viernes, 16 de junio de 2017

MAS DESINSTITUCIONALIZACIÓN

Algunos prevén que la peor herencia del Movimiento Al Socialismo será una Bolivia polarizada, sin puentes de diálogo entre un 30 por ciento de la población beneficiada por esta década y un 70 por ciento que junta a personas desde los desilusionados a los opositores de siempre.
      Sin embargo, la prospectiva más negativa es la destrucción sistemática de la institucionalización en la administración pública, la cual con muchas dificultades y lentitudes se había completado durante la etapa democrática; buenas instituciones son la base del desarrollo sostenible y sustentable.
      El MAS ha destrozado la fragilidad del Poder Judicial y del Ministerio Público, los organismos de control interno, Contraloría General, Defensoría del Pueblo. Avanza como una epidemia en el Banco Central (¿cuántos profesionales fueron retirados desde la presidencia de Pablo Ramos), que fue ejemplo regional.
      El MAS cortó la carrera administrativa y la meritocracia. Desde la derrota de febrero 2016 también ataca el pensamiento y las opiniones de funcionarios públicos. Siguen los despidos o los juicios internos, fabricando causas, contra personas que simplemente pusieron un like, u opinaron contra algo oficial o tienen una amistad “sospechosa”, así sea el amigo del colegio.
      En La Paz intentan crear un clima para promover un “revocatorio” en noviembre próximo con la ilusión de que uno de sus mimados sea alcalde; se habla de Javier Zabaleta como el más ambicioso entre muchos.
      No importa si para ello hay que meter dinamita a tres lustros de dificultosa recuperación del municipio. Cuando se trata de mejorar el transporte urbano, los masistas choferes bloquean. Como bloquean los gremialistas masistas en todo el país.
Muchas viviendas son ilegales y tienen servicios gracias a los que pagan impuestos. No son pobres, son los que trabajan cercanos al comercio cuasi contrabando. Ejemplo claro la vivienda de los Tapia en pleno Montículo que aumentaron piso a piso sin atender las advertencias de la Alcaldía. ¡Obvio, se oponen a cualquier norma! Los otros vecinos tienen que trabajar día a día, ¿quiénes son los que pueden salir todos los días a bloquear?
El teleférico sigue talando árboles, parques y pulmones de la ciudad, pero está amparado por una decisión judicial que, oh casualidad, lo ampara y amarra de manos al GAMLP.
      Lima se recuperó de una guerra porque el gobierno central no boicoteó a su alcaldía. Igual Bogotá. La Paz es cercada cada día, pero no ganarán. Esta acorralada, pero no rendida.