Cada nuevo episodio de la serie
“Bolivia post Morales” desnuda con más claridad, y a la vez con más complejidad
y alcance, los juegos políticos a escala mundial y las presiones de actores
oscuros que estuvieron y están detrás del autonombrado “socialismo del siglo
XXI”.
La aún inexplicable acción de
agentes secretos españoles enmascarados rodeando la residencia de la Embajada
de México en La Paz alarga la tensión a otro continente. Ahora también el
parlamento del Reino de España abre una sesión para interrogar a sus
autoridades: ¿qué hacían los policías especializados, llegados en la víspera de
Navidad, intentando pasar desapercibidos en un exclusivo barrio paceño?
“La Rinconada”, como buen escenario
para esta serie, es una de las primeras urbanizaciones cerradas de La Paz,
situada en un microclima más caluroso que el resto de la ciudad, rodeada de
cerros rojos y habitada mayormente por profesionales exitosos. Abúlica, mantuvo
su tranquilidad hasta hace dos años.
En 2016 se descubrió que la amante
de lujo de Evo Morales Ayma, la jovencita Gabriela Zapata, vivía en la casa de
un exministro acusado de corrupción. La casa está precintada. Al ingreso vive
desde hace décadas, la profesora de derecho constitucional Karen Longaric,
viuda de un destacado dirigente nacionalista y actual Ministra de Relaciones
Exteriores del gobierno de transición presidido por Jeanine Añez. Al fondo está
la residencia mexicana, a la cual se llega pasando necesariamente por una
garita de control.
¿Porqué Cristina Borreguero, al
frente de la Embajada de España por el viaje precipitado del anterior
embajador, escogió una “visita de cortesía” en dos autos y con al menos cuatro
agentes con el rostro cubierto y aparentemente armados?
Es la trama que ahora despierta
pasiones encendidas en un abanico que cubre La Paz, Buenos Aires, México y
Madrid, además de Bruselas. En esta semana de inicio de año habrá novedades.
Entre tanto, decenas de voceros políticos y de parlamentarios alistan sus
interrogantes para Pedro Sánchez y para Andrés Manuel López Obrador.
“Alpiste para la oposición” en
España y en México porque los datos, fotografías, videos, ingresos migratorios
y los escuetos comunicados mostrarían que algo por demás extraño sucedió entre
las 100 cuadras que separan las residencias entre ambas naciones.
¿Hubo un intento desesperado por
rescatar cambiando identidades a al menos los personajes más involucrados en
las irregularidades electorales y en la convocatoria a la violencia callejera
incendiando las ciudades con bombas molotov?
MÉTODOS
IMPORTADOS
Bolivia tiene una larga historia de
rebeldías desde el 25 de mayo de 1809, de insurrecciones y revoluciones como la
nacionalista de 1952, y de sucesiones constitucionales desde 1978, cuando
inició trabajosamente el camino a la democracia constitucional. En cada momento
logró salir airosa; después de los enfrentamientos llegaban largos periodos de
paz.
Lo insólito se da desde el 12 de
noviembre de 2019 cuando huye del país el expresidente Morales y parte de su
entorno palaciego en el avión presidencial mexicano. Huida que tiene dos
elementos polémicos: la convocatoria a una guerra civil (“crear un Viet Nam” en
palabras del ahora asilado excapitán Juan Ramón Quintana, entrenado en la
Escuela de las Américas); y la participación personal de Morales para cercar
las urbes cortando las líneas de alimentación y de transporte. Este método fue
ensayado por el dirigente de las federaciones cocaleras durante años, aunque
como mandatario declaró que reconocía los efectos negativos de esos bloqueos.
AMLO no sólo destinó un avión
oficial para recoger a Evo en Chimoré, localidad conocida mundialmente como eje
del circuito coca cocaína, sino que fue declarado huésped ilustre, recibió
casa, comida y el anuncio de un apoyo monetario de parlamentarios de MORENA.
También dato curioso porque Morales tiene al menos tres cuentas bancarias con
cifras que superaran varios ceros, solo en Bolivia y denuncias de otras cuentas
en el exterior. No es un refugiado pobre.
Lo más complicado se dio por sus
actividades políticas, no sólo con entrevistas a muchos medios internacionales,
sino a través de llamadas telefónicas para guiar las actividades violentas de
los movimientos sociales más radicales. Este activismo significó críticas a
AMLO y manifestaciones en ciudades mexicanas.
Pese a todo ese ambiente, Morales se
fue de México sin despedirse, como reconoció la propia cancillería azteca.
Llegó a La Habana oficialmente para una revisión médica pues ahí estaban sus
galenos personales. Partió sin mucho ruido desde Cuba a Argentina y desde ahí
retomó su actividad política.
Aunque cada vez con menos
repercusión y decreciente interés mediático, Morales aprovechó la actitud del
gobierno Fernández Fernández para mantener contactos con los cocaleros.
Amparado en diferentes organizaciones argentinas continúa su militancia
callejera.
Además, algunos argentinos sintieron
que tenían el mandato de investigar qué pasaba en Bolivia y en pocas horas definieron
unos informes sobre sus actores políticos y sociales.
La rección boliviana del gobierno de
transición mostró que las relaciones entre ambos países están estancadas, sino
quebradas.
Al eje: México- La Habana-Buenos
Aires se sumó ahora Madrid. Mientras Caracas y Managua agreden, con
declaraciones y amenazas, a los ciudadanos que denunciaron el fraude y obligaron
a la renuncia de Morales.
El esquema Foro Sao Pablo, Puebla y
el chavismo funciona aún.
La “conexión española” no es nueva.
Fundadores del PODEMOS estuvieron en Caracas desde hace tres lustros, actuaron
decididamente en la Asamblea Constituyente de 2006 en Bolivia (contradiciendo
el discurso “anticolonialista” del Movimiento al Socialismo) y hay denuncias
que recibieron dinero de esos países.
Baltazar Garzón se ofreció para
defender a Morales de los delitos de fraude y de incitación al terrorismo, pese
a su situación denunciada en la judicatura española.
Pablo Iglesias fue condecorado con
la máxima medalla “Cóndor de los Andes”, aunque no se conoce qué hizo por
Bolivia. Pedro Sánchez escogió a Morales como uno de sus primeros anfitriones.
La embajada de España estuvo presente en el diálogo de pacificación entre el
MAS legal y el gobierno de transición.
“El País” se convirtió en vocero de
la narrativa del “golpe de Estado” y ahora también aparece como parte del
esquema de la oscura presencia de agentes en La Paz.
EL
TRIÁNGULO DE LAS BERMUDAS
El elemento de similitudes
ideológicas y del método del Socialismo Siglo XXI, que justamente se caracteriza
por no respetar reglas constitucionales y convenios internacionales, es la
parte visible de este Juego de Tronos.
Detrás hay muchos otros intereses,
inclusive mundiales, que tocan a capitales lejanas como Teherán o Moscú y
obviamente a todos los servicios de espionaje más activos, capítulo que aún
está por revelarse.
El asunto que cada vez aparece con
más fuerza detrás de las cortinas en las relaciones de la coca, cocaína y la
más grande transnacional mundial que capturó al estado mexicano y, aparentemente,
financia a otras fuerzas políticas en el Atlántico.
La ruta de la coca que se produce en
el Chapare, trópico de gran valor geoestratégico en el centro de Sudamérica,
reconocida como base de la elaboración de cocaína en un 95%; el transporte
desde Perú hacia Brasil y Argentina pasando por esa zona; el lavado de dinero
negro en empresas, en equipos de fútbol y en la política. El narcotráfico
estaría detrás del apoyo a Morales y a su gente.
En los 14 años de gobierno del MAS,
la detención de personas de su entorno con el asunto de la droga fue in
crescendo. Desde el Clan Terán, de Margarita Terán amiga y presunta novia de
Evo, hasta jefes de policías encontrados con la “merca” en Chile, en Panamá, en
Brasil. Morales acababa de llegar a Orán en el norte argentino, y su cónsul fue
encontrado con varios kilos de cocaína en un vehículo oficial del caído
gobierno.
La presencia de carteles mexicanos
en Bolivia y a la vez lo que está sucediendo en el norteño país bajo el
gobierno de AMLO, las conexiones del “Chapo” Guzmán, son apenas titulares de un
iceberg que amenaza a muchos líderes, organizaciones y gobiernos.
Entre muchos, el periodista
boliviano Humberto Vacaflor, insiste en sus columnas de opinión que éste y no
otro es el sostén y a la vez el gran juego de poder detrás de los sucesos en
Bolivia y de la presencia de Evo Morales en México, Cuba y Argentina.
En estos días, después de los
sucesos en “La Rinconada” han salido a la luz otras conexiones con España,
incluso con la empresa de comunicación “Neorona”, acusada de contratos ilegales
en Bolivia, con ramificaciones en Madrid y cuyo principal enlace boliviano la
exministra Gisela Lopez es ahora protegida por la Casa Rosada.
La trama es intensa.
Sin embargo, también se impone la prudencia.
Es fundamental esperar investigaciones independientes y oficiales para asegurar
qué pasó, quién o quiénes están involucrados, cómo, hasta dónde.
Morales tiene a su favor el
resultado de muchas indagaciones sobre él, desde su época de dirigente, y ni la
DEA encontró una participación suya directa en el narcotráfico.
El telón está abierto pero el
sendero más peligroso será aumentar incertidumbres con campañas incorrectas.
Los datos “duros” traerán las explicaciones esperadas.