Terminé
mi anterior artículo recordando a poetas, músicos y actores que ayudaron a la
Humanidad en sus momentos más duros, especialmente en el último siglo. Así ha
sido siempre. A las pocas horas de enviar la nota al periódico supe del cierre
del Ministerio de Cultura.
Otra
ala rota. El gobierno presidido por Jeanine Añez intentó censurar las opiniones
ciudadanas hace menos de un mes; ahora arremete con otra área del pensamiento,
ligada además a la estética y a la creación.
Aquiles
existe porque existió un poeta llamado Homero. Los héroes son recordados más
por los versos de los juglares y las trovas que por sus batallas, o por sus
heridas. Antes de salir al combate, Alejandro Magno dijo al
pintor Apelex: “Tuya es la gloria”. Dibujar es un don solo permitido a los
seres humanos; las bestias también pelean.
Recuerso el 2000, cambio de siglo, cambio de alcalde en La
Paz. Juan del Granado asumió el cargo, en uno de los momentos más difíciles de
la ciudad. Muy lejos del esplendor del 900, la urbe se caía a pedazos en medio
de la corrupción y el dañino populismo condepista. Entonces, junto a sus
asesores, dio el mayor impulso al área de la cultura.
Normativa, presupuesto, más escenarios, festivales dentro y fuera de los teatros, concursos, premiaciones, publicaciones, enlaces con ciudades hermanas del continente y de Europa. Intercambio de artistas. Intercambio de saberes.
Normativa, presupuesto, más escenarios, festivales dentro y fuera de los teatros, concursos, premiaciones, publicaciones, enlaces con ciudades hermanas del continente y de Europa. Intercambio de artistas. Intercambio de saberes.
Eligió
colaboradores comprometidos como Walter Gómez, experimentado en el notable
Festival de Jazz, quien amplió la noción de cultura a culturas como
evidencia de una inclusión social y étnica.
Luis Revilla siguió y amplió esa huella; Andrés Zaratti la
elevó más, con una amplísima convocatoria y con la aprobación de leyes que
ayudan a los artistas, un orgullo para los habitantes de la ciudad y de su
montaña de luz.
Las muchísimas ofertas culturales en La Paz, desde el esplendoroso
Gran Poder, las mágicas Alacitas, el resistente Fitaz, la
multitudinaria Noche de Museos, o la original apertura sabatina en la
casona de Flavio Machicado (para que cualquier persona ocupe una
silla, disfrute la chimenea abrigada y escuche dos o tres piezas de música
clásica universal), no solo ayudaron al goce, sino a la autoestima
ciudadana, a la convivencia y al encuentro. Además, han sido fuente de ingresos
económicos, como ya experimentaron otras metrópolis, algunas en situaciones
amargas, como Medellín o Bogotá.
Cabe
decir que no vi a varios de los actuales ministros y asesores en estos
encuentros, en una exposición de pintura, en un festival de teatro, en un
concierto.
Quizás, no coincidí. Quizás, no
estuvieron.
Lo
cierto es que la cultura es una de las experiencias que mejor convoca a la sociedad
civil. Así lo vivimos cuando Carlos Carafa, con respaldo de la Cooperación
Suiza, organizó una gira extraordinaria de niños y jóvenes músicos, procedentes
de múltiples destinos del país, para construir patria. Aún recuerdo con emoción
una de sus presentaciones en el Teatro Al Aire Libre, cuando uno de esos
jóvenes, un violinista aimara, tocaba para una niña chiquitana.
También hemos sido testigos del poder para construir
nación a través de la música, de la mano de Piraí Vaca, cruceño que en cada una
de sus presentaciones nos habla a todos como bolivianos, desde su entrañable
guitarra.
Sí, los poetas o los actores no necesitan ministerios
para crear y conmover. Pero es evidente que cerrar el Ministerio de
Culturas para ahorrar unos pesos es una muestra simbólica de un gran extravío.
Que si hizo poco, que si fue florero, que si las ministras servían, que si esto
o lo otro. No hay suficientes argumentos. Porque si es por economía y por
servicios, opciones creativas hay varias. Y para la creatividad, pregunten a
los artistas.
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