viernes, 27 de enero de 2017

DE PUENTES DE PRECIPÌCIOS


MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA: DE BOLIVIA

            En la última década el Ministerio de la Presidencia de Bolivia ha concentrado el poder económico, al encargarse de repartir dinero a través de programas asistenciales dentro o no del programa social y de desarrollo del estado; y el poder político, al juntar las tareas de vocero, de primer jinete en la arremetida contra “el imperio”, contra los políticos ajenos al partido oficial y contra la prensa.
            Sin embargo, no siempre fue así. Una visión rápida al pasado nos permite comprender que en la historia de la República de Bolivia, el Ministerio de la Presidencia- con diferentes nombres- cumplió más bien el rol inverso, el de crear puentes de relacionamiento interno, con el Poder Legislativo, con los otros partidos, las instituciones y la sociedad civil.
            Sobre todo en la etapa democrática iniciada en 1982. Los gobernantes fueron muy cuidadosos para elegir a su “room made”, es decir al secretario/ministro que los acompañaría “cama adentro”, al del “rancho” compartido. Destacan figuras como Gustavo Fernández, culto, internacionalista, académico, capaz de proteger a Jaime Paz Zamora, sin necesidad de insultos ni encargando documentales a algún corresponsal extranjero.
            Uno de los ministros más emblemáticos en esa cartera fue José Guillermo Justiniano, quien cumplió una gestión de relacionamiento con la sociedad civil y de coordinación entre los ministros con una visión de largo plazo, dentro del Plan de Todos (1993-1997). Su trabajo, más silencioso que estrepitoso, lograba desarmar conflictos sociales a través del diálogo en el propio Palacio de Gobierno. Sobre todo evitaba la exposición innecesaria o sobre exposición del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Por ello, en esos años de modernización del Estado, se pensó que el puesto era el germen de un futuro cargo de Primer Ministro, en una democracia más parlamentaria que presidencialista. Mauro Bertero fue el rostro amable del gobierno constitucional de Hugo Banzer.
            Tampoco se puede olvidar a Salvador Romero P., extraordinario profesional, que aceptó el cargo de Secretario Ministro en medio de la grave crisis de 1979. Su leal actuación en defensa de la vida y del honor de la Presidenta Lidia Gueiler, durante el golpe militar de 1980, están certificados por múltiples testimonios.
            Personalmente conocí el trabajo incansable de José Galindo en el gobierno de ciudadanos que encabezó Carlos Mesa (2003-2005) afrontando un complejo momento político. La cara opuesta de su antecesor Carlos Sánchez, quien inició el rol de confrontación en esa cartera.

ANTECEDENTES INSTITUCIONALES

            Los antecedentes institucionales del Ministerio de la Presidencia se remontan a la Primera Ley de Organización Política y Administrativa, firmada en 1888, es decir dentro de la primera etapa de estabilidad política y crecimiento económico, cuando se consolidó  el Estado liberal. En ese instrumento legal se nombra a un "Oficial Mayor", como el encargado de sentar en un libro especial de actas los acuerdos del consejo de gabinete.
            Aunque no encontramos la resolución legal, en los años 40 existía la figura del Secretario General de la Presidencia, más administrador que político y quien se encargaba de organizar la agenda del Presidente y de algunas tareas de coordinación. Algunos testimonios recuerdan el rol de mediación que cumplía esta persona para que se den audiencias presidenciales por diferentes motivos.
            Recién en 1970, casi un siglo después del primer ordenamiento del Poder Ejecutivo, dentro del ciclo militar del Capitalismo de Estado, se aprobó mediante Decreto Ley 09195 la "Ley General de Bases del Poder Ejecutivo."
            En esa ley se formalizó el cargo de Secretario General de la Presidencia de la República, el mismo que "será desempeñado por un Secretario General con rango de Ministro que tendrá a su cargo la coordinación de todas las actividades de la Presidencia de la República y del Consejo de Ministros, la coordinación de las disposiciones legales relacionadas con el Poder Ejecutivo y, la orientación y control de los procedimientos de documentación y archivo".
            Dos años más tarde, durante otro gobierno de facto que concentraba el poder, se aprobó el Decreto Ley 10460 "Ley de Organización Administrativa del Poder Ejecutivo".
            En esa norma se nombraba a un Ministerio de Planeamiento y Coordinación de la Presidencia de la República. Ese mismo instrumento creó un sistema de gobierno con base en cuatro consejos que se interrelacionaban, de los que el más importante fue el Consejo Nacional de Coordinación y Planeamiento, CONEPLAN.
            Otros artículos normaban el rol del Secretario General, quien además de las funciones de coordinación interna, debía organizar el órgano central del sistema jurídico, la documentación y el Archivo.
            El D.L. 11353 de 1974 transfirió esas funciones al Ministerio de Planeamiento y Coordinación, pero semanas después otro decreto volvió a crear la Secretaría General de la Presidencia, con funciones poco claras por sobreposiciones con el Ministerio de Planeamiento y Coordinación.
            En 1981, el D.L. 18633 reformuló la Secretaría General de la Presidencia de la República con rango de Ministerio, con las tareas de coordinar el Consejo de Ministros y canalizar los asuntos pendientes.
            Ese mismo Decreto-Ley creó la subsecretaría de la Presidencia de la República y la Dirección Jurídica en Materia Agraria y la Administrativa, además del Departamento de Administración de la Secretaría General, la Dirección del Archivo General y la Gaceta Oficial.
            A los pocos minutos de la posesión presidencial, en 1989 se firmó el primer decreto presidencial 22292, para modificar expresamente la denominación del Ministerio de la Secretaría General de la Presidencia por la de Ministerio de la Presidencia, "que tendrá las subsecretarías necesarias para el cumplimiento de sus fines". Se encarga a una futura redacción de reglamento interno la organización del Ministerio.
            Además de la coordinación interna, el nuevo Ministro debía realizar gestiones y misiones especiales encomendadas por el Presidente.
            Es importante notar la gradual importancia política del puesto, desde su inicial tarea de secretario de actas a la coordinación interna y luego como responsable de las misiones especiales del Presidente de la República, hacia el exterior del Estado.
            Informalmente, de acuerdo a la memoria oral y a recortes de prensa de diferentes épocas, el antiguo Secretario General adquirió características de vocero de la Presidencia, y del gobierno, tarea no especificada legalmente, pero que aportó para aumentar el peso político del cargo.
            El diseño del "Plan de Todos", la conceptualización del Desarrollo Sostenible, y la formalización del nuevo estado regulador y de sus tareas explicitadas por el PDGES, precisaban de un nuevo ordenamiento de las funciones dentro del Poder Ejecutivo, cuyo principal motor era la nuclearización acorde con la nueva política integral.
            El Ministerio de la Presidencia era el rostro más visible de la modernización del estado desde 1993 al 2005 y de los procesos de participación popular y de descentralización administrativa. Tradicionalmente también se ocupó de mantener el Archivo que en general es la memoria de cada gobierno desde 1825, otrora abierto a los ciudadanos que querían investigar ahí.
            Por eso fue también una cartera con personal de carrera, otras convocadas por el Servicio Civil y sólo un puñado era de libre nombramiento.

ATRIBUCIONES ACTUALES

            El Ministerio de la Presidencia en el Estado Plurinacional de Bolivia cumple un rol también articulador con la sociedad civil, específicamente con las “organizaciones sociales” (D.S. 29894), a las cuales se socializa y comunica las políticas oficiales.
            Entre sus competencias está instalar y construir capacidades institucionales ejecutivas en cada departamento mediante gabinetes territoriales para fortalecer la “articulación de políticas públicas en diferentes niveles”.
            El actual ministerio tiene trece objetivos estratégicos y se propuso en la pasada gestión 28 objetivos relacionados sobre todo con la idea de negociar y articular.
            Su Visión es: “En 2017 somos una institución moderna, eficaz, eficiente, transparente y estratégica en la construcción del Estado Plurinacional comunitario e inclusivo con organizaciones sociales empoderadas en el proceso de cambio, que utiliza mecanismos de negociación, comunicación, articulación y coordinación fluidas en el seguimiento, evaluación y socialización de resultados entre Estado y Sociedad en cuanto a políticas económicas y sociales, reconocida por la población boliviana y por sus servicios de calidad en la búsqueda del vivir bien”. Posteriormente se agregó la frase “y la construcción de la patria en el marco de una plataforma de gobierno electrónico.”
            A fin de año, podremos evaluar si esta Visión fue cumplida o no y cómo avanzó el Plan Estratégico Institucional 2013-2017. Algunas pistas ya aparecen, por ejemplo el Plan se proponía como primer asunto “mejorar el acceso a la información”; sin embargo no hay acciones para permitir aquello. De hecho, por ejemplo, la polémica Unidad de Gestión Social no tiene página web, o por lo menos no se puede abrir desde hace meses. Tampoco está el nombre del responsable de la Unidad de Transparencia y el trabajo de ésta, mucho menos cómo pasó lo que pasó en los manejos de Gabriela Zapata. Tampoco se conoce qué hace a Unidad de la “revolución institucional” ni qué avances tuvo la “Representación Presidencial de los Ayllus en Paz”.
            Lo que no pudimos encontrar en ningún documento oficial del MINPRE, ni en sus objetivos de gestión, qué unidad y bajo qué presupuesto se ubica la contratación directa de extranjeros para realizar documentales sobre la historia de la relaciones con Estados Unidos (qué dice la Cancillería?) y contra medios y periodistas bolivianos. ¿Es ésta la gestión por resultados que prevé la Ley SAFCO y suscribe el MINPRE?

            (Con base en documentos originales del Ministerio de la Presidencia).