“¿Quién se cansa? Nadie se cansa.
¿Quién se rinde? Nadie se rinde.” Así inicia su nota un matutino para describir
el juego de Hugo Delien que mantuvo a la audiencia nacional despierta a
medianoche, como sucedía en los días de lucha del año pasado. Aplaudido por una
multitud y por el número uno del mundo, Rafael Nadal, Hugo convirtió un score
adverso en una victoria moral.
Delien representa a una generación
que no se cansa ni se rinde; a los bolivianos que se unen con estas noticias y
apoyan al tenista desde todos los rincones del mundo; y, sobre todo, refleja la
forma de ser de los benianos. Así actuaron en El Chaco o en las revueltas y así
son día a día: guerreros incansables. No se rinden. Valientes y sencillos.
Muchas veces publico notas sobre
esta región amada. Hoy siento además que finalmente el Beni y sus habitantes
pueden mostrar al país y al planeta los valores que los acompañan; sus
historias muchas veces duras y crueles, de abusos y venganzas; sus músicas y
paisajes y el coraje de su gente que nace y muere enfrentando a la selva, como
describe Juan Coimbra en “Siringa”.
Para muchos extranjeros, sobre todo
periodistas argentinos, es difícil enterarse que hay bolivianos nacidos más
allá de las estribaciones andinas y cambiar su chip de páramos y llamas. El
film de Pedro Antonio Gutiérrez “Santa Clara” es un retrato de ese otro mundo.
Sobria y pulcra, con personajes inolvidables interpretados por actores de
diferentes regiones, es una película que los estudiantes deben ver. Un rostro
de Bolivia ocultado por las visiones solo urbanas.
Las mujeres benianas lucen su
originalidad. Guillermo Aponte Burela me contaba sobre su abuela y otras que
colonizaron el noreste enfrentando fieras, enfermedades, tormentas. Varias
tenían más de uno o dos maridos y la vida transcurría como una novela de José
Eustaquio Rivera. Mujeres decididas y a la vez de gran ternura.
Pocos recuerdan que en 1999 la
primera abogada en formar parte de la Corte Suprema de Justicia en 174 años de vida
república fue una beniana: Emilse Ardaya Gutiérrez a sus 42 años.
La primera mandataria Jeanine Añez
luce piezas elaboradas por modistas bolivianas, especialmente benianas, como la
reconocida diseñadora Carmen Claure de Valle. Así, sutilmente, difunde el
trabajo de sus paisanas.
Además, el año comenzó con otra
buena noticia para el Beni y para Bolivia. Rurrenabaque fue catalogado como el
tercer mejor destino turístico del mundo por el New York Times. El anuncio
coincidió con mi estadía por esa zona. Aunque no tanto como la época de oro del
2000, la oferta de hospedaje es extraordinaria, y hay muchas opciones para
experiencias inolvidables en el Madini o en las pampas de Santa Rosa.
Lo más sorprendente es la
gastronomía que gana a otros destinos turísticos nacionales. Restaurants como
“La Cabaña”, que no le pela en ninguno de los platos del menú, o el famoso
“Guiliano”, atendido por un chef tunecino, podrían ganar concursos
internacionales. El Beni une buena pesca con buena ganadería y ahora combina
con verduras, quinua, papa y exquisiteces que llegan del resto del país.
Es por ello un momento crucial para
que los benianos reflexionen sobre su vocación futura: aprovechar un camino de
desarrollo sustentable o preferir las propuestas de inversiones chinas y
represas babilónicas.