viernes, 25 de agosto de 2023

BRISAS FRESCAS PARA GUATEMALA

 

            Es imposible festejar la victoria del candidato independiente en Guatemala, Bernardo Arévalo, sin recordar el significado de su familia, especialmente de su padre Juan José Arévalo Bermejo. Arévalo y su sucesor Jacobo Árbenz representan el mejor momento de la política de ese país centroamericano en la década de los cincuenta del siglo pasado.

            Arévalo fue elegido presidente en 1945 en las que se consideraron las primeras elecciones transparentes en su país, un año después del movimiento revolucionario de militares nacionalistas. Filósofo y académico, el mandatario se ocupó de crear mejores condiciones de trabajo y de seguridad social para los obreros en la naciente industria. Puso énfasis en el comportamiento moral de las autoridades y en la educación como fundamento de todo proceso transformador.

            Fue sucedido en 1951 por uno de sus ministros y miembro de las Fuerzas Armadas nacionalistas, Jacobo Árbenz, quien profundizó las reformas de su antecesor y dictó normas para fortalecer la independencia económica del Estado y controlar a las empresas transnacionales.

            Arévalo y Árbenz se enfrentaron al principal poder fáctico en las naciones centroamericanas apodadas despectivamente como “repúblicas bananeras”: la estadounidense United Fruit. La “Mamita Yunay”, como la llamó un laureado escritor guatemalteco, estaba acostumbrada a mandar en los gobiernos civiles o militares y a maltratar a los campesinos y proletarios.

            La Reforma Agraria se convirtió en una lucha principal y a la vez en el pretexto para la intervención yanqui y el golpe militar que derrocó a Árbenz y mandó al exilio a la familia Arévalo. Las dictaduras duraron hasta casi el final del siglo provocando cerca de 30 mil desaparecidos, masacres, torturas sistemáticas, apresamientos arbitrarios.

            Así surgieron las guerrillas comunistas y campesinas. Al contrario de lo que pasaba en países vecinos, la lucha armada en Guatemala fue mayoritariamente indígena. El Ejército Guerrillero de los Pobres estaba conformado por mayas quichés y se declaraba antiimperialismos y antiautoritarismos. Seguramente no había pueblo más sufrido en el continente mestizo hasta que les tocó a los venezolanos con la satrapía de los Chávez- Maduro.

            Bolivia y Guatemala eran en los años cincuenta los dos modelos posibles de enfrentamiento contra los grandes poderes imperiales y económicos. Ambos eran países de mayoría indígena y compartían indicadores similares de pobreza social y económica.

            Por la misma época de Arévalo y de Árbenz gobernaron en Bolivia Gualberto Villarroel y Víctor Paz Estenssoro. El primero murió trágicamente y varios de sus intentos de reforma fueron revertidos. En cambio, Paz Estenssoro -al contrario de la actitud de Árbenz- cedió ante Estados Unidos, sobre todo en la reorganización del Ejército, asunto que luego lamentaría.

            Paradójicamente esos movimientos de cintura del Movimiento Nacionalista Revolucionario salvaron las medidas más importantes firmadas en los primeros años de la revolución de 1952. La más contundente fue la Reforma Agraria de 1953, la segunda después de México y antes que la cubana o la peruana. Ningún gobierno y ninguna presión extranjera pudieron tener la fuerza para retornar a las grandes haciendas y latifundios, como sucedió a sangre y fuego en las provincias guatemaltecas.

            Bolivia siguió un camino con muchos tropezones y tragedias, pero lejos del horror que vivieron los guatemaltecos por medio siglo. Aún hoy es posible ver los rastros de tanta muerte en iglesias pueblerinas, en comunidades quichés, en familias destrozadas.

            Los diálogos de paz de los años 90 intentaron un sendero democrático. Posteriormente, con respaldo de las Naciones Unidas, se creó una supra instancia para luchar contra la corrupción, la hermana siamesa de las dictaduras. Cuando las investigaciones llegaron hasta palacio de gobierno, la comisión fue desmantelada.

            Bernardo Arévalo creó el Movimiento Semilla contra las violaciones de los Derechos Humanos y contra los diferentes rostros del crimen organizado. Los jóvenes urbanos y rurales le han dado su voto, aunque la campaña era austera, a pulso, con mensajes en redes y con letreros escritos a mano en las concentraciones.

            Su discurso humanista, alejado de los extremos, abre una esperanza para toda América Latina.

viernes, 18 de agosto de 2023

¿POR QUÉ CERCARON A ADEPCOCA?

 

            ¿Por qué el presidente Luis Arce Catacora y su equipo represivo se empeñan en destruir la organización de la coca legal en los Yungas paceños? La persecución contra los dirigentes y la estructura orgánica de la Asociación Departamental de Productores de Coca, ADEPCOCA, comenzó en el régimen de Evo Morales Ayma; entonces era entendible el aborrecimiento del chapareño a la coca tradicional. En cambio, las duras acciones contra ADEPCOCA durante este gobierno generan interrogantes.

            A la luz de los últimos acontecimientos relacionados con el narcotráfico y de las disputas internas en el Movimiento al Socialismo, MAS, es posible ensayar algunas hipótesis que solo la historia y las investigaciones independientes lograrán desechar o comprobar.

            La coca que producen las provincias paceñas, tanto en el norte y en el sur de la zona húmeda conocida como Yungas y en algunas poblaciones cercanas fue considerada secularmente como una planta tradicional. Existen decenas de estudios de sociólogos, economistas, políticos, de instituciones locales, nacionales e internacionales que analizaron en el último siglo su uso medicinal y el acullico, capítulo especial en la minería, y el su valor esotérico.

            En cambio, la coca del trópico cochabambino -además de presentar características diferentes a simple vista y a través de análisis biológicos- no tiene esa historia tan diversa. Quizá por el aislamiento de la zona hasta los años de la producción de cocaína en el país no fue competencia para la coca de Coripata o de Coroico.

            La represión contra cocaleros yungueños tuvo momentos durísimos antes del MAS, como el episodio en Chulumani en la transición de la dictadura militar narco fascista a la democracia. También hay registros del uso de la coca local para fabricar pasta base. Igualmente hay indicios de complicidad de pobladores con los traficantes.

            Sin embargo, las investigaciones más oficiales y costosas muestran que el mayor porcentaje de la coca yungueña sale, o mejor dicho salía, al mercado legal concentrado en el edificio de ADEPCOCA en Villa Fátima, en la zona norte de la ciudad de La Paz. Allí llegaban, sobre todo los lunes, decenas de minibuses repletos de tambores de coca y se podía ver las filas de comerciantes mayoristas y minoristas para comprarla.

            Los cocaleros yungueños son famosos por su organización, sus festejos y sus bailes; muchos son morenos que combinan la saya con la agricultura. No por casualidad sus marchas son acompañadas por alegres tambores y cantos antiguos y modernos.

            Sus luchas datan incluso contra formas de esclavitud que duraron hasta el siglo XIX. A grandes rasgos, enfrentaron problemáticas similares a otros agrarios: por la tierra, por los precios de sus productos, por sus derechos. En los últimos años, particularmente desde el 2016 salieron a protestar por la discriminación del gobierno del MAS, desde el Ejecutivo y el Legislativo para favorecer a la coca del Chapare con acciones y con nuevas leyes y normas.

            La situación empeoró dramáticamente con el apresamiento de dirigentes cocaleros yungueños en San Pedro, con malos tratos físicos y morales, al punto de no permitir que un padre asista al entierro de su hijito, muerto de tristeza. Con la llegada de Arce, el cerco se acentuó de forma inexplicable y sin justificación.

            ¿Qué interés tiene el presidente y su equipo de crear una organización paralela? ¿Por qué desestructurar el mercado legal en Villa Fátima? ¿A quién obedece el agitador Alanes? ¿De dónde saca tanto dinero para comprar terreno, alquilar casas, anunciar millonarias construcciones? ¿Por qué humillan y torturan a Apaza hasta ponerlo al borde de la muerte? ¿Cuál es el objetivo de esas acciones? ¿Para qué quieren los arcistas controlar el mercado de la coca yungueña?

            ADEPPOCA está desmovilizada, unos presos, otros aparecen en la foto con el ministro Eduardo del Castillo, considerados traidores por las bases.

 

 

viernes, 11 de agosto de 2023

#AGUANTAUCRANIA

 

            ¿Acaso podemos quedarnos callados frente a los crímenes de los rusos contra la población ucraniana? No. América Latina tiene otros recursos además de las reuniones oficiales de sus gobernantes, varios militantes del socialismo caviar que se han convertido en aliados de Moscú.

            Desde la sociedad civil, con el impulso de un puñado de colombianos, está organizada la campaña “#AguantaUcrania” a la que todos nos podemos adherir enviando un video con palabras de aliento a ese pueblo invadido por un imperio. Ese pueblo que resiste a nombre de toda la humanidad.

            “Si Ucrania pierde, perdemos todos” advierte Sergio Jaramillo, ex comisionado de paz que logró sentar adversarios colombianos en una mesa de diálogo para firmar un acuerdo después de décadas de violencia. Como la mayoría de sus paisanos conoce lo que es vivir con la tensión de las bombas, los secuestros, las desapariciones y el sufrimiento de víctimas que ni siquiera estaban involucradas en las disputas.

            Por ello es tan importante que sea desde esa tierra que se levanta la voz de cientos de latinoamericanos que no aspiran a representarse más que a sí mismos, pero que quieren mostrar al mundo que están contra los crímenes de lesa humanidad que cometen soldados y mercenarios rusos en un pequeño país invadido por un imperio.

            El premiado escritor nicaragüense Sergio Ramírez se adhirió a la campaña recordando lo que padeció su país cuando Estados Unidos lo invadió con filibusteros en el siglo XIX y con tropas en más de una época a lo largo del siglo XX. Ramírez y su colega y compatriota Gioconda Belli denuncian la muerte de civiles en territorio ucraniano.

            Jaramillo es un conocedor del derecho internacional y ha demostrado en entrevistas a medios europeos, como en la última semana en Radio Francia Internacional, que las acciones que alienta Moscú contra Kiev violan las convenciones internacionales.

            Entre los colombianos que enviaron videos para respaldar #AGUANTAUCRANIA están escritores, cantantes, periodistas y también el prestigioso presidente de la Comisión de la Verdad Francisco de Roux.

            Por su parte, el autor cubano Leonardo Padura levanta su voz desde su isla para expresar su dolor por lo que sucede en Ucrania. “Es inadmisible” afirma. Igual que otro cubano, el músico Paquito d’ Rivera, o la periodista mexicana Lydia Cacho.

            Desde La Paz, Bolivia, como periodista, como historiadora, como militante de los Derechos Humanos, pero sobre todo como mujer que ha parido hijos también me adhiero a #AGUANTAUCRANIA: “Madres ucranianas, aunque la propaganda rusa inunde América Latina, sabemos de su sufrimiento y de su coraje. Ustedes resisten por todos los humanos que prefieren vivir en libertad. ¡Aguanta Ucrania”! Tu bandera con los colores del cielo y del sol están en nuestro corazón.

            América Latina necesita tener voz propia. Es posible vencer así el pasado y abrir una senda más amplia. El presidente Gabriel Boric es un ejemplo que es posible lograrlo.

            Las autoridades bolivianas relacionadas con la diplomacia parecen ovejas, pero aún están a tiempo de rectificar su falsa neutralidad para consolidar la postura antimperial y contra toda invasión, como víctimas de esas agresiones de varios vecinos.

            En cambio, el presidente Luis Ignacio da Silva merece todo el desprecio, tal como lo muestra una portada del diario izquierdista francés “Liberation”: “Decepción”. Brasil participó en la Triple Alianza contra un país diminuto como Paraguay destrozando su horizonte. A través de mercenarios se apoderó del Acre boliviano a inicios del siglo pasado. En los años 70 pretendió ser un “subimperio” en la región. En cambio, en la etapa democrática fue una voz para el diálogo, incluso en crisis bolivianas.

            Ahora Lula se pronuncia a favor de Rusia pidiendo a Ucrania que ceda Crimea, intentando consolidar para los rusos los territorios arrancados al pequeño país de Volodimir Zelensky. Ideas imperiales y guerreristas que no debemos dejar de condenar; que el narco drama cotidiano no nos deje sin tiempo para denunciar estos capítulos que parecen lejanos, pero que también comprometen nuestro porvenir.

 

 

viernes, 4 de agosto de 2023

AL FONDO, NO TENGO SITIO

 

AL FONDO, NO TENGO SITIO

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            En este aniversario patrio, recuerdo el cuadro que consagró al pintor orureño Raúl Lara en un concurso internacional. La silueta de un bus, de esos vibrantes como el colectivo 2 paceño o las chivas panameñas, contenía en sus asientos a diversos personajes, trazados con ese pincel inigualable: mestizos, chombos, andinos, ayoreos, llaneros, afros. El espejo retrovisor reflejaba los ojos de quien aparecía de espaldas, conduciendo el vehículo: Simón Bolívar Ponte y Palacios Blanco.

            En la visión colorida de Lara, todos los bolivianos ocupaban un lugar, todos los latinoamericanos, todos los seres humanos, de cualquier edad, de cualquier condición. El guía con sus inconfundibles patillas daba la seguridad.

            Entonces, años noventa, pensaba que yo también tenía un sitio.

            “Pasen al fondo, pasen, al fondo hay sitio”, como repetían los sindicalistas de los destartalados ómnibuses de mi infancia en Sopocachi, La Paz. Frase conocida para quien nació en el continente americano; título, además, de famosa telenovela peruana.

            En este 6 de agosto, ya no tengo ilusiones.

            Hasta hace poco lucía mis múltiples sangres desde los sumerios matemáticos hasta los alemanes aventureros. Ahora la ministra de Cultura de mi país me dice que soy una inquilina. ¿Dónde queda mi cuna? ¿No tengo derechos ni para ir parada en el bus multiétnico?

            Desde la adolescencia rechacé el aborto, por principios que superan lo religioso. Ninguna teoría me convenció que la vida empieza a la tercera, quinta, octava semana. Fui aislada por defender mi posición ante las feministas fundamentalistas. Sin embargo, me parece más terrible cómo se castiga a mujeres que han abortado, incluso involuntariamente, a nombre de un dios y de una moral que se vuelve asesina.

            La homosexualidad, incluso en sus versiones más grotescas, nunca me perturbó ni frustró amistades o convites. Al mismo tiempo no puedo compartir el sitio con esas corrientes que ahora miden la democracia de un país por los derechos de los LGTBI, etc. Las encuestas no preguntan por el acceso a la educación superior sino por la aprobación del matrimonio gay; una moda que se ha convertido en la clave para resultados electorales.

            Los sitios en el bus de la Libertad parecen cerrados para los miles de personas que no son ni, ni ni. La lista de temas es larga y va más allá de los asuntos de la ideología de género o del indigenismo.

            No hay lugar para quienes lucharon y luchan contra el imperialismo estadounidense, pero rechazan con igual fuerza la intromisión china, rusa, iraní y venezolana en los asuntos internos de los países más pobres.

            El bus clausura las puertas para los ciudadanos que creen en los diagnósticos sobre los desequilibrios sociales y económicos, mas no aceptan que por esa injusticia se formen gobiernos autoritarios y represivos.

            La prensa, sin siquiera citar lo que representan las redes sociales, comete abusos y excesos, casi desde su origen liberal y decimonónico. Sin embargo, jamás podrá el hostigamiento, la censura, la presión revertir esos errores. ¿Hay espacio para la autocrítica y a la vez la defensa de la libertad de expresión?

            Hace 198 años, Bolívar sentía que el bus boliviano era su preferido y Antonio José de Sucre puso todo su empeño para organizar su partida, ordenada y con metas claras.

            Hace 98 años, florecía una nación llena de iniciativas, con nuevas ideas, esperanzas y un lugar fresco en el mapa regional.

            Dentro de dos años, en el futuro “6 de agosto”, ¿habrá algún sitio al fondo del bus? ¿Para quién? ¿Habrá bus?

           

           

LAS GALLINAS VISTEN VERDE OLIVO

 


LAS GALLINAS VISTEN VERDE OLIVO


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Cuán triste es mirar a tantos policías armados de cascotes y matracas, en montón, pegados unos con otros, soportando el desprecio ciudadano, aferrados a esa reja que da a la avenida 6 de Agosto, temblando ante una anciana que los mira risueña desde la terraza. Es la dueña de la casa donde los vándalos entraron a la fuerza para destruir las oficinas, embadurnar los baños, usar la cocina como cantina y sacar documentos que no son suyos.

Es el momento más bellaco del No Estado Plurinacional. Su Policía da seguridad a los que entran a la fuerza en Las Londras, en los fundos, en las siembras, en las sedes sindicales. Tiembla ante las turbas que defienden a los ladrones de vehículos chilenos, pero se siente muy enérgica ante los defensores de Derechos Humanos.

Me recuerdan otra escena histórica. Aquella vez, cuando Luis García Meza y los paramilitares que eran acusados por las torturas y el asesinato de Marcelo Quiroga Santa Cruz no pudieron resistir la mirada serena de su viuda, Cristina Trigo. Una mujer delgada, sin estridencias ni guardaespaldas llegó a la sala del juicio con la más filosa espada: la valentía. La antigua bailarina obligó a los esbirros a bajar los ojos, a disimular la mueca. Temblaban al escuchar su palabra, al sentir su silencio.

 Una mujer puede más que mil milicianos. En este nuevo 17 de julio, una anciana de 84 años burla cada jornada con su entereza al cerco verde oliva azulado para quitarle su esfuerzo de medio siglo. Cuando Luis Arce Catacora ni se decía socialista, ni David Choquehuanca era mimado por la cooperación internacional y Eduardo del Castillo ni había nacido, ella ya estaba metida en este asunto de defender a los presos políticos, de cualquier signo, de cualquier clase social, camba o aimara, mujer o trans.

A Amparo Carvajal la conocieron miles de bolivianos en el barrio marginal del oeste paceño o en algún patio carcelario. Con su terquedad se sentaba a esperar horas y horas alguna audiencia para pedir la liberación de algún chico, para hacer llegar una carta, para conseguir la medicina. Era tanta su convicción, ayunaba y ni dormía hasta lograr su misión.

Andaba de zapato plano, sin medias, con saquito de lanilla en el invierno del 72 o bajo la canícula del 74 o durante la larga agonía del 80 al 82. Fue la intermediaria para seguir la pista del robo de Carlita Rutilo, la hija de Graciela y Lucas que terminó adoptada ilegalmente por el asesino de su madre, el represor argentino Ruffo. Esas historias las ignoran las huestes del socialismo caviar porque nunca estuvieron en esas batallas por la vida y la dignidad de los seres humanos.

 Se desgarran las vestiduras cuando nombran a Luis Espinal o a Domitila Chungara, pero son incapaces de reconocer la legitimidad de la Asamblea de Derechos Humanos que los albergó.

En la decrepitud sin fondo del No Estado Plurinacional, los asaltos se llaman “problema entre privados”. Los ladrones se amparan bajo el ala de la tropa policial. Los policías disputan la carga a los narcotraficantes. Las patrullas bloquean la avenida Costanera para hacer sus piruetas, sin importar que el resto de los ciudadanos tengan que ir a trabajar y los niños a estudiar.

 A diferencia del 80, la cobardía es contagiosa. Hace 43 años, el representante de la Unesco ayudó a esconder el mural de Alandia Pantoja, los embajadores de países democráticos acogieron a los perseguidos, el nuncio papal se preocupó por la salud de Lidia, otra mujer agredida. Ahora hay más silencio que indignación y más cálculos que sentimientos.

 

VICTORIA AMELINA, OTRA MUJER ASESINADA POR LOS RUSOS

 


VICTORIA AMELINA, OTRA MUJER ASESINADA POR LOS RUSOS

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            “Como del centro de la tierra brotó un estruendo que nunca había sentido en mi vida, como desde abajo, aunque luego supe que venía de arriba, era un misil de precisión que golpeó exactamente en la mitad del techo de la pizzería, me tiró al suelo como si me hubiera tumbado un rayo”, explicó el periodista colombiano Héctor Abad al periódico catalán “La Vanguardia”. “Miré a Victoria (Amelina) -continuó su relato-, y supuestamente estaba perfecta, sentada, erguida, apoyada en el sillón, no estaba desmadejada, solo con la cabeza levemente inclinada hacia atrás, pero estaba pálida como el papel y con los ojos cerrados.”

Compartían la mesa Catalina Gómez, joven periodista de Medellín, corresponsal de varios conflictos armados para periódicos y cadenas televisivas europeas y latinoamericanas, y Sergio Jaramillo, un político colombiano, que ha trabajado en su país para alentar procesos de paz, fundamentalmente con las guerrillas.

“Catalina y Sergio empezaron a gritarle y ella no reaccionaba, completamente quieta, no tenía sangre, era como si la muerte le hubiera llegado de dentro, sin tocarla”, describió Abad el horror que le tocó vivir en un restaurante ucraniano, en Kramatorsk, cuando los rusos lanzaron misiles contra objetivos civiles el 27 de junio. Era un local frecuentado por periodistas de todo el mundo; el cobarde atentado mató instantáneamente a 12 personas, entre ellas tres chiquitos, y dejó heridas a más de 60.

A los pocos días, el 1 de julio, Victoria Amelina murió en el hospital a consecuencia de las heridas. Sólo tenía 37 años. Era una escritora premiada por sus obras para niños. Como muchos de sus compatriotas, la invasión rusa la obligó a dejar los cuentos infantiles para convertir su pluma en otro espacio de resistencia contras las tropas de Putin y los mercenarios de Wagner.  Era una persona que entregaba información a la prensa internacional sobre la situación de su país, con más de 9 mil muertos por los invasores, entre ellos 500 menores.

No estaba armada ni dañaba a ningún ser humano cuando compartía una pizza con sus colegas colombianos. Su muerte llenó de lágrimas a las letras ucranianas y a las mujeres que luchan desde otras trincheras contra los agresores. Su velorio se convirtió en un gemido colectivo, como el aullido de miles de lobas que entierran a sus críos.

El suceso mostró el alcance de la maldad moscovita que no tiene agallas para enfrentar a las tropas cara a cara (salvo los convictos pagados por Yevgueni Prigozhin). Antes de la arremetida rusa, Victoria fundó un festival de literatura juvenil y por ello era muy querida y respetada. Su carita sencilla, sus flecos rubios de muchacha moderna han sido reproducidos por millares en estos días de luto.

En Colombia, también la prensa en su conjunto se adhirió a la indignación. Los tres compatriotas que estuvieron en peligro son altamente representativos. Recordemos el libro y el film de Abad sobre su padre, asesinado por paramilitares. Gómez es reconocida como una periodista de altísima calidad y su testimonio ha recorrido el mundo. Por su parte, Jaramillo es respetado por sus gestiones entre los actores en conflicto.

El propio presidente Gustavo Petro condenó los hechos en duros términos. Sin embargo, la embajada rusa en Bogotá sacó un irónico comunicado aduciendo que esa pizzería no era “un lugar apropiado para degustar cocina ucraniana” y acusó a los tres colombianos de realizar un viaje imprudente. La opinión pública y los editorialistas lamentaron el tono de burla de la delegación rusa.

Lastimosamente, mientras la violencia rusa se acerca a América Latina en forma trágica, los gobernantes del socialismo caviar insisten en apoyar a Moscú con el disfraz de la abstención. Ni siquiera quieren tocar el tema en reuniones internacionales. A cambio de viajes para conocer el Kremlin, negocios con empresas como Gazprom y entregan recursos naturales a los nuevos amos.

 

 

           

 

TAN LEJOS Y TAN CERCA DE HAITI

 

TAN LEJOS Y TAN CERCA DE HAITI

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            En estos últimos días aparecen nuevas noticias sobre Haití, todas con el encabezado de “urgente”. Hace meses/ años/ décadas que ese país caribeño se cae a pedazos.  Son muchos dramas acumulados, pero nada se parece a la hambruna actual con tres millones de niños con desnutrición crónica y con riesgo de muerte inmediata, según informó UNICEF en su portal oficial.

            Mientras, el gobierno -incluyendo los principales edificios- están en manos de pandillas juveniles que amenazan, luchan, mueren y asesinan todos los días. La antigua asamblea legislativa está en ruinas y nadie sabe si algún día volverá a funcionar.

            Naciones Unidas ha convocado en estas semanas a reuniones de emergencia para encontrar alguna salida para ese país isleño que no tiene presidente, ministros o servicios de limpieza desde que un grupo de sicarios colombianos ajustició al mandatario. No hay certeza de cuáles fueron los intereses y las motivaciones, pero lo evidente es que la respuesta internacional fue tímida y tardía.

            Unas agencias solicitan financiación humanitaria y alimentos, aunque nadie asegura que esos bienes llegarán a las familias o a los chicos que mueren deshidratados cada día. Otros expertos convocan al embargo de armas y a preparar juicios contra quienes alientan la violencia cotidiana. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres confía en los países caribeños para respaldar el despliegue de una fuerza internacional para reconstruir las instituciones y con ello mejorar la seguridad de los habitantes de Haití.

            Ese país comparte la misma isla con República Dominicana pero un muro invisible separa los dos mundos: el tipo de mestizaje, la cultura, el idioma, la religión. Después de la dictadura de Rafael Trujillo, los dominicanos aprovecharon poco a poco las oportunidades para la convivencia democrática. En cambio, después de la dinastía de los Duvalier, los haitianos no encontraron una estructura más sólida para pasar a la gobernabilidad.

            A pesar de ser los primeros en rebelarse contra el imperialismo hace más de 200 años (el francés en este caso), pronto sufrieron la venganza y posteriormente la presión de Estados Unidos. Haití no conoció una época de estabilidad y careció de líderes que superen la herencia clientelar y corrupta. Sus indicadores socioeconómicos y de desarrollo humano siempre ocuparon el último lugar en el continente.

            Las cifras bolivianas acompañaron esa cola durante muchos años y se solía juntar a los dos países americanos como los rezagados del desarrollo. Esa competencia opaca se rompió cuando Bolivia construyó desde 1982 a 2009 una democracia tolerante y participativa.

            Los índices de analfabetismo, acceso a la educación superior, acceso a la salud pública, descentralización del poder político, participación popular cerraron en siglo XX con una, Bolivia lejos de Suiza, pero también lejos de Haití. La continuidad, aún con sobresaltos de programas como el SUMI, los bonos, la ampliación y modernización de servicios como las telecomunicaciones o el recojo de basura hasta el 2016 también ayudaron a brindar más oportunidades de vida y con calidad a miles de bolivianos, sobre todo del área rural.

           En cambio, el desconocimiento del resultado de un referendo para evitar candidaturas inconstitucionales, el manejo del Poder Judicial para burlar esa derrota, la contaminación partidista del poder electoral, la politización de la lucha contra la corrupción, la creciente falta de transparencia en los distintos asuntos del estado, contribuyeron a acercar al (no) Estado Plurinacional a Haití.

            En octubre y noviembre de 2019, grupos armados afines al partido de gobierno (Movimiento al Socialismo) convocaron en vivo y por las redes a una guerra civil. La valiente acción de la Iglesia Católica y de sus instituciones, de representantes diplomáticos europeos y de algunos de los propios actores políticos impidieron el desastre.

            Hasta la fecha, nada de ello se ha investigado; ni siquiera se nombra en los procesos abiertos contra opositores.

            Más bien, aumentan peligrosamente los grupos, enmascarados o a cara descubierta, armados, que avasallan tierras cultivadas, haciendas ganaderas, terrenos urbanos, acequias. Ha crecido el contrabando violento, el sicariato ligado al narcotráfico, las bandas rivales, las muertes violentas, la explotación ilegal y a veces mafiosa en la explotación de recursos naturales como el oro, la presencia de criminales extranjeros.

            Así empezó el despeñadero de la otrora hermosa Somalia, que actualmente sobrevive por inercia. Los pocos periodistas o personeros de las ONGs relatan historias escalofriantes.

            Así empezó Haití, burlando una y otra vez las posibilidades de construir una democracia con el respeto a las diferentes fuerzas y a los diferentes candidatos. Ahora, nadie se atreve a administrar, ni siquiera las pequeñas alcaldías. Ya no hay barrios seguros en Puerto Príncipe, las pandillas pueden entrar a matar a vecinos de edificios solamente porque quieren gastar balas.

            Ninguna de las dictaduras continentales da bienestar a su población, todo lo contrario, sea Cuba, Venezuela, Nicaragua. Ninguna intervención externa revierte la situación. Cuando no se respetan las reglas de la democracia, el final es siempre un abismo.

 

 

CONVICTOS, MERCENARIOS, ASESINOS

 

CONVICTOS, MERCENARIOS, ASESINOS

290623

 

            ¿Cómo explicará ahora el (no) canciller Rogelio Mayta los últimos sucesos en la Federación Rusa, ahora que Vladimir Putin ha dejado en claro que considera a la revolución de 1917 como el episodio que abortó la victoria rusa contra los alemanes en la Primera Guerra Mundial?

            El discurso del presidente ruso durante la crisis desatada en el país el pasado sábado reveló muchos asuntos que se querían esconder. Seguramente decenas de espías y de especialistas han seguido las palabras y los gestos del hombre mientras gesticulaba. ¿Era una farsa? ¿Mentía? ¿Tenía miedo? ¿Cuánto temor se escondían en su mirada?

            Al parecer la marcha sobre Moscú anunciada por Yevgueni Prigozhin sorprendió a las altas autoridades del Kremlin, inclusive a los servicios de inteligencia de donde procede el propio Putin. En cambio, según varios informes, Washington ya sospechaba que algo estaba organizándose.

            Lo extraordinario son los discursos de Putin y de Progozhin. Antiguos amigos, casi tan íntimos como para compartir la comida cotidiana, en las últimas semanas se han dicho cosas horribles, insultos y acusaciones tan graves como las de “traición”. Ese es el término más temido desde el inicio de las purgas bolcheviques: la acusación de “deslealtad” anuncia los peores castigos. Se dice que, desde la época de Iván el Terrible hace cinco siglos, pasando por las otras tristes célebres policías políticas zaristas o estalinistas, “deserción” es el cartel para anunciar persecución, tortura, muerte.

            Putin se refirió a los bolcheviques (diríamos especialmente Lenin que negoció la paz) como traidores al imperio de los zares. Al invadir Ucrania ya se conocía que uno de sus objetivos era reconstruir el territorio de esas épocas. Pese a ello, los gobiernos del socialismo caviar de origen chavista no dudaron el apoyarlo, fingiendo una falsa neutralidad en votaciones fundamentales para terminar con la agresión.

            Tampoco ha dudado él y otros voceros del desconcertado régimen ruso en calificar al Grupo Wagner y a sus líderes como criminales. Alguno alertó del peligro de que ellos accedan de algún modo al uso de armas nucleares.

            Olvidan que fueron ellos mismos los que abrieron las cárceles para nutrir al engendro paramilitar que fundó Prigoshin.  Criminales que no dudaban en matar de la forma más despiadada fueron entrenados en las guerras civiles en países africanos o en Siria. Nicolás Maduro también los recibió y no sería extraño que estén por estos lados.

            La arremetida contra Ucrania es tan impopular en Rusia que los militares tuvieron que recurrir a mercenarios que luchan en el bando que paga mejor. Feroces y sin obedecer ningún código militar, igual fueron vencidos paso a paso por las tropas alentadas por Volodimir Zelenski. De eso se quejaba el antiguo cocinero presidencial, sus hombres han sido utilizados como carne de cañón y han muerto centenas.

            Aunque aún no se conocen los detalles ni el desenlace histórico, la amenaza de los paramilitares para llegar al centro del poder ruso, muestra claramente que el enorme país euroasiático está en graves problemas. Inventó una “acción militar” contra Kiev con un pésimo cálculo; esos vecinos están unidos y decididos a defender su patria.

            Al reconocer a territorios que se han declarado independientes por la presión de antiguos residentes rusos, Vladimir Putin también se ha creado otra trampa militar y diplomática.

            No es muy difícil de entender, pero en el Ministerio de Relaciones Exteriores del (no) Estado Plurinacional no son capaces de desarrollar un análisis para tomar una posición que sirva para Bolivia y no para la ex URSS.

            Ningún partido o grupo parlamentario ha manifestado claramente su apoyo a Ucrania. Parece que lo que sucede más allá de la región no es importante. No se organizaron talleres, conferencias de prensa, comunicados que orienten a la ciudadanía.

            También nos hemos aplazado los periodistas porque el tema de Ucrania no es seguido con el rigor de urgencia que tiene para el futuro de la humanidad.

 

 

EN EL MAR DE LA IGNORANCIA

 


EN EL MAR DE LA IGNORANCIA

220623

 

            La persona más importante del Estado Plurinacional, el licenciado Luis Arce Catacora confundió una guerra del siglo XX con un partido de fútbol de la última semana. Al parecer no fue una improvisación porque leía unas cuartillas, un texto que alguien escribió, que seguramente alguien tuvo que revisar y que él mismo debió conocer mientras se desplazaba desde el centro del poder político a una frontera nacional.

            Confundir Ecuador con Paraguay es ignorar las fronteras que tiene Bolivia desde que nació en 1825. Creer que la guerra más cruenta de la región se dio en la cordillera andina o en la floresta -los dos paisajes que unen a Bolivia y Ecuador- es ignorar el significado y el simbolismo de las arenas del Chaco, justamente uno de los asuntos centrales de esa tragedia.

            Podría parecer una anécdota de las épocas de Mariano Melgarejo o una evada del más ignorante de los ignorantes que gobernaron este territorio. O pasar a la lista de errores que cometen incluso los más famosos estadistas en alguna entrevista; “lapsus linguae” es una equivocación oral que se suele corregir rápidamente.

            El asunto es que ni el primer mandatario ni su ministra Maria Nela Prada ni la viceministra Gabriela Alcón Meruvia solicitaron disculpas a los familiares de los combatientes que estuvieron en el Infierno Verde. El error/horror se pronunció en un desfile cívico en la heroica ciudad de Villamontes. Ese rincón del sureste patrio es la síntesis de la patria.

            Le sigue en la competencia de aplazados en historia el (no) canciller Rogelio Mayta Mayta, abogado de profesión, quien persiste en ignorar los fundamentos de la diplomacia y los convenios, tratados y acuerdos que firmó Bolivia y que son de obligado cumplimiento. En cada discurso repite como disco rayado unas líneas incoherentes sobre Ucrania. Seguramente no pasaría un examen de historia nacional para primero de secundaria.

            Su incapacidad se refleja en el nombramiento de embajadores también faltos de conocimientos mínimos para ejercer el cargo. Es muy posible que la mayoría tampoco vencería el examen de ciencias sociales. Son personas que corean consignas, frases hechas, chistes malos, comentarios imprudentes. La lista es larga, pero el caso emblemático es el de Lidia Patty Mullisaca, a quien la exponen como objeto de burla.

            La nombraron cónsul como regalo para su cumpleaños 54 y más tardó en sentarse que en ser sacada con un tirón de orejas. ¡Pobrecita! Es más víctima que responsable, fruto de una educación deficiente, no tuvo oportunidad de ser formada adecuadamente. La dejan en su mundo de delirios, mientras el país recibe otra bofetada internacional.

            La ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización Sabida Orellana Cruz es otra mujer que ignora cómo aparecieron los señoríos aimaras, los mitimaes en Cochabamba, por qué viste como española de fines del siglo XVIII. Sería interesante que en vez de gastar energías en los insultos dedique minutos a la lectura. Quizá entonces se enteraría de cuántos inquilinos la rodean en su propia casa y en su trabajo. Peor aún cuando los cocaleros intentan apoderarse de la casa sagrada del bosque en el TIPNIS de los más originarios de las tierras bajas bolivianas.

            La ignorancia es vergonzosa cuando las autoridades del Ministerio de Gobierno repiten que el narcovuelo aterrizó en la República de España. ¡Lean por lo menos las noticias, o sobre fútbol, o escuchen a Rosalía! Así sabrán cuándo hubo república en ese territorio y por qué hoy es un reino.

            Cuando hablan los responsables del Ministerio de Educación, es cuando se entiende el origen del drama. Un voceador de micro habla mejor que esa viceministra autoritaria. Escuchar al equipo de esa cartera es perder toda esperanza. Imprimen libros plagiados y esos son los actuales textos escolares. Con razón ponen golpe de estado en vez de levantamiento ciudadano, ahora dirán que la Guerra del Chaco fue contra Ecuador y que el Estado Plurinacional ganó al reino de Chile