Hace algunos meses un
europarlamentario cortó la demagogia de un alto funcionario boliviano cuando
osaba comparar la nueva postulación de Ángela Merkel con las vías que busca el
Movimiento al Socialismo para relanzar a Evo Morales. “La Constitución lo
permite” le dijo. Una Constitución aprobada antes de las candidaturas y del gobierno
de la líder democristiana.
Si hubiese sido Bill Clinton frente
a su adversario, hubiese sido más drástico: “Es la Constitución, estúpido”.
Varias autoridades nacionales, jugando con los niveles de conocimiento de la
población, intentan comparar la política del gigante europeo con la historia
boliviana. Los discursos más sorprendentes fueron expresados por Alfredo Rada y
por René Martínez, desde el Palacio de Gobierno.
Si tanto admiran a Alemania podrían
empezar con algunas medidas. Un primer paso podría ser que Canal 7, la
televisión estatal de Bolivia sea similar a la Deutsche Welle, la televisión
pública alemana.
Por ejemplo, al día siguiente de las
elecciones de septiembre, la DW difundió diferentes análisis, algunos muy
críticos al oficialismo, tanto en sus programas televisivos como en su portal
electrónico. En el día nacional, que recuerda la reunificación, la principal
entrevista fue al líder opositor, de la socialdemocracia.
La televisión pública alemana
difunde las actividades de su país, de las autoridades y de la sociedad civil,
de los parlamentarios de una u otra línea, de las organizaciones no gubernamentales,
de las fundaciones de diferente rumbo ideológico, incluyendo a los espacios
consagrados a la izquierda más radical.
Rada podría ordenar un análisis de
contenido y calcular cuántos minutos por día sale Evo en el Canal 7 y cuántas
Ángela en la DW; cuántas transmisiones se hacen en directo, incluyendo partidos
de futbol de la división palaciega y cuántas veces sale Merkel inaugurando
losetas; cuántos programas nacionales invitan a parlamentarios opositores y
cuántos en la DW; qué temas se tocan en los programas políticos y a quiénes se
insulta.
La DW defiende la libertad de prensa
dentro de su país, en Europa y en otros lugares del mundo como la piedra
fundamental de los arquitectos que construyeron y construyen la democracia
alemana, la unidad europea y la división de poderes. Aplica la autorregulación
y defiende el Estado de Derecho.
El Ministerio de Comunicación podría
aprovechar mejor y no poner condiciones, algunas inadmisibles como pretendía
una ex ministra, a la ayuda técnica que ofrece la DW en Bolivia y comenzar ahí
si quiere llegar más lejos.