viernes, 29 de diciembre de 2023

TURISMO VIP EN BOLIVIA

 

            No existe mejor decisión para gastar los ahorros del año que recorrer la patria. Esta vez el paseo familiar optó por el sudoeste de Bolivia, para (re)conocer algunos paisajes y visitar por primera vez algunas ofertas. El resultado es absolutamente extraordinario y es otra muestra que el turismo VIP nacional y el turismo plateado (para la Tercera Edad) compiten con los estándares mundiales.

            Los emprendedores privados de la industria sin chimenea han optado por continuar con sus inversiones y con sus mejoras a pesar de la falta de acompañamiento de políticas públicas ni la promoción de los destinos turísticos del país. Al contrario, el No Estado es más un obstáculo que una ayuda y la amenaza de los violentos está siempre latente.

            En cambio, la oferta privada -desde las grandes iniciativas con décadas de experiencia hasta flamantes albergues familiares en comunidades- está lista para que el visitante pase días de ensueño: paisajes únicos; gente sencilla y amistosa; hospedajes cómodos y aseados; gastronomía diversa. A orillas del volcán Thunupa existen desayunos pueblerinos deliciosos; en los hoteles de sal de cinco estrellas, las cenas compiten con restaurantes internacionales bajo celajes irreproducibles; es posible almorzar en pleno Salar de Uyuni, seco o mojado, sin causar daños medioambientales en el imponente lugar.

            Es notable cómo ha evolucionado la propuesta de generación en generación. Los hijos/nietos de los pioneros estudiaron en Europa, cumplieron pasantías en cadenas famosas y saben cómo atender al extranjero más exigente. En otro artículo daré más detalles para alentar a las familias bolivianas.

            Las empresas contratan personal del lugar al cual entrenan y capacitan para una fina atención al cliente. Es interesante seguir las cadenas: hoteles que recomiendan tours; agencias que reservan menús en uno u otro destino para encontrar todo listo después de horas de viaje carretero; operadores que recomiendan transportistas responsables; conductores que conocen los rincones escondidos para degustar una merienda bajo molles y sauces.

            Los chefs seleccionan hortalizas y verduras de primera calidad producidas en Cochabamba; hay panecillos artesanales potosinos de todo tipo; mermeladas caseras de abuela; variedad de papa y tubérculos; jugo de linaza o de tumbo, helado de canela; vinos tarijeños; fruta de temporada; quesos frescos o elaborados; lácteos de la zona, carnes.

            Las reservas en los más de cien hoteles de Uyuni están agotadas; se ven decenas de buses con coreanos, rusos, franceses, alemanes, colombianos. Del turismo interno, los recepcionistas destacaron la cantidad de familias cruceñas que llegan al Salar. Los mejores restaurantes potosinos coinciden en señalar que 2023 fue un muy buen año para el rubro.

            El Sur está de moda y Potosí sigue como el número uno: la ciudad, el salar, Toro Toro, los Lípez, las minas, Tupiza y las rutas abiertas por la familia Mitru. La atracción del Salar que se proporciona por sí solo ha jalado la incorporación de más lugares.

En Sucre, un joven empresario ensaya una oferta única combinando visitas históricas tradicionales con la degustación gastronómica, desde los clásicos platillos chuquisaqueños hasta sofisticadas recetas logradas con el respaldo de “Gustu”. El turismo cultural se complementa con el turismo de aventura en una finca en el valle tropical, camino a Cochabamba: río cristalino, piscinas, paseos por arboledas; humintas, duraznos y chirimoyas; embutidos de origen alemán en pan recién horneado.

            La joya fue dormir varias noches en el Hotel Museo de Cayara, a pocos minutos de Potosí, casi a la vera del camino a Oruro. El contraste de un salón de película de Agatha Christie, lleno de objetos históricos y primorosos, con el confort del siglo XXI en todos los servicios produce un goce inédito.

            Muchas publicaciones alaban este lugar y su relato coincide con la realidad. Una casona del siglo XVI, refaccionada en más de una ocasión con gusto y sentido apropiado, alberga habitaciones adaptadas a la modernidad. Es otro hotel con lleno completo casi todo el año, incluso en invierno.

            La clave es el abanico de posibilidades para que cada turista -incluyendo la canosa sesentera- pueda elegir entre pasear por las huertas, subir cerros, leer al lado de la chimenea, jugar naipes, rezar en la capilla, escuchar en el patio colonial centenas de pajarillos, dormir la siesta, comprar yogur fresco en la lechería, tomar té inglés con pan, mermelada y mantequilla.

            ¿Era Bolivia o era un sueño?

            Era un sueño. Despartamos cuando BOA anunció el retraso de su vuelo por varias horas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

            En cuadro décadas, el número de niños con Síndrome de Down ha caído drásticamente. La razón de estas cifras no es porque la ciencia encontró métodos para superar ese trastorno genético, sino porque hay más madres que prefieren abortar cuando se enteran de que esperan un bebé con un cromosoma extra.

            Las preguntas quedan flotando. Seguramente para el feminismo fundamentalista, estas mujeres ejercen su derecho a decidir qué hacer con su cuerpo; a deshacerse de un ser que no tiene derecho a nacer; a esquivar un bulto que seguramente en el futuro les ocupará mucho tiempo en su agenda; a enfrentar a tiempo una dificultad que entorpecerá sus planes profesionales. El “riesgo” aumenta porque cada vez las mujeres, sobre todo de las de clases altas se embarazan cerca a los 40 años.

            El nacimiento de un niño con Síndrome de Down significa muchas veces que el nuevo ser presentará dificultades a nivel intelectual y de conocimiento, así como dolencias en distintos sistemas y quizá tendrá un corazón débil.

            Bajo la bandera de la “libertad de decidir”, mujeres que acceden a las tecnologías para conocer la salud de su feto optan por expulsarlo si no es como quisieran que sea. La prensa informó este año sobre el resultado de estudios en Europa: ocho de cada 10 embarazos con Síndrome de Down terminan en aborto; también se da la cifra del 54 por ciento. En España el 83 por ciento de esos embarazos no culminan en un nacimiento. En Inglaterra, el aborto puede ser legal incluso en la víspera del nacimiento de un niño con el Síndrome de Down.

            Para algunos, algunas o algunes como les gusta decir, es el ejercicio de un derecho femenino y punto. El único asunto es que sea legal y con buenas condiciones higiénicas. En el caso de China la mayoría de los fetos abortados son mujercitas.

            En muchas ocasiones, de manera privada o pública, he manifestado mi oposición al aborto y he dado mis razones personales, propias de mi mismidad porque no obedecen ni a religiones ni a ideologías. No las repetiré.

            En cambio, quiero recordar dos momentos. El primero hace 25 años, cuando organizaciones feministas bolivianas financiadas desde el exterior quisieron encontrar una brecha para propagandizar el aborto legal con el asunto de los fetos con Síndrome de Down u otra malformación. Como suele suceder, recibí abucheos cuando expresé mi posición.

            ¿Es este el derecho a la “igualdad”, a la “libertad”, a la “fraternidad”? ¿Los diferentes tienen la oportunidad de llegar a este mundo, de nacer, de vivir? O, son parte de los desechables. La divergencia, la disparidad, las distintas posibilidades de recibir el soplo divino de la Vida, son los mayores signos de la existencia de una inteligencia superior, de la Divinidad.

            El otro momento que deseo recordar, con mucho amor, es la historia de Raquelita y en ella recordar y abrazar a muchas personas que conocí con Síndrome de Down. Al parecer sus limitaciones en unas áreas están compensadas por una infinita capacidad que tienen de dar amor, de provocar amor, de dar sentido a la Vida. Existen maravillosos testimonios familiares.

            Actualmente, en víspera de la Natividad, se desarrolla la lucha de otras mujeres, algunas con el Síndrome como Heidi Crowter, contra esta nueva forma de discriminación. También se manifiestan artistas, médicos y humanistas para luchar contra esta forma perversa de las corrientes abortistas.

            Por otra parte, en España, comienzan a difundirse más los casos de trastornos psicológicos, de traumas y de ansiedades que padecen mujeres que han abortado. Ya hay clínicas especializadas en este otro síndrome. Quizá nadie les avisó a tiempo que el feto abortado estará siempre en sus vidas, incluso en su espacio familiar ampliado, presente y futuro.