viernes, 27 de enero de 2017

ONCE AÑOS DESPUÉS



            En abril de 1963, Víctor Paz Estenssoro- ya decadente- conmemoraba las medidas que once años antes habían cambiado las relaciones del estado con la sociedad boliviana. Aunque la más mediatizada había sido la nacionalización de las minas- después de la del petróleo en los años 30 y de similar audacia mexicana-, era la Reforma Agraria la más revolucionaria.
            Era tal el impacto en el continente que muchos estudiosos llegaron a Bolivia para proponerla en países como Colombia o Guatemala. Las Naciones Unidas comprendieron que era un ejemplo mundial y fue parte de su agenda, tanto que diferentes bolivianos participaron en esos debates. Cuando llegaron los militares no pudieron revertir la entrega de tierras que firmó el MNR.
            En los años 90, Bolivia impulsó otra larga ola para reencauzar esa medida de tantas consecuencias sociales y económicas. Entre ellas estuvo la ampliación de los parques nacionales (áreas protegidas) iniciados en 1939 y la creación de las Tierras Comunitarias de Origen. Recién el 2011 un gobierno se atrevió a dividirlos con carreteras y a liberarlos para la exploración petrolera a cargo de empresas foráneas (venezolanas).
            Paz también recordó otras leyes que subvirtieron el orden republicano, el voto universal que permitió desde 1956 la participación política de analfabetos, mujeres, de personas sin renta. Aunque ya desde la Constituyente de 1938 hubo presencia obrera, en los nuevos parlamentos también participaron campesinos. Paz sabía que ningún futuro gobierno anularía la conquista, con o sin él.
            El derecho de ser elegido fue empoderado en Bolivia con la Ley de Participación Popular. Esa medida sufrió varios embates pero ningún partido pudo derogar el proceso de municipalización de Bolivia, la entrega de la coparticipación tributaria y la participación de las bases. Cuando cumplió once años, países de América (toda Centroamérica) y de África habían imitado a los bolivianos. Igualmente, el sistema mundial reforzó la experiencia boliviana de poder local y descentralización.
            En 1963, Bolivia había logrado una presencia única en el proceso de descolonización en Asia y África. Por eso Argelia creó una plaza con su nombre y Etiopía/Eritrea se beneficiaron con esa gestión. Hay textos de (verdaderos) diplomáticos bolivianos que relatan esa labor.
            Y en cultura…. El MNR había facilitado la multiplicación de las radios sindicales, a pesar que tanto lo atacaban. Creó el Instituto Cinematográfico que produjo lo mejor del cine boliviano (sin censuras ni loas), promovió el muralismo en los edificios públicos y museos de arte, ajenos a la vida de sus jefes.