EN EL MAR DE LA IGNORANCIA
220623
La
persona más importante del Estado Plurinacional, el licenciado Luis Arce
Catacora confundió una guerra del siglo XX con un partido de fútbol de la
última semana. Al parecer no fue una improvisación porque leía unas cuartillas,
un texto que alguien escribió, que seguramente alguien tuvo que revisar y que
él mismo debió conocer mientras se desplazaba desde el centro del poder
político a una frontera nacional.
Confundir Ecuador con Paraguay es ignorar las fronteras que tiene Bolivia desde
que nació en 1825. Creer que la guerra más cruenta de la región se dio en la
cordillera andina o en la floresta -los dos paisajes que unen a Bolivia y
Ecuador- es ignorar el significado y el simbolismo de las arenas del Chaco,
justamente uno de los asuntos centrales de esa tragedia.
Podría parecer una anécdota de las épocas de Mariano Melgarejo o una evada del
más ignorante de los ignorantes que gobernaron este territorio. O pasar a la
lista de errores que cometen incluso los más famosos estadistas en alguna
entrevista; “lapsus linguae” es una equivocación oral que se suele corregir
rápidamente.
El
asunto es que ni el primer mandatario ni su ministra Maria Nela Prada ni la
viceministra Gabriela Alcón Meruvia solicitaron disculpas a los familiares de
los combatientes que estuvieron en el Infierno Verde. El error/horror se
pronunció en un desfile cívico en la heroica ciudad de Villamontes. Ese rincón
del sureste patrio es la síntesis de la patria.
Le
sigue en la competencia de aplazados en historia el (no) canciller Rogelio
Mayta Mayta, abogado de profesión, quien persiste en ignorar los fundamentos de
la diplomacia y los convenios, tratados y acuerdos que firmó Bolivia y que son
de obligado cumplimiento. En cada discurso repite como disco rayado unas líneas
incoherentes sobre Ucrania. Seguramente no pasaría un examen de historia
nacional para primero de secundaria.
Su
incapacidad se refleja en el nombramiento de embajadores también faltos de
conocimientos mínimos para ejercer el cargo. Es muy posible que la mayoría
tampoco vencería el examen de ciencias sociales. Son personas que corean
consignas, frases hechas, chistes malos, comentarios imprudentes. La lista es
larga, pero el caso emblemático es el de Lidia Patty Mullisaca, a quien la
exponen como objeto de burla.
La
nombraron cónsul como regalo para su cumpleaños 54 y más tardó en sentarse que
en ser sacada con un tirón de orejas. ¡Pobrecita! Es más víctima que
responsable, fruto de una educación deficiente, no tuvo oportunidad de ser
formada adecuadamente. La dejan en su mundo de delirios, mientras el país
recibe otra bofetada internacional.
La
ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización Sabida Orellana
Cruz es otra mujer que ignora cómo aparecieron los señoríos aimaras, los
mitimaes en Cochabamba, por qué viste como española de fines del siglo XVIII.
Sería interesante que en vez de gastar energías en los insultos dedique minutos
a la lectura. Quizá entonces se enteraría de cuántos inquilinos la rodean en su
propia casa y en su trabajo. Peor aún cuando los cocaleros intentan apoderarse
de la casa sagrada del bosque en el TIPNIS de los más originarios de las tierras
bajas bolivianas.
La
ignorancia es vergonzosa cuando las autoridades del Ministerio de Gobierno
repiten que el narcovuelo aterrizó en la República de España. ¡Lean por lo
menos las noticias, o sobre fútbol, o escuchen a Rosalía! Así sabrán cuándo
hubo república en ese territorio y por qué hoy es un reino.
Cuando hablan los responsables del Ministerio de Educación, es cuando se
entiende el origen del drama. Un voceador de micro habla mejor que esa
viceministra autoritaria. Escuchar al equipo de esa cartera es perder toda
esperanza. Imprimen libros plagiados y esos son los actuales textos escolares.
Con razón ponen golpe de estado en vez de levantamiento ciudadano, ahora dirán
que la Guerra del Chaco fue contra Ecuador y que el Estado Plurinacional ganó
al reino de Chile