Algunos prevén que
la peor herencia del Movimiento Al Socialismo será una Bolivia polarizada, sin
puentes de diálogo entre un 30 por ciento de la población beneficiada por esta
década y un 70 por ciento que junta a personas desde los desilusionados a los
opositores de siempre.
Sin
embargo, la prospectiva más negativa es la destrucción sistemática de la
institucionalización en la administración pública, la cual con muchas
dificultades y lentitudes se había completado durante la etapa democrática;
buenas instituciones son la base del desarrollo sostenible y sustentable.
El MAS ha
destrozado la fragilidad del Poder Judicial y del Ministerio Público, los
organismos de control interno, Contraloría General, Defensoría del Pueblo.
Avanza como una epidemia en el Banco Central (¿cuántos profesionales fueron
retirados desde la presidencia de Pablo Ramos), que fue ejemplo regional.
El MAS
cortó la carrera administrativa y la meritocracia. Desde la derrota de febrero
2016 también ataca el pensamiento y las opiniones de funcionarios públicos.
Siguen los despidos o los juicios internos, fabricando causas, contra personas
que simplemente pusieron un like, u opinaron contra algo oficial o tienen una
amistad “sospechosa”, así sea el amigo del colegio.
En La Paz
intentan crear un clima para promover un “revocatorio” en noviembre próximo con
la ilusión de que uno de sus mimados sea alcalde; se habla de Javier Zabaleta
como el más ambicioso entre muchos.
No importa
si para ello hay que meter dinamita a tres lustros de dificultosa recuperación
del municipio. Cuando se trata de mejorar el transporte urbano, los masistas
choferes bloquean. Como bloquean los gremialistas masistas en todo el país.
Muchas viviendas
son ilegales y tienen servicios gracias a los que pagan impuestos. No son
pobres, son los que trabajan cercanos al comercio cuasi contrabando. Ejemplo
claro la vivienda de los Tapia en pleno Montículo que aumentaron piso a piso
sin atender las advertencias de la Alcaldía. ¡Obvio, se oponen a cualquier
norma! Los otros vecinos tienen que trabajar día a día, ¿quiénes son los que
pueden salir todos los días a bloquear?
El teleférico sigue
talando árboles, parques y pulmones de la ciudad, pero está amparado por una
decisión judicial que, oh casualidad, lo ampara y amarra de manos al GAMLP.
Lima se
recuperó de una guerra porque el gobierno central no boicoteó a su alcaldía.
Igual Bogotá. La Paz es cercada cada día, pero no ganarán. Esta acorralada, pero
no rendida.