jueves, 27 de noviembre de 2025

COCAÍNA, COCAÍNA, CUÁNTOS CRÍMENES SE COMETEN EN TU NOMBRE

 


            En una de sus primeras decisiones como presidente de Estados Unidos, Donald Trump indultó a un condenado a cadena perpetua por crear una amplia red de tráfico de narcóticos. Trump escribió en su cuenta personal: “Acabo de llamar a la madre de Ross William Ulbricht para hacerle saber que en nombre del Movimiento Libertario que me apoyó tan firmemente, fue un placer para mí haber firmado el indulto completo e incondicional de su hijo”.

            Ross (1984) creó en 2011 el sitio web Silk Road, un mercado negro en línea para comprar y vender en forma anónima drogas ilegales en Estados Unidos utilizando bitcoin. El millonario negocio fue desmantelado el 2013 por el FBI. El traficante fue condenado a dos cadenas perpetuas y multado con 183 millones de dólares, una cifra difícil de imaginar para un dealer boliviano.

            El narco fue encontrado culpable de conspiración de empresa criminal, tráfico con drogas, lavado de dinero y otros graves delitos. Sin embargo, el presidente del jopo rebelde lo perdonó.

            Esto significa que: si eres narcotraficante, pero tu mamá apoya la candidatura de Donald no eres parte de los malvados migrantes que arruinan a la juventud estadounidense. Puedes gozar de tus millones en libertad. Si eres rubio y vendes cocaína, tu delito no tiene la misma categoría si eres mexicano y traficas con fentanilo.

            El sofisticado sistema que creó Ross para vender estupefacientes fue un desafío para los investigadores de la Administración para el Control de Drogas (DEA) que tuvo que rastrear miles de correos electrónicos. Cuando fue detenido, Ross guardaba en su laptop pruebas de sus crímenes, incluso posibles sicariatos. Dos de los agentes que lo investigaron fueron a su vez acusados de blanqueo de capitales.

            Sin embargo, cientos de militantes del Partido Libertario iniciaron una campaña para su liberación, igual que miembros de la comunidad de criptomonedas porque consideraron que Ross ayudó a difundir su uso. Reportajes de prensa internacional citan cifras millonarias del movimiento subterráneo en Silk Road. El narcotraficante se convirtió en héroe y Trump prometió en su campaña indultarlo.

            Pocos medios censuraron la medida. Un periódico recordó que Trump defendía la pena de muerte para los narcos. Ross traficó a una escala superlativa, pero salió libre.

            ¡Qué escena más diferente a la detención de esas mujeres chapareñas encontradas por la DEA con pasta base en sus aguayos! La Ley 1008 impuesta por Washington preveía condenas drásticas. Las cárceles de los países andinos se llenaron con (presuntos) narcotraficantes, sobre todo con los más pobres en la cadena del negocio multinacional. Los banqueros de Chicago o Boston no están precisamente en Palmasola.

            Fariseos. La guerra contra el narcotráfico es hipócrita.

            “¡Que la DEA no me vea que me causa estrés!” coreaba la juventud en los conciertos de Atajo. Había un sentimiento de que la DEA perseguía a cualquier boliviano, culpable o no. A la vez, el rechazo a la agencia estadounidense era por sus constantes abusos, sobre todo en Cochabamba y Beni.

            El campesino era el más indefenso. Aunque hay que recordar que cocaleros eran también capaces de torturar a policías, a mujeres embarazas y a sus propios compañeros, como admite Leonilda Zurita en un documental ecuatoriano sobre Evo Morales.

            Mientras tanto, las guerrillas castristas y los partidarios del Socialismo Siglo XXI no sólo se impregnaron del oscuro negocio, sino que permitieron que éste capture al Estado. Entre los casos más patéticos están la Venezuela bolivariana y el Estado Plurinacional de Bolivia, con amplia complicidad de policías y militares: desde la producción hasta el tráfico de personas. En el país, los narcos ricos y sus bellas amigas no reciben ni siquiera la condena social.

            Extraordinario pretexto para EE. UU. que ya usó la trampa de la lucha contra la marihuana para cercar a Michael Manley en Jamaica por su gobierno antiimperialista y el control de la bauxita. Los marines invadieron Panamá, bombardearon el Hospital del Niño y mataron en Chorrillos en vísperas de la recuperación soberana del Canal Interoceánico con el cuento de apresar a Manuel Noriega.

            Actualmente, aviones y barcos estadounidenses cercan aguas internacionales. Ajusticiaron a más de 40 traficantes de cocaína, sin proceso, y América Latina se calla. El pretexto es sacar al dictador Nicolás Maduro, pero se vuelve a militarizar el Caribe. Pocas voces condenan esa nueva agresión ilegal del imperio contra el subcontinente.

            La política soberana nacional de verdadera lucha contra el tráfico de drogas, de cocaína, parece una utopía. ¿Se podrá desmantelar los amplios tentáculos del narco en Bolivia? Si la DEA vuelve oficialmente a Bolivia, ¿a quién obedecerá? ¿Seguirá la ley del embudo? Otra encrucijada para el futuro.

viernes, 21 de noviembre de 2025

RODRIGO PAZ Y EL GENOCIDIO DE ISRAEL EN GAZA

 

            ¿Por qué quiere Rodrigo Paz Pereira restablecer relaciones con Israel? ¿Para qué? ¿Qué gana Bolivia? ¿Es una decisión del gobierno? ¿Está de acuerdo el Canciller? ¿Es una postura de las comisiones camarales de la Asamblea Plurinacional? ¿Fue una decisión repentina? ¿Era otra sorpresa? ¿Cuál es la hoja de ruta de la apertura al mundo? ¿Cómo votará Bolivia en Naciones Unidas? ¿Se unirá al bando Israel-Estados Unidos?

            Cuando el equipo seleccionado por la Asociación de Periodistas era el responsable de los debates presidenciales, una de las temáticas eran las relaciones externas. En estas elecciones sugerí sin éxito que se incluya el asunto internacional. La mayoría opinaba que no era prioritario porque los votantes estaban concentrados en las angustias de la crisis.

            Sin embargo, resultó que las relaciones internacionales son la principal plataforma para el futuro del nuevo gobierno del Partido Demócrata Cristiano y sus aliados.      En la opinión pública se percibió una sensación de alivio cuando Paz visitó Washington y se reunió con las entidades internacionales que no quería ni nombrar cuando era candidato. El fortalecimiento a nivel de embajadores con la Casa Blanca es vital para Bolivia porque Estados Unidos es uno de los mercados tradicionales más importantes para sus exportaciones. Ningún país del hemisferio puede pensar en desarrollarse sin tener relaciones comerciales con esa nación, más allá de circunstanciales ocupantes de su presidencia y aun cuando las cifras ceden ante el crecimiento de los mercados asiáticos.

            Sin olvidar que las relaciones de la América morena con Estados Unidos están teñidas de amenazas, presiones, invasiones, intervenciones desde hace casi dos siglos. México fue la primera víctima. Hubo pretextos sobre “el peligro comunista” como padecieron Guatemala, Nicaragua, República Dominicana, Chile. O invocando la lucha contra el narcotráfico como sufrió la caribeña Grenada, Jamaica o Panamá en 1989, cuando Manuel Noriega ya no era útil a la CIA.

            En el contexto actual, bajo Donald Trump, todas las maldades están a la puerta. Intentó cercar a Brasil por una decisión soberana de su Poder Judicial; ajusticia desde el aire a decenas de personas supuestamente narcotraficantes; insulta al presidente colombiano; presiona para recuperar el canal de Panamá. Quiere humillar a Canadá.

            O salva a Javier Milei, cuando aparecía agónico en las últimas elecciones legislativas. ¿Será casual que Milei, a diferencia de todos los otros líderes latinoamericanos, visita y vota a favor de Israel en los foros internacionales donde se condena la guerra contra Gaza?

            ¿Está Estados Unidos detrás del sorpresivo anuncio de Paz para abrazar al representante de Benjamín Netanyahu?  Puede ser.

            El asunto pasó casi desapercibido hasta que llegó desde agencias internacionales: “Israel anuncia el restablecimiento de relaciones con Bolivia en una emocionante nueva era. La reunión de Paz fue con el director general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel Eden Bar Tal.” Bar Tal aparece continuamente como vocero del gobierno ultraderechista; estuvo relacionado anteriormente con el área de turismo.

            Trump y Netanyahu quieren hacer de Gaza un gran negocio inmobiliario turístico y obligar a los gazatíes a abandonar sus tierras ancestrales voluntariamente o por la fuerza.

            Quizá me perdí alguna declaración de Paz Pereira porque en todos estos meses no recuerdo esa promesa de amistad con el régimen del Likud y de Fuerza Judía de Ben Gvir.

            Justamente cuando casi todos los países del mundo y de América Latina y del Caribe han firmado las condenas al estado de Israel y se suman las declaraciones que califican de genocidio los más de 65 mil asesinatos de palestinos, entre ellos 18 mil bebés y niños y la destrucción del 80 por ciento de la infraestructura en Gaza, entre ellos todos los centros de salud. También bombardea iglesias cristianas y persiguen a católicos.

            Paz Pereira no necesita ver Al Jazeera. Puede informarse con los noticieros de Euronews, del Vaticano, los reportes cotidianos del padre Gabriel Romanelli, las homilías del patriarca de Jerusalén, las denuncias de los franciscanos.

            El nuevo mandatario indicó que no invitaría a gobiernos no democráticos. ¿Acaso el gobierno de Israel respeta los valores de la democracia y de la libertad?

            Leí comentarios ingenuos que creen que las relaciones reestablecidas impulsarán el turismo judío en Bolivia. ¿No saben que la mayoría de los turistas que llegaban al Beni eran reservistas del ejército hebreo después de cumplir su servicio militar? ¿Cómo va a aceptar el pueblo boliviano pacifista que vengan a “descansar” esas personas que casi con seguridad han participado en bombardeos, ataques terrestres, matanzas en hospitales?

            Paz no actúa solo. La historia confirmará qué intereses están detrás de este abrazo.

viernes, 14 de noviembre de 2025

SUS BIOGRAFÍAS NO SON CASUALES

 

            Desde hace mucho insisto en describir al territorio nacional con sus cuatro puntos cardinales: Norte, Este, Sur y Oeste. Mientras crean que la cordillera es lo más elocuente no superarán la imagen inconclusa: “Occidente-Oriente”, que deja de lado otras personalidades.

            Los ríos que cruzan Bolivia cuentan una historia más completa. El Río Pilcomayo nace en las alturas de Potosí, cruza los valles de tres departamentos y llega al Chaco, geografía que abarca una región con influencia trinacional. O el Río Grande que recorre recovecos desde sus primeras aguas cochabambinas y potosinas hasta las llanuras cruceñas y las selvas amazónicas. O ese caudal de novela, que tiene sus antecedentes más remotos en los nevados paceños con el citadino y maltratado Río Choqueyapu, atraviesa el sur de montañas rojas, baña los valles cálidos, se une con varios afluentes y desde el corazón del pie monte yungueño recibe el nombre de Río Beni.

            Así como urge superar la simplicidad de los comentaristas deportivos argentinos que nombran a la selección nacional como la “del país del altiplano”, es vital que los bolivianos se miren en la pluri geografía que le da la fuerza y diversidad.

            Acá conviven los espacios verdes del mundo, aunque la costa marítima fue amputada. Los paisajes albergan a todos los colores de cabellos, de manos, de ojos.

            Por eso alegra contemplar a Jeanine Añez Chávez (1967), originaria de San Joaquín, población emblemática de nativos y migrantes de tres continentes. Su cabellera rubia y su tez blanca fueron utilizadas por los decadentes para contrarrestarla con el aimara Evo Morales, como un ingrediente adicional para fabular un golpe de estado.

            Al contrario, ella es la imagen de los bolivianos con distintas herencias, igual que su esposo y sus hijos, tan bolivianos como David Choquehuanca. Solamente que Jeanine creció a orillas del río Machupo, casi a nivel del mar, con altas temperaturas y cielo tropical. Posa con sombrero de vaquera como decenas de benianas que están acostumbradas a recorrer las estancias ganaderas, donde suelen ser las más valientes. En su provincia, las mujeres tienen fama de hermosas.

            Una colla y citadina como yo registró con asombro la participación femenina en las famosas cabalgatas durante las fiestas pueblerinas benianas, donde esas amazonas demuestran su destreza sobre chúcaros caballos. Seguro saldrán este 18 de noviembre, fecha cívica del departamento, el próximo 6 de enero en Reyes y todo el calendario.

            Tener una presidenta constitucional beniana hizo mucho bien al país. No era casualidad el origen de su familia, sus estudios, sus vivencias en la sede de gobierno, su involucramiento en la política y su determinación de aceptar el desafío histórico. Su gobierno fue desastroso, pero ese es otro asunto.

            Los benianos tienen fama de ser los más corajudos del país. Recuerdo en mi lejana adolescencia cuando hubo una trompada entre elenos y falangistas en el atrio universitario. Sea de izquierda o de derecha, el que ganaba era el beniano. Entre los más destacados guerrilleros de los años 60 estaban los benianos, como también sucedió en las trincheras chaqueñas con el legendario Carmelo Cuellar Jiménez.

            Paradójicamente, en el territorio beniano existen más poetas per cápita que en cualquier otro lugar de Bolivia. En cada pueblo donde uno se detiene para la pascana, hay un poeta con guitarra o declamando. Cantan a la mujer, al paisaje y a la patria. Hace un mes escuché incrédula cómo entonaba sus versos el poeta Rivero Aramayo, hijo de otro gran vate. Su audiencia silenciosa y respetuosa era de rudos ganaderos.

            “Soy un soñador y soy una playa (…) y soy un soñador porque he querido que el rey cóndor, soberano de la patria, llegue en su vuelo colorido y brillante hasta el imperio de nuestra reina garza”. En vez de la queja lastimera, el reclamo del olvido con bellas palabras.

            El destino de Bolivia está en sus habitantes del Norte. Y del Sur. Por eso tampoco es casual la biografía del flamante presidente Rodrigo Paz, de la misma generación de Jeanine. Nacido y crecido a salto de mata por los exilios familiares, se reclama por sobre todo tarijeño.

            Históricamente es en la encrucijada cardinal de Cochabamba, donde nacen o crecen la mayoría de los fundadores de partidos políticos y mandatarios de Bolivia. Un ejemplo es Jaime Paz Zamora. Edmand Lara nació en Villa Rivero; cuna también de Gualberto Villarroel, en 1908. Lara es migrante en Santa Cruz, como miles de bolivianos. Su biografía avisa que ya no sólo importan los que llegaron en barco o en avión, sino los que arribaron en camión.

lunes, 10 de noviembre de 2025

LAS ESTACIONES DEL TRUENO: EL DUELO A TRAVÉS DE LOS VIENTOS

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LAS ESTACIONES DEL TRUENO:

EL DUELO A TRAVÉS DE LOS VIENTOS

LUPE CAJÍAS

 

            Dicen que la brisa es la presencia del espíritu. Ese viento bíblico que nadie sabe si llega del sur o del norte, como apunta el Nuevo Testamento. En los entierros, cuando se mueven las hojas, los dolientes suspiran porque creen que el muerto se desprende de la tierra. Así se despide.

            Ese soplido que puede ser música. Esa música que puede ser desde las sorpresas que nos depara la naturaleza o puede ser inventada y ejecutada por los seres humanos. Es algo que está en el trabajo extraordinario de Francia Oblitas (La Paz, 1977) y Oscar García (La Paz, 1960) en la obra “Las Estaciones del Trueno”, recién estrenada por su compañía Impresentables.

            Un espectáculo que se presenta como un experimento de teatralidad con paisajes sonoros, una de las fases más novedosas que desarrolló García en sus talleres de creación. Además, es un teatro del cual pueden disfrutar personas sin visión o con otras dificultades. El músico tiene una larga historia de combinar sus búsquedas con otras expresiones artísticas y en la creación de grupos con instrumentos andinos y otros no convencionales. Ha musicalizado películas de los grandes directores de cine bolivianos.

            Aparentemente es una cuidadosa experimentación. Sin embargo, el hilo de la narración nos descubre un soporte mucho más complejo y sólido: el duelo de una hija, Leonora, que acompaña los últimos momentos de su padre. No pueden viajar, pero ella le ayuda a recordar los sonidos de los lugares que más amó en la vida: “hasta que llegue la lluvia, hasta que la lluvia te llore”.

             “Objetos cotidianos son instrumentos que construyen un viaje hecho de voces, texturas, memorias acústicas: la ciudad, la selva, la mina, el bosque de castañas, las peregrinaciones, cada estación es una memoria y un presagio personal y colectivo”.

            Francia rinde así homenaje a su padre, muerto en sus brazos hace poco tiempo.

            Lo hace desde los clásicos que tanto admira y ama. Quizá sin ser absolutamente consciente de ello. En 2023 presentó junto a otras actrices: “Antígonas”, donde ellas, igual que la hija de Edipo, no solamente querían enterrar a sus muertos (físicos o inmateriales) sino ser portaestandartes de esas leyes morales/divinas que están por encima de las normas terrenales y de las restricciones sociales. También se ocupó este año de la figura de Ifigenia en otra obra. En esta ocasión, el personaje de Leonora tiene algo de las dos y también de Electra, la hija que adora a su padre Agamenón, sin juzgar su vida.

            Los actores lucen vestimentas deportivas, cómodas y sencillas, en variados tonos azules de tormenta. A la vez me parecieron túnicas flotantes de plañideras, de troyanas. Pequeños elementos complementan la escenografía basada en cajas donde cada actor/músico descubre sus instrumentos.

            Escuchar es otra forma de ver. Es una manera de recorrer una vida. Está la mina, ese espacio que García conoció desde la niñez; el bosque amable y agredido con los incendios; las capas sonoras del caos paceño que es ruido y a la vez es vida y siempre con el fondo de la montaña de luz, el Illimani, o la procesión de San Roque, la feria alteña, la festividad orureña. Son nueve paisajes sonoros que se atan como se complementan los nueve departamentos bolivianos, con lo cual se homenajea sutilmente al Bicentenario. Estaciones melancólicas y vivas, como el tren que se detiene sólo unos minutos.

            La obra evita el recurso fácil, la consigna, el estribillo. Se centra en una imagen que el padre, que ha perdido la vista, recuerda como el sonido de una manifestación o los muchos trinos del trópico utilizando tapas de olla, botellas de plástico, papeles celofán, cartones, pitillos, maderas.

            El público que asistió a la obra, con la cual se abrió el XII Nunafest, premió con largos aplausos a esta sonoridad del trueno en todas sus armonías y colores. Ese Illapa tan caro para las poblaciones andinas. Illapa que es Santiago Apóstol, el camino, la peregrinación de todas las almas que buscan a la divinidad a través de la voluntad, del sacrificio y del dolor.

 

            Trayectoria:

            Oblitas es actriz, gestora y productora teatral, docente y locutora. Estudió Comunicación en la Universidad Católica de La Paz y en la Escuela Nacional de Teatro de Santa Cruz, Pedagogía Teatral en Iquique (Chile) y es diplomada en Historia de las Expresiones Artísticas en la UNAM de México. Trabajó como artista desde 1999 y desde entonces obtuvo los principales premios en el teatro boliviano. Impulsó diferentes grupos de teatro, participó en festivales, da talleres y actualmente es docente. Uno de sus últimos desafíos es la enseñanza del desplazamiento teatral con enfoque para ópera.

            Desde hace una década está sumergida en formatear obras con visiones multidisciplinarias. Las sonoridades la inquietan en esas búsquedas y su trabajo con el músico García, desde Tautologías, es un camino cada vez más fino.

            Desde otro cauce, su trabajo en áreas del arte con adolescentes con síndromes de Tourette (tics nerviosos) o de Asperger le ha dado el atrevimiento de concebir obras para personas con dificultades en los sentidos.

            También ha destacado en la escena paceña por sacar al teatro del teatro y buscar espacios en garajes o galpones, a veces ófricos, que se llenan de fantasía con la puesta en escena de las obras que escoge.

            Ficha Técnica:

Creación artística, dirección y gestión general: Francia Oblitas y Oscar García

Composición y dirección sonora: Oscar García

Texto y Diseño escénico: Francia Oblitas

Ensamble: Alejandra Serrudo, Gimmer Illanes, Konka Jauregui, Matías Laguna, Mariana Requena, Nebal Ríos, José María Santalla y Francia Oblitas

Producción Escénica: Nicole Paredes y Daniel Mauricio

Ingeniería de sonido: Bernarda Villagómez

 

 

 


viernes, 7 de noviembre de 2025

TODO PASA POR POTOSÍ

 

            ¿Qué futuro espera a los bolivianos con el nuevo gobierno? ¿Cuánto cambiarán las prácticas masistas? ¿Cómo encontrarán las arcas y las instituciones? ¿Dónde se podrán llevar los trastos viejos como el reloj pachamamista que contamina la Plaza Murillo? ¿Quién iniciará el proceso a cada militar involucrado en el manoseo de la medalla de Simón Bolívar olvidada como pago de “pieza” en un prostíbulo?

            ¿Quiénes tendrán a su cargo el pesado fardo de hurgar en el fondo de la olla para intentar salvar alguna presa del puchero y dar de comer a las familias, cada vez más hambrientas?

            Se ensayan consejos en decenas de entrevistas o editoriales. Algunos expertos alertaron a tiempo que se acababa el gas; que faltarían papas para los comensales; que no alcanzaba para la carne. Ahora abundan los opinadores de último momento: “yo lo dije”. Ejem. Seguramente le habló a su almohada porque nadie se enteró de esa opinión. Proliferan los recién convertidos que critican el modelo comunitario que antes alabaron.

            Entre tantos ruidos, quedan varitas de hada madrina: minería y turismo. En general, los analistas anuncian que el tema de los hidrocarburos demorará mucho más para recobrar un ritmo adecuado en la normativa, la inversión extranjera, la exploración, la explotación. Muy lejanos se dibujan nuevos contratos con Brasil o con Argentina, como los que el neoliberalismo heredó al socialismo siglo XXI.

            En cambio, la minería suena una y otra vez como una salida pronta. Los dioses condenaron a los bolivianos a ser mineros desde hace quinientos años. Desde aquellas jornadas, cuando el rumor de que existía una montaña fantástica repleta del “dicho metal” corroyó las voluntades de todos los arcabuceros, curas y encomenderos, la minería es un designio ineludible.

            Desde esas vetas se trazó el territorio de la Audiencia de Charcas; se financió dos virreinatos y cinco reinados; se llenó de monedas plateadas las bóvedas de los banqueros de Flandes y de Augsburgo.

            Desde ese 10 de noviembre de 1810, cuando al amanecer, con el repique de las campanas, la población potosina tomó la plaza principal y desconoció a la autoridad española. Aun cuando, la minería no era la grandiosa industria del siglo XVII, Potosí continuó resolviendo para la nueva república, durante estos doscientos años, el ingreso de las divisas con sus montañas de plata, de estaño, de bismuto, de wólfram, de zinc. Socavones interminables, desde la provincia Bustillos hasta Sur Chichas, desde Juan del Valle a San Cristóbal.

            En medio de la actual crisis económica, Potosí hizo historia al registrar este último mes de septiembre una recaudación sin precedentes, que le permitió llenar sus arcas con más de 100 millones de bolivianos de regalías, según el informe del Servicio Nacional de Registro y Control de la Comercialización de Minerales y Metales (SENAREM).

            En el sur potosino está la empresa más tecnificada y moderna de Bolivia, la Minera San Cristóbal que explota plata, zinc y plomo. En Los Lípez se encuentran tierras raras. En épocas de dictadura, Chile ofrecía salida al mar a cambio de ese riquísimo territorio. Existen depósitos de uranio en la mina Cotaje en la Provincia Quijarro.

            Aparte del oro que ha vuelto mineros a otros departamentos, Potosí fue dotado con un listado interminable de vetas. Vetas que traen dólares, esos ansiados papelitos verdes. La exportación minera será seguramente uno de los principales pilares para enfrentar la decrepitud de la economía boliviana. ¿Quién será el elegido para ocupar la importantísima cartera de Minería y Metalurgia? Ese nombre será la marca del rumbo económico, social y político del nuevo gobierno.

            ¿Dónde están las mayores reservas de litio? En Potosí. ¿Qué pasará con esa quimera que engolosina desde hace por lo menos 40 años? Otra vez más Potosí tiene la llave del comercio exterior boliviano.

            Alrededor de la minería ha crecido en Potosí una población culta, de pintores extraordinarios, de músicos, de intelectuales, de bohemios, de bailes y festejos. Un capítulo que abarca miles de páginas.

            Cada municipio de Potosí cosecha variedad de papas y de quinua blanca, roja, negra, cuya exportación también trae dólares. Los potosinos producen trigo, maíz, habas, duraznos, manzanas. El paisaje combina la puna multicolor, los valles de molles y álamos, arroyos.

            En Potosí está el turismo más vendible de Bolivia: Toro Toro, cada vez más de moda, la ciudad colonial, la preciosa hacienda/museo Cayara. Sobre todo, el inagotable Uyuni. Cualquier día, un extranjero cuenta en las redes su alucinante experiencia en medio del paisaje blanco infinito.

            Así como Potosí fue el eje articulador de Bolivia, Uyuni puede articular el circuito turístico por Bolivia, como ya lo logra con La Paz, Oruro, Sucre y las fronteras con Chile y Argentina. Si a pesar de los bloqueos llegaron tantos visitantes, con un plan sostenible, el turismo será la otra gran fuente de divisas. Por Potosí pasa toda la futura prosperidad.