viernes, 23 de diciembre de 2022

BELÉN, EL PESEBRE SIGUE ASEDIADO

 

            Mientras gran cantidad de hogares cristianos encenderán velitas de colores y cantarán felices al Niñito Dios, los habitantes de Belén siguen asediados por Israel. La famosa aldea donde comenzó la Navidad vive bajo el hostigamiento permanente, como padece toda Cisjordania, Gaza y cada milímetro palestino.

            Betlahem está ubicada a nueve kilómetros al sur de Jerusalén, casi la distancia entre San Francisco y El Alto, en La Paz. Desde 1995 se encuentra administrada por la Autoridad Palestina o Estado de Palestina. Los lugares más sagrados son cuidados por los franciscanos. San Francisco de Asís fue el primero en recordar con un pesebre, en cada solsticio de invierno (verano en el sur) el nacimiento del Dios convertido en hombre.

            Belén podría ser una encrucijada de la paz mundial, el lugar de la esperanza en la humanidad, el sitio de la reconciliación y del abrazo fraterno. En vez, es otro territorio ocupado ilegalmente por el Estado de Israel desde 1967.

            Israel, a través de sucesivos gobiernos, no deja que la cuna de Jesús se desarrolle como otros pueblos. Al contrario, cada vez las noticias son peores. Israel consigue avanzar con sofisticados métodos de avasallamientos, construcción de casas, cercos a los habitantes; es otra forma de “limpieza étnica”.

            Bajo el pretexto del terrorismo, que los propios israelíes fomentan al no dejar alternativas a los palestinos, las tropas ahogan diariamente la vida cotidiana de miles de habitantes de los territorios palestinos. Aunque el cuidado de la iglesia de la Natividad está en otras manos, Israel contrala el ingreso a la ciudad y los visados para los peregrinos.

            Este 2022, el gobierno de Tel Aviv ha sido responsable de sucesivas muertes de palestinos adultos, de niños, de reporteros, como el lamentable caso de Shireen Abu Akleh. Siempre presenta una excusa por la “confusión”.

            Las noticias del terrorismo de Estado que ejerce Israel controlando las actividades de millones de palestinos, la falta de empleo, las dificultades de locomoción, el escaso acceso al agua, no se difunden porque hay siempre una barrera. El escudo del “antisemitismo” condena a todo crítico de las políticas de este país. La propiedad interesada de muchos medios de comunicación con alcance mundial interfiere la mayor publicidad de estos sucesos.

            Sin embargo, el mundial de fútbol en Qatar mostró que la lucha libertaria palestina no está aislada. Los jugadores de notables selecciones, como la de Marruecos, exhibieron la bandera palestina. El gobierno israelí no pudo ocultar su enojo y su preocupación por no tener espacio en esa cita de emociones.

            Miles de espectadores corearon canciones para la liberación de Palestina en los estadios. El momento fue aprovechado para difundir por las redes sociales imágenes que delatan la represión israelí y la muerte injustificada de habitantes en los territorios ocupados.

            La respuesta de Israel fue adelantar un nuevo tipo de represión. El apresamiento de personas sin presentar cargos. El caso más indignante fue el de Salah Hamouri, abogado palestino con ciudadanía francesa. Él ayudaba a presos palestinos. Fue apresado sin ninguna acusación, situación calificada por el gobierno francés como “contraria al derecho”.

            Las autoridades israelíes anunciaron que con esas formas sin atender ninguna resolución de los organismos mundiales ni las denuncias de defensores de derechos humanos.

           

 

viernes, 16 de diciembre de 2022

PABLO MURIÓ EN MADRID

 


            “Amo esta isla, soy del Caribe. Jamás podría pisar tierra firme porque me inhibe” repetía el cantautor cubano Pablo Milanés en muchos de sus multitudinarios conciertos. “No me hablen de continente”, seguía la letra de esta canción, una de las muchas que compartió con Silvio Rodríguez de la inigualable Nueva Trova.

            ¡Qué triste debió ser para él y para su familia morir en Madrid este 22 de noviembre, lejos del mar! Milanés prefirió la tierra firme que le ofrecía libertad de conciencia y libertad de expresión después de su creciente desencanto de la Revolución Cubana. La biografía del poeta no puede ser separada del hombre que padeció física y espiritualmente la hostilidad del régimen comunista.

            Milanés reconoció siempre los saldos positivos del gobierno instaurado en 1959, sobre todo por la superación del racismo y las oportunidades para los pobres. Él nació en Bayano en 1943 y se trasladó a La Habana con sus padres. Ahí estudió música.

            En los años sesenta se sentía revolucionario, pero su pensamiento crítico no dejó de manifestar sus opiniones contra los excesos del castrismo. Eso le valió, junto a Silvio Rodríguez, ser enviado a un campo de trabajos forzados. Bajo el nombre de “Unidad Militar de Ayuda a la Producción” (UMAP), se escondía un centro para tratar a quienes expresaban alguna opinión contra los “ideales revolucionarios”.

            Ahí fueron encerrados intelectuales, artistas, religiosos, homosexuales. El sistema quería “reeducarlos”. Milanés contó posteriormente lo que significó para un joven ser humillado y maltratado. Según se conoce, a pesar de los tratamientos para doblegarlo, Pablo resistió. No así Silvio, quien no se atrevió a cuestionar a Fidel; más bien escribió loas y luego sirvió con sus conciertos para apoyar a otros gobiernos autoritarios.

            A inicios de los años noventa, después de la caída del muro de Berlín y con la tímida apertura en Cuba, Pablo intentó invertir sus ganancias en una fundación musical, pero no lo dejaron. Se hizo público el alejamiento del poeta de antiguos colegas y de la burocracia cultural de su país.

            Milanés no dudó en respaldar con fuertes palabras al Movimiento San Isidro en 2021 y a los nuevos jóvenes, que como él en los años sesenta, quieren decir sus propias palabras con sus propios pensamientos. Su voz se levantó altiva para dar a conocer al mundo que la represión usaba los mismos argumentos de antes acusando a los chicos de subversión.

            Aunque Silvio y otros artistas consagrados han expresado también su molestia contra el masivo sistema de espionaje y el encarcelamiento de manifestantes queda la duda sobre la sinceridad de esas declaraciones. Aparentemente, La Habana quiere mostrar que hay apertura, incluso para filmar temas controvertidos.

            Milanés murió con la tristeza de perder a su sucesora, la cantante Suylen Milanés a inicios de este 2022. Suylen era gemela de Liam y una de las tres hijas que él tuvo con la famosa “eternamente” Yolanda Bennet. Ella fue compañera de uno de los hijos de Ernesto “Che” Guevara y por ello Milanés y el Ché compartían una nieta.

            Cada una de sus cuatro esposas, de sus siete hijos y de sus nietos fue fuente de su inspiración, para deleite del mundo entero. Pablo Milanés será recordado siempre como el autor de canciones que corearon amigos de uno y otro lado de las ideologías. Representó un momento de utopías en América Latina.

            Su última gira en La Paz mostraba sus dificultades con la altura. Sin embargo, como siempre, dio lo mejor de sí mismo, mientras la gente correaba cada uno de sus versos: “Te amo, te amo… eternamente te amo…”.

           

 

             

martes, 13 de diciembre de 2022

LA MARCHA DE LOS CAMBAS DESCALZOS

 

            En estos días se hacen recuentos de batallas localizadas en las tierras bajas de Bolivia. Sin embargo, no se nombra la gran gesta de 1990, la Marcha por el Territorio y la Dignidad. Originarios de la llanura consiguieron convencer al país sobre dos asuntos centrales para el futuro de todos los bolivianos: la necesidad de convocar una Asamblea Constituyente y la urgencia de defender los bosques, afectados por el negocio maderero y el creciente tráfico de drogas.

            Esa protesta se originó en territorios que hasta entonces habían tenido esporádicas experiencias de reclamos sociales, con poca repercusión nacional. Los indígenas de las llanuras caminaron hasta tocar la puerta del poder central. Sin dañar a nadie, su sacrificio les costó solamente a ellos: llagas, enfermedades, pérdidas, abandonos.

            Mientras ascendían por sierras y montañas, decenas de bolivianos de toda condición étnica y económica se adhirieron a su compromiso. Así la larga hilera de descamisados se aproximó a las alturas. Sin plantear ultimátum a otras personas, sin poner plazos a otros movimientos sociales, consiguieron el respaldo nacional.

            Al llegar a las cumbres nevadas, a casi 5.000 m.s.n.m., pobladores andinos de poncho y ojotas los recibieron con abrazos, músicas y flores en una de las escenas más conmovedoras en mis 40 años de periodista.

            La historia de las marchas de Oriente hacia Occidente tuvo varios capítulos hasta 2011. La defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure denunció al mundo el desmantelamiento de las áreas protegidas bolivianas. Mostró la impostura de los discursos. Los represores fueron premiados con cargos internacionales.

            Ese método heroico y democrático tuvo su antecedente en la epopeya de los trabajadores mineros que partieron desde sus centros de trabajo hacia La Paz en agosto de 1986. La dolorosa Marcha por la Vida fue la despedida del glorioso movimiento del proletariado ilustrado. Una experiencia bordada por mártires y héroes anónimos. Fue abortada con las amenazas de bombardear a la masa concentrada en Calamarca y con un gran despliegue de militares y tanquetas.

            Mientras, en Santa Cruz de la Sierra, un grupo de estudiantes o recién egresados de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno decidió llamar la atención de sus paisanos sobre lo que pasaba con el despido masivo de mineros. Con la llamada “Marcha de los Cambas Descalzos” buscaron sentirse parte de Bolivia desde una región generalmente indiferente con las luchas sociales de otros lares.

            Quiero recordarlos porque fue ese el gran momento para reflexionar al país desde la región en clave de democracia: Pedro Cajías de la Vega, paceño, hijo y nieto de cruceños, benianos, migrantes europeos y con una larga estirpe relacionada con allegados de Ñuflo Chávez en el siglo XVI; Alejandro Colanzi, abogado, cruceño descendiente de italianos y cambas, quien este mes fue declarado Doctor Honoris Causa en la Universidad Cristiana por su trayectoria humanista; Humberto “Beto” Costas, hermano de Rubén, de largas raíces orientales y consecuente combatiente contra los abusos; Oscar Ruiz, igualmente comprometido con lo social; Jorge Arturo Valverde, hijo del líder falangista Carlos Valverde Barbery, joven pionero en la resistencia civil pacífica.

            Partieron desde la plaza principal de la ciudad hacia el santuario de Cotoca, acompañados por casi un centenar de religiosos y laicos, en pleno estado de sitio. Descalzos. Sin afectar a nadie con su protesta simbólica. Caminaron sin tregua hasta la tarde. Una misa, un sacerdote y una bendición. Las lágrimas por la impotencia eran más dolorosas que los pies destrozados.

            En todas esas movilizaciones pacíficas, la presencia de la Iglesia Católica y de otros creyentes fue fundamental. Monseñor Jorge Manrique evitó la masacre entre Sica Sica y Patacamaya, cuyos preparativos me tocó escuchar cuando los militares nos detuvieron a un sacerdote, una embarazada, un profesor y a esta periodista por ayudar a los marchistas.

            Tal como registró Jorge Sanjinés, en cada tramo, con los primeros celajes del alba, encabezaba la despedida minera un hombre cargado con una enorme cruz; atrás iban como vanguardia las amas de casa mineras, varias embarazadas, como las mujeres que acompañaron al Nazareno en su último recorrido terrenal.

            Obispos del Beni y de Santa Cruz bendijeron las partidas de los guaraníes, mojeños, trinitarios, chimanes en el día dedicado a la Virgen Asunta, en sucesivos 15 de agosto para que esa Madrecita los cuide.

            Fieles seguidores del Evangelio acompañaron a los cinco cambas descalzos. Su sacrificio no detuvo la implementación del modelo acuñado en el D.S.21060 pero abrió profundos cauces para que los habitantes de Santa Cruz, más allá de la Plaza 24 de Septiembre, se comprometan con las luchas sociales en otros extremos de la patria.

viernes, 2 de diciembre de 2022

El (NO) ESTADO PLURINACIONAL RESPALDA AL ESTADO TERRORISTA

 

            Una mayoría abrumadora de diputados europeos aprobó esta semana una resolución que declara a Rusia como un país terrorista por sus acciones contra la población de Ucrania. Rusia es un “estado patrocinador del terrorismo”. Vladimir Putin ordenó los bombardeos y ataques contra hospitales, escuelas, barrios civiles, campesinos, causando la muerte o heridas de miles de ciudadanos pacíficos, entre ellos cientos de niños.

            Los parlamentarios de diferentes partidos y orientaciones ideológicas denunciaron las permanentes actividades de los militares rusos contra civiles desarmados, violando el derecho internacional. Rusia, subraya el documento, es un “régimen terrorista como consecuencia de la destrucción deliberada de la infraestructura civil y el asesinato masivo de civiles ucranianos con el objetivo de eliminar al pueblo ucraniano”.

            Los eurodiputados se suman así a millones de voces que condenan la invasión de Moscú contra un país vecino. Además, denuncian que sus acciones equivalen a crímenes de guerra.

            Los soldados rusos demostraron ser cobardes. Han destruido sistemas de energía eléctrica y de agua potable para condenar a la población a enfermedades y muertes en medio del invierno. No pudieron ganar a las tropas ucranianas en el terreno, cara a cara. Ahora disparan misiles desde la comodidad de un avión.

            Sus antepasados usaron el invierno como estrategia guerrera exitosa contra Napoleón y contra Hitler. La gran diferencia es que esos pasados siglos Rusia era la invadida. Hoy la Federación de los mercenarios de Wagner es la invasora.

            ¿Qué culpa tiene un recién nacido que acaba de morir este día, mientras escribo esta nota? Veo además la imagen detrás de un vidrio astillado de un pequeño que ha perdido a su familia sin entender por qué y para qué.

            Rusia rechazó la condena acusando a “estados inescrupulosos” de inmiscuirse en los asuntos internos de ese país. ¿Acaso invadir a Ucrania y provocar la crisis mundial más peligrosa desde 1945 es un asunto interno?

            Sin embargo, el señor Rogelio Mayta defiende al usurpador, representado en Bolivia por Mikhail Ledenev. Ledenev visita distintas ciudades bolivianas ofreciendo proyectos y apoyos, sin que ningún periodista lo encare.

Mayta, intenta justificar las votaciones del (No) Estado Plurinacional con discursos estrafalarios. Suele hablar de la Guerra Fría, de los enfrentamientos ideológicos de décadas pasadas, de las perversidades de Estados Unidos contra Latinoamérica, de los sufrimientos en los años 60 para explicar por qué su gobierno no condena la invasión rusa. En pocas palabras, si Washington invadió la República Dominicana o Panamá, Rusia puede hacerlo.

            La Cancillería del (No) Estado Plurinacional es una vergüenza, por su ignorancia, por su dependencia de intereses foráneos y porque ha terminado de aislar al país del conjunto de las naciones más democráticas. Respalda las atrocidades de la pareja asesina Ortega Murillo en Nicaragua, la represión contra jóvenes en Cuba, el exilio masivo de venezolanos expulsados de su patria, la violencia contra las mujeres iraníes, los desmanes de los dictadores africanos y los excesos chinos.

            Los habitantes de Bolivia sumidos, como casi siempre, en sus problemas domésticos, no suelen preocuparse por lo que sucede en el resto del mundo. Sin embargo, es ese mundo externo el que nos carcome sigilosa y vertiginosamente.

NOS SUICIDAN

 

            El suicidio es uno de los misterios más densos de la humanidad. ¿Por qué alguien elige apresurar su despedida de este planeta para volar a lo desconocido? Algunos opinan que es un acto muy valiente; otros creen lo contrario, que es una decisión para no enfrentar los desafíos de la vida. El suicidio también puede ser una imposición como recuerda la filosofía la muerte del maestro Sócrates. Clavarse un puñal o tomar un veneno puede ser unpacto, como el de los más famosos amantes: Romeo y su Julieta. Un ritual de protesta profunda, como la decisión del escritor Mishima, magníficamente descrito por Marguerite Yourcenar. O puede reflejar una derrota como el harakiri japonés.

            Nadie se atreva a juzgar a un suicida ni a su entorno. Son las preguntas del absoluto.

            Sin embargo, el suicidio colectivo suele estar relacionado con crisis sociales profundas. Se dice que las poblaciones originarias de este continente murieron en los primeros años de la brutal conquista ibérica no tanto por las armas o por sus divisiones internas, sino por el desgano vital. ¿Para qué vivir en un mundo que había dejado de ser la creación de los dioses? La historia de la humanidad está llena de tristes ejemplos.

            En el mundo moderno, uno de los casos más impresionantes fue el suicidio colectivo de un centenar de jóvenes influidos por drogas y sermones en la secta de Jim Jones en la Guyana. Hace poco, adolescentes yazidíes optaron por lanzarse desde las rocas para evitar caer en manos enemigas.

            Curiosamente hay más suicidios en ciudades impolutas suecas que en los empobrecidos barrios de Caracas, Managua o La Habana.

            En el caso boliviano, desde el 2010, el gobierno del Movimiento al Socialismo determinó el suicidio lento pero impecable e irreversible de los habitantes de Bolivia y de las futuras generaciones, desforestando la selva del norte y quemando los bosques del este, hasta el Chaco. Nos suicidan.

            Abrir la carretera en el núcleo del TIPNIS fue mucho peor que solamente cumplir con un acuerdo con el presidente Luis Ignasio da Silva o ampliar el territorio para la penetración de los cultivadores del circuito coca cocaína.

            La continua afectación del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure fue el inicio de la política diseñada por el (no) militar defensor de la patria Juan Ramón Quintana y un amplio lobby de intereses externos. Fue el comienzo de la destrucción sistemática, sin pausa y sin control, de la riqueza de los recursos naturales nacionales.

            El futuro asilado sin que nadie lo persiguiera se ocupó en varias oportunidades de relacionar la defensa de la Amazonia con la amenaza del imperio, mientras destruía la armonía ancestral en Beni y Pando.

Fue en época del presidente Germán Busch cuando se firmaron los primeros protocolos de protección a parques nacionales. Los héroes del Chaco conocían al país profundo y comprendían la importancia de los distintos pisos ecológicos que tenía Bolivia. En los años cincuenta, comenzaron a aparecer textos de estudiosos nacionales y extranjeros para difundir esas experiencias que antes eran apenas intuiciones. Max Césped, Martín Cárdenas, Jhon Murra, son algunos nombres que deberían leer los gobernantes.

            Al contrario, el MAS, en la más grave de todas sus imposturas, ha violentado a la Madre Tierra en cada uno de sus espacios más preciados. La ha violado y mancillado en extremos irreversibles. La persecución a guardaparques, la entrega de los servicios en los territorios protegidos a militantes ignorantes de la temática, las autorizaciones a cultivadores de coca ilegal, son asuntos que deberían preocupar más a la opinión pública.

            Paralelamente, el (No) Estado Plurinacional entregó la explotación de oro a chinos y a bolivianos interesados en el pronto enriquecimiento sin ningún compromiso para respetar mínimas normas y la propia Constitución de 2009.

            La mayoría de los menores en poblaciones indígenas amazónicas presentan rastros de mercurio en su cuerpo, incluso en sus cabellos. El gobierno no atiende a los estudios sobre el tema, ni siquiera a voceros de gobiernos europeos y de entidades internacionales que están alarmados.

            Pocos medios llegan hasta las orillas del país. El 90 por ciento de periódicos, radios y canales está ocupado en reproducir declaraciones de políticos alrededor de la plaza Murillo.

            Mientras, el MAS nos suicida y suicida a nuestros hijos y nietos.

 

LOS MIGRANTES

 


            En la intensidad de los conflictos de estas semanas, la prensa y las redes sociales registraron discursos y declaraciones cercanas a la estupidez, además de los tonos insolentes contra una u otra colectividad y la revelación de subjetividades racistas, xenófobas. En el fondo, ignorancia –mucha ignorancia- y complejos internos.

            Entre la colección de esas palabras, un vocero aseguró que deberían salir del país aquellos que tienen apellidos extranjeros (¿cuáles serán los apellidos autóctonos?) y aquellos que llegaron como refugiados por la Segunda Guerra Mundial. Asombra el acostumbrado silencio cómplice de los responsables de ministerios y oficinas que deberían proteger la dignidad de todos los que habitan en Bolivia.

            Aparentemente, el locuaz orador no padeció el exilio que tocó a cientos de bolivianos, particularmente desde 1952 a 1982 y desde 2006 a la fecha. Bolivianos que encontraron manos amigas, solidaridad, trabajo, amor y cuna para sus hijos. Algunos, los más tercos, retornaron a la Madre Patria por esa fe que le tienen, a pesar de tantas desilusiones. Muchos dejaron sus huellas y sus huesos en tierras lejanas.

            Al igual como Bolivia abrió sus brazos a los perseguidos por causas ideológicas, religiosas, políticas o por pertenecer a una etnia, México, Caracas, Estocolmo, Berlín, París, Milán recibieron a los bolitas.

            Con la crisis de la deuda, otros cientos de bolivianos se sumaron a la migración latinoamericana motivada por causas económicas. Les tocó conseguir papeles, cruzar fronteras clandestinas, inventar visas, llegar hasta Los Ángeles, Madrid o Valencia. Algunos llevaron experiencias y títulos universitarios, otros sólo su fuerza de brazos, algunas sus vientres de alquiler.

            ¿Qué haría el (No) Estado Plurinacional si los países expulsan a los millones de bolivianos que ocupan los mercados argentinos o los talleres en Sao Paulo? ¿Podría contarles el próximo censo?

            El asunto de la migración es mucho más complejo, tiene varias orillas, y se mueve de un lado a otro. Los migrantes se animan a cruzar montañas, a empezar de la nada, a vencer la canícula o los inviernos más duros, los mares y los idiomas.

            Desde siempre han representado una interrogante, un odio y un amor. Lo cierto es que los países o las ciudades que optaron por tener políticas migratorias abiertas ganaron con los recién llegados. El ejemplo histórico más notable es Estados Unidos y Nueva York; entre nuestros vecinos, Argentina y Buenos Aires. Alemania y Berlín también lo saben. Panamá hace de la migración multirracial una de sus principales fortalezas.

            La llegada de migrantes europeos a Bolivia, principalmente entre las guerras mundiales transformó al país y el saldo del haber es superior a las consecuencias negativas. Es imposible imaginar la vida cotidiana sin esa contribución. Las factorías urbanas y la agroindustria se nutrieron de esas sangres, de esos conocimientos y de esos esfuerzos. Sin olvidar otros arribos como el aporte de los japoneses o los menonitas.

            Al contrario, la violencia del discurso antisemita de dirigentes nacionalistas en los años 50; las agresiones a inversores entre esos años y los periodos de inestabilidad política alejaron a familias que ya tenían a Bolivia como su nueva tierra.

            En esta década, la experiencia de un inversor judío, asaltado desde las propias estructuras estatales, asustó a quienes querían fundar empresas en Bolivia.

            Lo paradójico es que, al mismo tiempo, el (No) Estado plurinacional y sus voceros permiten que otro tipo de extranjeros, como son las empresas chinas irregulares, destruyan bosques, envenenen las aguas con mercurio y se lleven como contrabando desde dientes de jaguares hasta oro fino.

            Esa es la migración golondrina que debería preocupar a los parlamentarios, la que viene a saquear. A esos ambiciosos no les interesa formar familias, ni invertir en el país y mucho menos dejar en este suelo mejoras para la colectividad. Llegan, reparten coimas, se esconden detrás de testaferros, acumulan recursos naturales bolivianos y se van.

 

EL VERSO DEL GOLPE ATROFIÓ EL GOBIERNO DE ARCE

 

Hace tres años, el territorio boliviano fue base de una de las rebeliones ciudadanas más originales de su historia. Al menos no están registradas movilizaciones semejantes, ni contra los abusos incas, ni contra las intervenciones coloniales, ni contra los despotismos ilustrados o las dictaduras uniformadas.

Sin embargo, el gigantesco aparato propagandístico del socialismo caviar difundió ante el mundo que se trataba de un golpe de estado dentro de los nuevos formatos de intervención imperial. Así lo quisieron creer los miembros de los foros de San Pablo y de Puebla, a pesar de los contradictorios datos. Uno de los primeros voceros fue José Pepe Mujica, quien incluso explicó que el golpe estaba motivado por las ambiciones capitalistas sobre el litio boliviano.

No fue la única voz prestigiosa que se prestó al enorme sainete. También la prensa internacional fue muy bien engatusada o autoengañada: la derecha cruceña derrocaba al indígena defensor de la Madre Tierra. Los titulares de esos días mostraban el desconocimiento casi absoluto de las razones por las cuales la gente estaba en las calles; principalmente mujeres y jóvenes.

Recién cuando llegó un enviado especial, la Deutsche Welle, publicó notas con mayor indagación. Su anterior corresponsal repetía el discurso oficial o mantenía un silencio, que mereció la queja de los periodistas locales. O el caso patético de “El País” que reproducía artículos de un defensor del masismo. O ciertas radios de ongs, cuyas dueñas estaba más enojadas con Jeanine Añez por ser rubia y bonita, sin exponer otros razonamientos históricos.

Una buena parte de la base social del Movimiento al Socialismo (MAS) también aceptó la teoría de la conspiración. Después de la huida de Evo Morales en avión prestado por México, los grupos radicales amenazaron con guerra civil y con hacer volar refinerías y gasolineras en El Alto. Algo similar a lo que sucede actualmente en poblaciones cruceñas. Intentaron llevar el conflicto a niveles sangrientos, a masacres, para respaldar la pantomima con hechos.

La mayoría de los relacionados con las irregularidades previas y durante los comicios de 2019 se asilaron, incluyendo a un sorpresivo refugiado que era hasta ese momento, apenas era un director de un semanario y un fugaz ministro de gobierno. Nunca se ha indagado por qué se escondieron los miembros del staff de la agencia informática y gestores de los guerreros digitales y su violenta campaña de desinformación para provocar el miedo en las masas.

El desconocimiento del resultado de un referéndum y la candidatura inconstitucional era responsabilidad de Evo Morales y de Álvaro García Linera, del MAS, de determinados jueces y tribunos y del Tribunal Electoral, no de los militares. La valentía de Anez y de Eva Copa para respetar la sucesión constitucional desbarató sus planes.

El pecado de Jeanine fue su ingenuidad y su gestión de corrupción y de desaciertos, de quienes llegaron rápida y cínicamente a apoderarse de la protesta ciudadana con el objetivo de robar. Salvo contadas excepciones, el gobierno de transición fue una decepción. Gobernaron los que tenían el 4 por ciento del apoyo electoral. Dejaron la sensación que la oposición al MAS no sirve para la gestión de la administración pública.

El efecto boomerang cayó sobre los gobernantes que ganaron ampliamente las elecciones de 2020, pese a las irregularidades que existen desde hace una década. Los argumentos de golpe que reforzaron Iván Lima –desde adentro- y Héctor Arce –desde foros internacionales- atrofiaron para siempre el gobierno del binomio Luis Arce- David Choquehuanca.

Un régimen que tenía la fuerza para convocar a la reconciliación nacional en una sociedad polarizada, comenzó, siguió y sigue ahogándose en el texto del golpe. Ellos saben que es falso pues la movilización ciudadana fue contra las irregularidades electorales y la acumulación de abusos de Evo Morales.

Con ese antecedente, Arce tenía un amplio horizonte. La gente lo creía inteligente y previsor y no se nombraban las sombras de su gestión. Era el rostro de la clase media emergente. No era conocido como ministro agresivo. Había ganado con suficientes votos para demostrar a los evistas que el cocalero era prescindible. La comunidad internacional, más allá del vecindario chavista, le tendió la mano. Empresarios, industriales, académicos estaban expectantes.

Sin embargo, desde el nombramiento de ministros y otras autoridades como premio a sus bloqueos y violencias, ignorando a los bolivianos estudiosos, el naufragio estaba anunciado.

Como asignado por los juegos de los dioses, Arce decide exactamente lo contrario de lo que podría salvar su gobierno y su paso por la historia. Ceder puede ser ganar; imponer puede ser perder.