viernes, 3 de diciembre de 2021

DESCALABROS EN LA EDUCACIÓN

 

            Renuncia el ministro de Educación (léase con énfasis: Educación), Adrián Quelca, militante del Partido Comunista por sospechas de tráfico de influencias y otras ilegalidades; al salir, “in extremis”, se autonombra “catedrático”; lo defiende nada menos que la abogada Mary Carrasco.

            Las denuncias contra Quelca muestran el creciente hundimiento del sistema educativo en el país, sobre todo el fiscal. Además, retrata la forma cómo los nuevos ricos de la izquierda “caviar” llenan sus bolsillos usando al Estado Plurinacional porque no son capaces de invertir ni de crear empresas o negocios legales. Aprovechan la desinstitucionalización generalizada para favorecer sus ambiciones personales.

            Mientras no existen evaluaciones sobre la calidad de la educación en Bolivia.  No sólo durante el periodo de la emergencia sanitaria, sino de forma permanente por la falta interés en el conocimiento. Tanto dinero regalado al Chapare, pero esa región no produce científicos, poetas o industriales.

            Entre tanto, el cierre (negado por las autoridades) del Colegio Alemán Ave María es una de las historias más patéticas pues el MAS logró hundir un esfuerzo que durante medio siglo mantuvo una oferta digna a la niñez y juventud en una de las zonas más carentes de La Paz.

            Este establecimiento funcionó en el antiguo barrio rojo de Caiconi, al norte de la ciudad, con la ayuda de religiosas y cooperantes alemanes y con el esfuerzo de maestros bolivianos. Muchos docentes universitarios comprobamos la excelencia de esos bachilleres, algunos de los cuales tuvieron la oportunidad de seguir estudiando en el exterior. También fueron públicos sus premios y reconocimientos a la excelencia.

            Sin embargo, la política del Movimiento al Socialismo (MAS) de hundir experiencias exitosas torpedeó al colegio desde hace al menos tres quinquenios. Era muy fácil para el entonces ministro Luis Arce obligar a aumentos salariales, a pagos de dobles aguinaldos cuando él sólo manejaba el dinero de los bolivianos, no el generado por su propio ahorro. Al mismo tiempo, los colegios particulares no podían subir las pensiones en porcentaje equiparable a esos gastos. Era muy obvio que el déficit se presentaría pronto.

            La educación privada en Bolivia es hostigada desde diferentes espacios del Estado Plurinacional. Ahogan esas opciones sin presentar alternativas, pues la educación fiscal está peor que en 1952. En el caso del Colegio Alemán Ave María, esas presiones tienen resultados perversos pues impiden el funcionamiento normal de un centro educativo que a la vez era un espacio seguro y acogedor, en medio del estropicio.

            El rol de los padres de familia, muchas veces también dirigidos por demagogos y militantes, es pírrico. Ganan para congelar pensiones o para evitar el cierre de un colegio, a costa de la imposible continuidad de un establecimiento con calidad educativa.

            Como no podía ser de otra manera, la defensora del MAS, Nadia Cruz echó leña al fuego, en vez de promover el diálogo. Generaciones de bolivianos están perjudicados en su futuro por el estado del sistema educativo actual. Otros prefieren irse del país para ofrecer su capacidad donde se respete la importancia del saber.

            En Bolivia el Presidente, el Vicepresidente no vacunado, los ministros, viceministros, directores, gerentes, funcionarios festejan el San Lunes o van de paseo en buses, comen empanaditas y bailan al atardecer, echan basura en las calles y lanzan botellas a las jardineras. Mientras los escolares se quedan sin colegios, los Quelca se victimizan, los abogados se enriquecen y los maestros se resignan.