Uno de los asuntos que más indigna
del paso del Movimiento Al Socialismo (MAS) por el gobierno central,
gobernaciones, alcaldías y empresas públicas es su afán de enriquecimiento
rápido a costa de los bienes colectivos. Sin considerar sus relaciones con el
circuito coca cocaína y la gran transnacional mundial, que merecen otra nota.
¿Dónde quedó el hombre nuevo? En
otras palabras, qué pasó con los ideales de anarquistas, marxistas,
socialistas, pachamamistas que presentaban sus acciones como un medio para
lograr una humanidad gloriosa, sana, digna, solidaria.
El caso boliviano no es aislado y es
apenas un enano frente al derroche chavista y al espantoso engranaje familiar
de los Kirchner o de los Ortega. A nombre del antiimperialismo, del
anticolonialismo, del antiliberalismo, gobernantes han acumulado fortunas y han
preñado una clase de nuevos ricos.
En este mes saltó a las primeras
planas uno de los ejemplos más dramáticos, el de la familia Santos de Angola.
Muchos jóvenes de los años setenta recordarán con nostalgia aquellas gestas del
Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) enfrentando al colonialismo
portugués, a la intromisión estadounidense y sudafricana, a los mercenarios de
UNITA. Una lucha emblemática en el proceso político africano.
Se involucraron directamente tropas cubanas
y el respaldo soviético fue clave. El golpe institucional de militares
portugueses en 1974 apuró la salida de esa metrópoli de sus colonias. Agusthino
Neto daba rostro a la revuelta y Pablo Milanés cantaba: “Angola liberada,
Angola independiente”.
Neto murió poco después y José
Eduardo dos Santos, marxista y respaldado por Cuba y la URSS, asumió el poder
que no quiso abandonar, de 1979 a 2017. El rico territorio petrolero fue pronto
aprovechado por la familia dos Santos. Su hijo José Filomeno está ahora juzgado
por trasladar irregularmente ¡500 millones de dólares! del banco central
angoleño a un banco suizo en Londres.
Isabel, su hija mayor con su primera
esposa rusa Tatiana Kukonova, es considerada la mujer más rica de África,
habitual en fiestas de gala y en revistas rosa. Directora de la empresa petrolera
angoleña es a la vez ejecutiva en un complejo engranaje de empresas vinculadas
directa o indirectamente al estado.
Una investigación de varios periódicos
desnuda los excesos de la familia dos Santos y descubre además que esa
corrupción está ligada con el sistema bancario mundial y penetra a los
capitales industriales y tradicionales. Mientras, el 70% de la población
angoleña vive con dos dólares al día, los campesinos enfrentan permanentes
epidemias de fiebre hemorrágica y otras plagas de la pobreza.
¿Para ello lucharon Neto y los
guerrilleros del MPLA, el pueblo bantú?
Dos Santos competía con Teodoro
Obiang de Guinea Ecuatorial, otro dictador enriquecido y que Evo Morales
recibió con honores y una pregunta: ¿cómo había hecho para estar décadas en el
poder?
Trágicamente, América Latina se
asemejó en este siglo a la África subsahariana en corrupción, discrecionalidad
en el manejo del poder, autoritarismo, aliento a las luchas tribales, carencia
de instituciones sólidas. Josep Kabila en Congo, Biya en Camerún, Mugave en
Zimbabue podrían encontrar sus símiles en el continente americano.
Acumulación de poder y riqueza,
elecciones amañadas, demagogia, populismo “revolucionario”, culto al jefe
supremo, son las razones internas de las hambrunas y guerras en África.