Es desalentador comprobar una vez más que el llamado Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización es simplemente un rincón de personas con poco conocimiento de la patria. Sus propuestas, planes, acciones instrumentalizan el pachamamismo, sin considerar al resto de la nación. Alientan más la confrontación que la unidad de la nación.
El (No) Estado Plurinacional ignora
las ricas construcciones culturales que hubo en la administración pública en
sus diferentes niveles o los aportes culturales desde la sociedad civil. Ofrece
un “Plan Sectorial”, cuyos ejes centrales son el racismo, la descolonización y la
despatriarcalización y, secundariamente la gestión cultural, con meses de
retraso.
¿Le daría el presidente Luis Arce a
una dirigente de las Bartolinas el manejo del ministerio de Hidrocarburos, o la
presidencia del Banco Central? ¿Por qué confió a una persona que no se ocupó de
la gestión cultural desde la sociedad civil para llevar adelante las políticas
culturales?
¿Cuántos libros lee la ministra por
año? ¿Cuántos artistas plásticos conoce? ¿Asistió en su vida a algún concierto
de la Orquesta Sinfónica, o sabe por qué los niños tocan violín en Urubichá?
¿Le interesa el teatro, el ballet, los títeres? ¿Cuántas veces estuvo en los festivales
culturales de Villamontes, o de Charazani o de Concepción? ¿Sabe cuántos museos
tiene Cochabamba? ¿Leyó alguna investigación sobre el origen y el desarrollo de
la pollera?
Alguien dirá, no es su culpa, es
reflejo de la realidad de la mayoría de las mujeres rurales. Sin embargo, son
cientos los ejemplos de otras campesinas que aman la estética, como la
inigualable Luzmila Carpio o la premiada Elvira Espejo y la lista es larga y
centenaria.
Sabina Orellana ni siquiera se ha
rodeado de personal con experiencia. No es posible comprobar la lista del
personal pues el portal del ministerio no ofrece la información. Tampoco se
conoce cómo recluta a los funcionarios. ¿Todos tienen que firmar al Movimiento
al Socialismo?
Lo que sí se sabe es que el grueso
de la masa crítica que tenía ese Ministerio desde hace años ya no está. Las
noticias del despacho son la asistencia de la ministra a fiestas que ya
existían o a marchas. El canal de Culturas se limita a mostrar antiguos videos
y casi siempre de expresiones andinas y la página web celebra el aniversario de
las Bartolinas (sic).
Hace un siglo, desde los propios
artistas, se inició la recuperación y visibilización del mundo andino y de
saberes como la herbolaria kallawaya, la arquitectura aimara, la ingeniería en
las tierras bajas, los tejidos, las construcciones. Bolivia fue un ejemplo.
Actualmente, hay un énfasis mundial para combinar todas las expresiones
culturales con el desarrollo económico y el fortalecimiento de ciudadanía
participativa.
En cambio, el Ministerio masista se
empeña en el enfrentamiento urbano-rural, étnico, este-oeste, norte-sur, hombre-mujer.
Las principales actividades se centran en difundir la Ley contra el Racismo,
cuyas fallas ya fueron ampliamente expuestas en diferentes foros. Entre otras
propuestas, quiere crear un Instituto de Descolonización y
Despatriarcalización. Ofrece cifras absurdas para realizar 1500 acciones de
investigación, 2000 registros de patrimonio. Un listado poco cohetente.
Ni una palabra sobre el turismo.
Ninguna señal para el trabajo con aliados en la sociedad civil. Ignora lo
construido por los bolivianos antes de 2006, incluso lo trabajado hasta el
2021. El desmoronamiento de la institucionalidad será el signo histórico del
gobierno de Arce-Choquehuanca.