IX ENCUENTRO DE ASOCIACIÓN DE ESTUDIOS
BOLIVIANOS
Sucre, Julio 2017 (mesa 27 de julio)
LA HISTORIA DESDE EL PERIODISMO, EL PERIODISMO DESDE
LA HISTORIA
El
historiador estudia desde el presente el pasado remoto, lejano, cercano,
incluso muy cercano. Tiene una gran ventaja, escribe conociendo de antemano el
final y consciente de quién o quiénes ganaron. Es diferente relatar un partido
deportivo ya finalizado que relatarlo mientras transcurre.
El periodista
cuenta un hecho actual con una apretada cronología. ¿Qué sucede cuando el
reportero envía notas sobre hechos que luego serán historia? ¿Puede ser un
testigo discreto? En el otro extremo, ¿qué sucede con su público? A veces hay
intuiciones, a veces no; el lector no siempre puede imaginarse que el titular
de esa mañana significará un cambio profundo con duración de siete décadas.
La
crónica es el formato más completo porque une la historia con el periodismo,
además de aprovechar técnicas literarias, pero no aparecía en la prensa
boliviana de 1917.
Hace cien años, los diez días que
conmovieron al mundo desde la lejana Rusia, alcanzaron de forma gradual a la
opinión pública. Aún era prematuro vislumbrar el impacto formidable de aquella
victoria en la historia nacional y continental, asunto que verán otros colegas
en este encuentro y en el seminario internacional del próximo noviembre.
El intento para escribir esta
ponencia fue situar 1917, Bolivia, La Paz, Sopocachi e imaginar a una mujer que
sabe leer y escribir, que compra el periódico liberal cada día (“El Diario”) y
algún otro ocasionalmente. ¿Qué leyó sobre los sucesos en Petrogrado, en Moscú?
Esta es una aproximación a lo que pudo aportarle esas lecturas.
Como notarán, había mucha confusión
de hechos, personajes y lugares.
El contexto general, a nivel
nacional, era: elecciones donde los liberales ya no tenían clara mayoría y
estaban divididos; la posesión del nuevo gobierno (8 de septiembre), la
posterior acusación contra el ex presidente Ismael Montes y un intento golpista;
la muerte del ex presidente Juan Manuel Pando y los inicios de la
investigación; el escándalo en torno a negocios de la Patiño Mines; las formas
de ocupación en los gomales y “tierras baldías” del norte; las relaciones con
Chile, principalmente, y con otros vecinos; la vida social y la expansión
citadina hacia la Plaza Abaroa, recién estrenada, las nuevas calles con casitas
que se anunciaban a dos cuadras del tranvía, con baño y w.c., luz eléctrica,
sembradíos y sirvientes. Un aviso decía: “Sirvientes: dos indígenas honrados y
acostumbrados al pongueaje desean contratarse como pongos. Dirigirse a esta
imprenta.” Se publicó un largo debate en
el segundo semestre relacionado con los resultados de la misión belga de
Georges Rouma en el desarrollo de la educación pública. También salió un
extenso análisis de una posible Ley de Imprenta.
En las noticias internacionales
dominaban los combates europeos en el declinar de la Primera Guerra Mundial y
las palabras de sus principales protagonistas, además de hechos relevantes del
año como el ingreso de los Estados Unidos a la confrontación y el rompimiento
diplomático de varios países latinoamericanos con Alemania. (En Bolivia,
aparece una primera lista negra de alemanes no gratos para E.E.U.U., varios
fundadores de empresas exitosas).
También se dieron conflictos
sociales y políticos en México, Centroamérica, Venezuela, Ecuador y una gran
huelga ferroviaria y obrera en Argentina.
El lector dependía de los cables,
textos y fotos, que enviaban la agencia Reuter de Inglaterra- que no era
neutral-, la agencia Havas y alguna otra. Los editorialistas no comentaban esos
hechos; quizá tenían bastante con las peleas políticas criollas. En algunos
casos, desde capitales de la región, los corresponsales propios enviaban notas.
Es posible inferir que la gran
mayoría de receptores no conocía otra versión y seguramente era una minoría la
que podía enterarse de lo que pasaba en Rusia a través de la prensa socialista
o de otros medios. Aún no había radios en Bolivia y las revistas argentinas
llegaban con retraso.
Los periódicos de la época no
pasaban de un cuerpo, tamaño estándar, en blanco y negro, con menos de 20
páginas en promedio, y con la costumbre de reproducir in extenso los discursos
oficiales o partidarios, las polémicas entre intelectuales, los documentos
parlamentarios.
Las noticias desde febrero (marzo)
hasta diciembre de 1917 relacionadas con la Revolución Rusa aparecen entre las
noticias sobre la guerra europea, casi siempre en páginas interiores, salvo en
ocasiones especiales como la posesión de un gabinete o la imagen de (Alexander)
Kerensky en primera plana. No existe un gran titular que diga: “Estalla
Revolución en Rusia”, o algo similar, como sucedió con Cuba en 1959 o con los
sandinistas en 1979.
En esa información no se nombraba
otros hechos relacionados, como las revueltas populares de 1905, sino lo que
pasaba día a día, a veces reproducían rumores porque no existía posibilidad de
confirmar la noticia.
Éste es un resumen de lo más
relevante que se publicó en La Paz.
LOS HECHOS DE FEBRERO/MARZO
Un breve repaso por la prensa de la
época nos ubica cómo llegaron las primeras noticias, a mediados de marzo de
1917 a la prensa nacional. (Recordemos que las sucesivas protestas aumentaron
en 1916 y fueron más continuas y desafiantes desde enero de 1917. Son muchos
los detalles, pero esos inicios no fueron consultados en mi revisión).
El 27 de febrero en el calendario ruso (por
eso se conoce como Revolución de Febrero), 8 de marzo en el calendario
gregoriano, las tradicionales manifestaciones por el Día Internacional de la
Mujer se transformaron en una gran revuelta popular. Fueron sobre todo las
obreras textileras las que prendieron la mecha, asunto que aparece en los
despachos reproducidos en la prensa paceña.
El
viernes 16 de marzo de 1917 (calendario gregoriano), “El Diario” publicó una
primera noticia sobre los combates en Petrogrado y Moscú y la confirmación
oficial de la abdicación del Zar Nicolás II y de su hijo, el Gran Duque
Nicolás, después de 21 años de gobierno (a las 14.30 del 14 de marzo). Era el
final de los Romanov. Las noticias eran todavía confusas por la censura y llegaban
vía Londres. Se conoció el apresamiento de ministros y oficiales y la
conformación de un nuevo gobierno desde la Duma, el parlamento ruso.
Según se
sabía los disturbios comenzaron días antes, motivados fundamentalmente por la
falta de alimentos. Cuando la muchedumbre llegó al arsenal, frente a Lietenic
Prospecto, los soldados se negaron a disparar, después se unieron policías y
otros militares y la protesta se transformó en Revolución. Otro cable informaba
de la llegada de regimientos a la capital ondeando la bandera roja.
Por su
parte “El Tiempo” difundía detalles del apresamiento de la familia real cuando
se detuvo el tren imperial en una estación y su confinamiento a una zona rural,
la enfermedad de los niños, especialmente de Alioscha y el intento del zar de
suicidarse.
El Santo
Sínodo de la Iglesia ortodoxa apoyó la revolución y así lo hizo difundir en sus
templos. La población rusa era de 174 millones, casi todos empobrecidos
campesinos y obreros.
También
se informó de la revolución en Alemania y del reemplazo de Liebknecht en Potsdam
por el socialista Mehring. El tablero mundial se cambiaba aceleradamente.
La
cobertura fue intensa hasta fines de marzo, luego la tensión electoral nacional
ocupó toda la atención.
Nota
de Redacción. -En ese intervalo, recordemos que el Comité Provisional de la
Duma estatal se reunió inicialmente con los mencheviques con la idea de formar
un gobierno amplio, algo que no prosperó después de varios días de debates. El
Soviet de Petrogrado ofreció públicamente su apoyo al gobierno provisional pero
no aceptó ingresar al mismo. Los socialistas pidieron Asamblea Constituyente
elegida por voto universal, la liberación de los presos políticos, libertad de
prensa y de asociación, libertad para formar nuevos partidos políticos, una
agenda que aceptaban todos. El gobierno prometió voto universal y el reemplazo
de la policía zarista por milicias nacionalistas.
El Sóviet de Petrogrado calificó a la
flamante revolución de burguesa y el gabinete quedó conformado por liberales, conservadores
moderados y Alexander Kerenski que actuó más a título personal.
Los
sucesos de julio en Rusia y los muchos problemas casi no fueron publicados,
aunque marcarían las rupturas internas en el gobierno, el creciente poder del
Sóviet de Petrogrado y la situación anárquica entre las tropas rusas.
INESTABILIDAD RUSA
El 2 de
septiembre se publicó una foto en primera plana del gabinete ruso, destacando a
la presidente Englehart “de la revolución democrática”. Por varios días los
cables informaron sobre el abandono de los rusos de posiciones ya consolidadas
contra los alemanes.
El 6 se
difundió que el ex presidente de la Duma (douma) Karimankoff había sido
nombrado embajador en Londres. Esa designación y el nombre se repitieron en
varias notas con las dudas sobre qué pasaba entre él y Kerensky.
También
mereció atención el secuestro de la correspondencia del zar donde se reveló su
relación con el Kaiser alemán con quien intercambiaba cartas para hundir a
Inglaterra y uno firmaba Willy (Guillermo)
el otro Nicky (Nicolás).
El 11
salió un cable con el rótulo de “urgente”: “Estado de sitio en Petrogrado.
Kerensky pide renuncia de (Lavr) Korniloff
(Kornílof)”. Siguieron noticias sobre
esa pelea interna (no hay datos que indiquen que él intentó un golpe de estado)
y los avances de una situación anárquica y desordenada en todo el país. Alarma
mayor cuando el 16 en primera plana se informó que los generales rusos de la
guarnición en Finlandia que apoyaban a Korniloff fueron linchados, líder que
luego se rindió
“En resumen, la situación de Rusia
permanece oscura y no se vislumbra nada que pueda despejarla” informa un
corresponsal desde Petrogrado. Mientras 40 mil mujeres “bien armadas y
equipadas” se organizaban en milicias, (NR,
roles de las mujeres que la historiografía futura no destacó como debiera). Kerensky
se comprometió a seguir con los aliados y logró el apoyo de los consejos de
soldados obreros campesinos.
Un
asunto que salía en varios despachos noticiosos era el relacionado a la
convocatoria a la Asamblea Constituyente para el 12 de octubre (30 de
septiembre) en medio de nuevos cambios de ministros y de jefes militares. El 19
fue asesinado el General Alexieff, mientras ciudadanos notables preparan la
Constituyente y se proclamaba la “República de Rusia, independiente, bajo un
régimen democrático y constitucional”.
El
gobierno garantizó la atención médica al zar que “padece enfermedad moral.”
LA REVOLUCIÓN
La
intensidad de cables disminuyó hasta el 9 de noviembre cuando se informó a
través de cortos cables urgentes: “La Revolución rusa ha dominado. El Comité
Revolucionario Maximalista (NR nombre con
que se designa ese momento). La marina se une al movimiento. Ocupación de
varias oficinas públicas. Kerensky fue despuesto. Kerenzky derrotado ayer (8 de
noviembre).” Urgente: El Consejo de Obreros Soldados proclamó al nuevo gobierno
y pide negociar la paz justa. La delegación de cosas (sic) está dispuesta a defender la capital (y apoyar a Kerensky) “a condición de que
ponga fuera de la ley a los maximalistas”. (NR Los sucesos fueron en la noche del 6 de noviembre, fecha del calendario
gregoriano).
Continúan
los titulares en los siguientes días: La censura no permite conocer los
detalles. “Esta noticia- la captura de Kerensky-no se ha confirmado porque se
guarda suma reserva en círculos oficiales”; se lo acusa de alta traición a la
patria. No se sabe si Rusia seguirá o no en la guerra o si negociará por
separado, hay versiones en ambos sentidos.
Desmienten
anteriores noticias, Kerensky logró fugar y se ordenó su captura por
“cualquiera de las autoridades del país” y se juzgará severamente a quienes
oculten información sobre él. Varios ministros y funcionarios son apresados por
el delito de traición a la patria.
“Petrogrado,
11, Hoy a la una de la madrugada se reunió la asamblea extraordinaria habiendo
sido elegido presidente (Lev) Trotsky
(NR por alguna razón no aparece su nombre).
El gobierno declaró que debía procederse al arministicio con los beligerantes y
abocarse al estudio para la solución de la crisis económica”. Trotsky, aparece
en varios despachos del corresponsal, poco el de Lenin (NR que aparece como Lenine y tampoco con nombre propio) y no sale Yosef
Stalin.
Gabinete
maximalista: Presidente Limore, Relaciones Exteriores Trotsky, Interior Rixkoff;
Hacienda Suvortzff; Obras Públicas señora Kollonty. El Comité de Guerra y Marina
lo conformarán Orsaiskoff, Trylenko y Bebenk.
Ese
mismo 11 “Moscú en poder de los revolucionarios” en forma pacífica. Korniloff
huyó. El nuevo gobierno proclamó: 1, ofrecimiento inmediato de la paz
democrática; 2, transferencia de las grandes propiedades territoriales a los
campesinos de Rusia; 3, transmisión de toda autoridad a favor del soviet; 4,
convocatoria honorífica a la Asamblea Constituyente.
Los
soldados revolucionarios debían vigilar a los oficiales y cualquier movimiento
sospechoso.
El 12 se informó
que Kerensky habría vuelto a Petrogrado al mando de soldados traídos del frente
de batalla, consejo de soldados obreros asume mandos en la flota en el mar
Báltico, comunicaciones ferroviarias fueron cortadas entre Petrogrado y las
ciudades del interior. La agencia Havas asegura que Kerensky triunfa y que ha
derrotado a los “maximalistas”. “Los rebeldes se retiraron en medio del más
completo desorden, en grupos diseminados y aterrados por la poderosa reacción
que se ha dejado sentir”.
Kerensky
contó que el día 6 en la noche, cuando se produjo el movimiento revolucionario,
él había fugado al cuartel general y que tenía más de 200 mil soldados con él.
“Los maximalistas se consideran ya como derrotados puesto que han abandonado
esta plaza (Petrogrado) y otras ciudades principales.”
Los
cosacos están combatiendo a los “boliavikystas” (NR nombre que aparece en vez de bolcheviques). Telegramas
especiales para “El Diario” por diferentes vías, informan que los maximalistas
retroceden, Korniloff triunfante en Moscú y Kerensky en Petrogrado.
Declaraciones de Lenning (Lenin).
Acusan a alemanes de intervenir en el conflicto ayudando a los revolucionarios
para lograr la paz separada. “Se ha comprobado plenamente” las acciones de
agentes secretos.
A partir
del día 16 las noticias se concentran en la “contra revolución en Rusia” y la
fuga de los revolucionarios de varias plazas, en “completo desorden”. Los
embajadores de la Entente sólo reconocen a Kerensky. Se anuncia “el exterminio
completo de la Guardia Roja que era la que principalmente sostenía a los
maximalistas”. “El populacho ha arrancado todas las proclamas que fueron
colocadas en las paredes”.
Londres,
16, la agencia Reuter ha trasmitido que sabe positivamente que Kerensky tiene
el control absoluto de Petrogrado. Los maximalistas se sostienen en una pequeña
parte de los alrededores.
Aparece
la palabra “leninistas”, acusados de “iniquidades” en Moscú. El 19 se asegura
la detención de Lenine y que el Sóviet está dispuesto a retirarse. A la vez hay
incendios en varias partes de Petrogrado y los cosacos “siembran terror en la
región norte donde aún se mantienen algunos revolucionarios”. Se habla de
guerra civil, con cadáveres en las calles que nadie recoge, de la falta de
alimentos en las capitales, la destrucción del Palacio de Invierno y de acciones
de la Guardia Blanca en Moscú, que luego será desarmada.
El corresponsal
de Reuter reiteraba que la revolución terminó con la huida de los rebeldes, “que
sólo quieren garantías personales”.
Sin
embargo, también se informó que las noticias son contradictorias, la guerra
internacional ocupa más interés y las noticias desde Rusia vuelven a ser
escasas.
Los
cinco ministros maximalistas renunciaron porque los leninistas habían exigido
un empréstito de quince millones de rublos que fue negado y por ello arrestaron
al director del Banco.
El
asunto más urgente parecía ser qué pasará en el frente ruso y si Rusia firmará
la paz por separado. Estados Unidos no reconocía las proposiciones pacifistas que
haga el gobierno maximalista de Rusia “porque dicho gobierno no tiene personería
alguna”. El 28 se anunció oficialmente que generales rusos pasaron al campo
alemán para ajustar la firma de la paz. Kirlenko ordenó la inmediata cesación
de hostilidades en el frente ruso. “Los alemanes han fijado el 2 de diciembre
para el inicio oficial de las negociaciones de paz, a raíz de la declaratoria
de armisticio.” Austria apoyaba, protestaron los jefes de las misiones
militares de los países aliados. El 17 se anotó que “a las dos de la mañana ha
entrado en vigencia el armisticio firmado entre Rusia y Alemania”.
Una fotografía muestra a la
oficialidad de los cosacos, la “famosa caballería” que defendió a Kerensky.
También se conoció de un movimiento monárquico que quería volver al régimen
anterior.
A fines
de noviembre comenzaron las elecciones para la Asamblea Constituyente, que “se
ocupará exclusivamente de las negociaciones de paz”. Seguía la confusión sobre
quién gobernaba Rusia. El cónsul norteamericano informó que en Tilfis se había
constituido el nuevo gobierno conservador. “Toda la guarnición de Petrogrado se
ha unido a los maximalistas”. “Del cuartel general del ejército se comunica que
se ha resuelto formar un gobierno representativo de todos los partidos”.
El 1 de
diciembre los maximalistas, socialistas y revolucionarios anunciaron la organización del nuevo gobierno de la
nación, con la base de un consejo del pueblo que “comprendía a cien delegados
especiales de diferentes instituciones, debiéndose acordar entre todos las
formas y manera de la organización de un gobierno democrático-representativo”.
Sin
embargo, a mediados de diciembre, con el recrudecimiento de la guerra civil,
los maximalistas disolvieron esa Asamblea por considerar que había en ella
elementos contrarios a la política pacifista del gobierno. La nueva Asamblea contaba
300 miembros, de los cuales 160 eran revolucionarios socialistas, y otros
maximalistas, 13 cadetes y sin filiación.
Al poco
se anunció el arresto de Kerensky. En las elecciones para la Constituyente han
triunfado los “bolsevikistas” (021217), pero aún hay declaraciones de un lado y
de otro atribuyéndose la vocería del gobierno oficial. Los representantes
maximalistas a la Asamblea Constituyente son Lenine y Trotsky y posiblemente
Kollontay. De parte de los demócratas se comprende a Millouk y Rodicheff. Trotsky
se encargaba de enviar cartas a embajadores y d buscar el reconocimiento al
gobierno del Sóviet de Petrogrado. También será encargado posteriormente (20 de
diciembre) de tratar la paz general.
Se
desató abiertamente la guerra civil y hubo informes de combates en las calles
de Moscú y de otras ciudades, combates en Crimea, en Ucrania. Se cerraron los
bancos y se confiscaron bienes a la Iglesia. Derrotaron a los maximalistas en
Odessa. El traslado de la familia zarista preocupaba a la opinión mundial, se
temía por sus vidas. No prosperó la posibilidad de salir a Alemania, donde
podrían ser recibidos por el Kaiser, pariente de la zarina.
“Pradva”
informaba de los hechos en diferentes lugares. Combates, hambruna, confusión, destrucción
de líneas ferroviarias y la progresiva desmovilización del ejército ruso son
las noticias del último mes del año. (NR,
es curioso que se nombre a Pravda, el periódico fundado por Trotsky en Viena
pues estaba censurado desde las revueltas de julio y el órgano oficial
bolchevique era Camino Obrero).
En
vísperas de la Navidad, Trotsky participaba sobre las negociaciones para la
paz. Desde Petrogrado se adelantó que Lenine “ha sido intimado a abandonar la
ciudad” y que habría sido capturado. Al finalizar el año, los “maximalistas denuncian
que la revolución que sustentan bajo diferentes “ideales y pretextos tanto por
parte de Lening como de Trotsky, no es más que una traición a la democracia de
Rusia”.
Por otra
parte, los maximalistas y los socialistas revolucionarios convivieron en formar
un gobierno de coalición, “adaptando para el caso las proposiciones de paz que
señalen los maximalistas”. Estos pidieron a Alemania que asistieran los
socialistas alemanes a las negociaciones para poder continuar. El 29 se publicó
en primera plana las seis bases principales para la paz en Europa.
GOLPE EN BOLIVIA
El
miércoles 5 de diciembre de 1917, poco después de la posesión del gobierno de
José Gutiérrez Guerra, grupos disidentes intentaron un golpe de estado contra
el flamante gobierno.
Se
declaró el Estado de Sitio, aunque se dieron garantías para el normal
funcionamiento del Congreso.
Los
periódicos, casi todos partidarios o afiliados directamente a alguna fracción,
dedicaron sus páginas a las denuncias contra los sediciosos o a defenderlos, a
difundir la lista de muertos, de heridos, de apresados, de exiliados. Acusaron
al “célebre Bardina” un anarquista catalán de ser el autor de la propaganda
sediciosa.
La
política local volvió a ser el tema más importante y la lectora de Sopocachi
conoció menos sobre los sucesos de Rusia y entendió menos qué realmente
significaba todo el poder para los sóviets y cómo influiría todo en su barrio y
en su nación.