viernes, 28 de julio de 2017

NOSTALGIA DE LA URSS

            En la lejana adolescencia, cuando no sabía lo que era vivir bajo un régimen estalinista, la iniciación de relaciones diplomáticas entre Bolivia y la Unión Soviética fue la apertura a un mundo cultural deslumbrante, desde la presencia del director en la Orquesta Sinfónica Nacional hasta otras actividades.
            Hace poco recordaba Alfonso Gumucio el significado de la llegada del poeta Yevgueni Yevtushenko (Eugenio Evtuchenko), gestionada por la Universidad Mayor San Andrés. Ese recital fue para mí una epopeya y el viernes 11 junio de 1971 me fui muy temprano a ganar butacas en la segunda fila del Paraninfo Universitario. La numerosa familia quería escuchar al gran poeta pues durante días mi padre nos había contado sobre él y sus poemas. “Presencia” le dedicó muchas notas. Escuchar a aquel enorme ser, desgarbado y mítico, de voz algo seca, recitar en ruso y en español, fue maravilloso. Sentí que el mundo llegaba a La Paz todavía provinciana. Aprendí a amar a Alexander Pushkin para siempre.
            El ciclo de películas rusas en el Cine 6 de agosto fue otro gran momento. La premier proyectó “La Guerra y la Paz” (1967) que había cosechado grandes premios. La intervención de 120 mil soldados, “de verdad”, impresionaba a los espectadores. Imposible olvidar la llegada de la mejor Natascha de la historia del cine, Ludmila Savelyeva. Ella esperaba al ingreso, en ese maravilloso hall con la escalera de espiral, vestida de azul y con el ramo de flores en sus brazos. Trémulo el poeta y crítico de cine Julio de la Vega besó su mano. Lloramos y sentimos el film como sólo puede suceder en una sala a oscuras. No faltaron las versiones sesenteras de “Ana Karenina”, “Crimen y Castigo” y el mejor “Don Quijote”, en blanco y negro, con el flaquísimo actor y su larga lanza y el Rocinante que se partía en dos mientras intentaba trotar con su amo. Ludmila apareció después en “Los Girasoles de Rusia” junto a Sophia Loren.
            Por ello fue muy emocionante asistir hace poco a un acto organizado por el Colegio ruso boliviano para recordar hechos históricos de la Segunda Guerra Mundial. La URSS fue la nación que sufrió más bajas, entre ocho millones, la cifra más conservadora; otros calculan 40 millones. De tiempo vi videos sobre la guerra, afiches de la Revolución centenaria, desde la versión rusa y no desde Hollywood.
            La historiara Eugenia Bridikhina interpretó una canción dulce y dolorosa sobre aquel que regresa a casa dejando tantos amigos en el campo de batalla. Ojalá siempre podamos conocer diferentes versiones sobre los hechos de la historia.