¿Cómo reaccionarían los conductores
del programa televisivo “El Mañanero” si las enfermeras del Hospital de
Clínicas, en el Día del Periodista, hubiesen pegado imágenes de un gigoló
apenas cubierto con un taparrabos, gordilflón y calvo, como personaje
representativo del gremio?
Probablemente, por ahora, esa sería
una acción imposible. En cambio es real que ocurra lo contrario. El viernes 12
de mayo, en horario familiar, la revista matutina de Red Uno “festejo” el Día
de la Enfermera de una forma por demás insólita, a la que presentaron como
original y divertida.
Una muchacha vestida con sostén,
calzón y medias sexis tomaba el pulso a los hombres del estudio con la
consiguiente taquicardia. Poco después llegó la camilla para que el “paciente”
se eche y la hot conejita lo examine
al borde del infarto.
He presentado copias de estas
escenas a auditorios de periodistas y de conductores de televisión para conocer
si eran de su agrado; si les parecía representativa de la televisión boliviana,
de la tendencia en los canales que tienen sus gerencias en Santa Cruz, si era
imaginable hace 10 años. Quería saber si alguno gustaría de ver así a su
esposa, a su hermana.
Es una de las muestras de los muchos
casos que cualquiera puede recopilar en pocos días para comprobar que la
libertad de expresión en Bolivia ha desbordado los límites de la normativa
vigente, de los códigos de ética y de los manuales de redacción que aparecen
anticuados por el desuso.
En el caso de este reportaje
patrocinado por Carlos Marquina, es posible también rastrear las reacciones de
los internautas, divididos entre los que gozaron con la chica (“a mí también se
me paró”, “yo quiero una enfermera así”) hasta los que expresaron su indignación
culpando a los medios por llegar a estos extremos para conseguir rating.
Una revisión del material muestra
indicios de delitos porque no se respetan los artículos correspondientes al
honor de las personas y de los colectivos, previstos en las convenciones
internacionales desde 1948, la Ley de Imprenta de 1925, la CPE de 2009, las
normas contra la violencia (directa o simbólica) contra la mujer, contra el
racismo y la discriminación; los códigos de protección a los menores. La
Asociación de Enfermeras puede iniciar un proceso por la vía penal pues las
afectadas son ciudadanas.
En el tema ético, se refuerza la
idea de la mujer objeto, amplificando los chistes obscenos y la pornografía; se
burla su trabajo sacrificado. Sirve de anillo al dedo para quienes aseguran que
los medios son incapaces de autoregularse.