Para América del Sur, las próximas
semanas, los próximos meses, pueden ser aún más duros sumando a la pandemia del
virus surgido en China con las enfermedades típicas del invierno que se
aproxima. Como una sentencia apocalíptica, “Winter is coming”. En el norte, la
primavera y el verano seguramente ayudarán a aliviar las condiciones que
favorecieron a la expansión del COVID 19.
Las personas de la tercera edad
contemplan todo aquello asombradas y cada vez conscientes de la mucha
ignorancia que las acompaña. ¿A quién recurrir? Si ya es difícil conseguir una campaña oficial
con detalles y consejos integrales, acceder a las redes es más complicado y no
se distingue falso de verdadero; incluso los medios en los medios de
comunicación tradicionales confunden.
Aún menos es posible confiar en los
mensajes del organismo creado en el marco de las Naciones Unidas para atender
los asuntos relacionados con la salud mundial. La Organización Mundial de la
Salud y su filial continental la Organización Panamericana de la Salud hace
mucho tiempo que priorizaron la salud reproductiva y se olvidaron de atender
otros males, sobre todo los que afectan a los más pobres; como el chagas, por
ejemplo, para el caso boliviano.
Además, está más politizado que
otras agencias. Por eso, en un hospital cruceño se apañaban los enfermos de
dengue, más allá los enfermos de cáncer se crucificaban para conseguir atención
del gobierno central, las parturientas preferían cruzar a Argentina para
asegurar un parto más seguro y el representante de la OMS en Bolivia, Fernando
Leanes, felicitaba al MAS por su trabajo en la salud pública.
El Director General de la OMS, el
etíope Tedros Adharom lo secundaba. Este polémico personaje fue ampliamente
criticado acusado de ocultar explícitamente crisis sanitarias en su país.
Circula una gran cantidad de información contra él tanto como profesional, como
por militante apoyado por China para llegar al alto puesto en la OMS. Una de
sus actuaciones más condenadas fue nombrar al dictador y responsable de la violación
sistemática de Derechos Humanos, Robert Mugabe, como embajador de la
institución mundial. Para Tedros, Zimbabue es un buen ejemplo de salubridad,
igual que la Bolivia del socialismo Siglo XXI. No importa que los datos de la
realidad lo contradigan.
Mientras su homóloga Clarisse
Etienne, directora de la OPS, felicita a Daniel Ortega por los muchos avances
de Nicaragua en la salud del binomio madre niño.
Las críticas de Donald Trump a la OMS
y el congelamiento de fondos estadounidenses a la entidad internacional aprovechan
la situación. Podría ser un escudo para ocultar los propios errores o también
parte de la permanente crítica de los republicanos a entidades de la ONU.
Varios senadores ultraderechistas hacen campaña contra Adharom por razones
ideológicas más que por sus fallas técnicas.
Así, los ciudadanos no saben dónde
ampararse. La OMS no es un líder confiable, menos aún la OPS. Los gobiernos sin
hoja de ruta, ni siquiera en Europa.
Mientras el mundo se desgarra, el
gobierno chino difunde videos de alegría y festejos suntuosos de su población
porque asegura ya la enfermedad se alejó de sus costas.