23042024
El largo régimen del Movimiento al Socialismo (MAS) eligió mal sus amistades.
Las consecuencias negativas no sólo afectan al (No) Estado Plurinacional de
Bolivia, sino al futuro de los habitantes de este territorio. No se trata de
simples anécdotas o falsificaciones históricas como se endilga a otros
gobiernos chapuceros en relaciones externas (vr.gr. Mariano Melgarejo). En este periodo 2006-2024, el desgaste se
evidencia con los discursos, las votaciones y las obediencias a otros
poderosos.
Evo Morales Ayma, tan orgulloso, incluso soberbio, frente a otros actores como
los indígenas del TIPNIS, aceptó cabeza gacha que lo luzcan como “el indio del
sur”, el trofeo del Socialismo Siglo XXI. La prensa registraba las palabras,
los abrazos paternalistas y la forma en la cual Hugo Chávez humillaba al
mandatario boliviano. Caracas mantuvo en todos estos años esa actitud de mandar
a los que considera sus súbditos. El rol de sus embajadores, de los empresarios
chavistas, de las imposiciones en programas sociales, se convirtieron en un
reflejo perverso.
Fidel Castro era amigo de Morales y Evo lo admiraba. Eso se tradujo en una
presencia de los diplomáticos cubanos en la toma de decisiones que deberían ser
soberanas de un estado. Sobre todo, en la primera etapa, los cubanos mandaban
en la estructura del canal estatal o en las avanzadas de seguridad donde
Morales llegaría. Jamás “el indio del sur” reclamó el nivel de intromisión del
poder bolivariano.
Injerencia que se deberá investigar en su momento porque implicó la presencia
de tropas, de espías, de redes siniestras. La indagación de los sucesos de 2009
en el Hotel Las Américas es sólo una primera página.
Luis Arce Catacora, David Choquehuanca y los ministros de relaciones
exteriores, además de las representaciones en organismos internacionales,
obedecen lo que instruyen los países del ALBA. En algunos casos muy dramáticos
como durante la guerra interna en Siria.
Arce copió las compras de su amigo peronista Alberto Fernández de la vacuna
rusa contra el Covid 19, a pesar de que el gobierno de Jeanine Añez ya tenía
gestionada la donación europea gratuita de inyectables validados. La historia
de las Sputnik fue un dolor de cabeza para muchos y ahora también para el
propio gobierno, con sus cuentas impagas.
La obediencia a las líneas de Moscú ha llevado al Estado Plurinacional a
respaldar la invasión a Ucrania que afecta fuertemente la economía nacional.
Las repetidas explicaciones del abogado Rogelio Mayta para intentar justificar
las votaciones bolivianas eran tan insostenibles que rozaban el ridículo.
La amistad con la Rusia de Vladimir Putin no ha traído beneficios para el
pueblo boliviano y contradice el ideal de los países no alineados. Se convierte
en altamente peligrosa cuando además se habla de asuntos geopolíticos, bélicos,
nucleares.
Aún más grave es la presencia iraní en Bolivia que toca áreas altamente
sensibles. Irán inventó un canal masivo de comunicación para su amigo Evo. Abya
Yala no es boliviano. El límite de la libertad de expresión es la soberanía de
una nación. Jamás una potencia extranjera financió un medio de masas en la
historia de Bolivia.
En el hospital iraní primaba una vestimenta extraña a los “usos y costumbres”
del pueblo aimara. El actual régimen iraní representa lo contrario de la
tradición libertaria boliviana, empezando por los cabellos sueltos frente al
velo impuesto como mordaza. La Asamblea Legislativa no ha investigado realmente
qué hace esa delegación diplomática, cuántos funcionarios tiene, donde se
mueven, por qué, cuáles son sus hojas de vida.
Estas amistades rompen el centenario comportamiento boliviano de no agresión a
los países vecinos. A pesar de las guerras que enfrentó la república desde hace
dos siglos, Bolivia fue una nación pacifista y en su momento vanguardia en las
votaciones antiimperialistas y anticolonialistas en Naciones Unidas.
Los partidos y coaliciones de oposición deberían expresar claramente su postura
frente a la invasión a Ucrania, respaldar la desigual lucha de ese país que
entrega vidas para defender la libertad en el mundo. ¿Por qué tanto silencio?
Hasta el papa Francisco, a veces tan peronista, se equivoca pidiendo a Kiev la
rendición. Rusia ha conseguido poner sus fichas en América Latina, aunque el
tablero ya no sea tan firme. Bolivia está a tiempo de buscar sus propias
posturas según convengan al país y no a un grupo de amigos que se contentan con
viajes, brindis y abracitos.