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LA GUERRA CIVIL DE 1949 EN POTOSÍ
Entre
julio de 1946 y abril de 1952 -el llamado “sexenio”-, los bolivianos fueron
testigos de una serie de protestas políticas, sindicales y sociales que
adquirieron diferentes rostros: conspiraciones y golpes de estado fracasados; manifestaciones,
muchas veces violentas; huelgas y enfrentamientos en las minas y en las
fábricas; toma de rehenes en Catavi; apresamientos, exilios, muertes, masacres.
Uno de
los episodios más violentos sucedió en agosto de 1949. En la biografía que
escribí sobre Juan Lechín Oquendo, líder sindical minero, califiqué aquel
episodio como el “ensayo general” previo a la gran insurrección de 1952. Aunque
en algunos artículos se cuestiona que se use “guerra civil” para describir los
sucesos, es indudable que el levantamiento se extendió por varias ciudades,
duró varios días y alcanzó niveles de violencia entre bolivianos como sólo se
había producido en la Guerra Federal.
Desde
mayo de 1949 se vivía especial tensión en las ciudades y en las minas, sobre
todo en Catavi-Siglo XX, donde funcionarios estadounidenses de la Patiño Mines murieron
en el local del sindicato. Los rehenes fueron apresados en represalia al destierro
de los principales dirigentes de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros
de Bolivia (FSTMB), fundada en 1944.
El 27 de
agosto, estalló un levantamiento organizado por el semi clandestino Movimiento
Nacionalista Revolucionario (MNR), que ya contaba con comandos y militantes en
casi todo el país. El principal foco estuvo en Santa Cruz y en zonas petroleras
como Camiri. Se proclamó como presidente al jefe del MNR, Víctor Paz
Estenssoro, que estaba exiliado y como vicepresidente al cruceño Edmundo Roca.
Mamerto
Urriolagoitia, presidente interino, ordenó la represión de los rebeldes,
inclusive con bombardeos a los principales puntos de la rebeldía. La
resistencia duró unos días más hasta que el 15 de septiembre, el gobierno
recuperó el control de todo el territorio.
Con sus
dirigentes presos, los sindicatos mineros se mantuvieron al margen, salvo
hechos aislados. En cambio, en Potosí, los rebeldes habían tomado la plaza
principal 10 de noviembre, algunos edificios públicos como la Alcaldía, donde
se atrincheraron, radioemisoras y puntos estratégicos.
En esta
ciudad, los enfrentamientos fueron durísimos. Leo Puchar registró fotografías
de gran dramatismo, algunas de las cuales no son reproducidas junto a este
texto para evitar susceptibilidades del público joven. Puchar organizó un álbum
impecable con las imágenes, aclarando que no tenía ningún compromiso político.
Quería mostrar los hechos tal como sucedieron.
Esa
colección fue obsequiada al empresario minero Oscar Bonifaz, quien guardó
importantes documentos históricos que ahora cuidan sus herederos. Una fuente
inagotable para comprender la historia de la minería en Bolivia, estatal y
privada, grande, pequeña y mediana y las relaciones laborales. Una historia de
riquezas, de conflictos, de capitales y de los ríos bolivianos más profundos.
Las
fotografías ilustran esos momentos, entre el estallido del levantamiento y la
retoma de las fuerzas constitucionales.
Foto 1. La pobreza fue una de las principales
motivaciones de la rebelión social.
Foto 2. (3) Los rebeldes balearon las radios
intervenidas, como Radio Internacional, desde donde difundían sus bandos.
Foto 3. (7) Revolucionario fallecido en la Pampa de San
Clemente
Foto 4. (13) Granada incrustada en el cuartel militar
Foto 5. (18) Personal de la Cruz roja del Hospital
Bracamonte después de recoger a los heridos
Foto 6. (23) Militares leales al gobierno
Foto 7 (27) Sacerdote visita cuartel donde se abrían fusilado
a tres rebeldes y donde estaban los prisioneros del fracasado golpe, entre
ellos tres mujeres
Foto 8 (30) oficial herido (idem 31)
Foto 9 (65) Destrozos en el edificio municipal que
tomaron los insurrectos