Renuncia el ministro de Educación (léase con énfasis: Educación), Adrián Quelca, militante del Partido Comunista por sospechas de tráfico de influencias y otras ilegalidades; al salir, “in extremis”, se autonombra “catedrático”; lo defiende nada menos que la abogada Mary Carrasco.
Las denuncias contra Quelca muestran
el creciente hundimiento del sistema educativo en el país, sobre todo el fiscal.
Además, retrata la forma cómo los nuevos ricos de la izquierda “caviar” llenan
sus bolsillos usando al Estado Plurinacional porque no son capaces de invertir
ni de crear empresas o negocios legales. Aprovechan la desinstitucionalización
generalizada para favorecer sus ambiciones personales.
Mientras no existen evaluaciones
sobre la calidad de la educación en Bolivia. No sólo durante el periodo de la emergencia
sanitaria, sino de forma permanente por la falta interés en el conocimiento.
Tanto dinero regalado al Chapare, pero esa región no produce científicos, poetas
o industriales.
Entre tanto, el cierre (negado por
las autoridades) del Colegio Alemán Ave María es una de las historias más
patéticas pues el MAS logró hundir un esfuerzo que durante medio siglo mantuvo
una oferta digna a la niñez y juventud en una de las zonas más carentes de La
Paz.
Este establecimiento funcionó en el
antiguo barrio rojo de Caiconi, al norte de la ciudad, con la ayuda de
religiosas y cooperantes alemanes y con el esfuerzo de maestros bolivianos.
Muchos docentes universitarios comprobamos la excelencia de esos bachilleres,
algunos de los cuales tuvieron la oportunidad de seguir estudiando en el
exterior. También fueron públicos sus premios y reconocimientos a la
excelencia.
Sin embargo, la política del
Movimiento al Socialismo (MAS) de hundir experiencias exitosas torpedeó al
colegio desde hace al menos tres quinquenios. Era muy fácil para el entonces
ministro Luis Arce obligar a aumentos salariales, a pagos de dobles aguinaldos
cuando él sólo manejaba el dinero de los bolivianos, no el generado por su
propio ahorro. Al mismo tiempo, los colegios particulares no podían subir las
pensiones en porcentaje equiparable a esos gastos. Era muy obvio que el déficit
se presentaría pronto.
La educación privada en Bolivia es
hostigada desde diferentes espacios del Estado Plurinacional. Ahogan esas
opciones sin presentar alternativas, pues la educación fiscal está peor que en
1952. En el caso del Colegio Alemán Ave María, esas presiones tienen resultados
perversos pues impiden el funcionamiento normal de un centro educativo que a la
vez era un espacio seguro y acogedor, en medio del estropicio.
El rol de los padres de familia,
muchas veces también dirigidos por demagogos y militantes, es pírrico. Ganan
para congelar pensiones o para evitar el cierre de un colegio, a costa de la
imposible continuidad de un establecimiento con calidad educativa.
Como no podía ser de otra manera, la
defensora del MAS, Nadia Cruz echó leña al fuego, en vez de promover el diálogo.
Generaciones de bolivianos están perjudicados en su futuro por el estado del
sistema educativo actual. Otros prefieren irse del país para ofrecer su
capacidad donde se respete la importancia del saber.
En Bolivia el Presidente, el Vicepresidente
no vacunado, los ministros, viceministros, directores, gerentes, funcionarios
festejan el San Lunes o van de paseo en buses, comen empanaditas y bailan al
atardecer, echan basura en las calles y lanzan botellas a las jardineras. Mientras
los escolares se quedan sin colegios, los Quelca se victimizan, los abogados se
enriquecen y los maestros se resignan.