de esa autoridad? ¿Por qué hubo adquisiciones sin licitación?
En 2009, el Juzgado Cuarto
Administrativo Coactivo Fiscal y Tributario ordenó al ex prefecto Valle y a
otros funcionarios de menor jerarquía devolver en cinco días al Estado 99 mil
dólares por los gastos en la bautizada “Chito alcoba”.
En 2010, la presidenta de la Aduana
Nacional, Marlene Ardaya, denunció que su antecesor tenía una “López alcoba” y
la Ministra de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Nardy Suxo, exclamó
azorada: “además con frigobar”.
Ahora, el país conoce cómo el Proceso
de Cambio ha centuplicado esas comodidades para la Evo suite de mil metros
cuadrados, un espacio que probablemente ninguno de los grandes industriales o
comerciantes bolivianos tiene para su uso propio. Ni los dueños de cholets.
“Se lo merece”, dicen los diputados
del Movimiento al Socialismo, MAS. “No dejaremos que nadie hable mal del
palacio” amenaza el dirigente de los campesinos. Voceros y otros militantes
aplican diferentes explicaciones, razonamientos, consignas para mostrar que
todo es legal, legítimo y corresponde al Estado Plurinacional.
Otros comentaristas en radios y
redes calculan cómo aprovechará el originario de Orinoca su flamante piso
privado. ¿Cuánto se erogará en amoblar la alcoba? Parecería obvio que un
espacio tan grande no tendrá una cama de una plaza sino una King (rey in english),
bellas lámparas, mesas de noche, escritorio, espejos de media luna y de cuerpo
entero, candelabros, alfombras, cuadros (¿o serán posters con el Ché, la coca, su
novia?).
Igual sucederá con cada lugar, sea
baño, sauna, jacuzzi para una o dos personas, sala de masajes, gimnasio,
comedor grande, comedor chico, cocina, alacena, sala de máquinas, escritorio,
salita social, salita para ver TV.
Evo Morales admira mucho a Fidel
Castro y a Cuba. Podría aprender que en La Habana se actuó recuperando lo
anterior a la Revolución, incluso dándoles vida nueva como logró el gran
Eduardo Leal interviniendo el centro urbano. Castro vivía a salto de mata por
razones de seguridad, seguramente gozando también los beneficios del poder,
pero nunca con el nivel de grosería que embadurna al MAS.
En esta confusión de casa, oficina,
gabinete, quién cubrirá las cuentas de luz, agua, internet. ¿Alfredo Rada,
Leonilda Zurita o todos los que pagamos impuestos?